08/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El líder de los precios

01/01/1990
FOTO DE HUANG CHUONG-SIN Tan caro que es casi prohibitivo: los precios de los bienes de consumo en Taiwan han subido por un conjunto complejo de causas.
La República de China en Taiwan no es la única nación que se enfrenta al pro­blema de un nivel de precios que oscila entre un 40% y un 100% más que los de los Es­tados Unidos y otras naciones. Un estudio realizado por el prestigioso Instituto de Eco­nomía Internacional en Washington, D.C. mostró que cuando se considera el costo de vida en Japón, el ingreso real per cápita ja­ponés fue considerablemente menor en com­paración con la cifra de los Estados Unidos. Antes de ajustar las cifras de los ingresos para las diferencias en el poder de compra, el ingreso per cápita japonés pareció ser un poco mayor que aquel de los Estados Unidos.

Estos descubrimientos fueron posterior­mente confirmados en un reporte de la re­vista Time en su edición del 20 de no­viembre de 1989, el cual declaró que un es­tudio conjunto del Ministerio de Industria y Comercio Internacional de Japón (MITI, siglas en inglés) y del Departamento de Co­mercio de los Estados Unidos reveló que los costos de los productos para el consumidor en Tokio son un 40% más altos que en la ciudad de Nueva York.

Durante mucho tiempo, los intereses de los consumidores japoneses parecían haber ignorado la situación. La gente dirigía su atención a la inflación y no captaba el signi­ficado del alto nivel de los precios. Las per­cepciones empezaron a cambiar cuando los turistas japoneses fueron expuestos a los precios en Estados Unidos. Ellos experimen­taron la realidad de que casi todo cuesta menos en Estados Unidos, incluso en los lu­gares turísticos más costosos de dicha nación, que en Tokio. La conciencia hacia los precios ha ido incrementando en Japón, y los principales artículos sobre "la explota­ción de los precios" en el mercado local ja­ponés también han aparecido en los medios de comunicación de los Estados Unidos y posiblemente han jugado un papel en la de­cisión del Departamento de Comercio de Es­tados Unidos de participar en este campo.

FOTO DE HUANG CHUONG-SIN

Los altos ingresos han actuado como un magneto que atrae costosos productos importados. Taiwan tiene un enorme déficit comercial con Japón.

Un proceso similar de mayor conciencia y participación de parte del Gobierno y los consumidores está llevándose a cabo en Taiwan, según indica el siguiente artículo por Osman Tseng (曾慶祥), periodista ex­perto en economía. Ello constituye un desa­rrollo comprensible dado que la Rep. de China sigue avanzando hacia una integra­ción global y está en una transición de "vivir para exportar" a "satisfacer la demanda local".

Los precios de la mayoría de los pro­ductos que se venden en Taipei son más altos que en otras ciudades asiáticas y americanas, según manifiesta una inves­tigación conducida en marzo de 1989 por el Consejo de Planificación y Desarrollo Económico (bajo el Yuan Ejecutivo o Gabinete). La encuesta comparó los precios de productos similares vendidos en Taipei, Hong Kong, Singapur, Manila, Kuala Lumpur, Seúl, Tokio y Boston, y cubrió seis extensas categorías de pro­ductos: cosméticos, detergentes, ali­mentos, electrodomésticos, instru­mentos musicales y automóviles. Un total de 50 productos específicos fueron analizados en estas categorías.

Taipei encabeza la lista de todas estas ciudades en los precios de 17 de los 44 artículos para los cuales se podría ob­tener bastante información. Ocupa el se­gundo lugar en precios para doce pro­ductos adicionales y tercero en los de ocho productos más. Los precios de los automóviles en Taipei son especialmente altos. Son casi el doble del nivel de los precios de los autos en Estados Unidos (incluso a ese nivel, son aún más bajos que los precios de los automóviles en Corea del Sur). El Consejo no ha publi­cado todavía otros detalles de los resul­tados que mencionan otros productos que se venden más caros en Taipei que en las ciudades mencionadas ni en qué porcentajes se desvían de los precios internacionales.

La Junta Supervisora de los Precios de los Productos para el Consumidor del Ministerio de Economía está preparán­dose para conducir una encuesta similar en un futuro próximo. Cubrirá más ciu­dades internacionales, incluyendo Bang­kok, Melbourne, Los Angeles, Nueva York, Londres, París y Ginebra, así como las ciudades ya mencionadas.

Esta agotadora actividad en un área raramente estudiada por agencia local alguna, ya sea privada o gubernamental, refleja la creciente sensibilidad de las au­toridades para controlar los asuntos que afectan a los consumidores.

En una carta reciente al China Post, uno de los dos periódicos en inglés en Taiwan, un extranjero radicado en Taipei se quejó de los altos precios en esta isla-provincia. El narró su reciente visita a un supermercado de París en donde compró un litro de jugo de uva, un litro de agua mineral, dos paquetes grandes de galletas y una barra grande de pan por un total de 21 francos (aproxima­damente US$3.25). El paga mucho más del doble por las mismas compras en Taipei.

El expatriado también hizo indicaciones sobre los "artificialmente" ele­vados precios de los artículos importados en Taipei. El expresó su esperanza de que el Gobierno se asegure de que los precios locales se mantengan más cerca de las "realidades internacionales" para el bien de todos.

Los residentes locales están cada vez más concientes de la situación porque ellos escuchan que tienen que pagar mucho más por los productos fabricados en Taiwan y vendidos en el mercado local que lo que los consumidores en el extranjero pagan por productos similares manufacturados en Taiwan y vendidos en el extranjero. Un taxista, por ejemplo, recientemente citó a sus parientes que viven en Estados Unidos en el sentido de que los precios estadounidenses por productos fabricados en Taiwan cuestan casi la mitad de lo que los mismos artícu­los cuestan en Taiwan. Tales quejas son cada vez más comunes.

Según entrevistas con varios funcio­narios gubernamentales, empresarios y consumidores, son muchas las causas de los exorbitantes precios de Taiwan. Estas incluyen el considerable incremento en los costos de producción durante los úl­timos años, impuestos elevados, una protección gubernamental profundamente enraizada, y un costoso sistema de distribución.

Durante los últimos tres años, los costos de las fábricas y los edificios de oficinas se han duplicado varias veces debido principalmente a la especulación de los bienes raíces. Mientras tanto, los salarios también han subido considera­blemente, aumentando entre un 40 y 50%. El incremento en los costos de producción resulta en precios más elevados, en particular para la industria de servicios y los productos introducidos recientemente.

Los impuestos elevados son otro de los factores principales en los altos pre­cios de los productos para el consumidor en Taiwan. Las empresas automovilísticas, por ejemplo, tienen que pagar im­puestos sobre las mercaderías los cuales oscilan entre un 25 y 60%, además de un 25% de impuesto fijo sobre los ingresos de la corporación. Para las compañías vendedoras de cosméticos, el impuesto sobre las mercaderías alcanza hasta un 80%, uno de los más altos en el mundo.

El sistema de distribución en Taiwan tiene mucho que ver con el alto nivel de los precios para el consumidor. A los dis­tribuidores se les dan derechos exclu­sivos sobre muchos productos impor­tados y manufacturados en Taiwan. Esto permite a los distribuidores y a los fabri­cantes o importadores ejercitar un mayor control sobre los precios. El mer­cado de Taiwan, con un limitado espacio territorial y con solo 20 millones de con­sumidores, se encuentra particularmente vulnerable a tal manipulación.

El sistema de distribución a través de agencias exclusivas está cambiando para los productos que encaran mercados cada vez más competitivos. Por ejemplo, pocos fabricantes de aparatos electrodomésticos tales como televisores y má­quinas de lavar están vendiendo sus mer­cancías de la manera acostumbrada -por medio de agentes, comerciantes al por mayor y al por menor. Dado a la aguda competencia en los mercados locales e internacionales, los fabricantes están vendiendo directamente sus productos a través de varios distribuidores regionales quienes actúan tanto como comerciantes al por mayor así como al por menor. De esta manera ellos pueden ahorrar en los costos de mercadeo y reducir los precios de venta. Ambos, fabricantes y distribui­dores están orientándose hacia una polí­tica de un bajo margen de beneficios con el fin de impulsar una reducción en los precios de venta.

Por ejemplo, el precio de fábrica de una máquina de lavar automática de 8.2 kilogramos ofrecida por la Corporación Sampo, uno de los principales fabricantes de aparatos electrodomésticos en Taiwan, es de NT$11,000. Los precios que sus distribuidores cotizan a los con­sumidores oscilan entre NT$12,000 y NT$13,000. Según Eric Chen, adminis­trador de finanzas de dicha compañía, los niveles de los precios permiten al dis­tribuidor una ganancia neta de entre 4 y 10 por ciento.

A pesar de los esfuerzos de los fabri­cantes de aparatos electrodomésticos para reducir los precios de venta, sus precios no siempre son considerablemente más bajos que aquellos de modelos im­portados similares. Tómese como ejemplo una comparable lavadora Whir­pool fabricada en los Estados Unidos, la cual sólo cuesta NT$13,000 incluso si los importadores del producto tienen que agregar los costos de transporte y un 15% de impuestos.

Los precios de los productos que aún se manufacturan bajo la estricta protec­ción del Gobierno son por lo general ex­tremadamente altos. Los automóviles son uno de estos casos. Actualmente, el Gobierno impone una tarifa de importa­ción del 42.5% sobre los coches pequeños y una del 48% para los camiones y autos de pasajeros. Además, la importación de automóviles japoneses está totalmente prohibida, una medida basada en el con­tinuo incremento del substancial déficit comercial de Taiwan con Japón.

Uno de los resultados de tan extre­mada protección es que los precios de los autos fabricados localmente son conside­rablemente más altos que los de los mo­delos similares producidos por fabri­cantes extranjeros. Por ejemplo, el Tels­tar de 1,800 cc introducido reciente­mente por Ford Lio Ho Motor Com­pany, una empresa conjunta en la cual la American Ford Motor Co. posee un 70% de las acciones, se vende en Taiwan por NT$480,000, un 50% más que el precio del mismo modelo que la compañía matriz vende en Estados Unidos.

Sin embargo, el alto nivel de los pre­cios de los autos manufacturados en Taiwan no significa necesariamente altas ganancias. Este parece ser el caso en la estructura del precio para el modelo Ford Lio Ho. El desglose de su precio de NT$480,000 se distibuye de la manera si­guiente: NT$270,000 (casi un 56%) son para el fabricante del auto, NT$70,000 (aproximadamente un 15%) son pagados en impuestos gubernamentales, y el resto (aproximadamente un 29%) se uti­liza en comisiones para los distribuidores y los comerciantes al por menor.

De acuerdo al Buró de Desarrollo In­dustrial del Ministerio de Economía, la rentabilidad de la indutria automotriz ha bajado hasta menos del 10% dado a los crecientes costos de producción y la com­petencia en las importaciones. Una razón de mayor importancia para el rela­tivamente reducido margen de ganacias es la baja escala de producción de la in­dustria. Ninguno de los ocho fabricantes de automóviles en Taiwan posee una ca­pacidad anual de producción de más de 100,000 autos.

Los altos impuestos en Taiwan y la elevada base para calcular las tarifas y los impuestos son las razones primordiales del porqué muchos productos impor­tados cuestan substancialmente más cuando son puestos a la venta en el mer­cado local. Un producto importado por lo general está sujeto a dos importantes gravámenes gubernamentales: aranceles e impuestos sobre las mercaderías.

Una vez más, tómese el ejemplo de los pequeños autos importados cuyos ín­dices arancelarios están fijos en un ele­vado 42.5%. No obstante, el impuesto efectivo es mucho más que esto ya que se calcula sobre el valor CIF (costo, seguro y flete) además de las cuotas por­ tuarias. Esta elevada cantidad impositiva es posteriormente utilizada como base para gravar el impuesto comercial, que en este caso asciende al 22%.

Esta es la razón por la cual un Toyota de 2,000cc. fabricado en Estados Unidos, el cual cuesta US$12,000 (apro­ximadamente NT$312,000) se vende en Taiwan a NT$730,000, y un BMW 3161 el cual en Alemania Federal tiene un costo equivalente a NT$400,000, se vende en Taiwan por NT$930,000. En ambos casos, el precio en Taiwan es 2.3 veces más que el precio en los respec­tivos mercados internacionales.

Y es esencialmente por la misma razón que un televisor a colores de 20 pulgadas de marca Sony, que se vende por NT$12,740 en Nueva York, se mer­cadea por casi el doble en Taipei; y un horno de microondas National, cuyo precio en Estados Unidos es de NT$5,000, cuesta casi el doble en Taiwan.

En cuanto a porqué los productos fa­bricados en Taiwan se venden en Estados Unidos por tan sólo la mitad de lo que se venden en Taiwan, ésto puede atribuirse a tres factores importantes. Uno es que los productos para exportación de Taiwan no están sujetos a un impuesto sobre las mercaderías, y los aranceles aduaneros originalmente impuestos en las materias primas utilizadas en la ma­nufactura son reembolsables.

Otra razón es que los productos para exportación son generalmente produ­cidos en grandes cantidades, y los costos para la producción de una unidad son más bajos que para los productos manu­facturados exclusivamente para el pe­queño mercado local. El precio de expor­tación entonces puede fijarse lo suficien­temente bajo para combatir la competen­cia internacional y a la vez dejar ganan­cias en las ventas de las exportaciones. (Si los precios de las exportaciones se fijan a menos del costo, esto constituiría un "dumping" y pronto provocaría fuertes represalías de parte de los socios comerciales de Taiwan, especialmente de Estados Unidos). Evidentemente estas economías de escala no llegan a los compradores locales por algunas de las razones exploradas aquí.

Una tercera razón es que los costos de distribución son más bajos en los Estados Unidos dado a la prevalencia de un alto volumen de ventas al por menor y a bajos precios, lo cual limita el alza de los mismos, incluso para quienes comercian al por menor a baja escala por una prima por la cual la gente está dispuesta a pagar por la comodidad, servicio y otros va­lores no incluidos en el precio.

Pocas de las personas que están inte­resadas acerca del alto nivel de los pre­cios en Taiwan creen que el problema se­guirá siendo insuperable durante largo tiempo. En primer lugar, las autoridades gubernamentales han empezado a pres­tar seria atención al problema estudiando ciudades internacionales para determinar los hechos relevantes a las extensas dis­crepancias que existen entre los precios locales e internacionales. Ya hay un cre­ciente consenso entre las autoridades gu­bernamentales responsables de que la manera más efectiva de atacar los ele­vados precios para el consumidor es abriendo el mercado local para provocar la competencia internacional.

De hecho, los consumidores locales ya se están beneficiando de las repetidas reducciones arancelarias y de la relaja­ción de los controles sobre las importa­ciones en Taiwan a través de los años dado que muchas compañías siguen re­duciendo los precios para enfrentar la competencia en las importaciones. Por ejemplo, los precios de los aparatos elec­trodomésticos y de los automóviles han disminuido entre un 6 y 10 por ciento este año.

Además, el Gobierno está tomando medidas para reducir el impuesto sobre las mercaderías de una amplia variedad de productos y ha prometido más reduc­ciones de este tipo en el futuro en res­puesta a las crecientes presiones de parte de los fabricantes quienes durante mucho tiempo han considerado que dicho impuesto es anticuado y han exi­gido su eliminación. En lo que respecta al programa para devolver los impuestos a los exportadores, el Gobierno ya empezó a bosquejarlo.

Es factible que el Gobierno eventual­mente cambie la base para calcular las ta­rifas de importación, de CIF a FOB (franco a bordo). Durante mucho tiempo Estados Unidos ha opinado que tal cambio hará que los productos nortea­mericanos sean más competitivos en el mercado de Taiwan y que ayudará a re­ducir el desequilibrio comercial entre ambas partes.

Además de la reestructuración de los sistemas de impuestos y de la liberali­zación de los controles de importación, muchos oficiales gubernamentales creen que una ley de comercio justo ayudará también a abordar el problema de los altos precios para el consumidor en Taiwan. En vista de esto, el Gobierno está buscando que el Yuan Legislativo apruebe el año próximo un proyecto de ley diseñado con el fin de asegurar un co­mercio justo y una competencia libre.

Otro rastro del tiempo es que un pe­riódico chino local, el United Evening News, a partir de mediados de diciembre de 1988 publicó una larga serie de artícu­los en los cuales analizó las respuestas a la pregunta del porqué los precios de las importaciones son tan altos. En no­viembre de 1989, la Oficina de Información del Gobierno de la República de China en Taiwan otorgó el premio perio­dístico de servicios públicos a dicho pe­riódico por esta serie.

Por lo tanto, hay razón de optimismo dado a que la conciencia hacia los pro­blemas del consumidor sigue aumen­tando en Taiwan. La gente está menos inclinada a tolerar que se le cobren pre­cios exorbitantes y está empezando a proteger sus intereses. Es cuestión de tiempo para que esta conciencia de parte de los consumidores sea lo suficiente­mente fuerte para que estimule la solu­ción del problema de los precios elevados. □

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