07/05/2024

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Festival cultural brasileño en Taiwan

06/09/2003

n carnaval de samba en Taiwan? Difícil de creer, ¿verdad? Gracias al Carnaval Tropical Brasileño, que está realizando una gira por las principales ciudades de la isla, los residentes de Taichung, Kaohsiung, Taipei, Taoyuan, Tainan y Hsinchu pudieron participar de la emoción y el esplendor de un verdadero carnaval carioca, sin necesidad de tomar un avión.

El Carnaval Tropical Brasileño fue invitado por la Fundación Educativa y Cultural New Aspect. Esta compañía de baile brasileña cuenta con 50 bailarines. En sus actuaciones, mezclan samba con bailes africanos y danza moderna, para brindar a su público un espectáculo de baile que resalta por su colorido y su fuerza.

Su meta es llevar una muestra del pluralismo cultural artístico que compone el carnaval y compartir el valor de esta celebración tan significativa para el pueblo brasileño, que atrae a tantos turistas todos los años. Por ello, los cariocas desean que los taiwaneses puedan experimentar por sí mismos el evento más anticipado en todo Brasil.

Diez de los miembros de este grupo coreográfico saludaron calurosamente al público y posaron con gusto en sus festivos trajes típicos, durante una conferencia de prensa realizada el 24 del mes pasado, un día después de su arribo en Taipei. En dicha conferencia estuvieron presentes también Paulo Pereira Pinto, director del Centro Brasileño para el Comercio; y Hsu Po-yun, director de la fundación que auspicia este evento. Pereira Pinto explicó a los asistentes el significado y propósito de los trajes y las danzas que componen el carnaval.

La gira se inició el 30 de agosto en el Gimnasio de Taichung. Los habitantes de dicha ciudad fueron sorprendidos cuando la compañía de baile tomó las principales calles y las inundó con la alegre música de la samba. Los miembros de la compañía de baile llamaron principalmente la atención por sus coloridos y exóticos trajes, que evocan la playa cercana a Bahía, ciudad que dio origen a la práctica del carnaval, y los plumajes ornamentales, eco de la rica fauna de Brasil.

Los brasileños consideran que los cuatro días que dura el carnaval son la época más feliz de todo el año, que logra unir a los diferentes segmentos de la sociedad en estas fiestas populares y hace olvidar por un momento las penas. Toda la población se involucra de una forma u otra en la celebración, que también es una competencia.

Cada vecindario cuenta con su escuela de samba, que se encarga de enseñar a los estudiantes cómo bailar samba y cómo diseñar los trajes que destaquen más durante el carnaval.

Las escuelas de samba luchan entre sí por crear los trajes más originales y los bailes más creativos. Dicha labor puede tomar todo un año para una actividad de tan sólo cuatro días, pero la gloria que alcanzan, aunque sea hasta el carnaval siguiente, es suficiente recompensa.

En Brasil se acostumbra dar inicio al carnaval el sábado antes de Cuaresma y concluye el martes siguiente. Usualmente, esta celebración tiene lugar a finales de febrero o mediados de marzo, época de verano, apropiada para las fiestas populares.

Cuando el carnaval comenzó en 1853, se dividía en dos clases: el carnaval de salón y el carnaval de calle. En el carnaval de salón, celebrado al estilo europeo, con máscaras y disfraces, participaban blancos y mulatos de clase media. El carnaval de calle contaba con los negros y los mulatos pobres, y se originó por su parte de la costumbre portuguesa del entrudo o lucha con agua.

Actualmente, la celebración, que reúne a más de 40 mil personas desfilando en carrozas por la calle, rompe con muchas barreras sociales y abarca los grupos más diversos. En Taiwan, se pudieron apreciar presentaciones tanto en la calle como en sitios culturales especializados, como el Monumento Conmemorativo a Sun Yat-sen en Taipei o la Sala de Espectáculos del Centro Artístico de la Ciudad de Tainan.

Taiwan tiene muchas razones para celebrar en este momento, especialmente, por la recuperación tras los estragos sufridos durante la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo, que obligó a las personas a limitar sus actividades. El carnaval, con su mensaje de alegría y libertad para disfrutar de la vida, llegó para contagiar de entusiasmo y elevar los ánimos de los taiwaneses.

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