08/05/2024

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Seis años de retos para documentales

06/02/2005

Durante el Festival Cinematográfico del Premio Caballo Dorado llevado a cabo a inicios de diciembre de 2004, solamente participaron en la competencia --conocida como el Oscar de los filmes en idioma chino-- 29 películas de Taiwan, de las cuales 14 fueron filmes cortos de apenas 60 minutos de duración. Esto significa que recientemente sólo se han producido 15 películas comerciales al año en Taiwan.

En cambio, el número de documentales locales enviados al Festival Internacional de Documentales en Taiwan 2004 (TIDF, siglas en inglés) fue de 142; en otras palabras, 20 más que en 2002. Si lo comparamos con 1998, el primer año en que se llevó a cabo el festival, vemos que participaron menos de 100 obras. El festival de 2004 se llevó a cabo del 11 al 17 del mes antepasado.

Vida, un documental de Taiwan de dos horas de duración acerca de los efectos del devastador terremoto que ocurrió en el centro de la isla en 1999, logró recaudar más dinero en las taquillas locales que cualquier otra película en idioma chino el año pasado, a pesar de las críticas variadas.

Ya sea una buena o mala señal para la industria cinematográfica de Taiwan, ésto demuestra que al menos los persistentes cinematógrafos locales están tratando de hacer todo lo que pueden con cualesquiera recursos tengan a mano.

Siendo el único festival internacional competitivo en Taiwan, el TIDF ha crecido considerablemente en los últimos seis años. Por ejemplo, en el tercer TIDF realizado en 2002 participaron 287 películas de 40 países. Este año, el número ha crecido a más de 640 obras de 100 países.

La calidad de los participantes impresionó a varios miembros del jurado. Jay Rosenblatt, presidente del jurado para la competencia internacional, reveló que ellos deseaban que hubiera más premios para dar ya que cada uno de los filmes era de alta calidad.

Hubo tres categorías de competición: "Competencia Internacional", "Competencia de la Visión Asiática", y la competencia local, "Premio a la Imagen de Taiwan".

Otras categorías incluyeron una sección acerca de los medios de comunicación; otra sobre el tema de la muerte, llamada "Muerte, ¿donde está tu aguijón?"; y una llamada "Documentales en trance", que se rebela contra la idea convencional de que los documentales deben de ser lentos.

"La muerte ha resultado ser tanto un tema muy acalorado como un tabú para los productores de documentales", escribió Wang Pai-zhang, director del programa para el TIDF de 2004. Las películas acerca de la muerte han sido vistas como manipuladoras y sensacionalistas, añadió, pero uno no puede desechar la atracción y el temor que sienten los seres humanos hacia la muerte, tema fascinante para los artistas. Esta sección intenta probar que la razón por la que la muerte sigue siendo foco de atención se halla no en la muerte por sí misma, sino en cómo se la ve, concluye Wang.

La sección llamada "El Derecho a Intervenir" es una satírica pero dedicada protesta en contra de los métodos caóticos de los medios de comunicación locales. Para Wang, los medios de comunicación en Taiwan gozan de un sagrado, casi intocable estatus, y se abusa con frecuencia de su libertad de prensa.

La ceremonia de apertura de este año fue diferente a las tres anteriores, ya que antes fueron más simples y no tenían presentaciones en vivo. Este año se mostraron tres filmes consecutivos en la inauguración, después de dos discursos por parte de funcionarios gubernamentales.

La película de apertura fue Sombras, un corto muy personal de la directora japonesa Naomi Kawase, quien se convirtió en la ganadora más joven en la historia del Festival Internacional Cinematográfico de Cannes gracias a su debut con el filme de ficción Suzaku.

El segundo documental, Casa, fue del aclamado director israelí Amos Gitai, cuyas obras fueron prohibidas por Tel Aviv debido a su naturaleza tan sensitiva. Gitai tuvo que exiliarse en Francia por más de diez años.

"Estoy sin palabras. Desearía poder robar algunas cosas de este filme", fue la reacción de un miembro de la audiencia, Chen Yang-wei, a Diamante Blanco, por Werner Herzog. Chen no fue el único con este punto de vista, y muchos en la audiencia se mostraron admirados del enfoque maestro del famoso director alemán al contar una historia.

Tal vez una de las más importantes directoras, Agnes Varda --llamada la madrina de la Nueva Ola Francesa-- visitó Taiwan por primera vez a los 76 años de edad. Su obra más reciente, Cinevardaphoto -- cuando las fotografías generan filmes, fue presentada como la película de clausura. El festival puso gran atención al filme de Varda, quien trabajó junto con tres traductores para asegurarse de que los subtítulos estuvieran correctos. Normalmente, con dos traductores es suficiente.

Después de su primera conferencia de prensa, Varda impresionó a todos con su conocimiento del cine de Taiwan. Ella admitió ser una admiradora de las obras de Hou Hsiao-hsien, Tsai Ming-liang y Edward Yang. "Y pude ver Taipei 21 durante el vuelo hacia Taiwan", mencionó Varda.

El Gran Premio de la Competencia Internacional fue para María Ramos con Justicia, un documental que examina la delicuencia juvenil en Río de Janeiro. Su forma independiente de filmar a los convictos y a los jueces que los mandan a la cárcel le dio al jurado las razones para aplaudir el filme como un documental fuerte que tiene todo el rigor de una película narrativa.

Los asiáticos acuden a ver más las películas hechas en Hollywood o en Europa que aquéllas hechas en Asia. Hay varias razones para esto, explican los expertos, incluyendo la complejidad de culturas e idiomas asiáticos. Es en este espíritu que el "Premio Asiático" fue conferido por primera vez. El "Gran Premio" fue otorgado al filme Happy Berry, del director tailandés, Thunska Pansittivorakul, un documental acerca de las vidas, valores y actitudes de un grupo de jóvenes en Bangkok.

Un miembro del jurado, Andrei Ujica, de Rumania, no pudo contener su admiración por este documental, y al anunciar el ganador, exclamó "Estoy muy feliz de darle el "Gran Premio" a mi película favorita".

Hay siempre mucho por mejorar con un festival cinematográfico tan joven. Yang Li-chou y su esposa, Michelle Chu, recibieron el "Premio al Mérito" por su El Shinjuku Oriental de Alguien Más, un documental acerca de los taiwaneses que trabajan en Kabuki, el distrito comercial más activo en Tokío. Tras agradecer al jurado, Yang inició su declaración admirando el gran teatro donde se llevaron a cabo las ceremonias de apertura y de clausura. "Este es un buen lugar, pero ni uno solo de los documentales taiwaneses fue presentado acá", señaló Yang. Showtime Cinemas es un teatro cinematográfico relativamente nuevo con un excelente sistema de proyección y asientos cómodos para cientos de miembros de la audiencia.

No obstante, todos los documentales taiwaneses fueron presentados en el pequeño Teatro Spot, con capacidad apenas para 50 personas. Para complicar las cosas, un problema técnico con el viejo proyector afeó la presentación de los documentales durante los primeros días ya que la proyección fue interrumpida por una cinta blanca a través de la pantalla.

El "Gran Premio de Taiwan" tuvo dos ganadores. El documental Adiós, 1999 de Wu Ching-yi es una película que expresa la oposición de la creadora de la misma a decirle adiós a su madre. Esta pieza artística también se llevó el "Gran Premio" en el Festival Cinematográfico de Taipei. Otro ganador fue Déjalo Ser, de Yan Lan-chuan y Cres Juang, que es un documental de 120 minutos de duración acerca de las vidas de tres viejos agricultores arroceros en el sur de Taiwan.

Directores invitados tales como Dorthe Eickelberg fueron agradablemente sorprendidos por el entusiasmo de la audiencia local por las películas documentales. Se podía ver gente esperando en fila inclusive hasta altas horas de la noche. "Y ellos hacían las mejores preguntas", relató Eickelberg, cuyo trabajo en Hadas y Otras Historias, entró en la competencia internacional.

Isadorna Huang, quien ha estado largamente involucrada con las producciones cinematográficas y televisivas, expresó su admiración por la obra de la cinematógrafa eslovaca Dusan Hanak, uno de los jurados en la competencia internacional. Para Huang y muchos otros, Fotografías del Viejo Mundo, es una obra maestra. Uno de los trabajos más significativos de la cinematografía eslovaca, esta producción fue galardonada como el Mejor Documental por la Asociación de Críticos de Cine de Los Angeles en 1989, entre otros premios.

¡Salten, chicos!, una película taiwanesa acerca de un entrenador de gimnasia y sus siete estudiantes, generó lágrimas y risas en la audiencia. "Estoy muy conmovida, y el final es muy motivador", opinó Huang entre carcajadas.

Ulrike Ottinger, uno de los cinco miembros del jurado para la competencia internacional, destacó que la calidad de los documentales nominados significa que el TIDF es un festival cinematográfico verdaderamente internacional. Los filmes son, después de todo, la parte más importante en este tipo de festivales.

Traducido del Taiwan Journal por Silvia Villalobos

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