03/05/2024

Taiwan Today

Noticias de Taiwán

Dibujante alcanza el éxito con sus gatos de piedra

26/04/2007
Henry Lee demuestra su arte al poner las capas de colores y los detalles en un gato de piedra sin terminar. (Chen Mei-ling)

No existe en la faz de la tierra un gato que pueda caber en la palma de la mano, pero después de ver los brillantes y vívidos ojos de los felinos de Henry Lee, pintados cuidadosamente sobre la superficie de piedras redondas, se puede hasta llegar a pensar que el genio creativo detrás de una de las marcas más exitosas del sector de regalos de Taiwan tiene un socio comercial en Lilliput, especializado en la exportación de diminutos mininos al mundo conocido.

Para Lee, de 46 años de edad, dibujante por más de 20 años, y residente del pintoresco pueblo costero de Jioufen en el distrito de Taipei, la decisión de cambiar de carrera a medio camino y descubrir su verdadera vocación artística en la vida le ha sido muy provechosa.

Los Gatos de Henry y sus Amigos es la marca que Lee estableció para llevar al mercado una amplia gama de regalos y accesorios, incluyendo sus gatos de piedra en edición limitada. Con pedidos provenientes de Francia, Inglaterra, Hong Kong, Japón y Estados Unidos; resulta irónico que el origen creativo de esta empresa se halle simplemente en el dilema milenario de no poder hallar el regalo apropiado para un amigo.

En 1995, Lee fundó una compañía de producciones con el fin de colaborar en proyectos conjuntos internacionales con estudios de dibujos animados en Dinamarca y Alemania. Tres años después, mientras trabajaba en la película Werner, tuvo que visitar al director Christoph Baum en Alemania. Antes de partir de Taiwan, Lee necesitaba un regalo especial para su amigo. Tras horas de búsqueda infructuosa, se decidió por varias piezas coloridas de cerámica koji pero rápidamente abandonó esta opción tras darse cuenta que su "regalo especial" estaba a la venta en casi todas las tiendas sin impuestos del aeropuerto.

Afortunadamente, la asistente de Lee, Mary Su, quien sabía que los Baum eran amantes de los gatos, le sugirió dibujar un felino sobre una piedra recolectada en la playa Chisingtan, en el distrito de Hualien. Siguiendo su consejo, Lee pintó dos gatos en sendas piedras y se los presentó a su amigo. Al recibir este regalo hecho a mano por Lee, Baum las sostuvo cariñosamente en sus manos por mucho tiempo antes de estallar en sollozos. Lee nunca olvidó la reacción del su amigo alemán, y ésta lo inspiró a crear más de este tipo de arte al regresar a Taiwan.

Según Lee, después de dos décadas de trazar dibujos animados para el estudio más grande de Taiwan, Producciones Cinematográficas Wang; y para gigantes corporativos como Disney y Warner, era el momento apropiado para un cambio creativo y profesional. "Mis colegas y yo trabajamos en estos proyectos de dibujos animados por largo tiempo, y siempre soñamos con crear nuestras propias marcas y diseñar cosas por nosotros mismos", recuerda.

Anhelando un trabajo más creativo que diseñar fondos para filmes, Lee decidió en 2002 dedicarse a sus propias creaciones. Desde que abrió su estudio con una tienda al frente en la pequeña ciudad norteña de Jioufen, no se ha arrepentido.

"Es un lugar tranquilo donde puedo concentrarme en mis creaciones sin distracciones", explica Lee, cuando se le pregunta por qué escogió este sitio como su base creativa. Según Lee, esta base fue indispensable para poder llevar a cabo su sueño de alcanzar su meta creativa. Esta idea también influenció su escogencia del material: la piedra.

Normalmente, las personas, enfrascadas en medio de su trajín diario, pisan las rocas y patean los pedruscos sin darles una segunda mirada, pero Lee posee una perspectiva diferente acerca de estos objetos inanimados. Lee cree que cada piedra posee su propia espiritualidad, porque ha sido moldeada por las fuerzas de la naturaleza a través de miles de años. Cada piedra es única en cuanto a su textura, color, forma y brillo. Además, la superficie sólida y tridimensional tiene un mayor potencial para lograr un mejor efecto visual que el que cualquier superficie plana pueda ofrecer.

"Usted puede poner una piedra en posición vertical, tenderla de lado, o acomodarla horizontalmente", explica Lee. "Puede apreciarla desde diferentes ángulos. Si uno dibuja sobre papel, nada de ésto es posible".

Si bien Lee es un entusiasta de las piedras al seleccionar el lienzo donde plasmar sus obras, la compleja variedad de sus formas, tamaños y contornos de la superficie aumenta la dificultad al pintar. Lee dio un ejemplo de los retos que enfrentó con una variedad de rocas en su mesa: "Estas piedras no son las que puedo usar en mi arte. No tengo idea de cómo trabajar con estas rocas ya que no parecen tener ninguna semblanza física con un gato". También explicó que el significado de la forma al señalar una piedra. "Por ejemplo, primero diseño la cabeza del gato aquí y sus patas acá, pero entonces no se ve muy bien. Aparte de eso, la piedra es tan delgada que se achica en la parte de atrás hasta quedar sin ningún grosor... la piedra en sí debe ser el gato."

Para Lee, la piedra que seleccione debe compartir características similares con un gato, así que la forma debe ser circular y poseer un verdadero grosor. Lee, quien recolecta sus piedras --la mayoría son de mármol, roca de Maifan, rodonita y jade-- del Arroyo Chisingtan en el distrito de Hualien, confiesa que algunas veces sólo una de varias miles de piedras tiene el potencial para convertirse en un lienzo de la tierra que puede ser usado para pintar. La piedra tiene que estar relacionada con el animal que existe en su imaginación.

Al describir cómo creó sus famosos "gatos de piedra pintados a mano por Henry", explica que "Debe borrar las marcas de lápiz o cubrirlas con pintura. Después, aplique los colores claros primero, despacio, una capa tras otra. Una piedra dura se vuelve una sustancia suave con pelo, y usted puede sentir que es blando y mullido, capturando poco a poco la sensación del gato, desde su piel a los músculos dentro". Lee señaló cuál era la parte más difícil de lograr: "los ojos de los gatos son las partes más difíciles, ya que no pueden ser revisadas o corregidas, incluidas las pupilas, las sombras, los bordes, y la capa transparente final". Lee admitió que se requiere de precaución y habilidad extras para plasmar los ojos de los gatos porque es imposible modificar los que están demasiado tenues o sobreexpuestos. Un gato de piedra llamado Migo, que descansa sobre el escritorio de Lee, es el ejemplo perfecto. "Mira a este diminuto gatito. Sus grandes pupilas redondas muestran la inocencia de un gato pequeño", afirma. "También tenemos otro gato llamado Simba, cuyos unos ojos estrechos expresan su picardía".

Según Lee, cada diseño incorpora sus intenciones creativas, no solamente una impresión colorida. Este principio proviene de su amplia experiencia en los dibujos animados. "Uno necesita tratar el arte seriamente como una profesión donde las obras contienen la visión y los pensamientos propios del artista", confiesa. "Debe ser más que sólo una pintura a colores".

Lee considera que inclusive la posición de un ave o una flor tiene ciertas implicaciones dentro de los dibujos animados. Las imágenes pueden hacer que el público se sienta incómodo, intranquilo, cómodo o en paz, permitiendo que sigan los movimientos de los personajes. Por lo tanto, la técnica de utilizar el contraste de la luz y el arreglo de los patrones es congruente con la idea de pintar sobre piedra o lienzo; aún más, todavía comparten elementos artísticos similares, con excepción de los métodos para un dibujo detallado.

Como amante de los gatos, Lee observa a los felinos cuidadosamente para captar sus peculiaridades, como por ejemplo, sus ojitos pícaros o somnolientos bostezos. También ha desarrollado un estilo que integra las formas de las piedras con los movimientos de los gatos. Lee notó que los gatos frecuentemente ruedan como bolas, así que esta posición era más compatible con las piedras más redondeadas. Pero no todos los animales son candidatos para sus pinturas de piedra: "si uno desea convertir una piedra redonda en un venado, eso será muy difícil. Solamente la cornamenta será un gran problema porque los cuernos no pueden salir de la piedra por sí solos". Lee admitió su adicción a las obras de arte con gatos, pero prometió explorar otras posibilidades en el futuro, como los búhos en formas ovaladas, ya que simbolizan sabiduría y suerte.

La dedicación y persistencia de Lee han contribuido al éxito de su nueva carrera. Cuando el último de sus gatos de piedra se vendió por 370 dólares estadounidenses hace dos años, dejó de hacer creaciones genuinas poco tiempo después, debido a las cantidades limitadas. Aunque ha creado más de 200 piezas, la mayoría se vendieron hace mucho tiempo. Para poder llenar la demanda del mercado, Lee organizó un equipo de diez personas para duplicar sus gatos de piedra. Lee explica que, para mantener el control de calidad y cantidad, producen piedras artificiales de polvo de piedra para poder obtener formas similares consistentemente. "Así se puede mantener la calidad dentro de la producción en masa. De otra forma, lo que mis colegas pinten no será lo que yo espero", explica. "Es difícil encontrar piedras de la misma forma, y para hacer copias de estas piezas, tenemos que fabricar nuestras propias piedras".

Lee ofrece un consejo muy generoso para quienes traten de identificar sus obras originales, al revelarles que deben buscar su firma. El logo de Los Gatos de Henry y sus Amigos está estampado en cada uno de sus productos, pero él nunca firma con su nombre en ninguno de los artículos. Lee afirma que "El arte es arte; el negocio es negocio. Todavía me niego a firmar las piedras artificiales porque son productos comerciales". Ocasionalmente, si un cliente lo solicita, Lee pone su firma en el reverso del gato de piedra. Así que la próxima vez que vea en venta un gatito del tamaño de un puño y quiera saber si es un genuino artículo de Henry Lee, inspeccione cuidadosamente al silencioso felino.

Traducido del Taiwan Journal por Silvia Villalobos

Popular

Más reciente