Estos descubrimientos fueron posteriormente confirmados en un reporte de la revista Time en su edición del 20 de noviembre de 1989, el cual declaró que un estudio conjunto del Ministerio de Industria y Comercio Internacional de Japón (MITI, siglas en inglés) y del Departamento de Comercio de los Estados Unidos reveló que los costos de los productos para el consumidor en Tokio son un 40% más altos que en la ciudad de Nueva York.
Durante mucho tiempo, los intereses de los consumidores japoneses parecían haber ignorado la situación. La gente dirigía su atención a la inflación y no captaba el significado del alto nivel de los precios. Las percepciones empezaron a cambiar cuando los turistas japoneses fueron expuestos a los precios en Estados Unidos. Ellos experimentaron la realidad de que casi todo cuesta menos en Estados Unidos, incluso en los lugares turísticos más costosos de dicha nación, que en Tokio. La conciencia hacia los precios ha ido incrementando en Japón, y los principales artículos sobre "la explotación de los precios" en el mercado local japonés también han aparecido en los medios de comunicación de los Estados Unidos y posiblemente han jugado un papel en la decisión del Departamento de Comercio de Estados Unidos de participar en este campo.
FOTO DE HUANG CHUONG-SIN
Los altos ingresos han actuado como un magneto que atrae costosos productos importados. Taiwan tiene un enorme déficit comercial con Japón.
Un proceso similar de mayor conciencia y participación de parte del Gobierno y los consumidores está llevándose a cabo en Taiwan, según indica el siguiente artículo por Osman Tseng (曾慶祥), periodista experto en economía. Ello constituye un desarrollo comprensible dado que la Rep. de China sigue avanzando hacia una integración global y está en una transición de "vivir para exportar" a "satisfacer la demanda local".
Los precios de la mayoría de los productos que se venden en Taipei son más altos que en otras ciudades asiáticas y americanas, según manifiesta una investigación conducida en marzo de 1989 por el Consejo de Planificación y Desarrollo Económico (bajo el Yuan Ejecutivo o Gabinete). La encuesta comparó los precios de productos similares vendidos en Taipei, Hong Kong, Singapur, Manila, Kuala Lumpur, Seúl, Tokio y Boston, y cubrió seis extensas categorías de productos: cosméticos, detergentes, alimentos, electrodomésticos, instrumentos musicales y automóviles. Un total de 50 productos específicos fueron analizados en estas categorías.
Taipei encabeza la lista de todas estas ciudades en los precios de 17 de los 44 artículos para los cuales se podría obtener bastante información. Ocupa el segundo lugar en precios para doce productos adicionales y tercero en los de ocho productos más. Los precios de los automóviles en Taipei son especialmente altos. Son casi el doble del nivel de los precios de los autos en Estados Unidos (incluso a ese nivel, son aún más bajos que los precios de los automóviles en Corea del Sur). El Consejo no ha publicado todavía otros detalles de los resultados que mencionan otros productos que se venden más caros en Taipei que en las ciudades mencionadas ni en qué porcentajes se desvían de los precios internacionales.
La Junta Supervisora de los Precios de los Productos para el Consumidor del Ministerio de Economía está preparándose para conducir una encuesta similar en un futuro próximo. Cubrirá más ciudades internacionales, incluyendo Bangkok, Melbourne, Los Angeles, Nueva York, Londres, París y Ginebra, así como las ciudades ya mencionadas.
Esta agotadora actividad en un área raramente estudiada por agencia local alguna, ya sea privada o gubernamental, refleja la creciente sensibilidad de las autoridades para controlar los asuntos que afectan a los consumidores.
En una carta reciente al China Post, uno de los dos periódicos en inglés en Taiwan, un extranjero radicado en Taipei se quejó de los altos precios en esta isla-provincia. El narró su reciente visita a un supermercado de París en donde compró un litro de jugo de uva, un litro de agua mineral, dos paquetes grandes de galletas y una barra grande de pan por un total de 21 francos (aproximadamente US$3.25). El paga mucho más del doble por las mismas compras en Taipei.
El expatriado también hizo indicaciones sobre los "artificialmente" elevados precios de los artículos importados en Taipei. El expresó su esperanza de que el Gobierno se asegure de que los precios locales se mantengan más cerca de las "realidades internacionales" para el bien de todos.
Los residentes locales están cada vez más concientes de la situación porque ellos escuchan que tienen que pagar mucho más por los productos fabricados en Taiwan y vendidos en el mercado local que lo que los consumidores en el extranjero pagan por productos similares manufacturados en Taiwan y vendidos en el extranjero. Un taxista, por ejemplo, recientemente citó a sus parientes que viven en Estados Unidos en el sentido de que los precios estadounidenses por productos fabricados en Taiwan cuestan casi la mitad de lo que los mismos artículos cuestan en Taiwan. Tales quejas son cada vez más comunes.
Según entrevistas con varios funcionarios gubernamentales, empresarios y consumidores, son muchas las causas de los exorbitantes precios de Taiwan. Estas incluyen el considerable incremento en los costos de producción durante los últimos años, impuestos elevados, una protección gubernamental profundamente enraizada, y un costoso sistema de distribución.
Durante los últimos tres años, los costos de las fábricas y los edificios de oficinas se han duplicado varias veces debido principalmente a la especulación de los bienes raíces. Mientras tanto, los salarios también han subido considerablemente, aumentando entre un 40 y 50%. El incremento en los costos de producción resulta en precios más elevados, en particular para la industria de servicios y los productos introducidos recientemente.
Los impuestos elevados son otro de los factores principales en los altos precios de los productos para el consumidor en Taiwan. Las empresas automovilísticas, por ejemplo, tienen que pagar impuestos sobre las mercaderías los cuales oscilan entre un 25 y 60%, además de un 25% de impuesto fijo sobre los ingresos de la corporación. Para las compañías vendedoras de cosméticos, el impuesto sobre las mercaderías alcanza hasta un 80%, uno de los más altos en el mundo.
El sistema de distribución en Taiwan tiene mucho que ver con el alto nivel de los precios para el consumidor. A los distribuidores se les dan derechos exclusivos sobre muchos productos importados y manufacturados en Taiwan. Esto permite a los distribuidores y a los fabricantes o importadores ejercitar un mayor control sobre los precios. El mercado de Taiwan, con un limitado espacio territorial y con solo 20 millones de consumidores, se encuentra particularmente vulnerable a tal manipulación.
El sistema de distribución a través de agencias exclusivas está cambiando para los productos que encaran mercados cada vez más competitivos. Por ejemplo, pocos fabricantes de aparatos electrodomésticos tales como televisores y máquinas de lavar están vendiendo sus mercancías de la manera acostumbrada -por medio de agentes, comerciantes al por mayor y al por menor. Dado a la aguda competencia en los mercados locales e internacionales, los fabricantes están vendiendo directamente sus productos a través de varios distribuidores regionales quienes actúan tanto como comerciantes al por mayor así como al por menor. De esta manera ellos pueden ahorrar en los costos de mercadeo y reducir los precios de venta. Ambos, fabricantes y distribuidores están orientándose hacia una política de un bajo margen de beneficios con el fin de impulsar una reducción en los precios de venta.
Por ejemplo, el precio de fábrica de una máquina de lavar automática de 8.2 kilogramos ofrecida por la Corporación Sampo, uno de los principales fabricantes de aparatos electrodomésticos en Taiwan, es de NT$11,000. Los precios que sus distribuidores cotizan a los consumidores oscilan entre NT$12,000 y NT$13,000. Según Eric Chen, administrador de finanzas de dicha compañía, los niveles de los precios permiten al distribuidor una ganancia neta de entre 4 y 10 por ciento.
A pesar de los esfuerzos de los fabricantes de aparatos electrodomésticos para reducir los precios de venta, sus precios no siempre son considerablemente más bajos que aquellos de modelos importados similares. Tómese como ejemplo una comparable lavadora Whirpool fabricada en los Estados Unidos, la cual sólo cuesta NT$13,000 incluso si los importadores del producto tienen que agregar los costos de transporte y un 15% de impuestos.
Los precios de los productos que aún se manufacturan bajo la estricta protección del Gobierno son por lo general extremadamente altos. Los automóviles son uno de estos casos. Actualmente, el Gobierno impone una tarifa de importación del 42.5% sobre los coches pequeños y una del 48% para los camiones y autos de pasajeros. Además, la importación de automóviles japoneses está totalmente prohibida, una medida basada en el continuo incremento del substancial déficit comercial de Taiwan con Japón.
Uno de los resultados de tan extremada protección es que los precios de los autos fabricados localmente son considerablemente más altos que los de los modelos similares producidos por fabricantes extranjeros. Por ejemplo, el Telstar de 1,800 cc introducido recientemente por Ford Lio Ho Motor Company, una empresa conjunta en la cual la American Ford Motor Co. posee un 70% de las acciones, se vende en Taiwan por NT$480,000, un 50% más que el precio del mismo modelo que la compañía matriz vende en Estados Unidos.
Sin embargo, el alto nivel de los precios de los autos manufacturados en Taiwan no significa necesariamente altas ganancias. Este parece ser el caso en la estructura del precio para el modelo Ford Lio Ho. El desglose de su precio de NT$480,000 se distibuye de la manera siguiente: NT$270,000 (casi un 56%) son para el fabricante del auto, NT$70,000 (aproximadamente un 15%) son pagados en impuestos gubernamentales, y el resto (aproximadamente un 29%) se utiliza en comisiones para los distribuidores y los comerciantes al por menor.
De acuerdo al Buró de Desarrollo Industrial del Ministerio de Economía, la rentabilidad de la indutria automotriz ha bajado hasta menos del 10% dado a los crecientes costos de producción y la competencia en las importaciones. Una razón de mayor importancia para el relativamente reducido margen de ganacias es la baja escala de producción de la industria. Ninguno de los ocho fabricantes de automóviles en Taiwan posee una capacidad anual de producción de más de 100,000 autos.
Los altos impuestos en Taiwan y la elevada base para calcular las tarifas y los impuestos son las razones primordiales del porqué muchos productos importados cuestan substancialmente más cuando son puestos a la venta en el mercado local. Un producto importado por lo general está sujeto a dos importantes gravámenes gubernamentales: aranceles e impuestos sobre las mercaderías.
Una vez más, tómese el ejemplo de los pequeños autos importados cuyos índices arancelarios están fijos en un elevado 42.5%. No obstante, el impuesto efectivo es mucho más que esto ya que se calcula sobre el valor CIF (costo, seguro y flete) además de las cuotas por tuarias. Esta elevada cantidad impositiva es posteriormente utilizada como base para gravar el impuesto comercial, que en este caso asciende al 22%.
Esta es la razón por la cual un Toyota de 2,000cc. fabricado en Estados Unidos, el cual cuesta US$12,000 (aproximadamente NT$312,000) se vende en Taiwan a NT$730,000, y un BMW 3161 el cual en Alemania Federal tiene un costo equivalente a NT$400,000, se vende en Taiwan por NT$930,000. En ambos casos, el precio en Taiwan es 2.3 veces más que el precio en los respectivos mercados internacionales.
Y es esencialmente por la misma razón que un televisor a colores de 20 pulgadas de marca Sony, que se vende por NT$12,740 en Nueva York, se mercadea por casi el doble en Taipei; y un horno de microondas National, cuyo precio en Estados Unidos es de NT$5,000, cuesta casi el doble en Taiwan.
En cuanto a porqué los productos fabricados en Taiwan se venden en Estados Unidos por tan sólo la mitad de lo que se venden en Taiwan, ésto puede atribuirse a tres factores importantes. Uno es que los productos para exportación de Taiwan no están sujetos a un impuesto sobre las mercaderías, y los aranceles aduaneros originalmente impuestos en las materias primas utilizadas en la manufactura son reembolsables.
Otra razón es que los productos para exportación son generalmente producidos en grandes cantidades, y los costos para la producción de una unidad son más bajos que para los productos manufacturados exclusivamente para el pequeño mercado local. El precio de exportación entonces puede fijarse lo suficientemente bajo para combatir la competencia internacional y a la vez dejar ganancias en las ventas de las exportaciones. (Si los precios de las exportaciones se fijan a menos del costo, esto constituiría un "dumping" y pronto provocaría fuertes represalías de parte de los socios comerciales de Taiwan, especialmente de Estados Unidos). Evidentemente estas economías de escala no llegan a los compradores locales por algunas de las razones exploradas aquí.
Una tercera razón es que los costos de distribución son más bajos en los Estados Unidos dado a la prevalencia de un alto volumen de ventas al por menor y a bajos precios, lo cual limita el alza de los mismos, incluso para quienes comercian al por menor a baja escala por una prima por la cual la gente está dispuesta a pagar por la comodidad, servicio y otros valores no incluidos en el precio.
Pocas de las personas que están interesadas acerca del alto nivel de los precios en Taiwan creen que el problema seguirá siendo insuperable durante largo tiempo. En primer lugar, las autoridades gubernamentales han empezado a prestar seria atención al problema estudiando ciudades internacionales para determinar los hechos relevantes a las extensas discrepancias que existen entre los precios locales e internacionales. Ya hay un creciente consenso entre las autoridades gubernamentales responsables de que la manera más efectiva de atacar los elevados precios para el consumidor es abriendo el mercado local para provocar la competencia internacional.
De hecho, los consumidores locales ya se están beneficiando de las repetidas reducciones arancelarias y de la relajación de los controles sobre las importaciones en Taiwan a través de los años dado que muchas compañías siguen reduciendo los precios para enfrentar la competencia en las importaciones. Por ejemplo, los precios de los aparatos electrodomésticos y de los automóviles han disminuido entre un 6 y 10 por ciento este año.
Además, el Gobierno está tomando medidas para reducir el impuesto sobre las mercaderías de una amplia variedad de productos y ha prometido más reducciones de este tipo en el futuro en respuesta a las crecientes presiones de parte de los fabricantes quienes durante mucho tiempo han considerado que dicho impuesto es anticuado y han exigido su eliminación. En lo que respecta al programa para devolver los impuestos a los exportadores, el Gobierno ya empezó a bosquejarlo.
Es factible que el Gobierno eventualmente cambie la base para calcular las tarifas de importación, de CIF a FOB (franco a bordo). Durante mucho tiempo Estados Unidos ha opinado que tal cambio hará que los productos norteamericanos sean más competitivos en el mercado de Taiwan y que ayudará a reducir el desequilibrio comercial entre ambas partes.
Además de la reestructuración de los sistemas de impuestos y de la liberalización de los controles de importación, muchos oficiales gubernamentales creen que una ley de comercio justo ayudará también a abordar el problema de los altos precios para el consumidor en Taiwan. En vista de esto, el Gobierno está buscando que el Yuan Legislativo apruebe el año próximo un proyecto de ley diseñado con el fin de asegurar un comercio justo y una competencia libre.
Otro rastro del tiempo es que un periódico chino local, el United Evening News, a partir de mediados de diciembre de 1988 publicó una larga serie de artículos en los cuales analizó las respuestas a la pregunta del porqué los precios de las importaciones son tan altos. En noviembre de 1989, la Oficina de Información del Gobierno de la República de China en Taiwan otorgó el premio periodístico de servicios públicos a dicho periódico por esta serie.
Por lo tanto, hay razón de optimismo dado a que la conciencia hacia los problemas del consumidor sigue aumentando en Taiwan. La gente está menos inclinada a tolerar que se le cobren precios exorbitantes y está empezando a proteger sus intereses. Es cuestión de tiempo para que esta conciencia de parte de los consumidores sea lo suficientemente fuerte para que estimule la solución del problema de los precios elevados. □