08/05/2024

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REVOLUCION AZUL

01/03/2014
El presidente Ma Ying-jeou se dirige a los participantes en el Foro sobre la paz en el Mar de China Oriental de 2013. La iniciativa de paz en el Mar de China Oriental de Ma ofrece una solución práctica para reducir las tensiones en la región. (Cortesía de la Presidencia)

Las renovadas políticas marítimas de la República de China están preparando el camino para alcanzar la prosperidad sostenible procedente del mar.

La Convención de las Naciones Unidas sobre el  Derecho del Mar (CNUDM), que entró en vigor el 16 de noviembre de 1994, define los derechos y las responsabilidades de las ­naciones en cuanto a su uso de los océanos y ­establece las directrices para las actividades comerciales, la protección medioambiental y la gestión de los ­recursos marinos. Según los estándares de la convención, los países alrededor del mundo han establecido o revisado las políticas marítimas para satisfacer la meta de cultivar los recursos oceánicos de una manera sostenible.

La República de China (RDCh), que está rodeado por el mar, es una  típica nación marítima con ricos recursos marinos. Sin embargo, la ley marcial, que estuvo en vigor desde 1949 hasta 1987, impidió que la mayoría de los ciudadanos taiwaneses aprovecharan completamente esos recursos, ya que muchas partes de la costa del país fueron designadas áreas restringidas para el uso militar. Existían comprensibles consideraciones de seguridad nacional detrás de esas restricciones, en vista del estado de las relaciones con China continental y los resultantes temores de invasión. El efecto inesperado de las restricciones no fue sólo la prohibición física, sino la mental que afectó a los ciudadanos. Nientsu Alfred Hu, director del Centro para Estudios de ­Política Marina en la Universidad ­Nacional Sun Yat-sen, en Kaohsiung, sur de Taiwan, indica que excepto aquéllos que trabajaban en las industrias pesqueras y de transporte de carga, la ley marcial mantuvo a la gente alejada de explorar las posibilidades del océano y evitó la formación de una identidad como ciudadano de un estado oceánico.

Las restricciones sobre la visita a las áreas costeras fueron eliminadas después que se puso fin a la ley marcial, y se redujeron las tensiones a ­través del Estrecho, en tanto que otras políticas marítimas fueron propuestas y ajustadas. El Gobierno Central aludió a los estándares de la CNUDM cuando ­redactó y aprobó la Ley sobre Mar ­Territorial y Zona Contigua de la ­República de China, así como la Ley sobre la Zona Económica Exclusiva y la Plataforma Continental de la República de China, las cuales fueron promulgadas en 1998. “Con su definición de mar ­territorial de Taiwan, ambas leyes brindan la base para todas las consiguientes reglamentaciones y políticas marítimas”, dice Hu, quien ayudó a redactar ambas reglamentaciones.

Un ajuste administrativo importante ocurrió en 2000, cuando las fuerzas navales de la RDCh traspasaron las responsabilidades de controlar y asegurar las áreas costeras, puertos y ­embarcaciones a la recién formada Administración de Guardacostas (CGA, siglas en inglés). Aunque en la superficie esto pareciera ser meramente una transferencia de poder de una agencia gubernamental a otra, el hecho de cambiar la autoridad de las fuerzas armadas a una agencia del orden ­público por un ­gobierno electo, tenía un significado político y democrático. “Esa medida convirtió a Taiwan en uno de los ­pocos países avanzados en el mundo, que opera fuerzas militares y de ­orden público de manera separada en el mar”, dice Chiau Wen-yan, legislador de la RDCh.

La Conferencia sobre Política Nacional sobre los Océanos en la Universidad Nacional Sun Yat-sen fue otro evento importante en 1998. “La conferencia fue la respuesta de Taiwan a la ­designación por parte de las Naciones Unidas  de 1998 como el Año Internacional del Océano”, dice Hu. “Aún más importante, la conferencia marcó la primera vez que Taiwan realizaba una evaluación general de su política nacional de océanos”. Las conclusiones alcanzadas en la conferencia fueron compiladas y publicadas en 2001, en la forma de un Libro blanco de los océanos, que declara que la RDCh es una nación oceánica que depende del mar para su existencia y desarrollo.

 

Taiwan ha ajustado las políticas marítimas para apresurar su transformación en un estado oceánico ecológicamente sostenible, seguro y próspero. (Chang Su-ching)

En 2004, el Consejo de Asuntos Marítimos Avanzados, cuyo nombre luego cambió a Fuerza de Trabajo para los Asuntos Marítimos, fue establecido subordinado al Yuan Ejecutivo. Actualmente, la fuerza de trabajo es presidida por el Vice Primer Ministro de la RDCh, y está compuesta por expertos y funcionarios de agencias relevantes; asimismo, funciona como coordinadora de los asuntos marítimos de Taiwan.

La fuerza de trabajo redactó rápidamente las Directrices Nacionales para la Política de los Océanos, como base de la iniciativa del Gobierno de la RDCh para alcanzar “un entorno marino saludable, actividades oceánicas seguras e industrias relacionadas con el océano prósperas”, señalan las directrices, agregando que la meta general fue transformar a Taiwan en “un estado oceánico ecológico, seguro y próspero”. El Gobierno revisó el libro blanco de 2001 y consultó las directrices cuando redactó el Libro blanco de política sobre los océanos, que fue publicado en 2006, y establece las direcciones políticas, incluyendo proteger los derechos del mar, intensificar la aplicación del derecho del mar, mantener la seguridad marina, proteger el entorno oceánico, desarrollar industrias relacionadas al océano, fomentar la cultura marítima, y reforzar los estudios científicos marinos. Chiau señala que aunque el libro blanco de 2006 no es perfecto, la revisión fue ­redactada según un esquema integrado para el desarrollo de una nación oceánica, e incluye metas políticas claras y abarcadoras.

Varias agencias gubernamentales han publicado sus propios documentos sobre política marítima con base en el libro blanco de 2006. Por ejemplo, el Consejo Nacional de Seguridad, incorporó elementos marítimos en su Informe de Seguridad Nacional de 2006. Entre tanto, la CGA publicó el Libro blanco de los Guardacostas en julio de 2007, para detallar sus misiones ­centrales tales como supervisar los asuntos marítimos, hacer cumplir  el derecho del mar y los servicios marítimos; en tanto que el Ministerio de Educación publicó el Libro blanco sobre política de educación marina en agosto de 2007, con el fin de definir las metas y estrategias para el desarrollo de la educación marítima en Taiwan. Aunque se reconoce que estos instrumentos de política son “bastante limitados ­tanto en número como en profundidad”, Hu dice que sus limitaciones reflejan el ­hecho de que los asuntos marítimos son un tema amplio con una extensa gama de subtemas, que caen dentro de la ­jurisdicción de diferentes agencias gubernamentales.

Direcciones diferentes

La perspectiva de Hu es respaldada por Kao Shih-ming, investigador asistente en el Instituto de Administración de Recursos Marinos en la Universidad Nacional del Océano de Taiwan, en la ciudad de Keelung, norte de Taiwan. “La autoridad diseminada entre varias agencias conlleva a una situación donde las agencias pueden actuar en diferentes direcciones”, dice Kao. “Otro problema es que los asuntos pueden ser marginados dentro de una agencia y no reciben suficiente atención”.

Desde 2000 hasta 2008, “la construcción de una nación oceánica” era uno de los pilares de la política del Partido Democrático Progresista, el partido gobernante de ese momento. Cuando Ma Ying-jeou fue electo presidente de la RDCh en 2008, él propuso “crear una revolución azul y buscar la prosperidad en el océano”, como las direcciones para la política marítima de la nación. “Necesitamos separarnos de nuestra mentalidad del ‘poder de la tierra’ y hacer que Taiwan sea una combinación de lo mejor que la tierra y el mar puedan ofrecer”, según está establecido en la postura política de la Presidencia, que consagra la visión del Presidente para el Gobierno. Junto con la protección de los ecosistemas marinos y el fortalecimiento de la conciencia, la educación, y la identidad marina, otro elemento clave de la política presidencial hace un llamado a salvaguardar el interés nacional, unificando la autoridad competente sobre los asuntos marítimos.

 

Aviones de la Fuerza Aérea de la RDCh sobrevuelan una embarcación de la Armada de la RDCh durante un simulacro conjunto. La preparación militar fue una vez el foco central de la política marítima de Taiwan.

De hecho, se han realizado muchos llamados para el establecimiento de un ministerio de asuntos marítimos durante el trascurso de los años, y pareció haberse dado una buena oportunidad en 2009 cuando el Yuan Ejecutivo ­comenzó a considerar una próxima fase del esfuerzo de reestructuración ­gubernamental. Sin embargo, durante las deliberaciones, lo que había sido originalmente propuesto como un ministerio marítimo fue reducido a un consejo, que solamente tendrá competencia sobre la coordinación y la integración de política.

Como un consejo, la nueva agencia marítima no será tan efectiva, según Hu. “El hecho es simplemente que la ley de la RDCh otorga el control a otras agencias gubernamentales sobre ­funciones marítimas específicas, junto con los recursos humanos y el presupuesto necesario para llevar a cabo esas funciones”, dice. “No está claro cuánta autoridad en relación a la ­coordinación y la integración de política, podría ejercer este consejo sin tener más poderes sustantivos”.

No obstante, Hu no necesariamente quiere decir que sería mejor tener una agencia de gran tamaño que gestione todo lo relacionado a los asuntos marítimos. Con suficientes recursos y poder, él cree que un consejo más enfocado podría funcionar bien como un órgano de política de alto nivel y que pueda tomar decisiones. Citando al Consejo para los Asuntos de China Continental (MAC, siglas en inglés), como un ejemplo, el director del centro de estudios marinos indica que mientras que diversos aspectos de los asuntos continentales son gestionados por ­diferentes agencias gubernamentales de la RDCh, el MAC es el órgano responsable de concebir las políticas generales, y tiene la palabra final en todos los asuntos relacionados. “Pueden haber muchos que ejecuten las políticas, pero debería existir sólo un creador de políticas”, dice. “Es difícil llevar a cabo una ideología central cuando una ­docena de agencias están creando sus propias políticas”.

Aunque la ley que podría establecer el consejo marítimo aún se encuentra en el órgano legislativo, el Gobierno ha estado progresando en diversas áreas marítimas, particularmente en la coo­peración con los países vecinos para desarrollar los recursos marinos. Con base a las estipulaciones de la CNUDM, Ma propuso la Iniciativa de Paz en el Mar de China Oriental (ECSPI, siglas en inglés) en agosto de 2012 para resolver las disputas territoriales sobre las Islas Tiaoyutai (Diaoyutai) –un grupo de islas inhabitadas en el Mar de China Oriental que es parte del territorio de la RDCh, y sobre el que los gobiernos de Japón y China continental también reclaman la soberanía. La ECSPI se basa en el concepto de que mientras la soberanía es indivisible, los recursos pueden ser compartidos. La iniciativa insta a todas las partes involucradas a mantener el diálogo, observar el derecho internacional, abstenerse de la agresión y poner de lado las disputas sobre la soberanía, mientras se establece un mecanismo para explorar y desarrollar conjuntamente los recursos naturales.

Fin de las controversias

Ocho meses después de haberse propuesto la ECSPI, la Asociación para las Relaciones del Este Asiático, de Taiwan; y la Asociación de Intercambios de Japón, firmaron un acuerdo de pesca en Taipei. El acuerdo era necesario porque las Islas Tiaoyutai ocupan un punto donde se sobreponen las zonas económicas exclusivas de ambos países. Además de poner fin a las controversias sobre respecto a las zonas de pesca, el acuerdo estableció un comité Taiwan-Japón que funciona como mecanismo permanente de consulta sobre los asuntos pesqueros. Además, el pacto es un buen ejemplo del espíritu de la ECSPI, ya que permite que Taipei y Tokio se enfoquen en el desarrollo compartido de recursos y otras áreas de interés mutuo, al tiempo que ponen de un lado las disputas territoriales.

Antes de firmar el acuerdo de pesca, muchos expresaron duda sobre la efectividad de la ECSPI, ya que Taipei y Tokio habían realizado docenas de ­rondas de negociaciones sobre las Tiaoyutai desde 1996 sin lograr mucho progreso. “La firma del acuerdo de pesca entre Taiwan y Japón demuestra que la iniciativa de paz proporciona un medio que es aceptable para ambas partes”, dice Wu Ming-yen, investigador asistente en la Fundación Nacional de Política, un centro de estudios en ­Taipei. “Dejar a un lado las disputas de la soberanía y enfocar en los recursos y los ­derechos de los pescadores es la manera más práctica de tratar con esta difícil situación”.

 

La Isla Taiping en el Mar de China Meridional es el punto más al sur bajo la soberanía de la RDCh. La isla, que está bajo la jurisdicción administrativa de la ciudad de Kaohsiung, está principalmente habitada por personal de la Administración de Guardacostas.

La ECSPI, como lo ha expresado Ma en varias ocasiones, está diseñada para ofrecer una solución a todas las partes involucradas, incluyendo a China continental. Aunque China continental no ha mostrado ninguna intención de unirse a las discusiones entre  Taiwan y Japón sobre las Tiaoyutai, los principios de la iniciativa de paz han sido aplicados en los diálogos sobre pesca de Taiwan con Filipinas, que también tiene una zona económica exclusiva que se sobrepone con la de Taiwan. Taipei y Manila, tras un encuentro preparatorio en junio de 2013, realizaron otros diálogos sobre pesca en octubre de ese mismo año, y alcanzaron un consenso sobre diversos asuntos. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de la RDCh, en esa reunión ambos países acordaron establecer un sistema de notificación de emergencia para incidentes relacionados con la pesca, así como un mecanismo de notificación para las acciones de aplicación de la ley, líneas telefónicas directas para asistencia, y un procedimiento rápido para poner en libertad las embarcaciones y los miembros de la tripulación detenidos en el futuro.

En el Foro sobre la paz en el Mar de China Oriental realizado en agosto de 2013 en Taipei, Richard C. Bush, director del Centro para Estudios sobre Política del Este de Asia de la Institución Brookings, en Washington D.C. y ex presidente del Instituto Americano en Taiwan, describió  la ECSPI como una estrategia constructiva para las disputas complejas en la región. “El acuerdo de pesca entre Taiwan y Japón es ejemploconcreto donde los países que han estado en desacuerdo han podido cambiar en cierto modo las reglas del juego de una manera que reduce las tensiones y beneficia a todos”, dijo.

Durante muchos años, debido a las tensiones a través del Estrecho y la ley marcial, a los ciudadanos taiwaneses se les denegaba el acceso a las costas. Sin embargo, desde que culminó esa era, los encargados de hacer políticas han reconocido que para el estado oceánico de Taiwan, los mares representan un recurso económico, una oportunidad y una responsabilidad. Taiwan ha aprendido a comunicarse con sus países vecinos mediante el ejercicio de sus derechos conforme a la CNUDM. Las personas en Taiwan están cada vez más conscientes de que son ciudadanos de un estado oceánico, y las leyes y reglamentaciones han sido establecidas para garantizar que los recursos marítimos sean aprovechados de una manera sostenible. “Aún cuando tomamos medidas para garantizar la protección adecuada del medio ambiente, el Gobierno intenta con certeza flexibilizar las restricciones sobre las actividades y desarrollo en las costas, para que Taiwan pueda real y verdaderamente crear una revolución azul, y buscar la prosperidad procedente del océano”, dice la plataforma política de Ma.

 

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