30/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Restructurando las empresas pequeñas y medianas

01/09/1990
En los últimos 30 años, las empresas pequeñas y medianas (SMEs, siglas en inglés) orientadas a las exportaciones han jugado un papel clave en la economía de Taiwan. Su limitado tamaño les da flexibilidad, les permite responder rápidamente y les ahorra costos excesivos. Pero su peque­ñez las hace más frágiles financieramente, y tampoco poseen las ventajas de las econo­mías de escala en la compilación de infor­mación, mercadeo y presupuesto para inves­tigaciones y desarrollo (R&D).

En el siguiente artículo, la Dra. Hsueh Li-min (薛立敏), investigadora asociada del Instituto de Investigación Económica Chung-Hwa, hace una mirada a fondo en lo que ha hecho que las empresas medianas y pequeñas de Taiwan hayan tenido tanto éxito en el pasado, e indica cómo estas expe­riencias pueden ser aplicadas en la competi­tividad futura, tanto en el mercado domés­tico como en el internacional. Esta es una versión editada del informe que ella presentó durante la "Conferencia sobre Hungría en los 90" celebrada en Budapest en noviembre de 1989.

El índice de crecimiento del Pro­ducto Nacional Bruto (PNB) en un 9% durante los últimos treinta años, ha transformado a la República de China en Taiwan en una de las exitosamente recién industrializadas economías. Las empresas pequeñas y medianas (a las cuales a partir de ahora nos referiremos como SMEs) de Taiwan han jugado un papel más importante en este proceso que aquellas en Corea del Sur y otras na­ciones en vías de desarrollo.

Existen aproximadamente 750.000 establecimientos empresariales en Taiwan, casi todos los cuales (un 98,5%) están clasificados como SMEs. Desde 1982, el limite de la cantidad bajo la cual una compañía pasa a integrar la categoría de las grandes empresas ha sido estable­cido a un poco más de US$1,5 millones (para algunas en los derechos del propie­tario sobre el activo para la manufactura y para otras en el total bruto sobre las ventas). Casi dos terceras partes de las SMEs están en el sector comercial (que incluye comercio al por mayor y menor y el negocio de los restaurantes) y muy apenas el 17 por ciento se encuentra en el sector manufacturero. Las SMEs cons­tituyen casi la mitad del PNB de los sec­tores manufacturero y comercial, emplean el 60% de la mano de obra en estos dos sectores y constituyen el 60% de las exportaciones de todos estos sectores de la economía. Estas proporciones han permanecido relativamente estables a través de los años.

Muchos economistas creen que la política de expansión de las exporta­ciones perseguida por el Gobierno desde los años 60 es en gran parte responsable del rápido desarrollo económico de Taiwan. Bajo esta política, los empresa­rios de Taiwan han explotado todas las oportunidades para exportar productos y servicios mediate el establecimiento de numerosas fábricas y compañías comer­ciales pequeñas. Las SMEs orientadas hacia las exportaciones tomaron la delantera en las industrias que fabrican artícu­los electrónicos, productos plásticos, za­patos, artículos deportivos, ropa, pro­ductos metálicos fabricados, maquinaria y alimentos procesados.

El predominio de las SMEs en el de­sarrollo económico de Taiwan ha tenido varios efectos positivos. Primero, están concentradas en las industrias de mano de obra intensiva y, por lo tanto, crean muchos empleos. Las SMEs también han contribuido al equilibrio de las áreas urbanas y rurales. Muchas fábricas pe­queñas entre las SMEs fueron estable­cidas cerca de villas y poblados. El empleo rural en el sector manufacturero creció en un 12,l por ciento en el período 1971-76, mientras que en las áreas ur­banas, el incremento correspondiente fue de menos del 8%. Las fábricas SME ubicadas en las áreas rurales aumentaron considerablemente el ingreso no-agrícola de los hogares y ayudaron a reducir la mi­gración de los trabajadores rurales a las zonas urbanas.

Un tercer efecto positivo del predo­minio de las SMEs ha sido su contribu­ción a la equitativa distribución del in­greso entre los hogares. El "coeficiente Gini" (una medida que se refiere a la igualdad o desigualdad del ingreso: "entre más bajo mejor") gradualmente descendió de 0,369 en 1964 a 0,303 en 1980 (empezó a ascender lentamente en 1980). Otra medida para la distribución del ingreso muestra el índice del total del ingreso de la quinta parte más rica de la población en comparación con la quinta parte más pobre. En 1964 este índice era bastante alto: 5,3 (¡era del 20,5 en 1953!), pero bajó al 4,2 en 1980 y en 1987 aumentó al 4,7.

Existen dos razones para la equita­tiva distribución de los ingresos durante este período: ingreso laboral, como un porcentaje del ingreso nacional proce­dente de todos los factores de producción (agrario, obrero, capital y empresarial), el cual subió de un 48,14 en 1964 a un 61,03 en 1987 debido al rápido creci­miento de las SMEs de mano de obra in­tensiva; la segunda razón es que nume­rosos y arriesgados empresarios, dueños de las SMEs que obtuvieron ganancias del clima económico en Taiwan, también previnieron la concentración de la ri­queza en manos de un puñado. (Aunque la información para 1988-1989 aún no está disponible, los expertos calculan que estas cifras de la distribución de los ingresos son ahora menos favorables).

Las empresas pequeñas y medianas de Taiwan han tenido éxito porque son dinámicas, flexibles y rápidas para ajus­tarse al ambiente cambiante y capaces de identificar oportunidades para obtener ganacias. Pero actualmente están enfren­tando un período de cambios estructu­rales. Taiwan ya no sufre de escasez de capital pero sí de fuerza laboral. Esta última crea costos más altos en la mano de obra, así como una falta de personal capacitado para realizar nuevas tareas, lo que impide la flexibilidad que ha dado fama a las pequeñas y medianas empresas de Taiwan. Además, desde 1983, el valor del Nuevo Dólar Taiwanés (NT$) se ha apreciado en un 36% contra el dólar estadounidense. Como resultado, la supervivencia de las SMEs de mano de obra intensiva está amenazada por la competencia de las fábricas en lugares tales como Tailandia, Malasia y China continental. Es definitivamente necesa­rio mejorar la tecnología, la administra­ción y la investigación y el desarrollo de las SMEs, pero existen varios obstáculos que harán difícil el futuro desarrollo.

Uno de los problemas de las SMEs es su falta de información sobre comer­cialización internacional. Las SMEs por lo general no poseen la habilidad y eco­nomía de escala para establecer canales de mercadeo y publicidad. Se adhieren a su especialidad y experiencia en las ex­portaciones y dejan el mercadeo en el ex­tranjero a las empresas comerciales extranjeras, muchas de las cuales son japo­nesas. Por ejemplo, según un observador bien informado, se cree que las empresas japonesas administran el 60% de las ex­portaciones textiles de Taiwan, aunque algunos importadores son estadouni­denses y europeos, incluyendo muchos pequeños. Las SMEs han aprendido que para ellas es mucho mejor producir ar­tículos que venderlos en el mercado do­méstico o en el extranjero.

En general, las fábricas pequeñas de Taiwan manufacturan productos según los diseños de los compradores o bajo las marcas de los mismos (la denominada manufactura de equipo original, OEM, siglas en inglés). Este acuerdo crea gran incertidumbre para las fábricas pequeñas y medianas de Taiwan porque tan pronto como los compradores extranjeros descubren que los costos de los productos de Taiwan ya no son competitivos, ellos buscan otras fuentes dejando a las SMEs sin negocio.

La manufactura de equipo original es intrínsecamente inflexible y muy vul­nerable a las decisiones empresariales hechas en otros sitios, con poca atención a las necesidades e intereses de las SMEs. En respuesta, el Gobierno du­rante años ha estimulado el desarrollo de las marcas locales, pero pocas empresas han tenido éxito al hacerlo. Por ejemplo, las empresas de computadoras perso­nales Acer y las raquetas de tenis Pro­-Kennex eran empresas muy pequeñas que ahora son internacionalmente reco­nocidas. Pero la falta de capacidad de co­mercialización aún un obstáculo para el desarrollo de la mayoría de las empresas pequeñas y medianas de Taiwan.

Otro problema es la falta de capaci­dad administrativa. La mayor parte de las SMEs son empresas manejadas por fa­milias. En 1985, el 37,15 por ciento de las SMEs fueron organizadas como cor­poraciones, el 69,78% como propiedades y el 1,12 por ciento como asociaciones. Pero incluso las que se organizaron ofi­cialmente como corporaciones fueron en realidad administradas como propie­dades, lo que significa que las finanzas de las compañías y sus dueños no estaban claramente separados. Su presencia entre las corporaciones es más nominal que real.

La Administración de las SME esta­blecida por el Gobierno de la República de China en 1981 lanzó una serie de pro­gramas para mejorar las capacidades ad­ministrativas de los directores de las compañías pequeñas y medianas. El pro­grama enfatiza cursos fundamentales tales como contabilidad, administración financiera, control de inventario, control de la calidad y administración de perso­nal. Dado a las limitaciones presupuesta­rias, estos programas sólo pueden llegar a un número limitado de las SMEs. Por otra parte, los funcionarios no están seguros de si las limitaciones son en reali­dad lamentables para aquellos a quienes los cursos estaban destinados. Según una encuesta de la Adminitración de las SME realizada en 1986, las compañías pequeñas están menos interesadas que las empresas medianas en obtener ayuda de las agencias gubernamentales o firmas consultoras para mejorar sus administraciones.

Dado al creciente costo de la mano de obra en Taiwan, las SMEs necesitan mejorar su tecnología de producción y orientarse más hacia el capital intensivo y al ahorro de la mano de obra, pero están encontrando problemas porque no poseen información adecuada sobre inversiones, capital y capacidad de investi­gación y desarrollo. En respuesta a estas dificultades, mucha SMEs han trasla­dado sus fábricas de mano de obra inten­siva a otras naciones en vías de desa­rrollo, como Malasia, en vez de mejorar sus operaciones en Taiwan o invertir en nuevas y prometedoras industrias.

Los gastos en las tarea de investiga­ción y desarrollo de las empresas me­diana y pequeñas en Taiwan aún son muy reducidos en comparación con otras naciones desarrolladas, porque dichas empresas por lo general no reali­zan tareas en esos campos. Por ejemplo, en 1985, los gastos en investigación y de­sarrollo de las SMEs constituyeron un 1,06 por ciento del PNB de Taiwan 2,83% del de Alemania Federal, 2,53% del de Japón y 2,72% del de los Estados Unidos. El sector privado contribuyó menos del 50% del total de los gastos en investigación y desarrollo en Taiwan.

Para suplementar la deficiencia de las investigaciones y desarrollo privados, en 1973 el Gobierno estableció un labo­ratorio nacional de gran escala conocido como el Instituto Nacional de Investiga­ción Tecnológica Industrial (ITRI, siglas en inglés). Las empresas pequeñas y me­dianas pueden hacer contratos con el ITRI para solucionar problemas técnicos específicos, o el Instituto puede transferir a las SMEs la tecnología que ha desarro­llado. El ITRI ha hecho considerables contribuciones al desarrollo de la industria electrónica de alta tecnología en Taiwan.

Las SMEs de la República de China tienen dificultades para obtener prés­tamo a pesar de que Taiwan posee un substancial excedente comercial. El pro­blema es que las SMEs no poseen un sis­tema sólido de contabilidad, lo que hace que sus estados financieros sean poco se­guros para ser aceptados por bancos y otras instituciones financieras. Por su parte, los bancos han adoptado políticas de préstamos muy rígidas y conserva­doras porque la banca ha estado estrecha­mente regulada por el Gobierno. Du­rante mucho tiempo, la obtención de préstamo ha sido un problema para las SME en Taiwan. Aunque la proporción de los préstamos bancarios destinados a las SMEs se ha incrementado a través de los años, la cifras permanecieron a alre­dedor del 36% en 1986. Para obtener dinero, las SMEs están obligada a pedir préstamos a sus parientes, amigos y usureros que cobran intereses exorbitantes.

En respuesta a esta situación, el Go­bierno ha establecido The Medium Bu­siness Bank of Taiwan (sic.), una institu­ción pública que se especializa en prés­tamos para las empresas pequeñas y me­dianas. Además, hay siete bancos pri­vados, ubicados en diversas áreas lo­cales, que sirven a las empresas pequeñas y mediana.

Estos ocho bancos contribuyeron un 80,34% del valor total de los préstamos a las SMEs en 1985 y un 76,91% en 1986, según información oficial.

Asimismo, el Gobierno estableció un fondo para garantizar créditos en 1974 con el fin de apoyar las solicitudes de préstamos presentadas por las SMEs. En 1986, el 10,6 % de todos los prés­tamos bancarios destinados a las em­presas pequeñas y medianas fueron res­paldados por el fondo fiador, un incre­mento en comparación al 6,5% registrado en 1982. Aproximadamente 40.000 SMEs han ido asistidas por el fondo en mención desde que éste fue establecido. De vez en cuando ha habido fondos es­peciales disponibles para las SMEs, in­cluyendo uno para la compra de equipo para el control de la contaminación, uno para automación y uno de capital de in­versión para industrias estratégicas.

Las empresas pequeñas y medianas descubrirán que les será más fácil obte­ner préstamos cuando el sistema banca­rio de Taiwan se liberalice más, lo que esencialmente significa que los nuevos bancos privados puedan integrarse al mercado.

Durante los últimos años, las em­presas pequeñas y medianas en el sector comercial, tales como supermercados pe­queños, restaurantes y panaderías, han estado enfrentando serios retos por parte de los supermercados modernos y de las cadenas multinacionales. En Taiwan, este sector era más bien convencional e ineficiente antes de que a estas firmas in­ternacionales se les permitiera introdu­cirse bajo las previsoras políticas de inter­nacionalización y liberalización de la Re­pública de China. La modernización del sector comercial ha avanzado rápida­mente en los últimos años, y esto ha be­neficiado enormemente a los consumi­dores, pero también amenaza la supervi­vencia de las pequeñas tiendas tradicionales.

La estructura de la economía de Taiwan está cambiando rápidamente, y nuevos avances incluyen el incremento del crecimiento de las industrias de alta tecnología y de las modernas industrias de servicios, lo que deja menos posibili­dades para que las empresas pequeñas y medianas tradicionales progresen y au­menten en número. Las SMEs tienen que mejorar sus administraciones y tec­nologías con el fin de crecer y sobrevivir durante este período de transición. Las agencias gubernamentales, coordinadas por la Administración de las SME, han iniciado muchos programas para ayu­darlas a mejorar. Pero las únicas em­presas que prosperarán en el futuro son aquellas dirigidas por empresarios que poseen la previsión de aprovechar el am­biente de desafios y que están dispuestos a arriesgarse, que es exactamente lo que los llevó al sitio que ocupan hoy. □


Elasticidad Financiera: Empresas Pequeñas y Medianas Significativamente Distintas

Por Richard Sorich

La "baja proporción del capital social" es uno de los clichés proverbiales que los analistas occidentales utilizan en las discusiones sobre el desarrollo econó­mico y la estructura financiera de las cor­poraciones en el este de Asia. Hay de­bates acerca de si ello introduce vulnera­bilidades precarias en naciones como Japón y Corea del Sur dado a la conside­rable dependencia de los créditos banca­rios que proveen recursos financieros que en los Estados Unidos procederían de las inversiones privadas y no de prés­tamos bancarios. Algunos creen que este sistema es aceptable en los buenos tiempos pero podría constituir un de­sastre financiero para las corporaciones gravadas con préstamos excesivos que están a punto de la bancarrota en sectores económicos decadentes. Otros creen que el establecimiento económico público­ privado en Japón y su contraparte en Corea del Sur mantendrán una mano firme y no permitirán que las crisis se ali­menten del desastre de una estructura financiera empresarial corporativa con pobres inversiones y en estado de tensión.

Los datos sobre finanzas empresa­riales en la República de China en Taiwan muestran un patrón similar de bajos derechos del propietario sobre el activo en la estructura corporativa, pero hasta allí termina la similaridad. En Taiwan, son las SMEs las que poseen poco capital social y viven de dinero prestado.

El cuadro 1 compara la SMEs con las grandes empresa en Taiwan. Los dato sobre las grandes empresas dejan las cifras de las SMEs en un agudo re­lieve y crean una clara imagen sobre las SMEs, hablando en términos finan­cieros. Los datos constituyen una trans­formación en forma más conveniente de las copiosas estadísticas del informe ori­ginal que la Dra. Hsueh presentó en la conferencia llevada a cabo en Budapest en noviembre de 1989.

Como se puede observar en el cuadro 1, las grandes empresa tienen una estructura de capital más parecida a la de las compañías al estilo occidental. Pero debido a que la SME dominan la economía, en general es correcto decir que las empresas de Taiwan también son pobres en capital social. La empresas pe­queñas y medianas de Taiwan no depen­den de préstamos bancarios ya que muchos de sus préstamos proceden de una variedad de fuentes informales, muchas de ellas emparentadas. Por esta razón, en caso de que surgiera una seria caída económica, se duda que la SMEs estén propensas a las crisis del sistema fi­nanciero que preocupan a la gente en el caso del Japón y Corea del Sur. Las SMEs son intrínsecamente demasiado flexibles para que eso ocurra. □

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