04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El Magnate de los pulsadores

01/11/1988
Richard Wu (吳思鍾) preside una de las empresas medianas más exitosas en la República de China, y a los 34 años de edad puede jactarse de ser uno de los empresarios mayores más jóvenes en Taiwan. Su firma, la Kingtel Telecommunications Corporation, ha mostrada un crecimiento explosivo en los últimos años, y Wu se está con­ virtiendo en algo legendario entre los hombres de negocio locales.

Pero la Kingtel nunca hubiera alcanzado tales alturas a no ser por el incalculable empuje financiero y asistencia técnica que recibió del gobierno de la República de China a través de la Asociación para el Desarrollo Profesional de la Juventud China (bajo los auspicios del Programa de asistencia y dirección juvenil para iniciar negocios, Comisión Nacional de la Juventud).

Wu expresa una ilimitada gratitud por la ayuda gubernamenral, pero rápidamente señala que la asistencia no fue un regalo. Wu se considera a si como un hombre de fuertes principios y él no se acercó a la Asociación esperando algo por nada.

"No soy como el niño que trata de pescar infructuosamente en un estanque local día tras día y finalmente decide pedir que un pescador le regale parte de su pesca", nos dice. "Algún día puede desaparecer el pescador amistoso y el niño pasaría entonces hambre y humillación. Yo prefiero aprender a pescar por mi cuenta que depender de la caridad por el resto de mi vida".

Hoy día, Wu señala orgulloso cómo su compañía ha pagado su deuda con la sociedad y su historia del éxito testifica elocuentemente el papel positivo que pueden jugar en la prosperidad nacional los programas gubernamentales de asistencia en los negocios.

El triunfante éxito alcanzado por la Kingtel Telecommunications Corporation hasta ahora ha sido logrado por su producción y mercadeo de avanzados teléfonos de botones. Los localmente famosos teléfonos Kingtel pueden ser encontrados por todo Taiwan y están ahora gozando de buenas ventas mundialmente. Richard Wu se acuerda cuando él vió por primera vez un teléfono de teclado antes de que entrara al negocio a inicios de 1977, cuando hojeaba un catálogo de productos electrónicos japoneses. Los nuevos aparatos se miraban prometedores. En Taiwan, se usaban solamente teléfonos con marcadores de disco arrendados del gobierno en esos momentos, de modo que se puso a pensar cómo podría despertar mejor el interés local por el nuevo producto.

"Estaba perdido cuando trataba de imaginarme cómo podría promover los teléfonos", dice ahora Wu. "Ellos eran aparatos que ahorran tiempo y con buen estilo. Pero no tenía idea de cómo presentar un producto tal. Entonces, en cierto día yo observé una secretaria de oficina usando una pluma para marcar el teléfono en vez de su dedo. Le pregunté porqué hacía eso, y ella me contestó que estaba tratando de no quebrar sus uñas. ¡Esa fue mi primera clave! Los teléfonos de teclado podría ofrecer un atractivo especial para las mujeres jóvenes y a la moda".

Pero Wu comenzó a construir una base para el éxito mucho antes de que se inspirara con la secretaria consciente de sus uñas. Nacido en 1954 de una familia pobre de ocho, él estudió con energía fanática para poder aprobar los éxamenes de admisión universitaria. Finalmente logró matricularse en el Instituto Nacional de Tecnología de Taipei para optar por un título en ingeniería electrónica. Durante esos años, él combinó su interés intelectual con un intenso orgullo nacional que lo motivaría posteriormente a ayudar a prosperar a su nación como a sí mismo.

En 1977, después de graduarse y hacer su servicio militar, Wu se hizo accionista de un pequeño negocio especializado en telecomunicaciones. El ya tenía ideas acerca del mercado de los teléfonos de teclado y pusó sus ideas en acción. El producto tuvo salida desde un principio, pero Wu tenía que tratar con otros diez socios que tenían ideas de administración radicalmente diferentes a las suyas. Debido a que en primer lugar las limitaciones financieras lo habían forzado a la situación, Wu podía hacer muy poco a excepción de ver a los socios hacer cosas que él veía como grandes errores del negocio. El comenzó a sentirse altamente frustrado al ver cómo se asignaban miembros menos cualificados de la familia o amigos para posiciones dentro de la compañía, y al ser testigo de incontables casos de conflictos de intereses. En menos de tres años, la compañía ya se encontraba en serios problemas.

Aunque el mercado del teléfono estaba completamente abierto y se expandía, la joven firma estaba fracasando debido a que muchas personas trataban de ser claves en la toma de decisión y operaban de acuerdo a sus propios intereses inmediatos. Aunque la compañía aún no había caído en la bancarrota, Wu decidió vender sus acciones en 1980. Era una decisión deprimente pero necesaria, pero por lo menos había aprendido una valiosa lección: nunca más debería meterse en negocios en los cuales no podría tener control en forma personal.

Otro hecho hizo endulzar un poco la situación. Wu aún tenía contactos personales con los compradores de teléfonos de teclado. La demanda estaba allí; solamente faltaba el suplidor. Wu reunió todos sus recursos para establecer otra firma tan pronto como fuera posible, pidiendo prestado de sus familiares y amigos para obtener un capital con que iniciar sus operaciones. Pero aun así estaba todavía corto del financiamiento adecuado.

"Fue entonces cuando descubrí lo que el gobierno podía hacer por mí", dice Wu. "Cierto día, hojeando el periódico, encontré un artículo que describía el Programa de asistencia y dirección juvenil para iniciar negocios. Este es un programa patrocinado por el gobierno que proveé capital para que los nuevos empresarios inicien sus negocios. Yo nunca había escuchado de esta posibilidad antes, y parecía ser exactamente lo que necesitaba".

Wu remitió sus planes de negocio junto con su petición de préstamo a la Asociación de Consejería Profesional para la Juventud (una organización filial del programa), usando los nombres de su esposa y hermana como fiadores. A inicios de 1981, antes que tuviera el dinero en mano, él fundó la Kingtel. Las órdenes ya estaban entrando en forma rápida cuando Wu recibió su préstamo a bajo interés por NT$2,1 millones (US$52.500). "Sin ese inicial empujón financiero, Kingtel no hubiera podido sobrevivir", nos revela.

Aunque la influencia de la Asociación no puede ser fácilmente calculada, Wu reclama que observando de cerca sus beneficios, tales como la generación de nuevas fuentes de empleo y expansión de la riqueza, más que se justifica su existencia. "Claro está que algunas veces las empresas comerciales fracasan incluso tras haber recibido la ayuda de la Asociación", añade Wu. "Pero el propósito del programa no es garantizarle que irá al alcanzar su objetivo, simplemente le da una oportunidad para poder triunfar en la vida. La Asociación es como una clínica médica gratuita que tal vez nunca de dé cuenta de su existencia hasta que la necesita".

A sólo dos años de haber recibido su préstamo, Wu ganó un premio de la Asociación por sus logros, un raro reconocimiento para un hombre de negocio de apenas 29 años de edad. Irónicamente, casi al mismo tiempo se anunció que su anterior compañía había quedado en bancarrota.

Cuando aconseja a los jóvenes empresarios acerca del mercado contemporáneo, Wu hace hincapié en la lección que él aprendió acerca de obtener suficiente capital de fuentes dignas de confianza, y evitar tener demasiados accionistas. "Usted no debe regatear sus principios para satisfacer los intereses personales de sus socios", nos dice. "Una forma de conocer de antemano si tendrá o no problemas consiste en determinar si sus socios potenciales comparten los mismos conceptos administrativos suyos. Usted necesita estar en guardia en contra de conflictos dentro de su empresa. Mi modo personal de ver todo es que resulta mejor tener cuanto menos accionistas sea posible. Casi la mitad de las empresas que quedan en bancarrota en Taiwan son resultado de los conflictos entre los socios".

El capital para iniciar un negocio es frecuentemente la mayor preocupación para los jóvenes hombres de negocio, y Wu les dice a los empresarios ambiciosos que deben encontrar cuantos más canales sean posibles de asistencia financiera abierta para ellos, de modo que puedan evitar su error inicial. Sus consejos siempre incluyen referencias a la Comisión Nacional de la Juventud y la Asociación.

La Asociación para el desarrollo profesional de la juventud de la República de China tiene pocos paralelos en el mundo, un hecho que pudo descubrir Wu por sí mismo durante uno de los muchos viajes al exterior que patrocina la Asociación para que sus miembros se familiarizen con el mercado mundial. "Algunos jóvenes representantes de negocios proveniente de varios países se acercaron a mi cuando estaba en el exterior para preguntarme cómo había empezado mi negocio de los teléfonos", narra Wu. "Cuando les dije acerca de mi préstamo de la Asociación, ellos me miraron con la boca abierto. Ninguno de ellos habían escuchado antes de una tal organización. Quedo aturdido al saber después que mis comentarios se convirtieron en grandes titulares en los periódicos de cada una de sus naciones".

Wu cree que todas las ociedades pueden beneficiarse de una organización gubernamental similar y debido a que Taiwan puede servir como un modelo, se debería luchar por poner en marcha programas incluso mejores. Posiblemente se precisan algunos cambios. Durante sus primeros años, el Programa juvenil para iniciar una empresa se enfocó en alentar a los jóvenes a establecer sus propios negocios, pero recientemente la tendencia ha sido reforzar y mejorar las empresas que ya están operando.

"Resulta mucho más difícil comenzar una compañía hoy día que hace algunos años", señala Wu. "La empresas pequeñas y medianas están siendo lentamente absorbidas por empresas y corporaciones mayores". Aun así, él considera que el panorama sigue siendo alentador para el pequeño empresario debido a que campos tales como el de las industrias de servicio y aquellos que utilizan tecnologías especializadas continúan ofreciendo muchas oportunidades.

La dedicación de Wu en ayudar a otros empezar con sus negocios le ha ganado recientemente un honor que conlleva una considerable responsabilidad: él ha sido recientemente elegido presidente de la Asociación para el desarrollo profesional de la Juventud. El y su grupo de trabajo se enfrentan a una serie de nuevos retos en la rápidamente cambiante sociedad de Taiwan, incluyendo la revaluación del dólar taiwanés, las demandas públicas por mejor legislación laboral y un sector privado con cada vez mayor liquidez monetaria. De inmediata urgencia, Wu debe reflexionar en la reciente decisión del Poder Ejecutivo de disolver la Comisión Nacional de la Juventud para incorporarla al Ministerio de Educación. Su cara se oscurece ante tal propuesta, ya que a través de los años él ha visto por su propia cuenta cuan efectiva ha sido la Asociación al operar como una unidad independiente.

A pesar de la decisión, Wu sigue trabajando en planes para expandir la Asociación y orgullosamente señala la construcción que se está llevando a cabo de un nuevo centro de exhibición en la parte central de Taiwan y otro en el sur. El también llama la atención hacia la reciente fundación de un nuevo centro de estudios que le dará a los hombres de negocio con información de mercado actualizada.

La fuerza extraordinaria de la Asociación hasta ahora proviene de su concentración en el bienestar de los hombres de negocio jóvenes. Si la organización fuese incorporada en otros entes gubernamentales, Wu y muchos otros que tienen que ver con ella se preocupan de si se podrá mantener la misma calidad de los servicios. Y Wu dice: "es mejor aprender a pescar que pedir por un pescado". □

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