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Proyecto aborigen revitaliza imagen de la nuez de areca

26/12/2007
Una mujer paiwan prepara las nueces de areca en su casa de la villa de Majia, en el distrito de Pingtung.

La mujer aborigen de la tribu paiwan sostiene una canasta en su regazo, llena de nueces y hojas de areca. Un pequeño grupo de invitados está reunido fuera de su casa en la villa Majia del distrito de Pingtung, donde ella aplica diestramente la pasta de cal dentro de un pedazo de fruta de areca cruda y lo envuelve en una hoja. La dama de 83 años de edad ofrece entonces una a cada persona como un gesto de bienvenida común en muchas de las tribus aborígenes de Taiwan.

Cuando se le pregunta cuántas nueces de areca masca diariamente, la anciana responde que las mastica constantemente. “Después de cada comida, mientras charlo con mis amigos, o cuando mis novios vienen de visita”, cuenta en medio de las risas de los presentes.

Según Chen Chao-yun, miembro de la tribu rukai en el distrito de Pingtung, la nuez de areca tiene efectos positivos ya que es beneficiosa para el estómago y los dientes, y puede hasta refrescar el espíritu de las personas. “La generación mayor mascaba todo el día, y algunos de ellos vivieron hasta los 100 años”, comentó Chen, quien también ofrece conferencias en talleres organizados por la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Pingtung (NPUST, siglas en inglés), con el propósito de promover la cultura aborigen de la nuez de areca.

Si bien los casos individuales rompen con la tendencia, las estadísticas del Departamento de Salud (DOH, siglas en inglés) muestran otro panorama. La costumbre de mascar nueces de areca puede provocar cáncer oral, que según un informe del DOH, es el sexto tipo de cáncer más común en Taiwan, causando la muerte de 2.200 personas el año pasado. Desde un punto de vista moral, la nuez de areca ha desarrollado una imagen malsana debido a las chicas semidesnudas que venden bolsitas de nueces de areca en la calle, así como el escupitajo rojo que mancha muchas aceras en la isla.

Otra razón de la mala reputación viene de las plantaciones en sí mismas, ya que requieren una gran cantidad de agua. Se les culpa de numerosos desastres medioambientales, tales como los deslizamientos de tierra. Por lo tanto, el Gobierno busca reducir gradualmente la cantidad y el tamaño de las plantaciones, fomentando cultivos alternativos y desalentando a las personas de cultivar y consumir las nueces de la areca.

Las palmas de areca crecen principalmente en las regiones centrales, sureñas y orientales de Taiwan; en las montañas de Nantou, Hualien, y Taitung; así como las planicies de los distritos de Chiayi y Pingtung. El terreno dedicado a las palmas sobrepasa los 200 kilómetros cuadrados, cifra que hace de la palma de areca la planta más cultivada en Taiwan después del arroz, explica Peng Ke-chung, un profesor de Administración de Comercio Agrícola en la NPUST. Sin embargo, según Peng, más de un 80 por ciento de la areca en Pingtung, que tiene la densidad más grande de palmas en la isla, pertenece a ciudadanos no aborígenes. Los aborígenes por sí mismos sólo hacen uso de las arecas plantadas en sus propias comunidades, lo que significa que como una entidad colectiva, no deben cargar con demasiada de la responsabilidad por el daño al medio ambiente.

“Lamentamos que las nueces de areca gocen de tan mala reputación actualmente y que se le ha advertido a todos acerca de mascarlas”, declaró Chen. “Tal vez es porque las personas de las planicies tienen una impresión diferente acerca de las nueces de areca. Para los aborígenes, esta planta no puede ser más importante y la amamos”.

Respondiendo a los peligros para la salud asociados con las nueces, Chen señaló que el consumo excesivo de cualquier cosa puede dañar la salud de las personas. Otro factor que debe prestarse a consideración es que las tribus rukai y paiwan emplean la cal blanca basada en sus propias recetas, que incluyen licor y hierbas; lo que implica que las nueces de arecas aborígenes son más saludables que aquéllas preparadas fuera de las comunidades ya que no utilizan estos ingredientes tradicionales.

Según muchas de las leyendas tribales y los registros históricos disponibles actualmente, las nueces de areca han sido por largo tiempo parte integral de la cultura aborigen en Taiwan. Para la tribu paiwan, al igual que otros grupos aborígenes como los rukai, amis y tao, ofrecer nueces de areca es una parte esencial de cualquier ocasión importante, ya sea recibir invitados, casarse o adorar.

Solamente las mejores nueces de una palma de areca de calidad son recolectadas y presentadas a los invitados importantes y jefes tribales; mientras que las hojas y flores de la palma son usadas para decorar cualquier aposento usado para ocasiones especiales, explica Chen. De hecho, usar las nueces de areca para agasajar a las personas es un asunto tan importante que se debe convocar a una reunión tribal para decidir de qué árbol deben ser tomadas y qué partes deben ser preparadas, dependiendo del estatus social del invitado, señaló. “Toma diez años para que una palma de areca crezca y fructifique, así que decidir cómo usarla es un asunto muy serio”.

Mascar nuez de areca es una de las muchas formas en que los aborígenes emplean la palma de la areca. Por ejemplo, Chen describe cómo ofrecer un plato de “chinafu” --nueces de areca preparadas con mijo o polvo de taro, y envueltas en hojas verdes-- es un acto de refinamiento y cortesía. Tradicionalmente, las tribus paiwan y rukai también usaron el tronco y las hojas de las palmas de areca para construir casas.

Debido a esta versatilidad, una creativa industria cultural basada en las variadas posibilidades de la palma de la areca podría ayudar a que esta planta sea vista como algo más que sólo la fuente de las nueces para mascar. Si dicha industria, unida a estadísticas del DOH, fuera capaz de persuadir al pueblo de Taiwan de mascar menos y usar la palma en forma alternativa y selectiva, la cantidad de palmas plantadas decaería, lo que beneficiará mucho al medio ambiente.

Esta es la idea que impulsa el proyecto de cinco años para desarrollar dicha industria, según explica Lai Sang-song, profesor del Departamento de Vestimenta de la NPUST. La Comisión para los Asuntos Aborígenes de Taiwan está cooperando con la NPUST con el fin de combinar la cultura aborigen con ideas creativas, para ayudar a transformar la impresión de la sociedad acerca de las nueces de areca y asistir a las comunidades aborígenes económicamente, declaró Lai, quien también funge como director del proyecto.

Cocina creativa, moda y manualidades, y turismo, son las tres áreas en que enfoca la actual fase del proyecto. Con respecto a la moda, Lai jugó un papel muy importante al introducir la idea de usar la semilla de areca como tintura a los grupos aborígenes. “Teñir ropa con nuez de areca protege el medio ambiente, lo cual es una tendencia moderna en el mundo de la moda”, afirmó Lai.

Lai explicó que el desarrollo de la industria aborigen de la nuez de areca tiene como objetivo fomentar que las tribus empleen su amada planta en formas alternativas y creativas, que generen mayores ganancias y ayuden a revitalizar a las comunidades aborígenes. La nuez de la areca está tan relacionada a las tradiciones tribales que no es justo marginalizarla solamente porque la planta tiene una imagen negativa a la vista de ciertas personas, opina Lai. “Lo que deseamos hacer es cambiar la impresión de la gente, y también ayudar a que los aborígenes usen mejor las palmas de areca existentes”, reiteró.

Peng espera que aparezca una versión aborigen de Bill Gates gracias a este proyecto, ya que la cifra actual de 343 millones de dólares estadounidenses que genera el cultivo de las palmas de nueces de areca aumentará dramáticamente si el proyecto de cinco años tiene éxito. Sin embargo, como existen hoy en día unos dos millones de personas que mascan la de nuez de areca en Taiwan, algunas personas ponen en duda que la promoción de la industria de dicha planta pueda cambiar los hábitos de las personas en forma perceptible y contribuir así a la disminución de la cantidad de plantaciones.

A pesar de que se requieren esfuerzos a largo plazo para forjar cualquier tipo de cambio, para Chen, una mejor comprensión de la nuez de areca es un feliz primer paso. Esta etapa del proyecto está ayudando al público a tener mayor conciencia de los aspectos positivos de la nuez de areca y sus implicaciones culturales para la comunidad aborigen, reveló Chen. “Por ello, estoy muy contenta de participar en él”.

Traducido del Taiwan Journal por Silvia Villalobos

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