05/05/2024

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PLANTANDO PARA EL MERCADO

01/11/2015
Alumnos y maestros en la Escuela Primaria Xinshi en el sector de Tamsui de la ciudad de Nuevo Taipei cultivan arroz orgánico dentro del campus. (Foto de Huang Chung-hsin)
Los programas educativos y las campañas publicitarias promueven la demanda de alimentos orgánicos.

Los alumnos de quinto grado soltaron una variedad de gritos ansiosos y alaridos emocionados al mismo tiempo que enterraban sus pies en el pantano de un arrozal en el campus de la Escuela Primaria Xinshi, durante una soleada mañana en marzo de este año. Mientras se acostumbraban a la curiosa sensación, los niños comenzaron a chapotear alegremente por el terreno húmedo, dando grandes zancadas y gritando de felicidad. La clase en el pequeño espacio de terreno inundado no es solamente para jugar. Los estudiantes vinieron al lugar para aprender sobre prácticas de cultivo de arroz favorables a la ecología y la importancia de la agricultura sostenible.

Aunque las clases de agricultura y jardinería son cada vez más comunes en las escuelas primarias en todo Taiwan, las lecciones en Xinshi, ubicada en la zona de Tamsui de la ciudad de Nuevo Taipei, son notables por su enfoque en la agricultura orgánica. “Animando a los niños a mantener la sostenibilidad en mente, creemos que cuando crezcan, elegirán los productos orgánicos, y así más agricultores tratarán de satisfacer la demanda y cultivarán alimentos orgánicos”, dice el director de la Escuela Xinshi, Lin Chien-tzung.

El arrozal es parte de un sitio de 600 metros cuadrados donde la escuela cultiva frutas, arroz y hortalizas orgánicas. La escuela primaria recibe asesoría profesional y donaciones de fertilizantes orgánicos de la Asociación de Agricultores de la Zona de Tamsui, al mismo tiempo que los padres voluntarios ayudan a los estudiantes a regar y limpiar el jardín. El Director dice que la acogida por parte de los estudiantes, padres y maestros ha sido muy positiva.

Los alumnos en la Escuela Primaria Xinshi aprenden sobre prácticas de cultivo sostenible en un espacio de 600 metros cuadrados dentro del campus escolar. (Foto de Huang Chung-hsin)

“El lodo se siente frío y tiene un textura sedosa. ¡Es muy divertido!” dice Wu Yi-zheng, uno de los alumnos de quinto grado que participó en la clase de cultivo del arroz. “Debemos apreciar los alimentos y proteger el medio ambiente eliminando el uso de químicos”, dijo el jovencito.

Wu lleva a veces a casa los pepinos, berenjenas, rábanos y otros productos que él y sus compañeros de clases cultivan, y le pide a su madre que los cocine. “Saben muy bien porque los cultivamos nosotros mismos y sabemos que son seguros para el consumo”, señala Wu.

El proyecto en la Escuela Xinshi es sólo un ejemplo de los crecientes esfuerzos que realizan las organizaciones comunitarias, grupos de consumidores y asociaciones de agricultores alrededor de Taiwan, a fin de promover la agricultura orgánica. Una de las organizaciones más sobresalientes en el campo es la Cooperativa de Consumidores Unión de Amas de Casa (HUCC, siglas en inglés), que fomenta la conciencia del público con respecto al consumo verde, organizando visitas a granjas, conferencias, clubes de lecturas y grupos de estudio. La cooperativa colabora con los agricultores locales vendiendo frutas y hortalizas que han sido cultivadas de forma orgánica o favorable al entorno ecológico.

Con sede en la ciudad de Nuevo Taipei, la HUCC se encuentra entre las mayores cooperativas de alimentos de Taiwan, y tiene cinco oficinas sucursales y unos 40 puntos de venta en la nación. El grupo fue fundado en 2001 tras una serie de notorios incidentes sobre contaminación de alimentos. Poco después, comenzó a visitar granjas alrededor de la isla en busca de productos orgánicos o cultivados de forma sostenible; y finalmente, comenzó a comprar alimentos directamente de los agricultores y a venderlos a sus miembros.

“Muchos problemas medioambientales son causados por el consumo excesivo y el uso de químicos dañinos. Por lo tanto, queremos que el consumo verde sea parte de la vida cotidiana”, dice la presidenta de HUCC, Hsu Hsiu-chiao. “Los consumidores deberían considerar si los productos que van a comprar favorecen el medio ambiente a través de todo su ciclo de vida, desde la producción hasta el desecho”. Además, al organizarse en grupos de consumidores, la gente puede solicitar que los productores ofrezcan los tipos de alimentos que ellos desean, hace hincapié Hsu.

En la actualidad, la HUCC colabora con alrededor de 150 agricultores locales de frutas y hortalizas, que emplean prácticas favorables a la ecología, y compra sus productos regularmente a precios fijos. “Con nuestros esquemas de precio y cantidad garantizados, los agricultores disfrutan de una demanda estable por sus cultivos y obtienen ganancias razonables”, dice Hsu. “De esta manera pueden concentrarse en la producción de alimentos de alta calidad y administrar cuidadosamente el terreno. Por otro lado, nuestros miembros tienen acceso a alimentos frescos y seguros”, agrega Hsu.

Una empleada de la cooperativa clasifica y empaca las verduras. (Foto de Huang Chung-hsin)

La HUCC no se limita a escoger a sus proveedores de entre aquéllos con certificado de alimentos orgánicos. Según Hsu, obtener la certificación de cultivo orgánico puede ser un proceso complicado y costoso para los pequeños agricultores, por lo que la cooperativa ha establecido sus propios estándares. El grupo clasifica los productos que vende en cuatro categorías para que sus clientes elijan entre ellos, incluyendo desde alimentos con niveles aceptables de pesticidas a aquéllos completamente orgánicos. También colabora estrechamente con los abastecedores para hacer pruebas periódicas del suelo, el agua, y los productos, a fin de conocer las cantidades dañinas de residuos químicos o contaminantes”. “Una mayor cantidad de agricultores, particularmente aquéllos nuevos al sector agrícola, están dispuestos a unirse a nosotros, cultivando productos libres de tóxicos y permitiendo un alto nivel de transparencia en sus procesos de producción de alimentos”, explica Hsu.

Como resultado de sus esfuerzos para promover y vender alimentos cultivados de manera sostenible, junto con el mayor interés del público en la calidad y seguridad de los alimentos, la participación en la organización se ha expandido drásticamente a más de 60 mil miembros hoy en día. Entre tanto, las ventas de productos y otros artículos cotidianos ecológicos que realiza la cooperativa lograron superar el doble en comparación con los seis años anteriores, alcanzando 41,3 millones de dólares estadounidenses en 2014.

El alza en las ventas de los alimentos orgánicos ha sido impulsada por la mayor disponibilidad. Estos productos pueden ahora encontrarse en supermercados, vía Internet, y en numerosos mercados de agricultores que han aparecido por todo el país en los últimos años. Entre los puntos de venta en esta categoría se encuentra el Mercado de Agricultores Bow to Land, que fue establecido por dos organizaciones sin fines de lucro, la Fundación Hao Ran y el Frente Rural de Taiwan (TRF, siglas en inglés), y se realiza el tercer domingo de cada mes en las instalaciones del Centro para la Educación en Administración Pública y Comercial de la Universidad Nacional Chengchi en Taipei. “Nuestro mercado brinda un canal directo de comunicación entre los productores y los consumidores para que puedan comprenderse mejor entre sí y desarrollar la confianza”, dice Karen Su, ejecutiva de proyecto en Hao Ran.

Como HUCC, Hao Ran no se limita a sólo los vendedores que poseen certificado de orgánicos. Sin embargo, los miembros del personal visitan a los cultivadores con regularidad a fin de examinar sus prácticas agrícolas. La fundación también colabora con TRF para organizar un festival de diez días en Taipei cada octubre llamado Bow to Land Lifestyle, que incluye conciertos, clases de cocina, películas, conferencias, seminarios y talleres sobre la conciencia medioambiental y el consumo verde. Los organizadores del evento invitan a los agricultores de todo Taiwan a compartir sus ideas sobre prácticas sostenibles, y cuentan con expertos en el sitio que hablan sobre métodos orgánicos para el control de plagas y enfermedades.

En 2010, Hao Ran lanzó el Proyecto para la Rehabilitación de las Pequeñas Granjas, con el objetivo de ayudar a los agricultores afectados por el tifón Morakot, una tormenta que devastó grandes extensiones de terreno cuando se registraron récords de pluviosidad en el centro y sur de Taiwan durante agosto de 2009. El plan de la fundación anima a los agricultores a hacer la transición hacia las prácticas agrícolas orgánicas. “El proyecto procura aumentar la producción de alimentos y la seguridad alimentaria de manera sostenible”, dice Su. “Para ese fin, brindamos apoyo financiero y técnico, así como otras formas de asistencia pertinentes a la gestión de marcas y las ventas, a los agricultores dispuestos a cambiar al uso de métodos de cultivo favorables a la ecología”. El proyecto está actualmente siendo implementado en la ciudad de Kaohsiung y el distrito de Yunlin en el sur de Taiwan, así como en el distrito sudoriental de Taitung.

Un agricultor muestra sus productos frescos en el mercado. (Foto de Huang Chung-hsin)

Tsai De-huang se encuentra entre los agricultores que participan en el esquema. El ex comerciante de 52 años de edad volvió a su pueblo natal en Yunlin para convertirse en agricultor en 2010. “Soy un amante de la naturaleza, entonces tras vivir años en las grandes ciudades, comencé a extrañar el estilo de vida rural”, dice. “Al final, decidí regresar a mi tierra natal y encargarme de la granja familiar”, revela Tsai.

Al principio, Tsai aprendió a cultivar arroz con un tío, quien le enseñó a usar fertilizantes y pesticidas sintéticos. Sin embargo, su punto de vista sobre los métodos de cultivo cambió cuando se tropezó un ave muerta en sus campos. Tras haber visto esa bella ave revoloteando por el área un día antes, Tsai sintió con seguridad que sus prácticas agrícolas eran las culpables de su muerte.

Poco después de este incidente, casualmente miembros de la Fundación Hao Ran contactaron a Tsai para invitarlo a participar en este pequeño proyecto. De inmediato, estuvo de acuerdo y desde entonces consulta al grupo para seleccionar cultivos, métodos de agricultura y mercadeo, así como en lo referente a solicitar subsidios agrícolas para rentar terreno y comprar equipo. “Ahora, cuando estoy trabajando en mi granja, siempre escucho las aves cantar”, declara. “Este entorno saludable me ha convencido de que voy en la dirección correcta”, afirma Tsai.

Hasta ahora, Tsai ha convencido a seis agricultores con ideas similares, y juntos cultivan productos orgánicos en un total de ocho hectáreas de terreno. El grupo produce soya negra, maíz, arroz y batatas; y venden sus productos en las tiendas locales, en los mercados de agricultores y en un sitio de Internet que Tsai creó.

Como resultado de las iniciativas educativas y las campañas publicitarias tales como las que realizan HUCC, Hao Ran y TRF; la demanda por los productos orgánicos ha ido aumentado de manera paulatina durante los últimos años, y ahora tiene un pequeño pero notable efecto en el uso de los recursos agrícolas. “Con tan limitada extensión de terreno, la agricultura en Taiwan debe ser favorable al entorno”, dice Su. “Es genial ver que existe un consenso cada vez mayor sobre la necesidad de promover la agricultura sostenible”, afirma Su.

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