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Exhiben en Taipei el último día de Pompeya

26/06/2006
Este elaborado espejo de bronce es uno de los 264 objetos que se exhiben en el Centro de Educación Científica.

Después de varios de meses de preparativos por parte del personal del Centro Nacional de Educación Científica de Taiwan, y con la generosa asistencia de Pietro Giovanni Guzzo, superintendente arqueológico de Pompeya, la exhibición Un día en Pompeya fue finalmente inaugurada en Taipei el 6 del mes pasado.

La exposición explora la tragedia humana que siguió a la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C., a través de vaciados de cuerpos humanos y animales petrificados, así como esculturas, frescos, murales, monedas y utensilios que fueron una vez destruidos y preservados por la erupción volcánica, dándonos un vistazo de la vida del pueblo en el momento mismo de su muerte.

Más de dos mil personas visitaron la muestra en el día en que abrió sus puertas al público. El principal encargado de operaciones del centro, Brian Shen, predijo que para cuando clausure la exhibición el 29 de octubre, el número de visitantes que habrá pasado por sus puertas podría alcanzar 300 mil personas. La exhibición está dirigida hacia los alumnos de escuela primaria en Taipei, y los distritos vecinos de Keelung y Taoyuan. Sin embargo, y para sorpresa de Shen, han llegado muchos más adultos a la sala de exhibición que lo anticipado.

Parte de la popularidad de la exposición podría ser voyerística. La misma ilustra la desesperada plegaria de las víctimas mientras trataban de huir de la violenta expresión de ira de la naturaleza. Podría ser especialmente significativo para los taiwaneses, quienes presenciaron el terror de primera mano durante el terremoto del 21 de septiembre de 1999, que causó miles de víctimas. Para muchos, la erupción del Vesubio podría ser un trozo de historia enterrado en el pasado, pero ha prefigurado en Taiwan la catástrofe natural que ocurrió ese día.

Gracias a los modernos conocimientos científicos, los vulcanólogos conocen que los largos intervalos de inactividad combinados con una creciente actividad sísmica es una segura señal de un inevitable desastre. Aunque a través de las señales registradas en la historia, los científicos de hoy conocen que anunciaron una inminente erupción en el año 79 d.C.; no había forma que la gente que vivió en Pompeya hace dos milenios supiera que la montaña que ellos consideraban como sagrada al dios Hércules estaba a punto de hacer erupción.

El Vesubio sigue siendo un volcán peligroso. Las corrientes de ceniza y la lluvia de ceniza caliente mataron 3.360 personas en la infame erupción de 79 d.C.; y otras 3.500 personas murieron de los deslaves y columnas de lava en una subsecuente erupción en 1631. Se siguen estudiando sus pasadas erupciones y las capas que se han depositado.

El escritor romano Plinio el Joven registró sus observaciones del evento, y se dice que su tío, Plinio el Viejo, envió una flota de barcos para rescatar a los sobrevivientes. Los marineros posiblemente presenciaron los flujos y levantamientos piroclásticos, y evacuaron el área antes que Pompeya fuese enterrada bajo tres metros de tefra. La ciudad fue abandonada y su ubicación olvidada por mucho tiempo hasta que se descubrieron artefactos en las excavaciones realizadas en Pompeya en 1595. Estas fueron seguidas por varios siglos de saqueos de los restos. Las excavaciones arqueológicas comenzaron a mediados del siglo XIX. Ahora, la mayor parte de Pompeya ha sido excavada, revelando bastante acerca de cómo vivía la gente durante esa época.

“El año pasado, casi 300 mil taiwaneses visitaron Italia”, dice la representante de Italia en Taipei, María Assunta Accili, sin cuya ayuda y apoyo no hubiera sido posible realizar la exhibición. “Pero de esos visitantes, sólo un pequeño número de ellos visitaron Pompeya, la representante de la cultura romana”. Ella señala que entre los 264 objetos exhibidos, el fresco es algo que no debe perderse. Se considera como uno de los tesoros más valiosos en Italia.

La exhibición llegó a Taipei vía Barcelona, España; y será empacada y embarcada a Estados Unidos cuando sea clausurada en el Centro de Educación Científica. Construido en 1956, el edificio original donde se encontraba dicho centro estaba ubicado al lado del Museo Nacional de Historia.

Shen siente muy fuertemente que cada año, el museo debe ofrecer a los ciudadanos de Taipei una ventana para ver el mundo fuera de Taiwan, especialmente cuando las fuerzas de la globalización se encuentran en pleno auge. “La internacionalización ha sido uno de los puntos focales del centro en los últimos dos años”, dijo Shen. “Hasta ahora, hemos realizado una exhibición sobre la exploración espacial y una de los dinosaurios. En ambas, los objetos mostrados fueron enviados desde países extranjeros. Un día en Pompeya es apenas una de las más recientes”, nos explica.

Para ayudar a lograr una experiencia de algo fuera de lo ordinario, los guías voluntarios de la exhibición se visten con ropa del período romano. En la entrada, los mapas de Italia que cuelgan en ambos lados de la pared indican claramente dónde se encuentran ubicadas Nápoles y Pompeya. Los guías usan esos dos mapas para explicar las características geográficas y la demografía de la enterrada ciudad del Imperio Romano.

El documental de la BBC, Pompeya: el último día, se proyecta continuamente en un miniteatro dentro del área de exhibición; mientras que se pasa un programa de diapositivas acerca de las maravillas de la arquitectura romana en grandes pantallas en otra parte del edificio.

“Lo que ha sido excavado en Pompeya no son meramente artefactos de la cultura romana”, explica Chang Hao-wen, un especialista de relaciones públicas en el centro. “Las erupciones anteriores a la del año 79 arruinaron la mayoría de la arquitectura construida durante la Era Griega, con excepción de los cimientos. Por eso podemos ver columnas al estilo romano encima de bases con características griegas. En otras palabras, los artefactos de Pompeya reflejan realmente la combinación de ambas culturas”.

“Nunca antes se han realizado en Taipei actividades relacionadas con la ciudad de Pompeya”, dice Meng Lin-ling, gerente encargada de la exhibición. Ella reclutó más de 170 voluntarios para que sirvan de guías y orienten a grupos de escolares a través de la exhibición. “La exhibición ayudará a nuestro pueblo a comprender y apreciar la vida durante el Imperio Romano”.

Shen y sus colegas tratan de encontrar formas innovativas de impulsar el evento. Ellos han preparado una serie de actividades promocionales para lograr que los taiwaneses se interesen en examinar su contenido. La primera consiste en una competencia donde se pide a los niños que hagan un modelo con macarones secos y cola. La estructura que sea capaz de resistir la sacudida más fuerte sin separarse es la ganadora. Otra herramienta de promoción fue una encuesta en Internet acerca de los mejores restaurantes italianos en Taiwan.

Los organizadores invitaron a historiadores con conocimiento especializado sobre Pompeya para presentar disertaciones sobre temas que cubren desde el estilo de vida de los ciudadanos de Pompeya hasta los efectos del tsunami. Gracias a los esfuerzos de los arqueólogos, se ha revelado la verdadera faz de la ciudad enterrada al mundo moderno, y por otro lado, el pueblo de Taiwan puede presenciar la grandeza de la cultura romana.

Traducido del Taiwan Journal por Luis M. Chong L.

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