05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

La crianza de cocodrilos

01/01/1984
Una "peligrosa" forma de distracción Si se atraviesa Matou, un pequeño municipio al sur de Taiwan, puede verse entre los arrozales un gran letrero: "Crianza de cocodrilos de Matou". Imagínense lo que representa criar feroces cocodrilos, los cuales generalmente viven en ciénagas o en pantanos, despedazando a sus presas antes de comérselas. Sin embargo, Chiu Hsi-ho, un joven de 30 años, lo ha hecho y lo continúa haciendo. El primer impulso que tuvo para emprender esta rara empresa fue debido a las grandes ganancias económicas que podría obtener gracias a la cotizada piel de dichos animales. Debido a su excesivo exterminio, todas las especies de cocodrilos han ido disminuyendo cada vez más en sus lugares de origen: Africa, América del Sur y el Sudeste del Asia. Tomando en cuenta este fenómeno que ha conducido a la extinción de dichos animales, los gobiernos han prohibido su exterminio y exportación, lo cual ha hecho que el valor comercial de los cocodrilos haya aumentado. Chiu tiene otra razón para dedicarse a ello: desde que tiene memoria, siempre le han atraído tanto los animales comunes como los animales "raros": lagartijas africanas gigantes, tigres o patos mandarines. Incluso ahora, además de cocodrilos, cría culebras, chimpancés y perros, más que nada por diversión. En un momento dado se le ocurrió la idea de criar cocodrilos con propósitos comerciales: "¿Por qué no hacer de mi pasatiempo un medio para ganarme la vida?" se preguntó. Luego de haber prestado servicio militar, en 1976, Chiu, por medio de un préstamo obtenido del Departamento de Agricultura y Silvicultura de la República de China, una ayuda de su padre y sus propios ahorros, importó 100 cocodrilos de Sudamérica. En ese entonces, la crianza de dichos animales no era para él sino algo secundario, puesto que su negocio principal lo constituía la fabricación de pulseras de cuero para relojes. Desafortunadamente (pero providencialmente para él), dicho negocio fracasó y fue así como se dedicó por entero a la crianza de cocodrilos. Al entrar a la granja de Chiu, puede observarse un rótulo en lo alto de la puerta principal que dice: SOLO PARA EMPLEADOS; la razón de ello, explica Chiu, es muy simple: "Los cocodrilos se asustan muy fácilmente, por eso, no nos gustan las visitas repentinas. Cierta vez, cuando los cocodrilos estaban tomando el sol, a la orilla del estanque, un intruso entró sin permiso. Asustados por su aparición repentina, los cocodrilos se lanzaron inmediatamente al estanque; como son de sangre fría y algunos de ellos son pequeños y débiles, no pueden adaptarse a los cambios bruscos de temperatura: entre 40 y 20 grados centígrados, por lo que algunos quedaron paralíticos y otros murieron", agregó tristemente. El nuevo terreno, que adquirió recientemente, de 2.000 pings, lo utiliza para la crianza de 14.000 cocodrilos, de los cuales 11.000 tienen sólo seis meses de edad. Los "bebés" se acomodan en estanques de cemento de 6 por 9 pies, mientras que los 3.000 adultos viven en una sola piscina gigante. Chiu compró la nueva granja, el año pasado, a un precio bastante razonable, debido a que dicha área es mucho más baja que los terrenos circundantes y a que se inunda fácilmente por las lluvias, o sea exactamente lo que él necesitaba. Luego de comprarla, excavó los estanques y la tierra obtenida, la utilizó para elevar el nivel de determinadas áreas. Comentando sobre el "diseño" de la hacienda, dijo: "Por ser anfibios, los cocodrilos necesitan las tierras más altas para poder así disfrutar del sol. Sin embargo, en los días más calurosos del verano, prefieren descansar sumergidos en el agua, por lo cual su nivel en un estanque debe ser de tal altura que pueda por lo menos cubrir sus lomos." Es sorprendente la rápida adaptación de los cocodrilos a los cambios de ambiente. Por ejemplo, los adultos pueden permanecer sin comer por un mes. Generalmente, Chiu los alimenta una vez al día, con pescados de sus propios estanques y con ganado de inferior calidad comprado a los ganaderos. Para comérselos, los cocodrilos adultos, por lo general, toman a su presa por la cabeza, agitándola violentamente hasta descuartizarla, para poder así disfrutar después de su comida despreocupadamente. Los cocodrilos pequeños, en cambio, demuestran su alegría emitiendo extrañas voces y nadando en grupo, disputándose los alimentos. "Aunque los cocodrilos son fuertes, su salud depende de que el agua se conserve limpia todo el tiempo. Especialmente durante el verano, el forraje que se ha acumulado se enraíza y produce gérmenes. Por eso, suelo cambiar el agua dos veces al día," explica Chiu. Se cuenta que Han Yu, un oficial del gobierno, durante la dinastía Tang, en la antigua China, estaba preocupado por la invasión de cocodrilos que se produjo en ese entonces. Gracias a los conjuros de un mago, todos los cocodrilos se fueron nadando hasta la frontera del sur de China y así fue como el sureste de Asia pudo contar con cocodrilos. En Taiwan, debido a que las corrientes de los ríos son muy rápidas y a que en el invierno la temperatura baja a menos de 25 grados centígrados, manteniéndose así, los cocodrilos no pueden sobrevivir en el ambiente natural. De manera que, con la llegada de los primeros vientos fríos del primer invierno, Chiu colocó bombillas en el centro de los estanques para darles calor. Los cocodrilos se aglomeraron en el centro de los mismos en busca de calor, subiéndose unos encima de los otros. El resultado fue trágico: los que permanecieron abajo, murieron aplastados. Por eso, ahora, en el invierno, Chiu coloca varias bombillas infrarrojas, dispuestas convenientemente en los estanques, con el propósito de darles no sólo calor sino para evitar el período de hibernación de los cocodrilos, obteniéndose así un proceso de crecimiento más rápido. El promedio de vida de un cocodrilo es de 60 años aproximadamente y de los que cría Chiu, el más viejo, tiene 16 años; lo compró a un millonario aficionado a los animales por US$6.250. Primero, lo puso junto con otro de 5 años de edad, pero solían pelearse y herirse, por lo que se vió obligado a separarlos. Cuando se ve por primera vez al monstruoso gigante, la primera impresión que ofrece es de estar durmiendo; sus ojos semi-cerrados y su "cara" no muestra ninguna expresión. Al igual que la mayoría de reptiles, los cocodrilos ponen huevos; los ocultan en nidos de vegetación y deshechos naturales o los entierran en las arenas de la playa. Chiu coloca suficiente cantidad de paja en la piscina de los cocodrilos adultos, en forma de nidos, para que así los cocodrilos hembras puedan poner sus huevos. "Debido a que el índice de incubación normal en los cocodrilos es, por naturaleza, muy bajo: no más del 10 por ciento, diseñé una forma de incubación artificial, por medio de la cual puedo examinar por lo menos, 200 huevos. Controlo los grados de humedad y temperatura. Generalmente se pueden incubar en esta máquina las dos quintas partes de huevos", hizo ver Chiu con orgullo. Los cocodrilos recien nacidos parecen lagartijas y Chiu los trata con gran delicadeza y especial cuidado. Sin embargo, luego de crecer un poco, se olvidan de su "padre" y en ciertas circunstancias, hasta pueden atacarlo. "¿Ve usted?" dijo, mostrando sus manos llenas de cicatrices, "afortunadamente, los cocodrilos solamente me atacan para protegerse o sea que sólo lo hacen cuando están asustados y luego se alejan corriendo apresuradamente." Por lo general un cocodrilo de tres años puede venderse a muy buen precio; su piel sirve de materia prima para la fabricación de bolsas de mano, billeteras, zapatos y cinturones; su carne es un bocado exquisito en los grandes banquetes, mientras que sus órganos internos pueden ser utilizados como componentes de la medicina china tradicional. Gracias a la creciente demanda en el mercado internacional, la crianza de cocodrilos puede ser una empresa de mucho futuro y de magníficas ganancias. "Cualquier persona lo puede hacer, cuando lo desee, invirtiendo poco capital. La crianza de cocodrilos puede ser, principalmente, un excelente negocio adicional para los ganaderos. Siempre disponen de suficiente tierra y animales en exceso; lo único que hay que considerar es la calidad del agua y la temperatura," añadió Chiu. Existe, eso sí, un riesgo muy grande en dicho negocio y es la lenta recuperación de la inversión para dicha empresa, puesto que para que un cocodrilo pueda venderse, debe tener, por lo menos, tres años de edad y para que los cocodrilos hembras puedan poner huevos, tienen que tener seis años. Durante el período inicial, un empresario no necesita invertir grandes cantidades de dinero, pero tampoco puede esperar obtener ganancias inmediatas. Afortunadamente, el Departamento de Agricultura y Silvicultura ha creado un fondo de préstamos para los jóvenes interesados en este tipo de negocios. Aparte de ser beneficiado de dichos préstamos, Chiu tuvo que agregar también toda su diligencia e inventiva, para poder conseguir mejores ganancias. Ha ganado también muchos honores, que lo han colocado como modelo para otros jóvenes aspirantes a empresarios. Chiu se siente feliz por el éxito y reputación alcanzados en la sociedad, por lo que quiere también poder dar algo a cambio: "No soy rico, pero al menos, puedo ayudar a los demás." El año pasado, donó US$250 a su alma mater, financiando una beca para estudiantes sobresalientes pero de escasos recursos económicos. Muchos grupos de visitantes llegan ahora a conocer la empresa de Chiu, algunos atraídos por la curiosidad de observar de cerca los cocodrilos y otros para enterarse de la forma como marcha el negocio... que podría ser el camino inicial para obtener buenas ganancias. ¿No le gustaría a usted probar también? □

Popular

Más reciente