02/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El poder de la Perestroika

01/09/1990
Motivados por los rápidos cambios políticos y las reformas económicas en la Unión Soviética y Europa Oriental, fun­cionarios del Gobierno y hombres de ne­gocios de la República de China están ha­ciendo todo los esfuerzos posibles para fortalecer las relaciones comerciales e in­versiones con esa región del mundo. Aunque todavía es limitado, el comercio de la República de China con la URSS y Europa Oriental está creciendo más rápi­damente que en cualquier otra región del mundo. Esto se debe, en parte a la política de liberalización comercial que ha adoptado el Gobierno con respecto a los estados comunistas, y en otra al resul­tado de varios años de esfuerzos de parte de los hombres de negocios para desarro­llar esos mercados. El comercio bilateral de la República de China con la Unión Soviética y Europa Oriental en 1989, aumentó en un 46 por ciento sobre el año anterior, para alcanzar más de US$369 millones. Las exportaciones a dicha región aumentaron en un 90% para alcanzar US$116 millones, mientras que las importaciones aumentaron en un 15% para alcanzar US$248 millones. El mayor crecimiento fue registrado en el comercio con la Unión Soviética, que aumentó en un 67% el año pasado, para llegar a la suma de US$75 millones. Desde fines de los años 80 se ha estado haciendo comercio con la URSS. En aquellos momentos, las firmas co­merciales de Taiwan comenzaron a tomar ventajas de la política de la peres­troika de Gorbachov y la potencialmente enorme demanda que tiene la URSS por bienes de capital y bienes de consumo. Sin embargo, el comercio fue por vías in­directas hasta el 1- de marzo de 1990, fecha cuando el Gobierno de la Repú­blica de China levantó la prohibición sobre el comercio directo (a excepción de bienes estratégicos) con la Unión Soviética y Albania, los dos últimos estados de Europa Oriental que aún quedaban con restricciones comerciales por parte de la República de China. Hasta esa fecha, las empresa de Taiwan vend’ian sus productos a la Unión Soviética a través de compañía japonesas y de ter­ceros países, tales como Austria, que tienen una acceso más conveniente al mercado soviético. Habiéndose eliminado la mayor parte de las restricciones comerciales, los comerciantes de Taiwan están ahora moviéndose más activamente para pro­mover las relaciones comerciales con los soviéticos. Por ejemplo, la Asociación de Comercio Internacional de la República de China, una entidad privada, inauguró el primer centro de exhibición de pro­ductos de Taiwan en Moscú, el 31 de marzo del presente año. El centro, que ha sido organizado conjuntamente con la Reitz Holdings, una compañía austra­liana que se especializa en el comercio con la Unión Soviética, exhibe productos de 300 a 400 firmas de Taiwan. La opera­ción aún se encuentra en su fase prelimi­nar y deberá crecer rápidamente en los próximos dos años, cuando se espera que el número de exhibidores aumente a 1.000. Más aún, Taiwan tendrá muy pronto su primera compañía comercial creada exclusivamente para realizar negocios con la Unión Soviética. La firma comer­cial, con un capital de más de US$25 mi­llones y que inició sus actividades en mayo de 1990, comercializará inicial­mente productos electrónicos, computa­doras y equipos periférico, textiles, pro­ductos petroquímico y productos de hierro y acero. Hsieh Lai-fa, un miembro del Yuan Legislativo y presi­dente de la Great Electronic Corporation de Taipei, es el presidente de la nueva compañía. El espera que el volumen de ventas anuales de la recién establecida firma comercial alcance US$30 millones en su primer año de operaciones y poste­riormente sea de US$100 millones. Para ayudar a los comerciantes lo­cales a obtener información de primera mano acerca del mercado soviético, el semioficial Consejo para el Desarrollo del Comercio Exterior de China (CETRA), la organización de promoción comercial más grande de Taiwan, orga­nizó una misión de comercio e inver­siones de la República de China com­puesta por 15 miembros, que viajó a la Unión Soviética. La misión fue encabe­zada por Liu Ting-tsu, secretario general del CETRA. Además de entrevistarse con los funcionarios encargados de asuntos comerciales y hombres de nego­cio soviéticos, la misión procuró el inter­cambio de oficinas comerciales, que son necesarias para la administración de visas y otros asuntos que surgirán con el aumento del comercio bilateral. Las autoridades comerciales y las compañías de Taiwan también han tra­tado de promover el comercio y las rela­ciones económicas con Alemania Orien­tal, Polonia, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia. Taipei le dio inicialmente prioridad máxima a esas cinco naciones en el desarrollo de los mercados de Europa Oriental, debido a que fueron las primeras en introducir cambios políticos y económicos, y lo más importante de todo, ellas han mostrado un fuerte in­terés en hacer negocios con la República de China. Pero, pareciera ahora que Ru­mania, y en menor grado Bulgaria, están dirigiéndose por la misma ruta y podrían aflojar sus anteriormente fuertes lazos ideológicos y políticos con China conti­nental. Incluso Albania ha mostrado in­dicios de procurar una política más pro­gresista. Esto ha hecho que la República de China incluya Albania dentro de la de­cisión de permitir el comercio directo con la URSS. Otra razón importante para desarro­llar el comercio con Europa Oriental es que las economías de sus países y aquella de Taiwan son complementarias en muchos aspectos. En su revitalizado es­fuerzo por lograr el desarrollo econó­mico, esas naciones neceitan urgentemente productos y bienes de consumo en rubros donde Taiwan es fuerte. Ellas pueden, de vuelta, venderle maquinarias y materias primas a Taiwan para tomar ventajas de la rápidamente creciente de­manda por bienes de producción de la isla. Junto a los estado europeo orien­tales, Alemania Oriental parece prometer las mejores perspectiva de ventas para Taiwan. Esto se debe no sólo a que Ale­mania Oriental goza del mayor ingreso nacional entre las naciones de Europa Oriental. Ni tampoco se debe a que Ale­mania Oriental está llevando a cabo vigo­rosas reformas y esté en el proceso de reunificarse con Alemania Occidental, desarrollos que contribuirían a la expan­sión económica de Europa Oriental y au­mentaría su demanda por bienes y servi­cios del exterior. La principal razón es que Taiwan tiene una mejor oportunidad de vender productos en una Alemania Oriental liberalizada, debido a que ya tiene acceso a ese mercado. Actualmente, Taiwan está expor­tando un volumen cada vez mayor de productos a Alemania Oriental, princi­palmente textiles, electrónicos, compu­tadoras y alimento enlatado. La mayor parte de esas exportaciones se hacen a través de comerciantes de Alemania Oc­cidental, debido a que la República de China ya mantiene fuerte lazos econó­micos y comerciales con Alemania Occi­dental. El comercio entre los dos países alcanzó cerca de US$5.000 millones el año pasado, sobrepasando muy por encima al comercio bilateral que tiene la República de China con cualquiera de los otros socios comerciales europeos. Por lo tanto, el mejoramiento de las rela­ciones de Alemania Occidental con Ale­mania Oriental debe, de igual manera, ayudar a facilitar el comercio de la Repú­blica de China con Europa Oriental. El comercio de la República de China con Polonia espera tener una auge mayor durante este año en vista que ambos países acordaron formalmente en marzo concederse mutuamente un trato con tarifas preferenciales. En el presente, Polonia es el socio comercial más grande que tiene Taiwan entre las naciones de Europa Oriental, con un comercio bilate­ral que totalizó US$82 millones el año pasado. Las perspectivas comerciales con Checoslovaquia, Hungría y Yugosla­via son también muy prometedoras, ya que el Gobierno de la República de China procura expandir los vínculos co­merciales con dicha región. Los contactos e intercambios comer­ciales son importantes para facilitar el co­mercio bilateral frente a la ausencia de relaciones diplomáticas entre la Repú­blica de China y los estados de Europa Oriental. Para responder a esta necesi­dad, el Gobierno de la República de China comenzó, a inicios de 1989, a eli­minar las restricciones para permitir que los hombres de negocios de Taiwan puedan viajar a Europa Oriental, llevar a cabo sus operaciones comerciales y otras actividades complementarias. Simultáneamente, la República de China ha rela­jado las restricciones para poder ofrecerle un trato recíproco a los hombres de ne­gocios provenientes de Europa Oriental. Para manejar todos los asuntos rela­cionados con viaje y comercio, la Repú­blica de China ha estado también procu­rando el intercambio de oficinas de re­presentación comercial, un esfuerzo que ya ha obtenido respuestas positivas. Hun­gría ha acordado con la República de China, crear oficina comerciales en las capitales de ambos países en un futuro cercano. Se están conduciendo negocia­ciones en este mismo sentido de parte de la República de China con Checoslova­quia, Alemania Oriental, Polonia y Yugoslavia. Con el fin de alentar a los empresa­rios de Taiwan para que inviertan en Europa Oriental y procurar protección para sus inversiones, la República de China está tratando de negociar pactos bilaterales en ese entido. Esta idea de protección a la inversión ha surgido debido a que mucho empresarios de Taiwan están considerando invertir en Europa Oriental. Ellos esperan producir bienes de consumo allí, no solamente para satisfacer la demanda interna de dichos países, sino también para tomar ventajas de la proximidad de esa región con la Comunidad Europea. Entre los fabricantes que están to­mando en consideración este tipo de in­versiones se encuentran los fabricantes de muebles de Taiwan. Esos empresarios consideran que ellos pueden producir muebles en forma lucrativa en países como Yugoslavia y Checoslovaquia, ha­ciendo uso de sus ricos recursos made­reros y mano de obra barata. Aparte de eso, CETRA está entrevistando a fabri­cantes importantes de otras industria de Taiwan para estudiar la posibilidad de que realicen inversiones en Europa Oriental. Las inversiones de la República de China también podrían tomar la forma de inversiones conjuntas con el respaldo financiero del Fondo para el Desarrollo y la Cooperación Económica Internacio­nal de Taipei (IECDF). En un esfuerzo por apoyar las reformas económicas en Europa Oriental, la República de China decidió a inicios de este año incluir a esas naciones como objetivos de la asistencia financiera con un fondo de US$1.100 mi­llones. El programa ofrece, entre otras cosas, la posibilidad de que cualquier in­versión conjunta que busque promover el desarrollo industrial en Europa Orien­tal pueda calificar para obtener apoyo fi­nanciero. Algunos de esos países, in­cluyendo Yugoslavia, ya ha recurrido a la República de China para ver la posibili­dad de obtener tal financiamiento. A pesar de todos los esfuerzos guber­namentales y privados por aprovechar las oportunidades comerciales y de inver­siones en la Unión Soviética y Europa Oriental, los retos a que hay que enfren­tarse para hacer negocios con esos países son formidables. Este es el punto de vista que los empresarios de Taiwan están tratando de aprovechar en medio de la reestructuración política y económica de la URSS y las naciones de Europa Oriental. Una causa de preocupación es que la situación política en muchos de esos países aún dista de ser estable. Los desórdenes políticos o serias intranquilidades étnica, como los que han ocurrido en la URSS, pueden poner en peligro cualquier proyecto de inver­siones bien planificado. Incluso fuera de esta consideración, la infraestructura ina­decuada y el bajo rendimiento siguen plagando a casi todos los países europeos orientales. Esto dificulta mucho las ope­raciones por parte de los inversionistas que vienen de fuera. La falta de divisas extranjeras es otro problema muy común en los países euro­peos orientales, y es uno particularmente difícil de solucionar. En muchos casos, la venta de productos a dicho países tiene que ser llevada a cabo por medio del trueque, o mediante el pago aplazado con términos de 90 a 180 día. Las firmas comerciales con debilidad financiera no pueden darse el lujo de realizar negocios en cualquiera de estas dos formas. La falta de información en Taiwan acerca de los mercados de Europa Orien­tal es otro problema que tienen los hombres de negocios, especialmente debido a su continuamente cambiante si­tuación política y económica. Como re­sultado, mucho empresarios de Taiwan, quienes hasta recientemente tenían prohibido viajar a cualquier país comunista, siguen dependiendo de ter­ceros países para obtener información acerca de Europa Oriental. Todas esas dificultades han llevado a que Hsu Ko-sheng, director general de la Junta de Comercio Exterior del Ministerio de Economía, aconseje a los comer­ciantes en Taiwan a no ser demasiado op­timistas acerca de los negocio con la Unión Soviética y los países de Europa Oriental. □

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