07/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Fruticultores en aprietos

01/01/1989
Cuando Taiwan fue retornada a la soberanía china en 1945, las condiciones económicas en la isla se encontraban en un estado patético. En vista de esto, el gobiemo después de trasladar su sede a Taiwan en 1949, lanzó una serie de medidas de reforma agraria para revigorizar la agricultura. Las mismas incluyeron una reducción de la renta, la venta de tierras públicas, y el programa de "tierra para quien la cultiva". Las medidas funcionaron, y la robusta economía agrícola de Taiwan se convirtió en la base para su rápido crecimiento económico en las décadas que siguieron.

Durante los años setenta, el gobiemo enfocó su atención en el desarrollo de la industria. A medida que el sector industrial comenzó a jugar un papel más dinámico en la economía, una gran proporción de la población rural emigraron a las ciudades para trabajar, dejando básicamente a los viejos y niños en las áreas rurales. La crítica falta mano de obra que resultó de esto frenó la marcha del desarrollo agrícola.

Recientemente, bajo la política gubernamental de liberalización e internacionalización económica, y como resultado de la presión de parte de los EE.UU., el gobierno ha reducido el alcance de la protección que se da a los campesinos locales. Tales medidas han obstaculizado más el progreso agrícola y finalmente ha causado que los agricultores -un grupo tradicionalmente conservador- marchasen por las calles de Taipei el pasado 20 de mayo para protestar vociferantemente en contra de lo que ellos veían como políticas agrícolas desfavorables.

Para entender mejor las actuales condiciones económicas y de vida de la comunidad rural, y conocer los puntos de vista de los campesinos en asuntos que les afectan directamente, Eugenia Yun ha visitado varias comunidades frutícolas en la franja central de Taiwan y ha conversado con los campesinos y sus familias.

La mezcla de la tradicional devoción a la tierra y los pragmáticos reajustes ante la cambiante situación económica que han mostrado los campesinos entrevistados nos muestran una comunidad en conflicto que posee una fuerte capacidad para sobrevivir.

El poblado de Tung Shih en el distrito de Taichung posee condiciones climáticas ideales para cultivar frutas subtropicales como las mandarinas, uvas y peras. La mayoría de sus habitantes son Hakkas, descendientes de los miembros de los clanesHakka que emigraron a Taiwan desde el Sur de China. Ellos son la cuarta o quinta generación que cultivan la tierra heredada de los primeros antepasados que llegaron allí.

El pasearse por los escaparates de las tiendas a lo largo de las calles en el centro de Tung Shih nos presenta una sorprendente exhibición de comodidades modernas. Las damas no tienen dificultad en hallar un salón de belleza para hacerse un nuevo peinado y obtener lo último en cuidado facial. Los jóvenes pueden escoger entre una variedad de restaurantes de comida rápida en sus salidas vespertinas. Pero la tienda de mercaderias secas al estilo tradicional aún continúa siendo el principal local para las compras hogareñas. Esas mini "tiendas de departamentos" venden de todo, desde almohadas hasta cordones para zapatos, incluyendo una limitada selección de ropa visiblemente fuera de moda. Por las tiendas de pesticidas y fertilizantes a cada cuantas cuadras, y la relativa abundancia de herrerías, no resulta difícil llegar a la conclusión que sigue siende una tradicional comunidad orientada hacia la agricultura.

Tomando en cuenta las conversaciones en el mercado, en las calles, o en los huertos, uno puede sentir la honradez social del pueblo, que parece compartir las tradicionales cualidades de la sencillez, conservatismo y amistad del agricultor chino.

La familia Liu es un caso representativo. Ellos viven en la Nueva Comunidad, una de las villa bajo la administración del poblado de Tung Shih. Desde fuera, su casa es un "Ssu Ho Yuan" (una estructura en forma de U con tres alas y un patio) al estilo antiguo chino. Pero dentro, la casa está completamente equipada con moderno enseres del hogar, incluyendo un TV a color, lavadora, teléfono y una arrocera eléctrica. Ellos también tienen una motocicleta que le sirve como principal medio de transporte.

Estrictamente hablando, la familia Liu está compuesta por 12 miembros. Pero solamente la pareja de los ancianos Liu, su hijo, la señora de éste y su hija de tres años de edad siguen viviendo en la casa. LIU Chia-lo (劉嘉樂), el padre de 60 años de edad y LIU Hsing-hsueh (劉興學), su hijo de 32 años, on los agricultores de tiempo completo. Ellos cultivan aproximadamente 2,5 hectáreas de mandarinas. La esposa de Hsing-hsueh trabaja para la Asociación de Agricultores de Tung Shih, ganando una porción del ingreso familiar. Los otros cinco miembros de la familia que han dejado la casa incluyen tres hijas que trabajan como asistentes de oficina en Taipei, así como otra joven pareja Liu con dos niños que tienen un semillero en una aldea cercana. De esta manera, la situación financiera general de los Liu es bastante buena.

Pero la huerta no ha traído muchas ganancias en los últimos años. La principal razón por la que los Liu prefieren mantener su huerta, a pesar del bajo margen de ganancias, es la fuerte afinidad emocional que siente el Viejo Liu con la tierra.

El Joven Liu admite que aunque disfruta de la vida en el campo, hay momentos en que se siente desalentado de ser un campesino: "Los únicos jóvenes que se quedan en las áreas rurales son aquellos que están condenados a llevar a cabo los negocios familiares. La mayoría de la gente siente que es realmente un lugar para enterrar el futuro prometedor de un joven".

En la opinión del Joven Liu, la situación agrícola de Taiwan en los últimos años ha permanecido esencialmente estática, con mejoras en ciertas áreas y ningún cambio en otras: "El gobierno pone mucha atención en mejorar las condiciones de vida en las áreas rurales. Las tradicionales casas campesinas han sido renovadas y se han construido otras modernas. Todo eso se hace con préstamos a bajo interés que otorga el gobierno. Y la encuesta nos dice que un 100 por ciento de las familias campesinas poseen un televisor, en la mayoría de los casos a color, y un 99 por ciento de ellas tienen una refrigeradora y otros electrodomésticos. Pero el mejoramiento en el 'soft­ware' de las áreas rurales no ha ido a la par con las mejoras en el 'hardware'. Aspectos tales como las condiciones educativas en las áreas rurales, el seguro para los agricultores, y la circulación de informaciones importantes no han sido tomados muy en serio".

El Joven Liu se siente especialmente molesto por la falta de un método sistemático de diseminar la información agrícola. El está suscrito a revistas profesionales, hojea las páginas agrícolas de los diarios y ciudadosamente busca por los programas relacionados con su campo en la TV o radio para obtener las informaciones que él necesita. El también tiene que rastrear el pronóstico del tiempo. Después, al no tener a quién consultar, él mismo compila sus informaciones poco a poco para formar una referencia en que fijar el horario de cultivo de la familia. El siente que el gobierno invierte dinero donde los resultados son más visibles al pueblo, pero es la falta de esas medidas de mejoramiento no visibles lo que actúa como principal obstáculo en el desarrollo agrícola.

El Viejo Liu señala otro obstáculo: el débil cumplimiento de las políticas agrícolas. "Nuestras políticas agrícolas con­ tienen muchas veces ideas sensacionales. Las razones por las que no trabajan son, en primer lugar por la falta de apoyo suficiente en la etapa de ejecución, y segundo, por la falta de seguimiento para evaluar el efecto de una determinada política", nos dice. El cita algunos ejemplos a mano, incluyendo las asociaciones de campesinos y el departamento agrícola bajo las oficinas administrativas de los poblados.

La idea original de crear las asociaciones campesinas era facilitar la venta de los productos agrícolas; pero ellas funcionan ahora solamente como bancos. El departamento agrícola bajo cada oficina administrativa de un poblado fue dise­ñado como una unidad de respaldo para dar asistencia en el mejoramiento de las técnicas de cultiva, pero sus instructores de agronomía, tanto por su edad avanzada como por la interferencia de otros deberes burocráticos, muy rara vez están en posición como para enseñar nuevas técnicas de cultivo, y ni mencionar nuevos conceptos de agronomía, a los agricultores más jóvenes y mejor educados.

Como líder de un programa de entrenamiento en técnicas de cultivo, el Viejo Liu han estado en contacto personalmente con delegaciones de fruticultares, agrónomos, especialistas y funcionarios de agricultura que están de visita, especialmente desde el Japón. De las conversaciones con dichos expertos, nos dice Liu, él ha aprendido que las autoridades agrícolas japonesas tienen una política de dejar lo que corresponde a producción a los campesinos y tomar a cargo lo que es la venta.

Los Liu envidian la situación de los agricultores japoneses, y desean que las autoridades agrícolas en Taiwan puedan también poner en marcha similares políticas. De esta manera, ellos insisten, los agricultores se concentrarán en obtener nuevos conocimientos y técnicas para mejorar su producción, y no necesitarán perder tanto tiempo y energía en tratar con la situación del mercado.

En una discusión de grupo arreglada espontáneamente por Liu en el patio de su casa, 12 miembros de la clase agrícola de los Liu comparten sus experiencias acerca de tener que tratar con los problemas de cultivar la tierra en una economía cambiante. Sentados en bancos de madera con té y frutas, el grupo de siente lo suficientemente confortable en una reunión familiar como para sobreponerse a la inicial pena de discutir asuntos que son tan propios de ellos. Las estrellas iluminan esta reunión mientras que el ladrido de un perro rompe a veces con la conversación.

LIU Hsiang-ching (劉祥清), un agricultor de tiempo completo que posee una huerta de 2 hectáreas, rompe con el hielo: "Nuestro gobierno siempre se jacta de cuán ricos somos. Y los extranjeros creen en el así llamado 'milagro económico de Taiwan'. Pero hablando francamente, todo lo que hemos hecho es un milagro de ingresos externos que solamente es 'mágico en cifras'. Si hubieramos creado un milagro económico, nuestra sociedad tuviera una riqueza equilibrada. Sin embargo, con una brecha tan grande entre las familias campesinas y aquellas no campesinas, la economía de Taiwan no podría ser descrita como verdaderamente 'exitosa'".

Aunque en una base per cápita, la disparidad entre el ingreso de la familia campesina y aquel de las familias no campesinas ha declinado en los años recientes, ésta sigue síendo significativa. El íngreso promedio de la familia campesina era el 70 por ciento del ingreso de la familia no campesina en 1966, cayendo al 60 por ciento en 1979; sin embargo, con la puesta en práctica de un programa sostenido para elevar el desarrollo agrícola, este porcentaje fue elevado de nuevo a su actual nivel del 70 por ciento, una mejorada pero aún sustancial brecha.

LIU Wen-chin (劉文欽), uno de la mayoría de los campesinos de tiempo parcial que tiene una granja de 2 hectáreas donde cultiva peras y loquats, confirma ansiosamente la opinión de su colega acerca del bajo ingreso de la familia campesina: "En estos días, nosotros los campesinos estamos pasando tiempos difíciles. Cada centavo que gana un campesino tiene que ser compartido por lo menos con cinco partes: la compañía de fertilizantes, el vendedor de maquinarias agrícolas, el vendedor de material de envoltura, la compañía de transporte y el campesino mismo. Así, Uds. pueden imaginarse cuán poco en realidad ganamos en una venta".

Mientras los consumidores en las áreas urbanas se quejan acerca de los altos precios de las frutas y otros productos agrícolas, los campesinos se quejan acerca de los bajos precios que reciben por sus productos en la granja. Liu Wen-chin continúa diciendo: "Claro está, los consumidores tienen el derecho de pedir algo sabroso y barato de los productores locales, o pagar un alto precio por una fruta importada. Esto no irá a convertirlos en blanco de quejas. Pero yo creo que ellos tabién tienen la responsabilidad de ayudar a revigorizar nuestra agricultura a través de un mayor consumo de los productos agrícolas locales".

Todos los ojos se fijan en la entrevistadora que ha venido de una gran ciudad. Medio en broma, uno tras otro, tratan de hacerla sentirse culpable por tomar generalmente cereal y tostadas, sin frutas algunas, durante el desayuno.

La Sra. Yang, esposa de un empleado de la Cooperativa Frutera de Taiwan y que a la vez es el responsable de cultivar la huerta familiar, se siente desconcertada por la decisión gubernamental de abrir el mercado local de las frutas. Ella dice: "Los Estados Unidos han sentido el mismo problema de la sobreproducción. Su gobierno trata arduamente de proteger los derechos de sus agricultores y prevenir que otras naciones hagan dumping con sus productos agrícolas. ¿Porqué nuestro gobierno no puede ser igual de proteccionista?" Yang enfatiza en las recientes tendencias en las importaciones y exportaciones para reforzar su punto de vista. Si bien las exportaciones agrícolas de Taiwan totalizaron más de US$2.800 millones en 1986, las mismas tienen una pobre comparación con más de US$3.700 millones en importaciones agrícolas durante el mismo año.

Otro agricultor apoya la declaración de Yang: "La competencia extranjera en el mercado doméstico puede convertirse realmente en un gran embarazo para nosotros, debido a que Taiwan es un mercado muy pequeño, lo cual hace que haya muy poca flexibílidad en el precio de los productos agrícolas locales". Aunque otros en el grupo están de acuerdo que las ventas de frutas importadas con certeza afectarán las ventas de frutas locales, ellos no están específicamente en antagonismo con las medidas que han sido puestas en práctica hasta el presente. El Viejo Liu enfatiza: "No hay malos sentimientos, hasta ahora".

Sale a discusión entre los campesinos otro problema serio para la agricultura local: la sobreproducción, que en Taiwan es el resultado directo del trabajo arduo. Los agricultores trabajan durante todo el año; y cuando el trabajo en el campo es leve, ellos toman trabajos de fábricas para ayudar a producír más productos MIT (Made in Taiwan=Hecho en Taiwan) de mano de obra intensiva. Durante la época de cultivo, los agricultores solamente se toman el día libre durante los días lluviosos. Ellos no tienen idea de lo que son las actividades recreativas. De esta manera, ganarse la vida no es algo difícil, pero mejorar su nivel de vida si no resulta tan fácil. "La mejor política para corregir el concepto errado de los agricultores y detener su sobreproducción es convencerlos a que dediquen menos tiempo al trabajo y pasen más tiempo disfrutando de sí mismos", dice un agricultor de tiempo parcial.

Los agricultores también sienten que las evaluaciones oficiales no exactas de la situación agrícola general crean más obstáculos para su mejoramiento. Liu Wen-chin se queja que los informes agrícolas oficiales tienden a exagerar el progreso que se ha estado haciendo y echan un velo sobre el lado menos favorable de la historia.

"Cierta vez fui asignado a observar las condiciones de los cultivos locales de mandarinas, y se me solicitó que llenara una cantidad de formularios con respecto a la producción de las naranjas y muchas otras clases de frutas", dice Liu. "Cuando le dije al inspector agrícola que sólo conocía de las mandarinas, el inspector siguió insistiendo que llenara a toda costa todos los otros formularios. Un amigo mío tuvo una experiencia similar. Su inspector sencillamente rellenó él mismo los formularios y le pidió a mi amigo que los firmara. Yo sentía que el inspector estaba manejando los informes en una forma muy superficialmente. Y obviamente, ellos tienden a informar solamente lo bueno mientras que ocultan lo que es desagradable". El se preocupa de que los encargados de decisión política, al depender de dichos informes, tendrán una idea errada de la situación real. Muchos agricultores están de acuerdo que esto explica porqué los que deciden la política no pueden crear políticas prácticas.

Liu Hsiang-ching usa una analogía efectiva para expresar su punto de vista acerca de la actual posición del sector agrícola en el escenario económico. Señalando al juego de té en la mesa, él compara la agricultura con una taza de té que ha quedado fuera de la bandeja. "Esta taza de té ha sido echada de la bandeja; lo que significa que no tendrá su porción del té que será vertido de la tetera. El sector agrícola es como esta taza de té. Los agricultores tendrán que luchar por su parte dentro de los recursos de esta nación, si el gobierno no puede verlo".

De hecho, el presupuesto agrícola amonta solamente una pequeña porción, el 2,7 por ciento del presupuesto nacional, y solamente durante este año es que ha comenzado a aumentar su parte. De allí que no sorprende que los campesinos están preocupados de quedar abandonados.

Un miembro dentro del grupo de discusión, CHA Chin-yu (詹進有), es considerado como portavoz por los otros agricultores. Chan, un maestro y agricultor de tiempo parcial, es el que ha recibido mejor educación entre los vecinos y debido a que él ayuda a conocer las demandas de sus vecinos a través de los canales oficiales, él posee una posición prominente dentro de la villa. Su 0,5 hectárea de tierra es primordialmente cultivado por su esposa, asistiéndola siempre que tenga tiempo libre.

Chan considera la fragmentación de la tierra de cultivo como el obstáculo número uno para el progreso de la agricultura en Taiwan. El dice: "Mi pequeño pedazo de tierra es solamente algo que rehuso entregar, pero básicamente tiene poco valor. Sin embargo, yo creo que al enfrentarse a una competencia más fuerte en el futuro, los campesinos dejaran de cultivar pequeñas parcelas de terreno. Si ellos desean cultivar, tendrán que adquirir granjas mayores. Esto hace más sentido económicamente, ya que lo último ahorrará a fines de cuenta mano de obra y equipos, y prometerá una ganancia relativamente mejor".

Taiwan tiene una superficie de unos 36.000 kilómetros cuadrados, pero el terreno es mayormente accidentado y montañoso, con menos de la tercera parte concentrado en las planicies donde tomar lugar la mayor parte de las actividades agrícolas. La población agrícola de Taiwan está por debajo de los 4,2 millones, o sea menos del 22 por ciento de la población total que excede los 19 millones de habitantes. Existen aproximadamente unas 750.000 familias campesinas que cultivan un promedio de 1,2 hectáreas de tierra, un área relativamente muy pequeña. La integración de esas pequeñas parcelas de terreno ha sido recomendada por los expertos en agricultura desde hace algún tiempo.

"El problema", continúa diciendo Chan, "es que no importa cuán pequeña sea la tierra que cultiva, Ud. requiere exactamente los mismos equipos básicos que el más grande de los granjeros. Y Ud. no puede compartir la maquinaria agrícola con su vecino, debido a que el tiempo de cultivo es muy importante. La primavera es tiempo para arar, verano para sembrar, otoño para cosechar e invierno para almacenar. Ud, tiene que seguir este orden natural. Si no cosecha los arrozales, se caen las espigas en el suelo y se pudren".

"Sin embargo, incluso con mayores parcelas de terreno, los agricultores llenen problemas bastante diferentes a los del sector industrial cuando invierten en equipos. La maquinaria industrial puede ser puesta en operación inmediatamente, trabajando durante las cuatro estaciones del año y generando ganancias durante todo el día. La maquinaria agrícola, por otro lado, solamente puede usarse durante un cierto período de tiempo. Durante el resto del tiempo, ella se queda almacenada y oxidándose. También, las remuneraciones en la inversión agrícola viene anualmente, no mensualmente. En resumen, yo sugiero que el gobierno cultive su amor de padre y ponga menos atención al hijo brillante para darle más atención al retardado. Después de todo, si bien el desarrollo industrial y comercial es vital para la economía de la República de China un sector agrícola afluente es también esencial para el futuro desarrollo económico".

Chan siente que otro obstáculo al crecimiento agrícola es la falta de mano de obra: "Esto tiene un serio efecto en la agricultura. Como podrá ver, hay pocas personas jóvenes viviendo en las áreas rurales. Las grandes ciudades son más coloridas y tentadoras; en comparación, la Vida del campo es aburrida. Yo pienso realmente que el gobierno debe tomar algunas medidas para alentar que los jóvenes se queden en las áreas rurales. De otra manera, habrá una cada vez más severa falta de mano de obra agraria especialmente después que la mayoría de la actual fuerza de trabajo -esas personas con edades entre 50 y 60- vayan desvaneciendose en los próximos 10 años".

En actualidad, es claro que no hay un suficiente empuje económico como para mantener a los hijos de los campesinos trabajando la tierra. La Sra. Chan afirma que sus dos hijos, uno estudiando en la universidad y el otro sirviendo en el ejército, no regresarán a casa para ayudarla a cultivar la tierra después de graduarse o retirarse." Nuestro ingreso en el campo no es suficiente para mantener nuestros gastos familiares", explica ella. "No hubieramos estado bien financieramente si mi esposo no tuviera su trabajo de maestro. Si mis dos hijos se vuelven agricultores, sería difícil hasta mantener la vida decente que hasta hoy tenemos".

Los salarios han reemplazado al ingreso agrícola neto en los últimos años como principal fuente de ingreso para la familia campesina promedio. El Informe Agrícola Anual 1986 de la República de China que publica el Consejo de Agricultura, muestra que los salarios totalizaron un 39 por ciento del ingreso neto en las familias rurales. De hecho, la agricultura ya no es la principal actividad económica de la mayoría de las familias campesinas. Los Chan, por ejemplo, tienen en mente cultivar su parcela de tierra hasta que se sientan muy viejos para hacer eso. Para entonces, ellos la venderán para asegurarse que sus hijos se conviertan en campesinos.

Pero a pesar de los reveses económicos que continuan alterando la forma de vida de los campesinos, siguen habiendo algunos jóvenes agricultores que continúan dedicándose a la tierra y a cosechar la abundante producción agrícola de Taiwan, tomando la vida como llegue día tras día. Un joven de porte atlético con unos treinta años, CHIU Yeh-tsai (邱得財) acepta gustosamente ser entrevistado a las 6:00 a.m., mientras se pone unas largas botas de plástico, guantes y una máscara protectora. En su espalda se coloca un barril de aluminio lleno de pesticida, e invita a sus huéspedes a que lo acompañen mientras rocia sus viñedos. A medida que termina su faena, sus ropas están mojadas por dentro y fuera de sudor y pesticida. Mientras los observadores están casi asfixiados por el olor poco familiar, Chiu no pareciera afectarse en lo mínimo.

Aunque admite que algunas veces se queja acerca del duro trabajo, Chiu nunca piensa en tratar de escapar de sus deberes como agricultor: "No importa cuánto pueda quejarme, yo sigo teniendo mi trabajo. Tal vez me aferro a él debido a que me siento remunerado cuando maduran las uvas; o tal vez solamente lo haceptado como mi destino".

La declaración de Chiu refleja un filosofía de vida profundamente enraizada. El y otros agricultores como él continúan enfrentándose a sus vidas con diligencia, orgullo y tolerancia. Como hicieron sus padres en el pasado, ellos trabajan pacientemente y se resignan a la suerte y las fuerzas de la naturaleza. Cómo afectarán sus calidad y forma de vida las nuevas fuerzas económicas es algo que permanece incierto, pero lo certero es que ellos se enfrentarán a dichos retos con la misma fortitud con que se enfrentan a los cambios del clima. Pero, a medida que se adoptan políticas económicas y agrícolas más progresistas, los observadores podrán recordar y mencionar la analogía de Liu Hsiang-ching: los agricultores cultivan el té y con certeza merecen compartirlo. □

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