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Colección de viejas fotos revive la historia de una comunidad

26/03/2004
La edición expandida en chino de La gente de Mushan: vida en una villa taiwanesa, revive las memorias y otros aspectos de una comunidad. (Fotos cortesía del Taipei Wenshan Community College)

Una imagen vale más que mil palabras --y algunas veces mucho más-- es una frase que debe ser tomada en consideración cuando se examinan los cambios que el tiempo produce en las personas y lugares que la misma muestra. La foto de la portada de una edición de National Geographic en que aparece una refugiada afgana de penetrantes ojos azules que conmovió al mundo en 1985 adquirió una mayor importancia 17 años después, cuando personal de la revista la localizó, dio un nombre a la cara y narró la historia de su vida por primera vez. De modo similar, la colección de imágenes en el libro titulado La gente de Mushan: vida en una villa taiwanesa, publicado por primera vez en 1960 por la Editorial de la Universidad de Missouri, ha adquirido un significado más profundo ahora que se ha logrado dar seguimiento y registrar las vidas de las personas que aparecen en el libro en su edición en chino, publicada en febrero del presente año.

El autor de la obra, el fallecido Howard Rusk Long, vino a Taiwan hace 47 años con una subvención del Gobierno de Estados Unidos para fungir como profesor visitante de la Escuela de Postgrado en Periodismo de la Universidad Nacional Chengchi. La misma se encuentra ubicada en Mucha, que era una villa del distrito de Taipei antes de convertirse en parte de la ciudad de Taipei. Long aprendió inicialmente a traducir el nombre de la villa como “Mushan”, y decidió seguir usando este nombre aunque la traducción oficial al inglés es “Mucha”.

Con la ayuda de un asistente taiwanés, él pasó ocho meses registrando fotográficamente la vida en la villa, que ante sus ojos era una “maravillosa amalgama de Oriente y Occidente, vieja China, nueva China, Japón, Europa y Norteamérica”. Ellos seleccionaron alrededor de 150 de las tres mil fotos tomadas entre 1957 y 1958, apenas doce años después de terminar los 50 años de la ocupación japonesa de la isla y a menos de una década después de que el Gobierno Nacionalista se retirará a Taiwan tras perder China continental a manos de los rebeldes comunistas.

Sin embargo, no fue sino hasta fines de los años ochenta que la gente de Mucha accidentalmente comenzó a conocer sobre la existencia del libro. “¿No es esa la madre de Chen Chin-tsi?”, preguntó la hermana de un compañero de clase de Chen Chin-tsi cuando vio el libro en una biblioteca de la universidad donde estudiaba en Nueva York. Otro descubrimiento al azar ocurrió en Turquía, cuando un viajero taiwanés vio la foto de su padre en el libro. Una tercera persona, Feng Chien-san, profesor de periodismo de la Universidad Chengchi, adquirió una copia en una librería de libros usados en el Reino Unido hace siete años gracias a la baja estatura de su pequeña hija. La niña observó los caracteres chinos de Mucha en la cubierta del libro, que se encontraba en el anaquel más bajo, donde pasaba fácilmente desapercibido ante las personas adultas.

La noticia acerca de la existencia del álbum fotográfico circuló por Mucha después que el suchodicho Chen Chin-tsi, ahora propietario de un restaurante en la Avenida Mucha, recibió el libro de su descubridora en la ciudad de Nueva York. Cuando los vecinos se dieron cuenta de ésto, hicieron filas en el restaurante de Chen para ver las fotos de sí mismos o de algunos conocidos.

Como tenía apenas dos años de edad cuando las fotos fueron tomadas, Chen no aparece en el libro. Sin embargo, al ver la foto de su madre y sus otros hermanos, se transporta directamente a su niñez, cuando vestía ropa hecha con sacos de harina y andaba descalzo durante los años de estudios en la escuela primaria.

Como parte de un proyecto para registrar la historia y cultura de Mucha, el Colegio Comunitario de Wenshan, Taipei, hizo todos los esfuerzos para contactarse con el dueño de los derechos del libro, localizó a las personas que aparecen en las fotos y registró sus historias. Finalmente, 44 años después que el libro apareció por primera vez en Estados Unidos, se publicó una versión en chino actualizada con fotos recientes de los sujetos originales.

Una de estas personas es Chang Chin-chu, una mujer conocida por sus vecinos más jóvenes como “Mamá Liu”. “Liu” es el apellido de su marido, y “mamá” es un título honorífico afectivo para una matrona de la comunidad. “Estoy agradecida por todo ésto”, dice ella con un tono nostálgico, casi sin poder hablar. Chang vio su foto por primera vez en 1988 y dice que no sabía que le habían tomado una fotografía. La foto la muestra sosteniendo un pollo al salir del mercado, con la sombra de un hombre que la sigue de cerca. La explicación que acompaña la foto dice: “Pollo vivo del mercado... a menos que ella sea una gran dama con sirvientas que la atiendan, una ama de casa debe ir todas las mañanas a comprar los alimentos para la mesa de la familia”.

De hecho, Chang tenía apenas 18 años cuando fue tomada la foto y no era todavía Mamá Liu, ni una ama de casa. Hubo un festival de templo ese día, y su madre le pidió que fuera a comprar el pollo. El hombre que se encuentra detrás de ella era el vendedor de pollos, que la acompañó a su casa para ser pagado por su madre, que tenía un puesto de venta de frutas.

“¡La forma cómo ella agarra el pollo muestra la energía de la vida!, exclama entusiasmada la directora de cine Ke Shu-ching. Impresionada por la imagen, Ke y su equipo de filmación pasaron un año siguiendo a Mamá Liu y revisitando el mercado donde se tomaron la mayor parte de las fotos, y finalmente realizaron un documental titulado Miradas del tiempo.

La foto de Chang es una de las primeras que se hayan tomado de ella. Una razón por la que el libro es tan precioso es lo raro que era encontrar cámaras fotográficas en ese entonces, que eran consideradas como algo lujoso. En aquéllos días, la gente solamente se tomaba fotos en los estudios, y Gao Bao-lian, otra mujer cuya joven imagen aparece en el libro, se acuerda que la mayoría de las personas no podía ni darse el lujo de tomar fotos de matrimonio. Cuando Gao posó para Long, ella estaba cargando con su hija, que tenía fiebre, y ella se apresuraba para ir al hospital cuando Long le pidió que sonriera para la cámara. Ahora, comprendemos por qué la sonrisa parece forzada.

“La vida entonces era difícil”, dice otra mujer que es conocida por sus vecinos más jóvenes como “Abuela Chang”, que aparece en una foto de Long mirando fijamente la balanza sostenida por un vendedor de verduras en el mercado. La fatiga de la vida que reflejan sus ojos puede ser fácilmente observada por todos. Con ochenta años de edad ahora, ella se acuerda que no habían calles pavimentadas, ni alumbrado eléctrico, ni agua potable en esa época.

Una de las fotos más populares es la de un niño montado sobre un búfalo de agua, sonriendo como si no se preocupara de nada en el mundo. El muchacho es el hijo de Gao, Chang Chia-feng, ahora de 62 años. “Tenía unos once años. El búfalo era de mi vecino. En vez, teníamos una vaca lechera. Había un arroyo lleno de peces y almejas. Mientras pastaba la vaca, me iba a pescar. ¡Muy delicioso!”, recuerda Chang.

La sonrisa del muchacho y las imágenes de niños jugando en el libro dan la sensación de que el tiempo no ha cambiado nada. Los niños son los mismos ángeles en cualquier marco de tiempo. Y tal vez no solamente son las sonrisas de los niños las mismas. Aunque Mucha pueda lucir hoy en día como un lugar completamente diferente, observando su vida comunitaria nos revela que la gente sigue haciendo muchas de las cosas casi de la misma forma como lo observó Long casi medio siglo atrás.

La edición ampliada de La gente de Mushan: vida en una villa taiwanesa trae de vuelta memorias no sólo para las personas en Mucha, sino para todos los taiwaneses e incluso a todos los pobladores de la villa global, jóvenes y viejos. Las historias que pintan sus imágenes atestiguan y redescubren la historia. El trabajo de amor que se ha colocado en esta publicación es sólo un inicio para el Colegio Comunitario de Wenshan, que tiene planes de seguir dramatizando la evolución de la sociedad taiwanesa mediante, entre otras cosas, cursos de películas documentales que sean abiertos para todos.

Traducido del Taiwan Journal por Luis M. Chong L.

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