29/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Elevando el servicio bancario

01/03/1989
El gobierno de la República de China está procurando liberalizar el sector bancario mediante su apertura hacia las inversiones privadas y el ofrecimiento de un trato nacional a los bancos extranjeros que operan en Taiwan. A través de dichos esfuerzos, que pondrán a los bancos locales y extranjeros en una base más equitativa, el gobierno espera inyectar la competencia necesaria a este sector vital, y así diversificar y dar más eficiencia a los servicios bancarios; mejoras que se requieren para satisfacer las crecientes necesidades comerciales e individuales.

Pero llevar a cabo el cambio y procurar la eficiencia son difíciles, especialmente en el caso de Taiwan, dada la amplia gama de problemas financieros que presionan y demandan una solución. Si bien existe lugar para un considerable optimismo acerca del oportuno éxito de la liberalización bancaria, especialmente dado el impetú que pueden traer las instituciones financieras extranjeras a la competencia en Taiwan, el proceso refleja ser complejo.

Osman Tseng (曾慶祥), vicepresidente del China Economic News Service y uno de los más destacados reporteros económicos de Taiwan, nos presenta en este artículo una análisis acerca de los asuntos claves que acosan al gobierno, e ilustra algunas de las complejidades dentro de la liberalización del sector bancario.

Nunca ha sido tan severa la crítica contra la ineficiencia de los bancos locales. Los críticos acusan que muchos bancos han dejado de funcionar adecuadamente en funciones tan fundamentales como facilitar los fondos de los depositante a quienes desean prestar dinero. El punto de vista está apoyado por evidencias. Por ejemplo, el exceso de ahorros en al sistema bancario ha continuado creciendo a través de los años y ahora e acerca a los US$178.000 millones, una cantidad casi igual al producto nacional bruto de la República de China en 1987. Sin embargo, los bancos no han sido capaces de encontrar salidas a esos fondo disponibles mediante la expansión de sus negocio de préstamo. En vez, mucho de ellos han optado en muchas ocasiones en rechazar categóricamente a los grandes ahorradores para prevenir una entrada de nuevos depósitos.

Pero en realidad existen muchas empresas, especialmente aquellas pequeñas, que están procurando obtener fondos pero no logran obtener préstamo de los bancos debido a que no puede satisfacer las rígidas regulaciones prestatarias. A consecuencia de esto, esas empresas han tenido que recurrir a prestamistas no autorizados para lograr fondos con exhorbitantes tasas de intereses. Las estadísticas recientes indican que las empresas privadas dependen ahora del mercado clandestino hasta en un 31 por ciento de sus necesidades financieras externas, mientras que los préstamos bancarios sólo amontan un 47 por ciento del total de sus préstamos.

Sin procurar mejorar su participación en el mercado legítimo como medida para recortar sus excesos de fondo , muchos bancos procedieron durante el año pasado a extender préstamos a fomentadores de bienes raíces y a personas que especulan en la bolsa de valores. El resultado de esta política de préstamos ha sido un flujo irrestricto de créditos a los dos sectores, alimentando la especulación y empujando los precios a niveles peligrosamente altos.

Por ejemplo, los precios de las acciones en la bolsa de valores fueron conducidos a niveles tan altos que el mercado no pudo evitar un casi colapso en septiembre pasado, desatado solamente por un pronunciamiento del gobierno para reimponer el impuesto sobre las ganancias de capital, que estaba programado para ser puesto en vigor sólo hasta enero de 1989. En menos de un mes, los precios de las acciones bajaron un promedio del 36 por ciento antes que el gobierno tomara pasos para revivir la bolsa para prevenir un desastre económico. Aún así, la caída hizo su daño, tomando una fuerte cuota de confidencia en el inversionista.

Ahora, muchos temen que la experiencia de la bolsa de valores puede ocurrir en cualquier momento en el negocio de los bienes raíces, debido a que la desenfrenada especulación ya ha empujado los precios de las propiedades inmobiliarias a niveles que están fuera del alcance de la mayoría de los miembros de la sociedad. Para evitar que esto ocurra, el Banco Central de China decidió a mediados de noviembre pasado fortalecer el proceso de escrutinio del flujo crediticio en el mercado, exigiendo que todos los bancos prestatarios presenten informes trimestrales sobre los préstamos extendidos a los fomentadores. Esta acción fue aparentemente dirigida a recordarle a los bancos que hicieran restricciones a sus préstamos de bienes raíces. Aún queda por ver si esta política del Banco Central podrá alcanzar los resultados deseados.

El financiamiento irrestricto de los bancos hacia los mercados inmobiliarios y la bolsa de valores durante el año pasado sólo les trajo un criticismo más severo por las prácticas bancarias irresponsables y por distorsionar la distribución de los recursos. La raíz del problema con los bancos locales radica en su falta de agresividad. El hecho que muchos bancos optaran por conceder préstamos casi indiscriminadamente a los mercados inmobiliario y bursátil, se debió simplemente al hecho que esos eran los sectores que ofrecían las demandas prestataria más fuertes, y que ellos no podían encontrar fácilmente negocios prestatarios en otras áreas.

La razón por la cual muchos bancos de Taiwan no tienen entusiasmo en la promoción de préstamos tiene mucho que ver con la historia por década de la regulación gubernamental que prohibe nuevas entradas al ector bancario. Esto le niega al sector la competencia necesaria como para que sus miembros sean eficientes y agresivos. Bajo esta protección a largo plazo, los bancos generalmente se quedaban sentados en sus oficinas con ganancias y negocios garantizados. Aunque las cambiantes circunstancias han dado lugar a una creciente competencia y generalizados llamados por una banca más activa, muchos bancos aún no pueden apartarse de sus viejos hábitos operativos.

Un factor igualmente importante que contribuye a la falta de agresividad que se encuentra en los bancos locales es que el gobierno posee la vasta mayoría de los casi 20 bancos comerciales y especializados, así como sus 700 sucursales en la isla. Como bancos gubernamentales, ellos tienen impedimentos que han sido causados por ciertos problemas inherentes:

Primero, ellos deben operar de acuerdo con rígidas regulaciones prestatarias que tienden a desalentar a los funcionarios encargados de los préstamos a realizar esfuerzos activos de promoción. Esto resulta ser verdad especialmente debido a que los funcionarios encargados de los préstamos deben, en algunos casos, tomar la responsabilidad personalmente por los préstamos malos -una práctica poco usual, por lo menos en las perspectivas de las prácticas bancarias internacionales.

Segundo, los bancos locales son frecuentemente ordenados a extender préstamos "políticos", aquellos que están destinados a promover industrias que han sido fomenta el gobierno, con intereses por debajo de las tasas del mercado. De esta forma, la gente que trabaja en los bancos gubernamentales no tienen que estar deseosos por competir en el negocio de los préstamos, ni tampoco tratar de desarrollar nuevos servicios que generen ganancias, ya que tener buena rentabilidad no es su meta principal en muchos casos.

Y tercero, como bancos gubernamentales, ellos no pueden evitar la burocracia. Ellos deben operar bajo arreglos de supervisión por parte de varias instituciones gubernamentales que con frecuencia les niegan flexibilidad en asuntos que van desde el establecimiento de nuevas sucursales para obtener nuevos negocios, hasta preparar y utilizar presupuestos, e incluso reclutar nuevo personal.

Grandemente debido a esos impedimentos, los bancos gubernamentales tienen una actuación promedio menos eficiente que los cuatro bancos privados y sus 33 contrapartes extranjeras en Taiwan. Un informe financiero del Banco Central en 1987 muestra que la eficiencia de los bancos estatales, privados y extranjeros en términos de tasa de ganancia-ingresos fue de 4,6 por ciento, 14 por ciento y 16,3 por ciento, respectivamente.

Aparte de la ineficiencia, el reducido número de miembros y los limitados productos financieros que ofrece el sector bancario, hacen que sea inadecuado para rendir los servicios satisfactorios a la sociedad. Esto puede ser ilustrado en parte por las siguientes comparaciones generales: Cada unidad bancaria sirve un promedio de 2.800 clientes en los EE.UU., mientras que en Gran Bretaña y Japón sólo hay una unidad bancaria por cada 4.300 personas; y en Taiwan, la cifra es de una unidad por cada 11.000. La inhabilidad del sector bancario local para satisfacer las crecientes necesidades sociales queda ilustrado posteriormente por la proliferación de diversas organizaciones financieras clandestinas en los últimos años. Por ejemplo, el número de compañías inversionistas ilegales se ha multiplicado hasta llegar a unas 260 de casi ninguna hace apenas un par de años.

Las buenas nuevas es que la nación está encarando todos los problemas inherentes con la propiedad gubernamental y la prohibición por décadas de nuevas entradas en el escenario bancario. Esto se está haciendo mediante la liberalización del sector a través de una revisión a la Ley Bancaria. El gabinete está revisando un borrador del mismo y espera obtener la aprobación del ramo legislativo en su actual sesión.

En las propuestas revisiones, todos los bancos gubernamentales, excepto aquellos con misiones particulares asignadas, tales como financiar las exportaciones e importaciones; serán privatizados. Los primeros en privatizarse serán los tres mayores bancos comerciales: Chang Hwa, Hua Nan y First Commercial. Esos bancos poseen casi un tercio de todas las sucursales bancarias en la isla, con depósitos y transacciones crediticias que amontan una cuarta parte del total del sector. Por lo tanto, muchas personas consideran que el cambio de esos tres bancos de estatales a privados irá a traer inmediatamente efectos privatizadores en todo el sector bancario. Su privatización es parte de un esfuerzo general de parte del gobierno por reducir su papel en la actividad económica y permitir que el competitivo mercado privado pueda ofrecer productos y servicios a precios más bajos y con mejor calidad.

Si la propuesta revisión de la Ley Bancaria es aprobada en su forma actual, cualquiera que desee fundar un banco solo podrá lograrlo si él cumple todos los reglamentos prescritos por el gobierno. Uno de los reglamentos más importantes es que ni él ni ningún otro de los socios inversionistas deben tener acciones que excedan el 5 por ciento del total activa del banco propuesto. También, la propiedad combinada de inversionistas de un banco que son parientes dentro del tercer grado de consanguinidad, no debe exceder del 15 por ciento del total del capital pagado del banco.

El propósito de esas dos claúsulas es prevenir que las instituciones bancarias, una vez sean abiertas a la inversión privada, caigan bajo control de unos pocos individuos. De otra manera, se puede concebir que los bancos serían utilizados como instrumentos privados de financiamiento, algo que dañaría seriamente su papel como intermediario entre los depositantes y los prestatarios.

Para proteger a los depositantes, el borrador de la revisión de la Ley Bancaria exige que el capital pagado de un banco no puede ser menos a los NT$5.000 millones, y su tasa de activos de riego evaluado a capital debe alcanzar el mínimo del 8 por ciento para 1992, tal como lo recomienda el Banco de Liquidaciones Internacionales (BIS) con base en Suiza. Pero en actualidad, la estructura financiera de los bancos locales es generalmente débil. Los tres mayores bancos comerciales, First Commercial, Chang Hwa, y Hua Nan, son ejemplo de esto. Sus tasas netas válidas para el activa total fueron de 1,65 por ciento, 0,8 por ciento, y 1,27 por ciento, respectivamente en diciembre de 1987. Esto contrasta agudamente con el más del 5 por ciento en la mayoría de los bancos internacionales.

En el pasado, la débil estructura financiera de los bancos locales nunca constituyó una amenaza para la seguridad de los depósitos debido a que tenía el respaldo de la credibilidad gubernamental. Pero en el futuro, cuando el sector bancario sea abierto para nuevas inversiones, se irá a intensificar la competencia. Como consecuencia, serán inevitable las fallas bancarias. El asegurar una saludable estructura financiera es por lo tanto esencial para proteger a los depositantes.

Otra enmienda principal que ha sido recomendada para la Ley Bancaria es hacer que el Banco Central elimine los límites tope y básico para las tasas de intereses en los préstamos, así como los límites en las tasas máximas de intereses para los depósitos. Esto tendrá un efecto a largo plazo sobre la liberalización de las tasas de interés. Actualmente, los aumentos y declines de las tasas de interés en Taiwan están virtualmente determinados por el Banco Central, a diferencia de los EE.UU. y otros países, donde la banca individual hace sus propios reajustes en el momento que considera oportuno. Como resultado, las tasas de interés de los bancos locales con frecuencia no se ajustan a su debido tiempo, o no reflejan en forma realista la situación actual del mercado. Si se elimina el control de parte del Banco Central, tal como se ha recomendado, los bancos individualmente podrán fijar las tasas de interés para préstamos, por ejemplo, de acuerdo a sus propios costos monetarios, las cantidades de fondo disponibles para los préstamos, y los riesgos en que incurren al hacer un préstamo.

Los actuales esfuerzos del gobierno para liberalizar el sector bancario también incluyen una movida, que no está sujeta a la aprobación legislativa, para levantar las restricciones para establecer sucursales en el extranjero de parte de los bancos locales. El Ministerio de Finanzas ha anunciado a inicios de noviembre pasado que se permitirá que los bancos locales inicien operaciones en ultramar si así lo desean, y si ellos tienen los recursos para proceder así. En actualidad, solamente el International Commercial Bank of China, el First Commercial Bank y el Banco de Comunicaciones han establecido sucursales en el extranjero, y las mismas no sobrepasan la docena.

Con el comercio de la nación en ambas direcciones alcanzando ahora los US$100 mil millones anuales, es necesario que Taiwan establezca más bancos en ultramar. Taiwan necesita tales operaciones para asistir mejor a sus hombres de negocio en las actividades comerciales y de inversiones en las naciones extranjeras. Además, las sucursales en el exterior podrían ayudar a promover las ventas mediante el ofrecimiento de préstamos a importadores extranjeros directamente en el mercado, para alentarlos a comprar de Taiwan.

Pero más importante aún, con el comercio internacional convirtiéndose cada vez más competitiva, los exportadores locales necesitan del apoyo de un sector bancario que puede proveer con información de primera mano acerca de los mercados alrededor del mundo en una forma adecuada en tiempo. Solamente los bancos que tienen una red global de operaciones pueden satisfacer esta demanda.

Otro punto clave que ha sido propuesto en el borrador de la revisión de la Ley Bancaria es darle trato nacional a los bancos extranjeros que operan en la República de China. Bajo los términos de esta propuesta, se permitirá que los bancos extranjeros hagan una expansión de sus negocios, incluyendo servicios bancarios de ahorros, trust e inversiones. En otras palabras, los bancos extranjeros podrán competir en esas y muchas otras áreas con los bancos locales en una forma equitativa.

El permitir que los bancos extranjeros tengan acceso a más áreas de negocios ayudará grandemente a introducir nuevos productos financieros y elevar la calidad del servicio, para beneficio tanto de los clientes comerciales como particulares. Más aún, una mayor presencia de la banca extranjera irá a inyectar una más fuerte competencia al sector bancario, convirtiendo a sus miembros en más agresivos y más eficientes.

Un eficiente sector bancario como un todo será capaz de proveer con mejores servicios financieros, lo que significa más oportunidades de inversión para el sector privado. Con este cambio en el ambiente financiero, los ahorradores irán naturalmente a regresar y apartarse de actividades inversionistas arriesgadas y peligrosas, tales como las que prevalecen en la bolsa de valores y los mercados financieros clandestinos. Y con el apoyo de un sector bancario más preparado, la economía tendrá mejores oportunidades de gozar una continua expansión. Todos esos son efectos beneficiosos que se esperan de los esfuerzos gubernamentales por liberalizar el sector bancario. Es un proceso que ha sido bienvenido por todos. □

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