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Fundición de la religión, tributo a un patrón

26/11/2004

El Museo Nacional del Palacio (NPM, siglas en inglés), en los suburbios de Taipei, está realizando una exhibición especial de esculturas religiosas de bronce que fueron donadas por un rico benefactor y coleccionista, Peng Kai-dong. La muestra, titulada Fundición de la religión, se encuentra en el edificio de la biblioteca del museo y fue inaugurada el pasado 5 de octubre.

Nacido en 1912 en Taiwan, Peng es un budista devoto que ha sido un ávido coleccionista de artefactos religiosos por más de medio siglo. La mayoría de las piezas exhibidas son esculturas de bronce bañadas en oro de Buda, bodhisattvas, deidades hindúes y dioses del Panteón chino. El tamaño de las obras va desde unos centímetros a un par de metros. En la exposición también se encuentran decoraciones, artículos rituales, instrumentos musicales y una mezcla de objetos de bronce con significado religioso.

"La generosa donación de Peng acuerpa el enfoque budista de desinterés y caridad", indicó el director del museo, Shih Shou-chien.

En el pasado, el Museo Nacional del Palacio sólo tenía unas cuantas piezas de arte budista. Tras recibir la donación de Peng, el museo puede ahora introducir el arte budista en una forma más abarcadora para nuestros amantes del arte, dice Shih.

Peng donó 358 piezas de su colección al museo el año pasado, obligando al NPM a crear la "Galería Kai-dong" dentro de su edificio principal, como un sitio para exhibir permanentemente los objetos donados.

El budismo ha tenido una tremenda influencia en las culturas asiáticas, incluyendo China y Taiwan, y a pesar que las colecciones del NPM son un arca de tesoros del arte chino, su colección de arte budista era comparativamente pequeña, siendo principalmente algunas piezas del Tíbet.

En contraste, la donación de Peng es sorprendentemente variada y abarcadora, con piezas de más de mil años de antigüedad. Las mismas provienen de todo el continente, desde India hasta Corea. Además del arte, el benefactor donó una gran cantidad de tierra y dinero a su país nativo. El explicó que desea asegurarse que su apreciada colección sea adecuadamente cuidada a pesar de su enfermedad.

"Hace unos años, me diagnosticaron cáncer, y pienso que debo retribuir en algo a mi país nativo, Taiwan, donando mi colección de arte budista al Museo del Palacio", reveló Peng en una entrevista con Taiwan News. "En retorno, esas obras de arte recibirán un gran cuidado por parte del museo".

El terreno donado por Peng se encuentra en su pueblo natal en Hsinchu. El nació en 1912 en un pequeño poblado en el distrito norteño, pero viajó a Japón siendo muy joven. A la edad de 15 años, decidió irse a las islas principales —en ese tiempo, Taiwan era una colonia japonesa— para buscar fortuna.

Su larga y variada carrera lo llevó a trabajar en salones de billar, restaurantes y tiendas de antigüedades. En cierta ocasión, fue contratado como actor en una película japonesa. Su asunto amoroso con el arte religioso nació en el lugar más inverosímil.

En cierta ocasión, Peng fue encarcelado en Japón. "Durante mi estadía de 23 días en prisión, fui persuadido por alguien conocedor del tema a comprar una estatua budista de bronce", dijo a los reporteros.

"La escultura me recordó sobre las memorias de mi niñez visitando el templo de la Diosa Matsu en Peikang. Mi madre era visitante muy asidua de templos y adoraba a Buda. Tuve la idea de comprar cuantas más esculturas de Buda fuesen posible para complacer a mi madre", dijo Peng en la inauguración de la exhibición.

Con su nombre japonés, Muneichi Nitta, Peng ha sido reconocido como un conocedor de las estatuas de bronce asiáticas. Muchos coleccionistas y entusiastas del arte extranjeros realizan viajes especiales a Tokío para ver su colección.

Hoy en día, los objetos de la colección de Peng pueden ser vistos en el Museo Nacional de Tokío y el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York. La actual muestra no es la primera vez que Peng ha presentado sus piezas en el NPM. Según Shih, él prestó más de 200 piezas para una exposición en 1987. En 1995, el museo adquirió 32 piezas de Peng para ser añadidas a su propia colección permanente.

Un estudio de esas estatuas resulta interesante tanto para historiadores del arte como académicos religiosos. A pesar del indudable alto valor monetario de la colección de Peng, su valor real radica en que es un registro de cómo las representaciones de Buda evolucionaron a través del tiempo y de las culturas.

India es la tierra natal del budismo, y es aquí donde aparecieron las primeras representaciones. Ellas se distinguían por un cuerpo redondo vistiendo el tipo de túnica gruesa que cubre un hombro que suelen usar los monjes del área. Sin embargo, las estatuas budistas en India oriental eran más flacas y de hombros más anchos, y la túnica, si bien es más delgada, luce más rígida. La apariencia era de un estilo muy abstracto.

Desde el siglo X, Tíbet ha sido una teocracia dirigida por el Dalai Lama, y las esculturas budistas del reino reflejan influencias india y nepalesa. El santuario tibetano exhibe figuras con caras expresando ira que proyectan una sensación de temor.

Al mismo tiempo, en Sri Lanka, el estilo desarrollado fue de apariencia más contemplativa, con ojos semicerrados y una expresión benevolente. Para cuando la religión llegó a China, el estilo artístico popular en esos momentos eran las figuras con caras cuadradas, pómulos salientes y ojos finamente arqueados. Fue este estilo de escultura de la dinastía Wei del Norte que finalmente acompañó al budismo a Corea y Japón.

Una pieza es el Shakyamuni sentado de bronce que data de 447, una época convulsa en lo que ahora es China. La región de donde proviene la estatua era parte de la dinastía Wei del Norte en esos momentos. A pesar del desorden político de la era, fue la época en que los artistas chinos colocaron su propio timbre a la iconografía budista, añadiendo una exclusiva estética china a las imágenes del Iluminado.

Además de las piezas budistas, existen objetos de varias denominaciones religiosas en la colección, predominantemente asiáticas.

Uma-Mahesvara de pie: Siva, la Consorte Parvati y el Toro Nandi muestra a esas deidades del panteón hindú en una estatua de bronce de 16,8 centímetros proveniente de India. Hecha en el siglo XII, las figuras que se presentan son Siva, el Señor del Universo; su esposa y su montura. Este triunvirato fue el favorito del siglo IX al XII, y aparece en muchas obras de arte de esa época. En esta pieza en particular, Siva tiene sólo tres brazos, uno de los cuales sostiene su acostumbrado tridente que simboliza la invencibilidad. Normalmente, la deidad, que es conocida también como el dios de la muerte y destrucción, es presentada con cuatro brazos.

En contraste con Siva, el destructor, otra pieza de la colección de Peng muestra a Vishnu, el conservador. Vishnu de pie fue terminada entre el siglo XII y XIII en Camboya o Tailandia. Otra pieza, Indra en postura de crucifixión, del siglo XVIII, es una estatua de bronce bañada en oro e incrustrada con joyas de Nepal y es un excelente ejemplo de la técnica artesanal nepalesa. La elegante estatua del rey de los dioses hindúes lleva los ojos semicerrados y una leve sonrisa.

Traducido del Taiwan Journal por Luis M. Chong L.

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