20/05/2024

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Taiwán Hoy

MEZCLANDO CULTURA Y AGRICULTURA

01/07/2011
El empaque galardonado de Green In Hand es una envoltura de papel marrón con un corto pasaje en caligrafía sobre el agricultor que cultivó el arroz que contiene el paquete.

Una compañía de Taipei está ganando elogios y dinero con la venta de arroz de calidad de una manera creativa, y ayudando a emprender un programa educativo sobre agricultura orgánica.

En el valle entre las montañas centrales y las de la costa oriental, que se extienden a lo largo del Océano Pacífico, se encuentra Yuli, en el distrito de Hualien, en la parte este de Taiwan. Es un pueblo con un encanto rústico que incluye vistas amplias de arrozales irrigados por el río Xiuguluan. “El arroz cultivado en la región tiene mejor sabor debido al comparativamente ambiente prístino del lugar”, dice Tseng Kuo-chi, agricultor de 38 años de Dongfon, un vecindario de Yuli. Tseng agrega que el pueblo ocupa el primer lugar en la isla en términos del área de terreno cultivado con arroz.

Hace alrededor de 14 años, Tseng dejó su trabajo anterior en la región norteña de Taiwan en una firma de arquitectura con el fin de regresar a su pueblo natal para ayudar en los arrozales de su familia, después que su padre quedó severamente lesionado en un deslizamiento de terreno. Tseng dice que su padre fue uno de los primeros agricultores orgánicos de Hualien, porque no usaba pesticidas sino únicamente fertilizantes naturales, y vendía el grano directamente a varias tiendas de alimentos saludables. El hijo siguió con esa tradición agrícola, pero lo que caracteriza su práctica de hoy día es la manera en la que la mayoría de sus productos se venden. A principios de 2008, el joven agricultor comenzó a trabajar con Green In Hand Food Bank Co. en Taipei, que vende arroz como un producto cultural. La sociedad ha sido mutuamente beneficiosa porque ha permitida que sus ganancias se eleven en más del 10 por ciento.

De hecho, cuando se trata de maximizar el valor del arroz cultivado localmente, quizás pocos sepan más que Cheng Yun-yi y su esposo Lee Chien-te, quienes fundaron juntos Green In Hand en 2006. Para la pareja, el arroz no es simplemente un alimento básico; su significado cultural es igualmente importante.

“Raramente me provocaba comer arroz en el pasado”, dice Cheng. Esto cambió poco después de casarse a finales de 1999. En esa época, ella recibió una bolsa de 30 kilogramos de arroz recién cosechado de parte de su suegra en Taitung, en el este de Taiwan, un lugar conocido por la producción de arroz de calidad. De inmediato, me encantó el aroma del grano cocinado e introdujo “el regalo del cielo”, como ella le llama, de la comparativamente región prístina a sus amigos y conocidos. A mediados del 2000, cuando la compra en línea se volvió más común y los servicios de envío más convenientes, la pareja decidió que era el momento de compartir el buen sabor del arroz con más gente.

El mercadeo de Cheng y Lee no se centra solamente en el arroz, sino también en las historias de los agricultores individuales que están dedicados a cultivar este alimento de una manera comparativamente sana. Entonces, cuando conocen a los agricultores que están interesados en trabajar con ellos, el primer paso es visitar sus arrozales y supervisar sus métodos de producción, incluyendo sus fuentes de irrigación. El resultado de esto es que se resalta el origen único del producto a la hora de comerciarlo. Cheng, anteriormente una editora, trabaja con su esposo, un fotógrafo profesional, para contar las historias de los productos a través de textos y fotos, que a su vez son publicados en la página web de la compañía para que el disfrute de todos. “La sub marca Mr. Fan, por ejemplo, proviene de una aldea de montaña en Taitung, donde se encuentra el arroyo Hsinwuli, uno de los ríos más limpios en Taiwan”, dice Cheng de uno de los productos más populares de Green In Hand —el arroz ofrecido por el llamado Mr. Fan, el agricultor Fan Gang-liang.

La compañía diseña también el empaque de sus productos. Un tipo de empaque se hace con tela floral estilo hakka, mientras que la cubierta de otro tiene un corto pasaje de caligrafía sobre papel marrón que presenta al agricultor que produce el grano. Cheng compone el contenido y hace la caligrafía. Este último empaque también fue uno de los cinco ganadores del premio dorado en la categoría de productos comercializados en la primera edición de los Premios Boutique Creativa Cultural de Taiwan. Parte de la primera Exposición Internacional de la Industria Cultural y Creativa de Taiwan, celebrada en Taipei en noviembre de 2010, el concurso contó con la participación de 73 entradas en esa categoría.

La información se fue difundiendo de boca en boca y la pareja atrajo pronto la atención tanto de los clientes particulares como corporativos. En 2009, la revista Commonwealth, publicó un libro sobre la pareja, detallando su sueño de comenzar el negocio, así como las historias de los agricultores, además de varias maneras de preparar platos con arroz. Actualmente siete agricultores suministran los granos a Green In Hand, cuya pronunciación en mandarín es igual a las palabras “aplaudir para dar ánimo”, reflejando su deseo de animar a aquellos que trabajan duro la tierra de Taiwan.

Hasta la fecha, solamente el arroz producido por Tseng Kuo-chi ha sido reconocido como un cultivo orgánico, con los granos oficialmente reconocidos en 2003 por la Fundación de Agricultura Orgánica Tse-Xin, una de las 13 organizaciones calificadas para certificar los productos locales. No es nada fácil cultivar orgánicamente, aunque la práctica se promociona como mejor para la salud humana y para la tierra. El joven agricultor dice que él puede -producir solamente alrededor del 70 por ciento de la producción de un campo de arroz que no utiliza métodos orgánicos, siempre que todas las otras condiciones sean las mismas. Además, el costo de los fertilizantes naturales, tales como el estiércol, es también más alto que los fertilizantes químicos. “Se necesita más tiempo para limpiar la maleza en el campo si se usan métodos orgánicos”, dice Tseng. Algunas otras granjas que trabajan con Green In Hand están reduciendo el uso de pesticidas en sus cultivos, mientras que otras están -preparándose para solicitar la certificación de producto orgánico. Se requiere de tres a cinco años para que la tierra que ha sido tratada con fertilizantes -químicos y pesticidas sea apta para el cultivo orgánico, dice Cheng.

Yuli, en el distrito de Hualien. Green In Hand comenzó a trabajar con agricultores de la región oriental de Taiwan porque el área posee un ambiente comparativamente prístino.

Recompensa creativa

Los esfuerzos de la compañía para animar a los agricultores de arroz locales a través del mercadeo de sus productos de manera creativa están comenzando a dar frutos. En 2010, la compañía generó más de NT$10 millones (US$316.000) en ingresos, más de los NT$8 millones (US$254.000) de 2008, y su personal incrementó de tres a seis miembros durante el período. Durante el mismo tiempo, los agricultores han cosechado los beneficios de trabajar con una compañía que mercadea sus cultivos como un producto cultural.

Los precios del arroz de Green In Hand varían según los costos de producción para cada agricultor, pero son también relativamente altos debido a los elementos culturales añadidos del empaque. Por ejemplo, un paquete de arroz de 1,5 kg de la granja de Tseng presentado en un envoltorio de papel marrón estilizado se vende por NT$380 (US$12,60), mientras que una bolsa de arroz ordinario de 5 kilogramos cuesta solamente NT$180 (US$6).

Casi el 80 por ciento de los ingresos de la compañía derivan de las compras hechas por clientes corporativos, como Microsoft Taiwan y la Bolsa de Valores de Taiwan, que dan arroz empacado como regalo a sus invitados o empleados. Los clientes individuales pueden comprar los productos en línea o en diversos lugares tales como algunas librerías Eslite en Taiwan. “Debe animarse a la gente que hace algo bueno por Taiwan”, dice Pai Pei-lin, vicepresidente de Nanya -Technology Corp., del porqué Nanya es cliente de Green In Hand. Cada año Nanya Technology da regalos a sus trabajadores el Día del Trabajador, y este año compró 2.200 productos de Green In Hand. “Se dice que el arroz japonés tiene la mejor calidad, pero el arroz -cultivado localmente no es de menor calidad”, explica Pai.

“Mucha gente aprecia los productos de los agricultores, pero poco cuentan sus historias”, dice Cheng del porqué los productos de la compañía impresionan a muchos clientes al incluir las historias de los agricultores trabajadores y conscientes del medio ambiente que los cultivan”.

Tseng Kuo-chi y Green In Hand fueron protagonistas de otra bonita historia en febrero de 2010, después que Tseng obtuviera una concesión para la regeneración rural por NT$150.000 (US$5.000) del Consejo para la Agricultura, con el fin de iniciar la Escuela Orgánica de Dongfon. La “escuela” es realmente una serie de clases prácticas en un campo de 2.000 metros cuadrados. Durante cuatro meses, de febrero a junio de 2010, 30 estudiantes de primaria de Dongfong, la mayoría procedentes de familias agrícolas, dedicaron un par de horas de trabajo semanal en el campo, donde aprendieron directamente sobre el cultivo orgánico del arroz y el proceso de producción del arroz, desde el trasplante de la plántula de arroz hasta la cosecha. “Este programa procura introducir métodos alternativos al cultivo tradicional del arroz a la nueva generación. También permite que los niños cultiven el respeto por la tierra y los agricultores que trabajan las granjas al tiempo que ellos mismos realizan esas labores”, dice Tseng.

En cuanto al mercadeo del arroz producido en el campo de la escuela, Green In Hand enfatiza el aspecto educativo de cómo fue producido junto con el paquete creativo en la forma de cuaderno de tareas de la escuela primaria. Parte de los ingresos de la -cosecha de 2010 fue utilizada para fundar el programa de este año. Este año, la compañía tiene planes de producir un folleto para registrar la historia de la escuela y compartir la experiencia.

Espacio para crecer

Después de trabajar con los agricultores de arroz de la región oriental de Taiwan, Green In Hand está ahora explorando otras partes de la isla. Tras recibir una concesión de NT$1,5 millón (US$50.000) del Consejo para los Asuntos Culturales, la compañía comenzó a comerciar el té cultivado localmente por tres agricultores en el centro y este de Taiwan en diciembre de 2010. “También vale la pena comerciar la cultura del té de Taiwan”, dice Cheng, agregando que su compañía ha elegido trabajar con cultivadores de té que utilizan métodos de cultivo orgánico y relata la historia individual de cada agricultor. A principios de este año, la compañía comenzó a crear una sociedad con un agricultor de arroz en Taoyuan en el noroeste de Taiwan. “Algún día, espero poder promover a cada agricultor cuyas prácticas de cultivo sean favorables para el medio ambiente”, dice Cheng. Por ahora, la escala aún pequeña de su negocio se limita a la habilidad de la compañía, pero la pareja espera ampliar su trabajo para aumentar el valor de los productos de alta calidad en otros sectores.

Mientras tanto, Cheng está pensando en organizar giras a los arrozales o plantaciones de té. La gente se conmueve cuando ve los esfuerzos que hacen los agricultores para cultivar el arroz que consumen cada día, dice ella, y quieren aprender más de un paseo al campo y esperan conocer a los agricultores en persona.

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