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Calígrafo muestra su propio camino de libertad artística

26/07/2007
Chang explica su estilo caligráfico, diciendo que prefiere la escritura cursiva por su libertad y energía. (Chen Mei-ling)

La copla se titula Requesón de soya, maní y verduras y está escrita con trazos gruesos sobre una larga tira de papel. A diferencia de una obra literaria llena de frases poéticas o juegos de palabras rebuscadas, el calígrafo de 92 años de edad, Chang Kuang-bin, ha escrito una lista de alimentos. Difícilmente se inspiraría un poeta para escribir la segunda parte de la copla: Bardana, zanahorias y ajo.

"Son alimentos famosos del pueblo de Jiangjyun, en el distrito de Tainan", explica Chang. "Me solicitaron que escribiera una copla para promover los productos locales", indica, añadiendo que con frecuencia incluye las cosas ordinarias de la vida diaria en sus obras caligráficas.

Una importante personalidad de la caligrafía y pintura chinas, los abarcadores estudios de Chang han contribuido a su libro publicado en 1981, Una historia de la caligrafía china. La obra se ha convertido en un recurso indispensable para el estudio de esta forma artística, ya que cubre el período que va desde la dinastía Shang (1765-1122 a. C.) hasta la República de China.

"Ha transcurrido cerca de un ‘jiazih' desde que me trasladé a Taiwan", dice Chang refiriéndose a su vida usando el término clásico en chino para denotar un ciclo de 60 años. Comenzando desde su arribo a Taiwan en 1948, él divide su subsecuente vida en tres partes: los primeros 20 años trabajando como administrador del ejército, los siguientes 20 años investigando la historia del arte en el Museo Nacional del Palacio (NPM, siglas en inglés), y los últimos 20 años como jubilado. El creció en el distrito Da, de la provincia de Sichuan, China continental. Chang se graduó de la Academia China de Artes en Chungking (Chongqing) en 1945, con un título en pintura china tradicional. Fueron sus maestros muchos artistas famosos tales como Huang Chun-bi, Fu Baoshi y Feng Zikai.

"Aunque tuve maestros famosos, mis dibujos no se parecen a los de ellos", señala Chang. Después de completar tres años de adiestramiento, él no siguió los consejos de sus maestros; en vez, desarrolló su propio estilo de pintura. Suele usar puntos y pequeños trazos para dibujar paisajes de altas montañas y caseríos en el campo; a diferencia de sus maestros, que prefieren usar trazos anchos.

Chang dice que ha sido muy selectivo con sus pinceles, favoreciendo aquéllos que usan pelos de cabra, debido a que son suaves y más fáciles de controlar. El señala cuatro características para un pincel perfecto: "puntiagudo, uniforme, redondo y flexible". La punta del pincel debe ser puntiaguda como un cincel y permanecer firme cuando se gira por el mango. Los pelos secos deben ser abundantes y de la misma longitud, de modo que el pincel pueda absorber suficiente tinta y ser movido fácilmente.

El señala un pincel en la mesa y dice: "Me opongo que muchas personas lo llamen pincel en inglés. La pluma es muy diferente del pincel". Chang prefiere referirse a sus pinceles como plumas. En este sentido, los pinceles occidentales con puntas planas han sido hechos para moverse de lado a lado, pero el pincel chino tiene una forma cónica y puede esparcir la tinta en cualquier dirección. "En la caligrafía china, el pincel es como una varita mágica", dice Chang, haciendo hincapié en su versatilidad.

"Me gusta el verde oscuro natural de las montañas, pero es muy difícil crear el mismo efecto sobre el papel", admite Chang al hablar acerca de las limitaciones de la pintura. Este problema está influenciado por la calidad del papel y la naturaleza impredecible de la pintura. El explica que lucha por obtener los resultados que desea colocando capas tras capas de pintura hasta obtener el color más genuino posible.

A diferencia de muchos de sus maestros, quienes con frecuencia esparcen acuarelas sobre el papel en amplios pincelazos para capturar las características generales de una escena, Chang prefiere describir el paisaje con finos detalles.

Según Chang, con frecuencia escribe primero la caligrafía y después se dedica a realizar los dibujos para terminar de usar la tinta que queda en el pincel. "Uso líneas rectas para hacer el bosquejo de la montaña y luego pinto las hojas en los árboles usando puntos", explica. El artista inclina el pincel para estirar los puntos redondos en pequeñas líneas que indican movimiento, creando la sensación de las hojas del árbol que se mueven con el viento. Los colores que se desvanecen paulatinamente hacen hincapié en los picos del rango montañoso a distancia.

Sus pinturas de paisajes se realizan generalmente en hojas de papel que miden unos 110 centímetros por 77 centímetros. Su mesa no es suficientemente grande para sostener toda la hoja de papel estirada, así que él enrolla una sección para poder mostrar la parte que haya terminado de una pintura.

Los paisajes sobre montañas naturales llegan a la mente de Chang espontáneamente debido a que solía vivir cerca de la Montaña Qinling, en el norte de China. El recuerda que cuando abría la puerta todas las mañanas, los cerros saltaban inmediatamente a su vista. Resulta fácil imaginar que la mayoría de las obras de paisajes de Chang está inspirada en los recuerdos de su niñez en China continental.

La mayoría de las personas en sus pinturas visten trajes chinos tradicionales con su cabello amarrado en un moño, como las personas de la China antigua. El elemento histórico en sus obras puede ser atribuido a sus años de investigación mientras trabajaba en el NPM. El se especializó en la caligrafía y literatura de la dinastía Yuan (1279 - 1368). El museo puede contar con la experiencia de Chang y suele llamarlo para que evalúe los artefactos de la dinastía Yuan antes que el NPM los adquiera para su colección.

Tal vez debido a su trasfondo histórico, Chang es un defensor del sistema de escritura tradicional. El no tolera deformar la herencia de las palabras al usar caracteres simplificados, como ocurre en China continental desde 1956, e insiste en usar los caracteres chinos tradicionales en sus obras caligráficas. Al aprender la cultura de un país, resulta importante entender su sistema de escritura, afirma Chang.

La familiaridad de Chang con la historia de la caligrafía le ha permitido aprender rápidamente las características de los sistemas de escritura china en las diferentes dinastías. Explica que durante la dinastía Han (206 a. C. - 200 d.C.), las palabras eran inscritas en metal y no tenían un patrón fijo hasta llegar a las dinastías Wei, Chin, y del Norte y el Sur (220 - 589). "Los caracteres Han estaban rodeados por cuadros, mientras que la escritura cursiva del Han posterior se distingue por sus contornos externos", explica.

Buscando mayor creatividad y libertad, Chang dice que disfruta más escribiendo en escritura cursiva que en otros formatos. "El estilo libre y la energía de la escritura cursiva la convierten en la esencia de la caligrafía", reclama. Comparada con la nítida escritura oficial de la dinastía Han, la escritura cursiva le atrae debido a que puede colocar sus energías en las letras, indica. "La escritura formal no es necesariamente buena, ya que todos escribimos diferente. El estilo difiere con la personalidad de cada persona", enfatiza Chang.

La vividez de la escritura depende en parte de la naturaleza del calígrafo, dice Chang. Algunas veces, el temperamento del artista cambia el estilo de la obra. "Escribir es más difícil que dibujar", afirma. "No puedes hacerlo en dos o tres días".

Para tener la fuerza y destreza en el uso adecuado del pincel, Chang dice que una persona debe escribir, leer y mirar a su alrededor más. Sin una sólida base en estudio y práctica, resulta imposible que los estudiantes escriban la escritura cursiva en primer lugar, añade. Según Chang, Tratados sobre caligrafía de Sun Kuo-ting; así como Diecisiete ponencias y El clásico de los mil caracteres de Wang Xi-zhi son excelentes textos para el aprendizaje.

Dedicarse a escribir por más de 60 años ha hecho que la caligrafía sea una parte integral de su vida diaria. Después de levantarse a las cinco de la mañana y escuchar las noticias por la radio, Chang lee el periódico y comienza a escribir en escritura cursiva sobre una hoja entera de papel.

"Sudo bastante cuando estoy de pie y escribo, de modo que éste es mi ejercicio", dice Chang, para seguir describiendo su estilo de vida sencillo. "Yo no fumo, ni bebo. Tampoco participo en actividades sociales o viajo. Una comida de un dólar estadounidense es suficiente para mí, de manera que uso mi dinero para ayudar a las personas necesitadas", revela Chang. El ha donado dinero para las asociaciones caligráficas con el fin de ayudar a mantener viva esta forma artística. "Pocas personas tienen tiempo para practicar caligrafía ahora, y es una gran pena debido a que la escritura puede ayudar a que una persona tenga calma y se concentre en sus pensamientos", puntualiza Chang.

Traducido del Taiwan Journal por Luis M. Chong L.

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