Recuerdos de la infancia envueltos en pedazos de hojalata o trapo. Para quienes hemos tenido una niñez feliz o relativamente feliz, y digo ésto debido a que muchas personas en el mundo no han vivido una niñez feliz o incluso prácticamente no han tenido niñez; la anterior descripción se refiere a los juguetes.
Efectivamente, cuando todavía no existían los materiales sintéticos, ni los engendros de la tecnología moderna, la mayoría de los juguetes eran de hojalata, cartón, madera o trapo. Eran juguetes sencillos, sin muchas complicaciones y sumamente entretenidos.
Ahora, los juguetes suelen ser de plástico o combinaciones de resinas con capas de pintura que crean la ilusión del metal o la madera. Muchos de ellos son complicados, ya que hay que conocer una serie de reglas de juego para poder descifrar su contenido.
El 1º de los corrientes se inauguró en el Museo Nacional de Historia, con sede en la ciudad de Taipei, una exhibición de juguetes de España que no sólo atrae a los niños, sino que toca la fibra nostálgica de muchos adultos que recorren los salones del museo en Taiwan.
En la colorida muestra se encuentran más de 300 juguetes provenientes de Cataluña, considerada en sus mejores tiempos como la meca de la manufactura del juguete en España. Allí se pueden apreciar toscos muñecos de trapo, soldaditos y coches accionados con un mecanismo de cuerda hechos de hojalata, así como carros para que los niños puedan montar y manejar.
La mayoría de estos juguetes pertenecen a la colección de Josep María Joan Rosa, un arquitecto con una interminable pasión por los juguetes. Joan Rosa comenzó a recolectar juguetes en los años sesenta, y la viajado por todo lo ancho y largo de España, y por muchos otros sitios del mundo, en su constante búsqueda por juguetes y juegos interesantes. En la actualidad, la colección cuenta con más de diez mil juguetes de todo tipo.
La presente exhibición, denominada Juguetes de España, ha sido organizada en colaboración con el Museo del Juguete de Cataluña (Museu del Joguet de Catalunya), que ha enviado una selección de objetos cuidadosamente escogidos de su vasta colección. En la misma se trata de presentar la evolución del juguete en Cataluña durante los últimos cien años.
El Museo del Juguete de Cataluña fue inaugurado a mediados de 1982, en el local donde funcionaba el antiguo Hotel París (que en el pasado fue también casa solariega del Barón de Terrades), en la Rambla de Figueres. A inicios de 1995, el Museo cerró sus puertas para dar paso a la reforma, ampliación y consolidación del local que funcionó anteriormente como hotel, para convertirlo en su sede definitiva. Esas recientes obras de rehabilitación y adecuación han permitido triplicar el espacio inicial del Museo, reabierto el 12 de diciembre de 1998.
La parte más interesante para los niños ha sido la sección interactiva, donde pueden jugar con más de 50 diferentes tipos de juguetes, algunos conocidos y otros novedosos.
Simultáneamente, Josep María Joan Rosa y Pilar Casademont cedieron gratuitamente sus colecciones a la Fundació del Museu del Joguet de Catalunya, que habían creado con anterioridad para apoyar las operaciones del museo. De este patronato forman parte varios funcionarios locales, incluyendo el Alcalde y el Concejal de Cultura de la ciudad de Figueres, el Presidente del Consell Comarcal, el Presidente de la Diputación de Girona y el Coordinador Territorial de Cultura de la Generalitat de Catalunya.
El Museo exhibe más de cuatro mil piezas de una inmensa variedad de juguetes y juegos: animales y caballos de cartón, cocinas, pelotas, peonzas, aviones, coches, trenes, muñecas, títeres, equipos de magia, juegos para invidentes, disfraces, muñecas recortables, manubrios, mecanos, soldaditos de hojalata, robots, teatros de muñecos, máquinas de vapor, ositos de peluche, triciclos, patinetas, zootropos, entre otros. Muchas de las piezas exhibidas están acompañadas de fotografías antiguas de niños con sus juguetes, lo cual nos ayuda a situarlas cronológicamente y permite ver cómo se jugaba en aquella época. Algunos juguetes pertenecieron a personajes mundialmente famosos, tales como Salvador Dalí, Federico García Lorca, Joan Miró, así como otros conocidos localmente.
El Museo cuenta con salas de exposición permanente en la primera y segunda planta. En la planta baja se encuentra la Sala Abierta de Exposiciones Temporales, uno de los espacios importantes de la institución, donde se realizan unas seis muestras al año y su acceso es gratuito.
Anualmente, el museo colabora con el Ayuntamiento de Figueres para realizar la Trobada Intergaláctica de Joguets de Collecció, evento que constituye el punto de reunión de todos los apasionados de los juguetes de colección. En el mismo, los amantes del coleccionismo pueden comprar, vender e intercambiar juguetes antiguos y de colección. Por lo general, se pone a la venta un juguete en edición limitada con el logotipo de esta particular fiesta del juguete.
"Son juguetes con los que jugaron mi abuela y mi abuelo, mi madre y mi padre, y mis nietos, todas las generaciones de España", opinó Joan Rosas de la muestra que ha prestado al museo de Taiwan, que a su vez es la primera vez que se exhiben juguetes españoles en la isla.
Los trenes siempre han sido una fascinación de los niños, y también de ciertos adultos. Un pequeño muestrario de trenes en miniatura, hechos de hojalata y dotados de ruedas para andar sobre rieles.
Muchos de estos juguetes, como en el caso de las muñecas y los juegos de té en miniatura, traen recuerdos instantáneamente al público taiwanés; pero otros de los viejos juguetes en la muestra son absolutamente nuevos para los taiwaneses.
En vez de ser una exposición estática, el evento permite que los visitantes se diviertan con 55 de los juguetes en la muestra. Los otros artículos son muy frágiles y valiosos como para que se jueguen con ellos.
Con los juguetes, los niños tienen un medio para desahogar su creatividad e imaginación, ya que a medida que juegan, se van tejiendo situaciones fantásticas en sus mentes, situaciones donde los juguetes desempeñan un fabuloso papel protagónico. Alguien ha dicho que de hecho, jugar es muy similar al proceso creativo, debido a que las emociones que evocan los juguetes en el niño se tornan, al menos momentáneamente, en situaciones muy reales. Más que un sencillo entretenimiento, el juguete proporciona oportunidades para estimular la mente. Por otro lado, fabricar un juguete estimula el crecimiento del conocimiento y la sabiduría.
En el campo de la antropología cultural, las formas, colores y diseños de los juguetes, así como su mismo proceso evolutivo, permiten tener un panorama más completo de los trasfondos históricos y culturales del desarrollo de un pueblo, así como sus tradiciones y su forma de vida.
Es probable que la mayoría de nosotros hemos perdido los juguetes que tuvimos en la niñez. Sin embargo, hay personas que los coleccionan, y tales piezas no sólo proporcionan una inmensa satisfacción para sus dueños, sino que logran congelar indefinidamente el tiempo.
Texto y fotos de Luis M. Chong L.