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Botellas con un mundo en miniatura

06/09/2007

El niño arruga su nariz en gesto de desaprobación antes de entrar a la exhibición. Obviamente, ir al museo no estaba entre sus planes favoritos para las vacaciones de verano. "Estas botellas las puedo conseguir por poco más de cien dólares taiwaneses", se lamenta. De pronto, una figura de ámbar cautiva su atención. "¿Qué es? Parece un oso..." Poco a poco, él y su hermano se acercan más y más a las vitrinas, atentos a no perder ningún detalle de este mundo en miniatura.

El Museo Nacional de Historia (NHM, siglas en inglés) presentó una rica selección de 265 botellas de rapé del 20 de julio al 2 del mes en curso, llamada "Otro mundo en la mano -- Selección de Botellas de Rapé". Esta no es la primera vez en que se presentan estas obras de arte en miniatura, pero sí se distingue por la variedad de elementos presentes y la riqueza artística de las mismas. Al menos tres coleccionistas miembros de la Asociación de Cultura y Bellas Artes Chinas aportaron las mejores muestras en su poder, para demostrar que más que un souvenir, estas botellas antiguas representan en sí un mundo en miniatura, en el cual lo bello y lo práctico se complementan en vez de reñir uno con otro.

Además, ninguna de estas obras es de fácil adquisición. Dependiendo de su complejidad y los materiales usados, aparte de su edad --la mayoría data de la época de la dinastía Ching-- pueden llegar a valer más de 700 mil dólares estadounidenses por pieza. Ese fue el precio final de una diminuta botella en un delicado estilo que recuerda un huevo Fabergé, subastada recientemente en Sotheby's y adquirida por un coleccionista taiwanés, quien prestó la valiosa obra a esta exhibición.

Sin embargo, el valor de estas piezas trasciende lo material. "La gente en el pasado comprendía mejor que nosotros la importancia de la belleza en las cosas que forman parte de la vida diaria. Es por ello que nos han legado tantos objetos coloridos, aparte de útiles", explica Chen Yung-cheng, investigador del Departamento de Educación del NHM.

El rapé es un tipo de tabaco en polvo que se aspira por la nariz. Se asan las hojas de tabaco sin sus tallos, y se muelen hasta obtener un polvo fino, al que se le añaden hierbas medicinales u otros complementos. Su uso se popularizó en Europa a partir del siglo XVI.

El rapé ingresó a China continental durante el reinado del Emperador Kangxi (1654-1722), de la dinastía Ching. Si bien fumar tabaco era prohibido, del rapé se tenía la idea de que daba energía y era bueno para la salud, así que se usaba con propósitos médicos, para tratar la rinitis y otras enfermedades respiratorias, así como problemas estomacales y hasta dolores de cabeza, entre otros.

En el principio, las botellas de rapé fueron creadas como contenedores prácticos para el polvo de tabaco. Poco a poco, su uso fue evolucionando. Inicialmente, el rapé estuvo reservado exclusivamente para las clases altas, así que las botellas se convirtieron en signo exclusivo de elegancia y una forma de representar el estatus social.

La cúspide en la manufactura de estas botellas se alcanzó en el siglo XVIII, conforme se popularizó aún más el uso de este sofisticado tipo de tabaco. Durante el reinado del emperador Qianlong (1711-1799), muchos artesanos de diversas provincias trabajaban en este campo dentro de la Ciudad Prohibida. De ahí salió la innovación de agregar una pequeña cucharita al estrecho cuello de la botella, con el fin de que el usuario no tuviera problemas para sacar sus contenidos. La estrechez del cuello de la botella impedía que su interior fuera invadido por la humedad, principal enemigo del rapé.

El uso de las botellas de rapé comenzó a decaer a finales de la dinastía Ching y con la llegada de la época republicana. Las réplicas más populares hoy en día son las de vidrio, que han sido pintadas adentro, gracias a una técnica que vuelve rugosa la superficie interna de la botella y al empleo de pinceles curvados.

No obstante, las técnicas y los materiales usados antiguamente son sumamente variados. La exhibición del NHM, organizada según los materiales y los colores predominantes, brinda un vistazo a ojo de pájaro de la diversidad y creatividad puestas a la orden de estas miniaturas.

El jade blanco recibe a los visitantes, con formas grabadas que evocan hortalizas, como zapallos y berenjenas; animales como caballos; y hasta insectos, pasando por los tradicionales inmortales y dioses caseros. También hay jade verde, negro, amarillo, jadeita y nefrita. Algunas de estas botellas de jade tienen incrustaciones de colores con imágenes, tales como una botella de jade blanco, de forma rectangular, con una dama elegante en un jardín de crisantemos y bambúes.

A diferencia del color natural del jade y la piedra, que guía a la vez que ciñe la creatividad del diseñador, si bien el vidrio permite mayor libertad para decidir la apariencia, también presenta mayores retos en cuanto a permanencia y durabilidad. Al principio, el vidrio se negaba a ser doblegado a la voluntad del artesano, y las botellas más antiguas resultan monocromáticas. Sin embargo, conforme evolucionaron las técnicas, se pudieron agregar dibujos en cristal de colores, o moldear diferentes efectos en la botella.

Esta técnica implica un reto doble. Primero que nada, el artista debe añadir los colores mientras sopla el vidrio. Por otro lado, ese bello diseño rojo de una choza rústica en medio de los pinos, coronada de flores, se enfría a diferente temperatura que el resto de la superficie, aumentando el riesgo de que la obra entera se parta en pedazos. Si los materiales no se contraen al mismo tiempo, las botellas resultantes son demasiado frágiles. Finalmente, entre más colores tuviera la botella, más difícil era asegurar que se contrajera uniformemente.

El metal y la porcelana también fueron ampliamente usados en la fabricación de las botellas de rapé. Otros materiales utilizados fueron ámbar, bambú, madre perla, hueso, madera, nuez, jaspe, y lapislázuli, entre otros.

En lo que respecta a las decoraciones, los diseños más populares representan a los animales considerados como mensajeros de la buena fortuna, aunque también hay espacio para otros símbolos de prosperidad, salud, y longevidad. Por ejemplo, los gatos y las mariposas se dibujan juntos porque la pronunciación en mandarín de las palabras "mao" para gato y "die" para mariposa, asemejan la expresión "mao die jhih nian". Esta frase se usa para referirse a los ancianos de más de 80 años, y tiene el propósito de desearles larga vida.

Las botellas con figuras de cerdos, venados y caballos, eran usadas como talismanes para atraer las riquezas. Otro animal representado comúnmente era el dragón de tres garras para los plebeyos, y el de cinco garras en cada pata, exclusivo del Emperador.

El sapo de tres patas, otro elemento que hallamos muchas veces en las botellas de rapé, es considerado una criatura mitológica, ya que posee el poder de generar una provisión sin fin de monedas, por lo que se le considera símbolo de riqueza... o de una meta inalcanzable.

Otra de las características artísticas de estas botellas, aparte de su apariencia, es la textura. Como un objeto que se llevaba en la mano o en los pliegues de los trajes --no existían los bolsillos en ese momento-- debía ser agradable a la vista y al tacto, al igual que cumplir con la simple función práctica de almacenar el rapé.

Poco se sabe de los autores de las obras. Apenas existen nociones acerca de una "escuela de Suzhou", que marca un estilo de gran elegancia y alta calidad, aparte del hecho de que emplea todas y cada una de las peculiaridades de la piedra para integrarlas dentro del cuadro que se desea grabar o pintar en ella.

Durante el siglo XVIII, la popularidad del rapé creció entre los chinos, lo que requirió de una mayor cantidad de botellas para el mismo. Sin embargo, a la vez empezaron a tener otro destino puramente estético, y comenzaron a ser apetecidas por los coleccionistas, tanto en China como en el extranjero. Inclusive, muchos de los estilos, como en las botellas de porcelana, tienen su origen en pedidos realizados por clientes europeos.

Coleccionar las botellas, cada vez más bellas y complicadas, se volvió muy popular entre los miembros de la Corte Imperial. Desde entonces, y hasta la actualidad, una forma muy fácil de distinguir entre las botellas de rapé que se usaron y las que eran meramente decorativas, es el hecho de que estén bien ahuecadas o no. Muchas de estas obras nacieron para vivir en anaqueles.

En la colección que se exhibió, por ejemplo, había un impresionante dragón-tortuga, un animal mitológico de gran belleza. No obstante, la apertura es demasiado delgada y no es posible colocar dentro de ella el rapé. Su función fue meramente decorativa.

Chen suspira al ver a las familias, jóvenes y ancianos que vienen a disfrutar de la exhibición. "Me pregunto qué les vamos a dejar a nuestros hijos, qué encontrarán en unos 50 años... ¿Será solamente basura? ¿Muñecos de Pikachu?", se cuestiona, y él mismo nos da la respuesta. "Mirando el ejemplo de los antiguos, reflejado en las botellas de rapé, vemos que se puede vivir la vida más plenamente, con algo de belleza y buen gusto".

Texto de Silvia Villalobos

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