02/05/2024

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El artista y sus afiches de cine

06/12/2006

En una conferencia de prensa realizada el 6 de noviembre para anunciar el inicio de la Exposición Internacional de Cine y Televisión Taiwan 2006, el artista Chen Zi-fu fue presentado como un "tesoro nacional".

"Yo no me llamaría a mí mismo un tesoro nacional", dice el octogenario Chen, con su característica humildad. "Pero, probablemente he pintado más afiches de cine que cualquier otra persona en el mundo".

En los días antes de que las tecnologías digital y de impresión permitiesen a los teatros en todo Taiwan colocar enormes afiches de gran calidad fotográfica acerca de las películas que están presentando, se contrataban a los artistas para que pintaran las carteleras. En el campo de la pintura de afiches de cine, Chen es un campeón indiscutido, tanto en términos de cantidad como, según sus admiradores, de calidad. En los últimos 50 años, él ha pintado alrededor de unos cinco mil afiches.

"Si no hubiera sido por la derrota de los japoneses en la II Guerra Mundial, yo nunca hubiera tenido una carrera como pintor", dice Chen. A la edad de 19 años, él fue llamado a conscripción en la Armada Imperial Japonesa y recibió órdenes para reportarse al entrenamiento como artillero en un buque de guerra.

En aquel entonces, Taiwan era una colonia de Japón, y muchos taiwaneses fueron reclutados para combatir en contra de los Aliados. Chen se embarcó, pero antes de llegar a la base de entrenamiento en Nagasaki, el barco de transporte en que viajaba fue hundido por un torpedo lanzado por los Aliados. De los 303 nuevos reclutas a bordo, sólo Chen y otros 87 lograron sobrevivir y llegar a Nagasaki.

El 2 de enero de 1946, con la ayuda de algunos amigos, él logró retornar a Taiwan desde Japón, poco después de terminar la guerra. Al regresar, encontró una isla devastada por la guerra que había sido recientemente cedida a los chinos nacionalistas y se encontraba en un difícil situación económica. Los trabajos escaseaban, pero Chen logró ser contratado por el Estudio Día Blanco, una compañía que se especializaba en diseñar carteleras. El trabajó allí durante un mes antes de buscar algo mejor remunerado.

Chen consiguió trabajo en la sucursal en Taiwan de la Shanghai Cathay Film Co., que distribuía películas filmadas durante la Guerra Sino-japonesa en China. Durante los 18 meses que trabajó para Shanghai Cathay, Chen se ofreció como voluntario para restaurar los afiches de cine que se habían dañado debido a la mala calidad del papel usado en la era de la posguerra, debido a la escasez.

"En aquel tiempo, ir al cine era un lujo tal que no muchos niños podían darse el qusto de eso", recuerda Chen. "Desde que me escabullí a la parte trasera de un teatro y ví lo que estaba pasando en ese cuarto lleno de carteleras, comencé a volver a escabullirme tanto como fuera posible, solamente para contemplar las obras de los pintores japoneses".

Cuando el Gobierno del Kuomintang (KMT) introdujo el Nuevo Dólar de Taiwan en 1949, y la gente tuvo que cambiar sus viejos dólares de Taiwan a una tasa de cambio de 40.000:1, él perdió su empleo. Afortunadamente, había desarrollado una reputación como excelente pintor de afiches y no tuvo que esperar mucho para que fuera contratado para pintar 40 afiches de cine por la Compañía de Filmación Datung, que distribuía películas cantonesas filmadas en Hong Kong. El comenzó su propio negocio y nunca más miró hacia atrás.

Chen fue testigo del Incidente del 28 de febrero de 1947, donde los civiles taiwaneses lanzaron un levantamiento en toda la isla en contra de los agentes gubernamentales que golpearon a una anciana que vendía cigarrillos de contrabando. El incidente desató una rebelión en contra del mandato del KMT, y para sofocarla, el gobernador general Chen Yi ordenó que intervinieran las tropas. Finalmente, se dice que más de 15 mil taiwaneses --que el nuevo régimen chino consideraba como infectados con la japonización-- perecieron en la represalia.

En vez de unirse a las revueltas en contra de los nuevos gobernantes recién llegados del territorio continental, Chen prefirió quedarse en casa. "Al mismo tiempo, oculté a mi jefe de Shanghai en la casa de un amigo", se acuerda. El incidente fue seguido por un período conocido como el Terror Blanco, donde los miembros de la élite taiwanesa fueron sistemáticamenta arrestados, eliminados o sencillamente desaparecían cuando se sentía que constituían una amenaza al Estado. "Posteriormente, unos pocos amigos míos fueron arrestados, y nunca más los volví a ver", dice Chen.

Este período de inestabilidad política interrumpió su paz mental, admite Chen, pero no lo privó de su dedicación al trabajo. Durante los mejores tiempos de la producción de películas en dialecto taiwanés en los años cincuenta y sesenta, Chen podía terminar un afiche completo en apenas tres horas, y producía unos 40 afiches por mes. En esos momentos, la mayoría de sus competidores podían hacer alrededor de unos cien por año.

"Ellos no necesitaban un guión, un director o una lista de actores para convencer a los inversionistas en esos días. Todo lo que necesitaban era un colorido afiche con el nombre de la película", indica Chen. "De hecho, las compañías productoras de cine podían seguir adelante y terminar de rodar toda una película en apenas 10 días", recuerda.

Una gran cantidad películas taiwanesas de horror, guerra, comedia y romance que se rodaron durante esos días sustentaron la carrera de Chen. Particularmente, él era un aficionado de las películas de Kung Fu, con sus probados y recomprobados temas recurrentes de lealtad, traición y venganza, y donde la justicia siempre prevalece de último. Los afiches hechos por Chen mostraban todos esos elementos.

Su afiche favorito, y el único que él sigue mostrando hasta el día de hoy es de una película de 1969 titulada Un toque de Zen. Dirigida por King Hu, ganó el Gran Premio Técnico en el Festival de Cannes en 1975 y fue señalada en los Premios al Cine en Hong Kong como uno de los cien mejores filmes cinematográficos chinos. Claro está, para Chen todo tiene que ver con el afiche.

"Hice una prueba atrevida en el afiche. En vez de pintar los principales protagonistas en un pedazo de papel en blanco, use el color negro como trasfondo, algo que nadie lo había siquiera intentado antes". explica. El aún sigue manteniendo su afiche original colgado en la pared de su apartamento en Taipei.

Al pintor le gusta tomarse un poco de licencia artística cuando está creando uno de sus afiches, en vez de aferrarse demasiado estrechamente al material de promoción suministrado por la compañía de producción. Por ejemplo, en La batalla de la montaña Tien, el rostro feo y desfigurado de un funcionario de la dinastía Ming aparece a la derecha, mientras que la dama guerrera sosteniendo una espada se encuentra en el centro y otro espadachín es presentado a la izquierda.

"La imaginación es la clave para encontrar los detalles. Por ejemplo, la forma cómo ella sostiene la espada, la expresión facial de los protagonistas principales y el color del trasfondo, son todos productos de mi propia imaginación, ya que la compañía cinematográfica no ofreció mayores detalles", explica Chen.

El señala que uno de las principales características de sus afiches es que él aplica técnicas de la tradicional pintura impresionista en tinta china, que hace hincapié en un fino control del flujo de la tinta dentro de un trazo cuando uno sostiene un pincel blando. Esto queda demostrado en el tratamiento del pelo al no usar un pincel extra fino, una técnica que utilizan muchos de sus contemporáneos. El se siente especialmente orgulloso de la forma con que es capaz de mostrar los ojos de los protagonistas principales.

Traducido del Taiwan Journal por Luis M. Chong L.

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