03/05/2024

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01/03/2014
El Instituto de Investigaciones Oceánicas de Taiwan da la bienvenida a los científicos de todo el mundo que deseen realizar investigaciones a bordo de Ocean Researcher V.

Los investigadores sienten una obligación apremiante por estudiar cómo el cambio climático y otros impactos humanos están afectando el entorno marino.

Cuando Ocean Researcher V (ORV) partió en su viaje inaugural en febrero de 2013, el barco se convirtió en una de las primeras embarcaciones de investigación en el mundo conectadas a una aplicación. ORV es propiedad del Consejo Nacional de Ciencias (NSC, siglas en inglés), a nivel ministerial, y es operado por el Instituto de ­Investigaciones Oceánicas (TORI, ­siglas en inglés), y aquéllos interesados en las ciencias marinas pueden aprender sobre los viajes y las operaciones del barco vía una aplicación para tableta o teléfono inteligente ­llamada TORI OR5. “La aplicación ofrece información en tiempo real sobre la ubicación de nuestra embarcación y video de nuestros miembros mientras trabajan en las cubiertas. También proporciona acceso a un registro de las operaciones diarias del ORV, así como una introducción a la configuración, funciones y objetivos del barco”, dice Gong Gwo-ching, ­director de TORI. “Esperamos que esta información familiarice a los estudiantes con las instalaciones y las actividades de investigación a bordo. Nuestra meta es brindar al público un entendimiento de nuestro trabajo científico y las capacidades de Taiwan en tecnología marina”.

TORI y tres universidades –junto con sus respectivos barcos– están a la vanguardia de las tareas de investigación marina. Además de ORV, la flota de la nación está conformada por Ocean Researcher I (ORI), que es operado por la Universidad Nacional de Taiwan (NTU, siglas en inglés) en Taipei; Ocean Researcher II (ORII) operado por la Universidad Nacional del Océano de Taiwan (NTOU, siglas en inglés) en Keelung en la costa noreste; y Ocean Researcher III, operado por la Universidad Nacional Sun Yat-sen en Kaohsiung, en el sur de Taiwan. En conjunto, los esfuerzos de TORI, las universidades y sus embarcaciones han abierto nuevas oportunidades para las ciencias y la investigación sobre tecnología marina en Taiwan, y reforzado la cooperación oceanográfica del país con la comunidad internacional.

ORV mide 72,6 metros de largo, pesa 2.700 toneladas y puede transportar hasta 18 tripulantes y 30 investigadores y técnicos en viajes de hasta 13.000 millas náuticas ó 50 días. La embarcación fue construida por el Grupo de Construcción de Buques Jong Shyn en Kaohsiung, y cuenta con tres laboratorios de ciencias, un resonador de haz múltiple, dispositivos múltiples de muestreo de plancton, un sistema de sonar para hacer mapas del lecho marino y un sistema para seguimiento de movimientos sísmicos. La embarcación de investigación está equipada también con vehículos operados a remoto que pueden sumergirse a profundidades de 3.000 metros. Los aparatos a remoto permiten a los científicos tomar muestras de las aguas y sedimentos profundos, así como llevar a cabo investigaciones sobre el coral y los ­hidratos de gas del lecho marino.

Aparte de contribuir con las universidades y empresas locales, Gong dice que su instituto ha estado trabajando estrechamente con agencias gubernamentales, tales como el Ministerio de Economía (MOEA, siglas en inglés), el Ministerio del Interior, el Ministerio de Defensa Nacional y el NSC sobre las evaluaciones del impacto sobre el entorno marino, proyectos para el desarrollo de energía oceánica y la cartografía de las aguas territoriales de la República de China (RDCh).

ORV no necesariamente realiza todo su trabajo por mandato del Gobierno o investigadores marinos, ni tampoco la inspiración para todas sus misiones proceden de Taiwan, ya que profesores, organizaciones, estudiantes y científicos de todo el mundo son bienvenidos a solicitar al NSC la oportunidad de realizar investigaciones en el barco, dice Gong.

TORI fue establecido en Kao­hsiung en 2008 subordinado al Laboratorio Nacional de Investigaciones Aplicadas, sin fines de lucro e independiente, en Taipei, y recibe fondos del NSC. Gong dice que las principales misiones de su instituto son crear una base de datos oceanográfica, preparar talento en el campo de la ciencia y ­tecnología marinas, establecer una plataforma de investigación y desarrollo para facilitar la cooperación y compartir recursos, administrar la flota nacional de investigación oceánica de Taiwan, así como promover y respaldar la investigación académica.

 

Los miembros de la tripulación de ORV realizan los preparativos para desplegar los equipos de investigación.

El director de TORI dice que los océanos se ven afectados por el cambio climático, y a su vez afectan el clima. Una de las principales áreas de investigación del instituto es por lo tanto evaluar los posibles impactos del cambio climático sobre el océano y la seguridad nacional de Taiwan. Estos impactos incluyen la acidificación del agua salubre, la mayor intensidad y frecuencia de las tormentas, los bajos niveles del oxígeno en las aguas, la elevación de los niveles del mar y el alza de las temperaturas.

De esta manera, TORI estableció 14 estaciones de alta frecuencia a lo largo de la costa de Taiwan para registrar en tiempo real la condición de las corrientes de la superficie dentro de los 120 kilómetros desde la costa. En el Mar de China Meridional, el Instituto también ha utilizado un conjunto de boyas ancladas para recolectar información, equipadas con sensores que miden la acidez del agua, los niveles de dióxido de carbono, la temperatura y turbiedad; mientras que las trampas de sedimentos debajo de la superficie se usan para medir la cantidad de material particulado en el agua. La información recolectada por las ­boyas de información, explica Gong, se usan para la investigación oceanográfica; los sistemas de aviso para desastres naturales, tales como terremotos y tifones; y los esfuerzos de investigación y rescate.

En el futuro cercano, TORI tiene planes de ampliar su red de sensores, colocando hasta 50 sismógrafos en el fondo del océano (OBS, siglas en inglés) que son capaces de detectar actividad sísmica y señales acústicas en las aguas en las afueras de Taiwan. Los aparatos OBS serán usados para investigar las condiciones geológicas del fondo marino y supervisar peligros como sismos y deslizamientos submarinos.

Recurso sin explotar

La exploración energética es otro punto de enfoque de la investigación de TORI, particularmente el área de los hidratos de gas, que los científicos alrededor del mundo consideran una de los mejores fuentes sin explotar de energía limpia, dice Gong. Los hidratos de gas son esencialmente metano que ha estado atrapado en el fondo marino por la alta presión y la baja temperatura. Los hallazgos preliminares de un estudio iniciado por MOEA entre 2004 y 2008, identificaron el fondo marino sudoccidental de Taiwan como una fuente potencialmente rica en hidratos.

El Programa Nacional de Ciencia y Tecnología para la Energía del NSC estableció un proyecto maestro sobre el hidrato de gas que comenzó en 2012, y se espera se extienda hasta 2014. Ese esfuerzo tiene el fin de identificar áreas específicas del fondo marino que son ricas en hidratos, así como realizar perforaciones exploratorias para valorar su prevalencia. Hasta ahora, las exploraciones de hidrato de gas en Taiwan han sido realizadas en cooperación con socios internacionales, ya que el desarrollo doméstico de los sistemas y las tecnologías necesitadas para esta tarea aún no son suficientes. En estos esfuerzos, las agencias gubernamentales, las universidades y organizaciones locales, tales como la Academia Sínica, han trabajado junto a científicos y equipos de Japón, Alemania y los Estados Unidos.

Mirando hacia el futuro, Gong cree que las aguas que rodean a Taiwan continuarán probablemente produciendo cantidades adecuadas de peces, energía y minerales. Sin embargo, él agrega que los estudios sobre la disponibilidad y la distribución de estos recursos aún son insuficientes; y para lograr el aprovechamiento de estos recursos se puede necesitar mucha tecnología e inversión. El insta al ­Gobierno a inyectar más fondos en la exploración y tecnología oceánica para animar a los académicos y empresas a desempeñar un papel más importante en esta área.

Dai Chang-feng, director del Instituto de Oceanografía en la NTU, hace eco de la valoración de Gong sobre los abundantes recursos marinos que rodean a Taiwan. “Los océanos tienen un tesoro de recursos biológicos y físicos, tales como alimento, agua, gas, minerales y petróleo. También hay mucha energía en la forma de mareas, olas y viento que puede convertirse en electricidad”, dice. “Todos estos recursos marinos son cada vez más importantes para los humanos porque los recursos terrestres han sido ampliamente utilizados y están acabándose rápidamente”.

El Instituto de Oceanografía de la NTU fue establecido en 1968, y realiza investigación biológica, química, ­geológica y física del mar, así como también opera ORI para estudiar y supervisar las aguas que rodean a Taiwan. Dai indica que el área es terreno fértil para la investigación, ya que Taiwan se encuentra cerca de la unión de la placa eurasiática continental y la placa filipina, convirtiendo a sus alrededores en uno de los mejores lugares en el mundo para estudiar las corrientes de límite. Taiwan debería usar su ventaja ­geográfica para promover la investigación ­marina que derive beneficios significativos para la comunidad científica internacional, dice.

 

Un arrecife de coral suave cerca de la Isla Verde en la costa sureste de Taiwan. Unas 300 especies de coral, o alrededor de un tercio del total que hay en el mundo, se encuentran en las aguas de Taiwan. (Cortesía de Dai Chiang-feng)

El enfoque en la ecología de los arrecifes de coral que realiza el director de la NTU, ha producido la publicación de artículos en revistas internacionales incluyendo Arrecifes de Coral, la revista oficial de la Sociedad Internacional para los Estudios de los Arrecifes de Coral, y la revista Biología Marina, que es publicada por Axel Springer AG, una de las más grandes compañías de multimedios en Alemania.

Los arrecifes de coral, dice Dai, de­sempeñan un papel vital en mantener la biodiversidad porque ellos son centros de alta producción primaria, un término que se refiere al índice según el que los organismos convierten materia inorgánica en biomasa. Esta producción crea ecosistemas únicos para los peces y otros organismos acuáticos; y la mayoría de las áreas marinas protegidas que han sido designadas en el mundo (MPA, siglas en inglés) incluyen arrecifes de coral, agrega. La tendencia internacional para la conservación de los recursos biológicos marinos, dice el director de la NTU, es el establecimiento de MPAs que impongan restricciones a los proyectos para el desarrollo, las épocas de pesca, así como a la cantidad de pesca, embarcaderos y actividades recreativas.

Las aguas alrededor de Taiwan contienen alrededor de 300 especies que componen los arrecifes de coral, o alrededor de un tercio del total que existe en el mundo. Sin embargo, algunas especies locales han sufrido los daños causados por los inusuales patrones climáticos y las actividades humanas, tales como la pesca. Dai insta al Gobierno a seguir la práctica internacional de establecer MPAs como la herramienta principal para la conservación de los arrecifes de coral, y cumplir estrictamente las ­leyes relacionadas.

Además de enseñar y realizar ­investigaciones y estudios de campo, Dai dice que él y otros miembros de la facultad de la NTU han participado activamente en conferencias internacionales, y colaborado con intelectuales de Japón, Reino Unido y los Estados Unidos en la investigación de los ecosistemas marinos y los impactos del cambio climático sobre éstos. Por ejemplo, Dai asistió a una conferencia sobre mareas y cambio del nivel del mar en el Mar de China Meridional en noviembre de 2013 en Indonesia, donde presentó el ­informe titulado Conservación de la diversidad marina del Atolón Dongsha (Pratas) en el Mar de China Meridional.

Aunque la investigación marina es crucial, Dai dice que los gobiernos deben dar el paso adicional de incorporar esa investigación a la planificación e implementación de políticas. Por ejemplo, para resolver los problemas de la pesca excesiva, así como de la contaminación en las áreas costeras y cercanas a las costas, los gobiernos deben redactar reglamentaciones para prevenir la contaminación y medidas de gestión basadas en los ecosistemas, dice.

Poderes para hacer cumplir la ley

Varias MPAs han sido designadas en las aguas de Taiwan por la Agencia para la Industria Pesquera, subordinada al Consejo de Agricultura; sin ­embargo, no son ampliamente conocidas entre los pescadores locales, ni están bien administradas, dice Dai. Un problema es que la Agencia de la Industria Pesquera carece de los poderes para aplicar la ley que posee la Administración de Guardacostas de la RDCh; ­­por lo tanto, la agencia no puede hacer ­mucho para que los botes pesqueros eviten las MPAs. Es esencial que el Gobierno Central establezca una unidad especializada en asuntos marítimos que tenga poderes para hacer cumplir la ley y sea capaz de administrar y planificar los ­recursos, dice.

Otra institución académica que se ha dedicado desde hace mucho tiempo a los asuntos marítimos es la NTOU, que fue fundada en 1953 como un colegio y se convirtió en universidad en 1989. Ahora la NTOU cuenta con seis colegios compuestos por 15 departamentos y 12 institutos de postgrado; y además, opera el Centro de Excelencia para los Océanos, el Centro para la Educación Marina de Taiwan y ORII. Lee Ming-an, decano del Colegio de Ciencias y Recursos Oceánicos de la NTOU (COSR, siglas en inglés), dice que su colegio ha realizado proyectos de investigación sobre los efectos del cambio del entorno global en la biogeoquímica y los ecosistemas oceánicos en los mares que rodean a Taiwan y el Pacífico noroccidental; así como ha llevado a cabo observaciones a largo plazo de la Corriente Kuroshio que fluye a lo largo de la costa oriental de la nación.

 

Ocean Researcher I recupera sismógrafos del fondo del océano. La embarcación es operada por la Universidad Nacional de Taiwan, y está en servicio desde 1984. (Cortesía de Dai Chiang-feng)

El decano del COSR dice que su instituto ha participado activamente en los intercambios académicos internacionales y las colaboraciones para la investigación científica. Por ejemplo, recientemente en noviembre de 2013, Lee visitó Corea del Sur a fin de participar en la conferencia Japón-Corea del Sur sobre sistemas de información geográfica, y viajó a Japón para la séptima ­reunión anual de la Sociedad Asiática de Pesca Acústica.

Chen Min-te, director del Instituto de Geociencias Aplicadas, del colegio, dice que la investigación del COSR sobre los recursos de pesca y los cambios en el ecosistema en el Mar de China Oriental durante los últimos 20 años, se ha convertido en una importante base de datos para las organizaciones internacionales de pesca y los científicos marinos. El director también se ha unido a científicos que participan en el Estudio Internacional de Cambio Global Marino, que busca comprender los mecanismos y las consecuencias del cambio climático a través del análisis de los sedimentos y rocas del suelo marino.

El estudio de los núcleos extraídos de los sedimentos de las profundidades marinas es la mejor manera de comprender las interacciones entre el clima y los océanos, dice Chen. Su instituto administra un almacén y laboratorio de muestras de núcleos marinos, y su equipo participará en el Programa Internacional de Descubrimiento Oceánico (IODP, siglas en inglés) realizando operaciones de perforación en la Fosa de Okinawa en las cercanías de Japón en el futuro próximo. Los científicos de las 26 naciones que respaldan el IODP, se esfuerzan por ganar un entendimiento de la historia y la dinámica de la Tierra a través de medios, tales como las muestras de perforación.

En cuanto a la salud general de las aguas que rodean a Taiwan, Chiang Kuo-ping, director del Instituto de Química y Ecología del Entorno Marino del COSR, dice que gran parte del esfuerzo actual que hace el Gobierno para controlar y evitar la contaminación se enfoca en la tierra, mientras que la contaminación transportada por mar recibe menos énfasis. En vista de que el desecho de desperdicios industriales y de otro tipo en las costas sigue siendo un problema, el director del IMECE hace un llamado por reglamentaciones gubernamentales más estrictas. Chiang coincide con la afirmación de Dai de que el Gobierno necesita establecer y gestionar más estrechamente más MPAs a fin de salvaguardar los frágiles hábitats y valiosos bancos de peces.

Entretanto, Chiang espera que el Gobierno destine más fondos a la ­educación y la investigación científica marina. Ampliar los conocimientos sobre el entorno marino es un prerrequisito para garantizar que los recursos de los océanos sean usados de una manera sostenible, dice. Además, esta investigación brinda asistencia valiosa para los creadores de políticas que trabajan en áreas, tales como el pronóstico del tiempo y la prevención de desastres.

“Taiwan es un país marítimo y el océano puede ser su esperanza, una oportunidad o un desastre. Sólo la administración apropiada de nuestros recursos oceánicos nos permitirá convertir la crisis en una oportunidad y prosperidad”, dice el director de IMECE. “Nosotros, los académicos y los investigadores, tenemos la obligación urgente de contribuir con nuestros conocimientos para que el Gobierno formule estrategias para el desarrollo marino. Queremos garantizar que el ­resultado sea positivo”.

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