05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Malasia: Una excelente opción

01/11/1995
Frank S. Lee, de 36 años de edad y presidente de Yung Shin Pharmaceutical Co., señala desde la ventana de su auto hacia la escena callejera en un suburbio de Kuala Lumpur. Tres trabajadores de la construcción, antes de salir de su trabajo en el descanso del mediodía, están lavando cuidadosamente la acera frente al sitio de construcción. "Eso es algo que me hace sentir confortable cuando invierto aquí", dice. La escena, explica, es apenas un ejemplo de cuán ordenada y concienzuda él percibe la sociedad malasiana. El considera que esto se debe tanto al pueblo como al gobierno. "El gobierno malasiano es tan bueno como suena", indica. "Su aplicación de la ley es estricta y la gente generalmente obedece las leyes".

Lee está en camino al almuerzo mensual del Club de los Rotarios de Malasia en un hotel en el centro de la ciudad. A medida que conduce hacia su destino, él se encuentra con otro ejemplo del sentido de orden en dicho país. Aunque el tráfico está congestionado y todo está parado, los carros están pacientemente alineados, sin que nadie trate de pasar a otro por delante. Esta es una escena que Lee considera que nunca podría ocurrir en las caóticas calles de muchas ciudades grandes. En el almuerzo, él intercambia informaciones comerciales y del mercado con los empresarios y profesionales médicos de Malasia usando una combinación de inglés, mandarín y taiwanés. Cuando sale del hotel y se detiene a contemplar la mezcla de edificios de oficinas cubiertos de vidrio y mezquitas con techos dorados en forma de cebolla, él dice de manera inesperada: "Me siento como en casa".

Lee no es el único que se siente contento con el entorno comercial de Malasia. El es uno de los cuatrocientos cincuenta inversionistas taiwaneses que se han registrado en la Autoridad para el Desarrollo Industrial de Malasia. La Asociación de Inversionistas de Taiwan en Malasia considera que el número de inversionistas es más alto, con más de seiscientos.

Las industrias manufactureras de mano de obra intensiva en Taiwan, incluyendo las de textiles, prendas de vestir, y productos de caucho y madera, comenzaron a explorar la situación en Malasia en 1986. En ese año, el gobierno malasiano adoptó una política de inversiones más liberal para ayudar al país a recobrarse de la recesión. Pero el verdadero crecimiento ocurrió en 1988, cuando el número de nuevos proyectos de inversiones respaldados por Taiwan aumentó de 37 un año antes, a 111. La cantidad en dólares de esas inversiones creció casi 344%, de US$91 millones a US$313 millones. Kerk Choo Ting, Viceministro de Industria y Comercio Internacional de Malasia, menciona varias razones que explican la súbita afluencia: "Puede ser atribuido a la Política Hacia el Sur del gobierno de Taiwan, la revalorización de su moneda, el relajamiento de los controles de divisas extranjeras, y el alza de los costos de producción".

Las inversiones de Taiwan alcanzaron su cúspide en 1990, con 270 nuevos proyectos con un valor total de US$2.350 millones, muchos de ellos para la manufactura de productos electrónicos y computadoras. La cifra fue la más alta entre todos los inversionistas de ultramar en Malasia. Aunque las nuevas inversiones han disminuido notablemente desde entonces, debido en gran parte al traslado de los capitales de inversión a China continental y otros países menos desarrollados, Taiwan sigue siendo uno de los principales inversionistas de ultramar en dicho país, ocupando el puesto número uno en 1990, 1991 y 1994.

Si bien la mayoría de las compañías de Taiwan en Malasia pertenece a la pequeña y mediana empresa, las de gran escala también han arribado en número creciente desde 1988. Las mismas incluyen algunas de las primeras cincuenta compañías de Taiwan, tales como el Grupo Hualon, un importante fabricante de textiles, y Acer Peripherals, una subsidiaria de un bien conocido fabricante de computadoras. Acer llegó a Penang en 1989 y desde entonces ha instalado un centro de entrenamiento y dos fábricas que producen monitores, teclados y aparatos de CD-ROM. La compañía emplea actualmente 2.400 trabajadores. Este año, la empresa tiene planeado invertir US$16 millones para expandir sus instalaciones. Otra importante corporación, Chunghwa Picture Tubes Ltd., una subsidiaria del gigante de la electrónica Tatung, ha creado siete mil plazas de trabajo con su fábrica de US$400 millones para la fabricación de componentes para televisores a colores. Esto representa la mayor inversión hecha por una compañía taiwanesa hasta la fecha.

El año pasado, los fabricantes de Taiwan invirtieron un total de US$1.190 millones en Malasia, más del 25% del total de inversiones extranjeras aprobado por el gobierno durante ese año. Para fines de 1994, el total de las inversiones taiwanesas hechas desde 1986 sobrepasó más de mil proyectos, con un valor agregado de US$7.000 millones, haciendo del país la opción más excelente que tienen los empresarios de Taiwan en el Sudeste Asiático.

Pero, por qué Malasia? La primera oleada de inversionistas de Taiwan fue atraída a Malasia por las mismas razones que existen en el resto del Sudeste Asiático: ricos recursos naturales, incluyendo caucho, madera y petróleo; terrenos baratos, y por encima de todo, una abundante y barata mano de obra. Hoy, el tamaño y costo de la fuerza laboral de Malasia ya no constituyen los atractivos más importantes. Los salarios comenzaron a subir en 1988 y ahora se encuentran en segundo lugar en la región, siguiendo a Singapur. Y la creciente escasez de mano de obra está forzando a los fabricantes a depender de trabajadores extranjeros. Pero el país continúa atrayendo a los inversionistas por una variedad de razones. Malasia ofrece un clima político estable, una infraestructura que sobrepasa a la mayoría de los países en la región, y una de las comunidades chinas más grandes del Sudeste Asiático, ocupando 32% de la población de dicho país.

Hong Rong-min, Director administrativo de Dah Yung Steel and Continental Castings y Director de Kinabalu Bricks & Tiles Mfg., considera que Malasia ofrece un entorno político seguro. Las elecciones parlamentarias del abril pasado, nos indica, representan una voz de renovada confianza en el Frente Nacional, la coalición gobernante dirigida por el Primer Ministro Datuk Seri Mahathir Mohamad. El subsecuente reajuste del Gabinete, dice Hong, ocurrió tranquilamente. Mahathir también ganó amplio apoyo popular para su proyecto de treinta años para mejorar la economía de Malasia y mantener la estabilidad social, conocido como Visión 2020.

Wang Chao-ho, Director de la División Económica de la Oficina Económica y Cultural de Taipei en Malasia, cree que los empresarios extranjeros se sienten seguros al invertir su dinero en el país debido a su gobierno democrático. "Malasia heredó su sistema político y legal de Gran Bretaña", manifiesta. "Esto ayuda a mantener el desarrollo de cualquier asunto en el carril correcto". Los inversionistas también consideran que el gobierno es uno de los más eficientes del Sudeste Asiático. Hong Rong-min, que actúa de consejero para la Asociación de Inversionistas de Taipei en Malasia, dice que todo lo que se necesita para conseguir una licencia para una nueva fábrica es una yi-jiao-ti, "una patada con un pie", una expresión china que significa un pequeño esfuerzo. "Después de llenar completamente el formulario, no tienes que preocuparte por nada más", dice. "Solamente toma de uno a dos meses para obtener la licencia".

Sin embargo, algunos inversionistas han encontrado obstáculos en las nuevas regulaciones bancarias del país. Aprobadas en septiembre pasado, las mismas desalientan la creación de sucursales de bancos extranjeros en Malasia al no permitirles tener más del 20% de las acciones en cualquier sucursal. Pero, si bien muchos empresarios prefieren negociar con un banco de Taiwan, existen pocas críticas sobre los bancos locales. "El sistema bancario malasiano es razonable", dice Hong Rong-min. "El mismo satisface las demandas de las industrias de capital intensivo". En algunos aspectos, él considera que se puede negociar más fácilmente con los bancos locales que con los de Taiwan, especialmente cuando se trata de préstamos hipotecarios. "Básicamente, si tu hipoteca (en Taiwan) es diez dólares, solamente puedes pedir prestado cinco", indica. "Aquí, hay mucha flexibilidad en cuanto al monto del préstamo y los intereses. Lo que le preocupa a los bancos malasianos es la viabilidad de tu proyecto y el potencial de mercado de tu producto. Si su evaluación es positiva, tú incluso puedes pedir prestado veinte dólares cuando apenas tienes una hipoteca que vale diez dólares".

Otro importante atractivo lo constituye la conveniente red de caminos, carreteras, puertos e instalaciones de telecomunicaciones que tiene el país. "La infraestructura de Malasia es la más desarrollada entre los países del Sudeste Asiático", dice Wang Chao-ho de la Oficina Económica y Cultural de Taipei. Una importante autopista norte-sur fue inaugurada el año pasado y un sistema de tránsito ferroviario liviano está en construcción en Kuala Lumpur. Las instalaciones son particularmente buenas en la ciudad portuaria de Penang, en la costa noroccidental de Malasia Occidental. Aquí, más de doscientos fabricantes taiwaneses han montado sus instalaciones, siendo la mayor concentración en el país. Acer Peripherals informa que puede transportar contenedores de la fábrica al puerto en solamente treinta minutos. Cuando se termine de construir la cercana carretera, el viaje será más corto aún.

Los empresarios de Taiwan también elogian la calidad de la fuerza laboral maIasiana. Algunos la consideran como la mejor en la región. "Los trabajadores maIasianos son bien disciplinados, y están dispuestos a trabajar sobretiempo", dice K Y. Lee, Presidente de Acer Peripherals. "Los trabajadores de Taiwan prefieren disfrutar del tiempo libre". Sin embargo, los inversionistas han descubierto que los trabajadores malasianos carecen del deseo de salir hacia adelante por el dinero. Frank Lee trata de inspirar a sus trabajadores a sentirse más motivados por la ganancia material. "Trato de estimular su deseo por el consumo", dice. "Por ejemplo, yo muestro folletos de los últimos modelos de carros a mi personal de mercadeo".

Otra ventaja de la fuerza laboral es el gran porcentaje de personas de etnia china, muchos de los cuales poseen títulos universitarios de Taiwan. Tales personas tienen un valor particular para los inversionistas como ingenieros y personal administrativo de nivel medio. Ellos entienden bien la forma en que los taiwaneses conducen los negocios, que frecuentemente es en una forma más frenética que las compañías maIasianas; y hablan chino de manera bastante fluida. Aunque el mandarín es hablado comúnmente entre los maIasianos, incluyendo personas de etnia china, sin embargo poca gente lo habla con fluidez suficiente como para entender las palabras claves que con frecuencia se necesitan para llevar a cabo los negocios. Por lo tanto, los gerentes educados en Taiwan son importantes como puente entre los dueños de las empresas y los trabajadores.

Los inversionistas de Taiwan también se benefician de la alta tasa de compañías manufactureras pequeñas y medianas en Malasia que son de propiedad china, las cuales ocupan el 92% de la industria del país. Esas compañías ofrecen una fuente conveniente de partes y componentes, particularmente para las industrias eléctrica y electrónica, y constituyen una importante razón de porqué Malasia se ha convertido en el principal blanco de Taiwan en el Sudeste Asiático en esos dos campos. K Y. Lee, de Acer Peripherals, dice que su fábrica compra localmente el 97% de las partes que necesita, un porcentaje mucho más alto que el de todas sus fábricas en Taiwan.

Además, la fuerte presencia china en Malasia hace que les sea más fácil a los empresarios de Taiwan vivir allí. Ellos disfrutan de una red establecida para obtener información e integrarse a la sociedad local. La gran cantidad de negocios y tiendas de chinos también hace que se obtengan convenientemente los artículos de uso diario. Incluso la cultura pop taiwanesa se ha convertido en parte de la vida diaria en Malasia. Por ejemplo, cualquier tienda de karaoke o discos ofrece los últimos hits de la música pop de Taiwan, que también se han convertido en la selección favorita para las canciones que sirven de tema para las campañas. No causa sorpresa que muchos inversionistas consideran que es fácil adaptarse a la vida en Malasia."No nos sentimos como si estuviéramos viviendo en el exterior", dice Wang Chao-ho.

Hacer que los inversionistas se sientan como en casa ha sido beneficioso para la economía de Malasia, que ha crecido con una tasa anual promedio de 8,6% en los últimos seis años. En el mismo período, la producción industrial total aumentó 13,4% anualmente. Según la Oficina Económica y Cultural de Taipei en Malasia, el producto interno bruto alcanzó US$43.000 millones el año pasado, de US$35.700 millones en 1989. El Viceministro de Industria y Comercio Internacional, Kerk Choo Ting, atribuye gran parte del crecimiento a las inversiones extranjeras directas, que según él ha causado un cambio estructural en la economía. "Ha transformado a Malasia", indica, "de básicamente un productor primario a una economía que se industrializa rápidamente".

Pero este tipo de cambio fundamental también está causando problemas para los inversionistas. Por ejemplo, a medida que las compañías extranjeras se expanden, se torna cada vez más difícil encontrar suficientes trabajadores. De los 19 millones de habitantes que tiene el país, 8 millones integran la fuerza laboral, y casi todos están actualmente empleados. "La escasez de mano de obra es el problema más serio que tienen los inversionistas de Taiwan", dice K.H. Wu, Vicepresidente del Consejo para el Desarrollo del Comercio Exterior de China, con sede en Taipei.

Una solución ha sido traer trabajadores de países vecinos. Desde 1992, Malasia ha abierto sus puertas a 1,2 millones de trabajadores extranjeros, provenientes en su mayoría de Tailandia, Indonesia, Birmania y Bangladesh. En algunas fábricas, tales como la Taian Electric Co., de propiedad taiwanesa y que produce interruptores y motores de arranque, los empleados virtualmente vienen de todos los confines del Sudeste Asiático. Para muchas fábricas, las zonas del interior del país ofrecen otra fuente de mano de obra. Wang Jin-tsorng, ejecutivo de rango superior en la Taian Electric, encuentra empleados locales a través de las oficinas del Fondo para el Desarrollo de los Recursos Humanos que tiene el gobierno, que realiza búsquedas en las aldeas menos desarrolladas. Wang también trabaja a través de las iglesias para encontrar empleados, especialmente en Malasia Oriental, donde hay un número sustancial de cristianos.

Aun así, muchas fábricas de Taiwan han tenido problemas para encontrar empleados. La escasez de mano de obra ha traído a su vez otro problema: la espiral de los salarios. Wang dice que los sueldos han aumentado en un 150% para los obreros y en un 250% para el personal administrativo en apenas siete años. "Aun cuando el gobierno no ha fijado un salario mínimo, si no ofreces salarios que sean suficientemente altos, no encontrarás trabajadores", dice. "En 1988, pagaba solamente NT$2.400 (US$96) al mes a un trabajador de la línea de ensamblaje. Ahora, tengo que pagar NT$6.000 (US$240)".

Pero el gobierno maIasiano tiene un enfoque diferente de la situación laboral y salarial: no es un problema sino una señal de que la economía del país se encamina hacia la dirección correcta. "Malasia ha dejado definitivamente de ser un sitio competitivo para la manufactura de mano de obra intensiva", dice el Viceministro Kerk Choo Ting. Ahora, el gobierno enfoca hacia una base de manufactura de alta tecnología. Para lograr este fin, dejó de proporcionar los incentivos fiscales para la manufactura de mano de obra intensiva en 1992, y al año siguiente comenzó a dar generosos incentivos fiscales a cualquier compañía que hiciera investigaciones y desarrollo en sus instalaciones en Malasia, ya sea por cuenta propia o en base a contratos. El país también ha creado varios parques industriales de alta tecnología en un esfuerzo por promover la investigación y el desarrollo del sector privado, y estimular la comercialización de los resultados de las investigaciones.

Esto suena muy familiar para los economistas y empresarios de Taiwan. La isla en sí está bien al tanto de la escasez de mano de obra, altos salarios y la orientación hacia las industrias de alta tecnología. De hecho, la gente ha comenzado a preocuparse de que Malasia pueda eventualmente ocupar el puesto de líder industrial en la región que tiene Taiwan.

Pero muchos empresarios de Taiwan en Malasia insisten en que ellos no están contribuyendo a este tipo de escenario. "Es imposible que Malasia reemplace a Taiwan o que la estructura industrial de Taiwan sea desintegrada por fuga de fabricantes", dice Wang Chao-ho. El defiende que si bien Malasia tiene investigadores de alta tecnología, no posee el talento administrativo de nivel medio necesario para convertir la investigación en productos reales. Otros investigadores creen que en primer lugar, Malasia ni siquiera tiene suficientes talentos de investigación y desarrollo como para obtener buenos resultados. A pesar de los nuevos incentivos fiscales, la mayoría de las compañías mantienen sus bases de investigación y desarrollo en Taiwan, donde abundan los ingenieros e investigadores de alta tecnología.

El gobierno malasiano parece conocer bien la necesidad de mejorar la calidad de la mano de obra. En 1993, estableció una docena de nuevas escuelas vocacionales y también creó el Fondo para el Desarrollo de los Recursos Humanos, que ofrece subsidios para ayudar a las compañías a sufragar los costos del entrenamiento de empleados. "La idea clave de Vision 2020 es la calidad de la gente, en vez del desarrollo físico", dice Abas Bin Salleh, Director General del Departamento de Información, Ministerio de Información. "En otras palabras, preparar gente con talento es nuestro objetivo".

Incluso si Malasia lograra tener éxito en el campo de la alta tecnología, muchos empresarios de Taiwan seguirían optimistas. El fabricante de productos farmacéuticos Frank Lee cree que aún existen muchas oportunidades para apoyar industrias tales como la manufactura de moldes y la empacadora. Lee y otros fabricantes también creen que la clave es enfocar en el mercado interno en vez de fabricar productos para la exportación. "Mientras la economía de Malasia siga creciendo como lo ha estado haciendo durante los últimos cinco años, el poder adquisitivo de los maIasianos aumentará", dice Wang Jin-tsorng. "Definitivamente, el mercado interno es prometedor".

Al mismo tiempo, esos fabricantes están explorando otros mercados en la región, especialmente para los productos de baja tecnología. Wang, por ejemplo, dice que si bien los interruptores tradicionales y los de sobrecarga térmica que produce su compañía ya no se venden en áreas como Taiwan y Malasia, sin embargo pueden ser vendidos en países menos desarrollados. "Tenemos gran potencial en las Filipinas, Tailandia e Indonesia", indica. "Hemos integrado recientemente nuestra red de distribución en Bangladesh". Si bien China continental es también un gran productor de tales géneros de productos de baja tecnología, Wang insiste que Malasia tiene un margen competitivo a su favor. "La calidad de los productos continentales es realmente pobre", dice. "En definitiva, no pueden competir con los productos de Malasia".

La promesa de los crecientes mercados locales y regionales es un importante incentivo para quedarse en Malasia, y también un incentivo para que más empresas de gran escala inviertan allí. Como lo señala Wang Jin-tsorng: "Todas las industrias están orientadas hacia el mercado. No importa cuán buenos sean los productos o cuán eficiente sea la administración, si no hay mercado, la ganancia será cero". Al igual que muchos inversionistas, Wang no está listo para abandonar el sitio y trasladar su negocio a otro lugar. "Aunque existen problemas como la escasez de mano de obra y el aumento de salarios", manifiesta, "en general, el entorno maIasiano para las inversiones extranjeras sigue siendo bueno". ■

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