29/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

REGRESANDO A CASA

01/07/2013
El entonces primer ministro Sean Chen, en el centro de traje, hace una gira por el parque industrial del distrito de Changhua en octubre de 2012 con el fin de verificar los recursos de tierra disponibles para las empresas taiwanesas en el exterior que desean establecer una mayor presencia en la isla.

Las condiciones cambiantes en China continental están haciendo que los empresarios taiwaneses consideren volver a su tierra natal.

"Después de operar en el extranjero durante mucho tiempo, los empresarios taiwaneses sólo quieren volver a casa”, dice Chiu Yi-cheh, director general del Departamento de Servicios de Inversiones (DOIS, siglas en inglés) bajo el Ministerio de Economía (MOEA, siglas en inglés). “Y China continental está cambiando rápido, por eso algunos de ellos están usando el dinero que ganaron allí y en otros lugares para invertir en oportunidades en Taiwan”.

La tendencia a la que Chiu se refiere podría sorprender a algunos, porque las empresas taiwanesas han sido conocidas por irse al extranjero para reducir los gastos de producción durante casi 30 años. Cuando los costos de mano de obra y terreno comenzaron a ascender en Taiwan a mediados de la década de 1980, muchas compañías de propietarios locales comenzaron a considerar un traslado de por lo menos una parte de sus operaciones a China continental y el Sudeste de Asia. La mayor atención hacia la necesidad de proteger el medio ambiente y la drástica apreciación del Nuevo Dólar de Taiwan en contra del Dólar Estadounidense en 1986 provocaron que más empresas taiwanesas orientadas hacia la exportación se trasladaran al exterior. El éxodo fue mayor después de 1991, cuando el Gobierno de la República de China (RDCh) en Taiwan, comenzó a levantar las restricciones que prevenían que las empresas de propiedad local operaran en China continental.

Hoy, alrededor del 70 por ciento de toda la inversión extranjera de empresas taiwanesas aún se dirige a China continental, dice Lin Chu-chia, profesor de economía y viceministro del Consejo para los Asuntos Continentales. Las estadísticas de la Comisión para las Inversiones del MOEA indican que más de 40.000 empresas de propiedad taiwanesa operan ahora en el otro lado del Estrecho, aunque el Gobierno en Pekín afirma que el número es de casi 80.000, según Lin.

Mientras que la vasta área y gran población de China continental probablemente continúe atrayendo a algunos empresarios por algún tiempo, el crecimiento se ha reducido durante los últimos años. Así como Taiwan en la década de 1980, los sueldos y los precios del terreno han aumentado en China continental, especialmente a lo largo de la próspera costa oriental. Más recientemente, las multinacionales han visto desaparecer sus exenciones arancelarias. Antes de 2008, todas las compañías taiwanesas y de propiedad extranjera en China continental disfrutaban de una tasa de impuesto de sólo el 15 por ciento sobre el ingreso corporativo, en contraste con el 33 por ciento que pagaban las empresas locales. Sin embargo, desde ese año, todas las empresas, extranjeras y locales, deben pagar el 25 por ciento. En efecto, eso significa que la carga de impuestos ha aumentado para las multinacionales y al mismo tiempo se ha reducido para las empresas de propietatios chinos continentales.

 

Una fábrica de tornillos en la ciudad de Kaohsiung operada por Jinn Her Enterprise Co. La empresa está promoviendo el establecimiento de un parque industrial enfocado en la distribución y mercadeo de tornillos de metal fabricados localmente.

La tendencia hacia la mayor protección de los derechos de los trabajadores locales también ha incrementado los costos de mano de obra en China continental. Por ejemplo, el sueldo mensual promedio en Shanghai aumentó en un 11,1 por ciento a 4.331 yuan (US$670,50) entre 2010 y 2011, mientras que el salario mínimo se elevó en un 13,3 por ciento a 1.450 yuan (US$233) en 2012, según el Consejo para la Planificación y el Desarrollo Económicos (CEDP, siglas en inglés), de nivel ministerial, en Taiwan. Mientras que los sueldos en Shanghai son más altos que en muchas otras partes de China continental, el municipio aloja a un gran número de empresas de propiedad taiwanesa. Además, el plan de desarrollo económico de China continental para el período 2012-2015 exige un aumento del sueldo mínimo en más de un 13 por ciento en todo el país. Entre tanto, la Ley de Contratación Laboral de China continental, que entró en vigor en enero de 2008, permite que los empleados tomen acciones legales relacionadas con el trabajo en contra de sus empleadores, exige que los empleadores usen contratos de empleo escritos y establece estándares para la terminación del empleo, incluyendo una estipulación de indemnización.

Regreso de la inversión

En vista del creciente costo de hacer negocios en el exterior, más multinacionales de propiedad taiwanesa han incrementado su inversión en Taiwan. En 2007, por ejemplo, las estadísticas del DOIS muestran que aquellas empresas invirtieron NT$14 mil millones (US$426 millones) en Taiwan, mientras que en 2011 la cifra aumentó  a NT$46,9 mil millones (US$1,6 mil millones). El total de estas inversiones hechas desde 2007 hasta 2011 alcanzaron los NT$158,4 mil millones (US$5,4 mil millones), con las empresas de propiedad taiwanesa que operan en China continental representando un 93,5 por ciento de ese monto. En 2011, las empresas manufactureras representaron el  76 por ciento de esas inversiones, seguidas por el sector de los servicios con el 20 por ciento.

En 2012, el Gobierno de la RDCh estableció la meta de atraer NT$50 mil millones (US$1,71 mil millones) en inversiones de las empresas taiwanesas en el exterior. Las cifras finales del año alcanzaron los NT$51,9 mil millones (US$1,78 mil millones).

“He estado pensando en invertir más en Taiwan, porque el costo de la mano de obra ha ido aumentando constantemente en China continental”, dice Yang Ying-ming, presidente de Kenda Rubber Industry Co., en referencia a los gastos crecientes que enfrentan las operaciones de su compañía en China continental. Kenda fue fundada en 1962 y su sede principal está en el distrito de Changhua, centro de Taiwan. La compañía comenzó a establecer bases manufactureras en China continental en 1988 para producir cauchos para bicicletas, motocicletas y automóviles. Kenda, uno de los tres principales fabricantes de cauchos para bicicletas del mundo, siempre ha fabricado los cauchos de bicicletas y motocicletas en Taiwan, y sólo comenzó a fabricar cauchos para automóviles en Taiwan hace aproximadamente dos años. En 2011, el ingreso total de Kenda alcanzó los NT$30 mil millones (US$ 1 mil millones), alrededor del 70 por ciento de los cuales fue generado en China continental.

Jinn Her Enterprise Co. es otra empresa de propiedad local que ha operado en el extranjero pero que ahora busca fortalecer su presencia en Taiwan. La compañía, una empresa fabricante de tornillos y tuercas de alta resistencia, fue establecida en 1980 en el distrito Gangshan, ciudad de Kaohsiung, en el sur de Taiwan. Jinn Her tiene aún su sede principal allí, pero expandió sus operaciones a China continental en 1995. La compañía tiene ahora fábricas adicionales en Malasia y Vietnam, pero China continental continúa siendo su principal fuente de ingresos, dado que la mitad de los ingresos de la compañía que ascendieron a NT$40 mil millones (US$1,36 mil millones) en 2011 fue obtenido allí.

 

Kenda Rubber Industry Co., un importante fabricante de cauchos que genera el 70 por ciento de sus ingresos en China continental, comenzó a producir cauchos para automóviles en Taiwan en mayo de 2011. (Cortesía de Kenda Rubber Industry Co.)

Los fabricantes en Gangshan han producido tornillos especiales por décadas, aunque el bajo perfil de la industria significa que han atraído poca atención de afuera. “El mayor agrupamiento de fábricas de tornillos y tuercas en Taiwan está ubicado en Gangshan y los pueblos aledaños”, dice Huang Chung-min, asistente especial del presidente de Jinn Her. El renovado interés de la compañía en Taiwan puede verse como su papel primordial en la promoción de la construcción de un parque industrial en el distrito Alian, adyacente a Gangshan. Jinn Her tiene planes de invertir en el parque para aprovechar el agrupamiento industrial grande y sólido. “El parque integrará recursos en el sector y mercadeará y distribuirá colectivamente tornillos de metal hechos en Taiwan”, dice Huang.

Las numerosas iniciativas gubernamentales han llevado a las compañías de propiedad taiwanesa a echar un nuevo vistazo a la posibilidad de operar en Taiwan. En términos de política, el énfasis en la diplomacia viable del presidente de la RDCh, Ma Ying-jeou, ha conducido a relaciones dramáticamente mejoradas con China continental, y eso a su vez ha facilitado el comercio a través del Estrecho de Taiwan. Por ejemplo, en junio de 2010 se realizó la firma del Acuerdo Marco de Cooperación Económica (ECFA, siglas en inglés), que tiene la meta de eliminar las tarifas en la mayoría de los tipos de productos industriales que se comercializan entre Taiwan y China continental. Antes del ECFA, la fabricación y venta de productos a través del Estrecho permitían a las compañías taiwanesas escapar de las tarifas de importación de Pekín. Ahora, como las reducciones tarifarias permiten que los productos hechos en Taiwan compitan con precios más equilibrados en China continental, los fabricantes están encontrando a Taiwan más atractivo. “El ECFA es algo positivo”, dice Yang, de Kenda. “Las empresas taiwanesas que venden productos en el mercado continental pueden considerar reposicionar sus recursos manufactureros y trasladar algunos a Taiwan desde China continental”.

La industria de los cauchos se vio en dificultades en septiembre de 2009 cuando el gobierno estadounidense anunció que tenía planeado establecer tarifas –tan altas como del 35 por ciento—en los cauchos de automóviles y camiones ligeros importados de China continental durante tres años. Esas tarifas y el posible efecto colateral en otros mercados fueron suficientes para convencer a Yang de trasladar algunas operaciones de regreso a Taiwan. “Predije que Estados Unidos extendería la duración del tiempo en efecto de esa medida”, dice. “Y me pregunté qué -pasaría si Europa seguía los pasos de Estados Unidos”. Por lo tanto, el empresario invirtió NT$1,2 mil millones (US$40 millones) para construir una fábrica en el distrito de Yunlin, centro de Taiwan, que comenzó a producir cauchos para el mercado estadounidense en mayo de 2011.

Gestionando los riesgos

Mientras que las tarifas estadounidenses terminaron en septiembre de 2012, Yang aún piensa que su decisión de reforzar sus operaciones en Taiwan cosechará frutos a largo plazo. La medida ayudará a Kenda a gestionar los riesgos mediante la diversificación de sus bases de manufactura y amortiguar el impacto de los salarios cada vez más altos de China continental, dice.

En cuanto a las iniciativas gubernamentales centradas específicamente en atraer firmas de regreso a Taiwan, a finales de septiembre de 2012 el MOEA organizó una reunión para los empresarios taiwaneses, la mayoría de los cuales están operando en el exterior, para aumentar la inversión en la isla. Alrededor de 400 personas participaron en el encuentro. De las 20 compañías que firmaron las cartas de intención de invertir en Taiwan, 18 tienen presencia en China continental. En total, esas 18 compañías tienen planes de invertir la cantidad combinada de NT$37,8 mil millones (US$1,29 mil millones) en operaciones comerciales en Taiwan, con Jinn Her encabezando el grupo y destinando NT$10 mil millones (US$333,3 millones) para construir sus instalaciones en el propuesto parque industrial Alian.

Mientras que la reunión del MOEA pareciera producir sólidos resultados, un esquema del CEPD para aumentar la inversión por las empresas en el extranjero de propiedad taiwanesa en su tierra natal es aún más ambicioso. El programa del CEPD fue emprendido a principios de noviembre de 2012 y está programado para operar hasta fines de 2014.

 

Los representantes de las empresas de propiedad taiwanesa que operan en el extranjero muestran cartas de intención para invertir en Taiwan durante una reunión organizada por el MOEA en septiembre de 2012.  (Cortesía del Departamento para los Servicios de Inversión)

Las empresas que califican para participar en el programa del CEPD tienen derecho a solicitar préstamos a bajo interés de un fondo de NT$10 mil millones (US$333,3 millones). Ellas también se benefician de las tarifas reducidas en la maquinaria importada específicamente para uso en sus nuevas instalaciones en Taiwan.

Sin embargo, se aplican varias restricciones. Las compañías deben poder probar que han realizado inversiones en el extranjero por más de dos años. Deben haber desarrollado productos bajo sus propias marcas y venderlas globalmente, ser un suministrador importante en un campo industrial específico, tener centros de investigación o sedes principales en Taiwan, o fabricar productos de alto valor agregado y componentes claves. Dentro del primer año de realizar las inversiones locales, las compañías deben haber empleado por lo menos 100 empleados taiwaneses. Las empresas de alta tecnología que solicitan para el programa deben contribuir por lo menos con NT$500 millones (US$16,6 millones) de sus propios fondos para proyectos de expansión local, mientras que las compañías en otros sectores deben contribuir por lo menos con NT$100 millones (US$3,3 millones).

Dicho todo esto, el CEPD calcula que su programa generará NT$200 mil millones (US$6,7 mil millones) en inversión y valor de producción total de NT$303 mil millones (US$10,1 mil millones). Se espera que el plan crea 82.000 oportunidades de trabajo para los empleados taiwaneses a finales de 2017.

A pesar de estos atractivos, no todas las compañías taiwanesas consideran apropiado volver a Taiwan. Algunas deciden quedarse en China continental porque están más cerca de sus clientes o sus suministradores están establecidos allí”, dice Chiu. “Algunos consideran otros lugares donde aún puedan operar a un costo comparativamente bajo. Otros no pueden simplemente afrontar la inversión debido a la recesión económica mundial”.

De hecho, mientras que las empresas que operan en China continental contribuyen a la gran parte de las inversiones taiwanesas que están volviendo a la isla, aún son pocas en comparación con su presencia colectiva en el otro lado del Estrecho. No obstante, Lin dice que Taiwan vería beneficios substanciales si por lo menos el 1 por ciento de esas empresas, o alrededor de 400 de ellas, invirtieran en Taiwan en vista de la pequeña escala de la economía de la nación.

Garantizar mano de obra adecuada y suficiente terreno para construir nuevas instalaciones siguen siendo los principales obstáculos para las compañías de propiedad taiwanesa que contemplan volver a la isla. A medida que los estándares de vida y el nivel de la educación han aumentado en Taiwan, los trabajadores locales están cada vez menos dispuestos a realizar ciertos trabajaos –cargos de bajo nivel como el trabajo en fábricas, por ejemplo– a pesar de los sueldos decentes. En respuesta, el Consejo para los Asuntos Laborales (CLA, siglas en inglés) formuló un sistema de cuota de cinco niveles en 2010 para permitir que las empresas locales llenen entre el 10 y 35 por ciento de sus cargos con empleados extranjeros, dependiendo de la naturaleza del trabajo. Ese sistema reemplaza el esquema de tres niveles que comenzó en 2007.

El programa del CEPD se basa en el del CLA al estipular que las empresas de propiedad taiwanesa que inviertan en nuevas divisiones de investigación y desarrollo locales o en centros de operaciones tienen derecho a elevar su cuota de trabajadores extranjeros en un 15 por ciento adicional. Las compañías que ocupan una posición clave en un sector industrial, fabrican productos de alto valor agregado o mercadean sus propias marcas internacionalmente, pueden emplear un 20 por ciento adicional. Las cuotas más elevadas son un incentivo para la inversión, ya que los trabajadores extranjeros adicionales contratados bajo ellas probablemente ocuparán cargos de cuello azul. Sin embargo, para cualquier negocio, la cuota máxima de trabajadores extranjeros no puede exceder el 40 por ciento.

La propuesta incluye también una exención de cinco años del pago por estabilización de empleo para los trabajadores extranjeros adicionales, impuesto por el Gobierno. El pago fue establecido en 1992 principalmente para promover el empleo de trabajadores taiwaneses, con medidas financiadas por los ingresos, así como la formación vocacional.

Actualmente, por ejemplo, las compañías fuera de la industria de la alta tecnología deben pagar NT$2.000 (US$67) mensualmente por cada trabajador extranjero. Después del propuesto período de exención de cinco años, sin embargo, estas compañías tendrían que pagar por lo menos NT$5.000 (US$171) cada mes por cada trabajador extranjero adicional. Sanciones mayores serían impuestas si la mano de obra extranjera representa más del 5 por ciento del total de la fuerza laboral de la empresa. La propuesta se convirtió en una reglamentación oficial del CLA en marzo del corriente año.

Mayores oportunidades

Es comprensible que las preocupaciones han sido expresadas sobre que el aumento de las cuotas de trabajadores extranjeros podría reducir las oportunidades de trabajo para los nacionales de la RDCh. Sin embargo, Lin cree que estos temores no tienen base. “Si los empleadores pueden contratar a más trabajadores extranjeros, colocarán mayor inversión. En palabras sencillas, cuando el pastel es grande, hay más oportunidades para cada uno”.

Además, los empresarios y empleadores han hecho un llamado para separar los salarios de los trabajadores extranjeros del salario mensual mínimo legal de Taiwan, que ahora es de NT$18.780 (US$642) para todos los trabajadores, extranjeros y locales. Muchos en el sector empresarial han aplaudido esa propuesta, indicando que una mano de obra más barata les daría incentivo de volver a Taiwan, pero los oponentes afirman que el no pagar a los trabajadores extranjeros el salario mínimo sería injusto y constituiría una violación de sus derechos humanos.

En cuanto a la adquisición de terreno, mientras que Jinn Her y Kenda han identificado sitios ideales para nuevas instalaciones en Taiwan, ambos creen que el Gobierno debería acelerar el proceso de aprobación. “Adquirir terrenos es un poco oneroso en Taiwan”, dice Huang de las dificultades que ha enfrentado Jinn Her en el lanzamiento del parque industrial Alian para los fabricantes de tornillos.

Yang también está dispuesto a buscar un sitio para otra nueva fábrica de Kenda en Taiwan, que mejoraría la capacidad de producción local de la compañía. Recientemente, la recién construida fábrica de Kenda en Yunlin produce 4.000 cauchos para automóviles cada día, y Yang tiene planes de duplicar su capacidad de producción a finales de este año. “Pero incluso entonces, la escala de la economía está lejos de ser grande”, dice, ya que la capacidad óptima sería de alrededor de 20.000 cauchos por día.

A medida que China continental pierde su atractivo como un centro manufacturero, hay una clara oportunidad de atraer a las empresas de propiedad taiwanesa a la isla. Sin embargo, las mayores empresas de la nación han resultado muy capaces de operar en el extranjero, lo que significa que Taiwan necesita actuar rápida y decididamente para estimularlas a volver a casa.

Popular

Más reciente