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Un vistazo a la historia de Taiwan con la agenda oficial

06/10/2004
Esta agenda de 1972 toma la forma de un antiguo pergamino chino para mostrarnos bellas obras de bronce con miles de años de edad.

uando se investiga el mundo del pasado, los arqueólogos y los historiadores utilizan cada pieza de información disponible para componer una imagen de las sociedades antiguas que estudian. Por ejemplo, algo tan aparentemente insignificante como una lista de compras puede proporcionar pistas acerca de la agricultura, el comercio internacional, la economía local, la dieta, el clima y una gran variedad de otros factores relativos a una sociedad, dándonos una imagen de una cultura viva y palpitante, que de otra manera nunca sería conocida.

De igual forma, la montaña de agendas publicadas por el Gobierno de la República de China, figurativamente apiladas en una oficina gubernamental, se asemeja a los depósitos culturales estratificados en las excavaciones arqueológicas donde, entre más profundo se excave, más pistas encuentra uno acerca del estado de la isla en el pasado. Como la trivial lista de compras mencionada, estas publicaciones desechables son una pista al pasado.

Nadie está absolutamente seguro de exactamente cuándo la Oficina de Información del Gobierno (GIO, siglas en inglés) comenzó a publicar y a distribuir su agenda. La más antigua data de 1960 y fue descubierta en los archivos de la biblioteca de la GIO, otras fueron halladas en la Sección Tres del Departamento de Compilación y Traducción de la GIO. La Sección Tres es la oficina a cargo de diseñar el libro de citas anual.

En general, la Sección Tres comienza a trabajar en el calendario anual justo después del Año Nuevo lunar, una celebración que ocurre entre fines de enero y mediados de febrero, según Tsai Mei-chu, diseñadora de arte responsable del calendario.

Cada año, el Gobierno ofrece la agenda como regalo, de la misma forma en que lo hacen los bancos. Es producida por la GIO, que también publica este periódico. Además de servir como un cuaderno de notas conveniente y planificador personal, la publicación está llena de cuadros y datos interesantes sobre Taiwan. Por lo tanto, los viejos calendarios registran a través de los años una imagen interesante de la sociedad taiwanesa, dándonos una idea no sólo de cómo han cambiado las cosas, sino también de cómo ha evolucionado la visión del Gobierno acerca de la isla.

Tsai afirma que este libro es una herramienta muy importante para las oficinas de la GIO en ultramar. Estas oficinas tienen generalmente una celebración grande en octubre, y los volúmenes del planificador de citas tienen que ser enviados a más tardar a principios de septiembre.

Un vistazo a la historia de Taiwan con la agenda oficial

Diario de Citas fue el título en inglés que se usó a principios de los setentas. Una característica especial de esta serie fue su tamaño compacto y su diseño austero. (Fotos de Chen Mei-ling)

El costo de todos los procesos que implican la producción de la agenda fue poco más de 500 mil dólares estadounidenses el año pasado, con los cuales se imprimieron 16.100 copias.

La selección del tema para cada año ilustra especialmente el punto de vista del Gobierno acerca de la nación y sus prioridades. Por lo tanto, elegir un tema resulta ser un asunto muy delicado, digno de discusión seria, puesto que implica directamente la imagen de la nación.

Más adelante en la figurativa pila estratificada de libros, la agenda de 1974 nos regala un vistazo interesante a la vida oficial durante esa década tumultuosa. El tema y el diseño del libro de 1974 son austeros, se dedican exclusivamente a las botellas chinas para el rapé, y nada más. No hay más palabras que Agenda de Citas y el año 1974 en letras doradas sobre una cubierta roja, y unos breves subtítulos para cada uno de los 56 cuadros de las botellas de rapé que datan de la dinastía Ching (1644-1911).

Durante esa era, las botellas de rapé y el tabaco pulverizado que se conservaba dentro se convirtieron en una moda que se extendió de forma sin par en la historia china. La tendencia comenzó con los ricos pero al final se filtró a través de todos los estratos de la sociedad china. Incorporando una amplia variedad de materiales y de destrezas manuales, estos envases minúsculos vinieron a ser vistos como obras de arte que representaban lo mejor de la cultura china.

Su importancia como artefactos culturales chinos pudo haber sido un factor para su inclusión en la agenda producida inmediatamente después de que la República de China perdiera su escaño en las Naciones Unidas; quizás para servir como un llamado de alerta al mundo acerca de la rica herencia que fue destruida durante la Revolución Cultural, que estaba en su mayor apogeo al otro lado del estrecho de Taiwan. Quizás tenía el propósito de recordarle a la comunidad internacional que el Gobierno en Taiwan era la mejor opción para representar y salvaguardar las ricas tradiciones de China.

Sinorama, una revista mensual bilingüe financiada por la GIO, tiene ocasionalmente la responsabilidad de realizar el diseño y la publicación de la agenda, como lo fue con el anuario del año pasado. El tema elegido para el calendario de 2005 fue el cine de Taiwan. Laura Li, jefa de redacción de Sinorama, explicó que se analizaron varios temas potenciales, entre ellos los aborígenes de Taiwan, quienes ocuparon un lugar prominente en la agenda de 2000, pero que al final el cine taiwanés fue el elegido porque últimamente el Gobierno está tratando de promover la industria cinematográfica local.

"No fue una tarea fácil", explicó Li. "¿Cómo elige uno entre tantas opciones? ¿Qué películas destacamos? ¿Cuál director?" Por lo tanto, Li decidió concentrarse en las películas a partir de la llamada Nueva Era Taiwanesa, que comenzó en los años ochenta, así como los filmes que han sido reconocidos en el extranjero. En total, se destacarán 19 directores taiwaneses, entre ellos Hou Hsiao-hsian, Ang Lee y Tsai Ming-liang.

Según el prólogo de la agenda, el cine es el embajador cultural ideal. La energía de las imágenes va más allá de las palabras. Los directores taiwaneses han producido obras maestras cinematográficas tales como La Ciudad de la Tristeza, por Hou, un tratado acerca del trágico pasado de la isla; y el único éxito comercial local de este año, Fórmula 17, una comedia ligera sobre la comunidad homosexual en Taiwan.

El diario de citas de la GIO para 2001 ganó el premio más alto en la categoría de diseños de libros en la Exposición Internacional del Diseño Taipei 2000. El tema de esta publicación fueron los instrumentos que se encuentran en el tradicional estudio chino. Desde la dinastía Tang (618-907), los chinos se han referido a los pinceles, tinta en barritas, papel y las piedras de entintar como los cuatro tesoros del estudio chino.

Si bien esta información puede ser muy interesante, y las imágenes que la acompañan son muy atractivas, mucha gente preferiría tener otro tipo de información más útil en sus agendas. En 1999, la GIO incluyó un cuestionario en su agenda para recopilar información sobre la gente que realmente utiliza estos cuadernos de apuntes. De 1.566 cuestionarios que fueron enviados, 446, o sea, cerca del 28 por ciento, fueron completados y enviados de vuelta. Casi tres cuartos de los que respondieron informaron que recibieron el calendario como regalo por parte de funcionarios de la República de China. No debe sorprendernos este hecho, ya que ese año la GIO imprimió 40 mil copias del diario de citas para sí misma, junto con otras 40 mil copias para los ministerios de Relaciones Exteriores, Economía y Turismo. Entre otros comentarios de los usuarios hallamos sugerencias de que se anexe información útil como tablas de conversión de tipos moneda o de zonas de tiempo, en vez de trivia como el número de escuelas primarias en Taiwan.

"Generalmente, arranco y tiro esas páginas", confiesa un empleado de la GIO que solicitó permanecer en el anonimato. "De por si ya es bastante pesada".

Aunque la naturaleza esotérica de los temas del diario puede no ser la información más práctica, sin ella los libros no serían tan útiles para ilustrar la visión que tenía la nación de sí misma en el pasado. No tendríamos la oportunidad de mirar retrospectivamente en las publicaciones al espectro del cambio en Taiwan.

Traducido del Taiwan Journal por Silvia Villalobos

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