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La Basílica de Wanchin: un tributo a la fe

16/08/2003
La placa de piedra denotando protección imperial se encuentra incrustada en la fachada de la basílica, una de las iglesias de mayor importancia histórica en Taiwan.

De acuerdo con la edición de 2002 del World Factbook de la CIA, la religión dominante en Taiwan --por un sorprendente 93 por ciento-- es una mezcla de budismo, confucianismo y taoísmo. Por lo tanto, muchos de los visitantes que llegan a la villa de Wanchin, en el distrito de Pingtung se sorprenden al conocer que cerca del 80 por ciento de los residentes son católicos. Muchas familias católicas en la isla remontan sus raíces a Wanchin, hogar de la iglesia católica más vieja de Taiwan y una de las más impresionantes: la Basílica de la Inmaculada Concepción de Wanchin. Construida en 1863, la iglesia tiene una historia fascinante que está inextricablemente relacionada con la historia de la evangelización en Taiwan.

El cristianismo fue introducido en la isla por los holandeses en 1624, y dos años después, los primeros misioneros católicos comenzaron sus labores en el norte de Taiwan. Dirigidos por el padre Martínez y bajo la protección de las tropas españolas en las áreas de Keelung y Tamsui, los misioneros propagaron el catolicismo romano a los aborígenes en las regiones que controló España por 16 años. Durante este tiempo, ellos ganaron alrededor de cuatro mil conversos. En 1642, las fuerzas holandesas marcharon al norte y expulsaron a los españoles de Taiwan, dejando en suspenso la actividad católica en Formosa.

No fue sino dos siglos después que la fe católica retornó a la isla. Al firmarse el Tratado de Tianjin en 1858, y posteriormente el Convenio de Pekín en 1860, el gobierno de la Dinastía Ching permitió que el clero extranjero realizara obras misioneras en el interior de China. El Vaticano llamó inmediatamente a la Provincia del Santo Rosario para que llevase a cabo la tarea de restaurar las misiones dominicas en Formosa, y en 1859, el padre dominico español Fernando Sainz y el padre Angel Bofurull fueron enviados a Taiwan.

Viajando desde las Filipinas via Amoy, los dos religiosos arribaron a Kaohsiung e inmediatamente comenzaron los preparativos para la tarea de salvar las almas. A pesar de algunas interesantes aventuras y la oposición de los mandarines que controlaban la isla, los sacerdotes predicaron en Kaohsiung, Tainan y Pingtung, y lograron construir la Iglesia del Santo Rosario, la primera iglesia católica romana en Kaohsiung, cerca de las orillas del Río del Amor.

Pronto, Sainz decidió ir a Wanchin, un poblado del que comentaban muchos de sus conversos, para predicar el Evangelio en regiones silvestres. Evidentemente, él sintió en ellos un profundo potencial de religiosidad, y no estuvo equivocado. En 1861, Sainz llegó a la remota comunidad en las faldas de las montañas a 60 kilómetros de Kaohsiung, y en mayo de 1863, construyó una sencilla iglesia de barro que finalmente se convirtió en la Basílica de la Inmaculada Concepción de Wanchin.

Una de las razones del por qué Sainz tuvo tanto éxito en convertir a la gente de Wanchin al catolicismo fue su fluidez en el dialecto local. Otra fue la ubicación estratégica de la comunidad rural, exactamente entre un asentamiento hakka y el territorio de los aborígenes Paiwan, quienes entonces eran unos feroces cazadores de cabeza. Esta precaria existencia despertó en la gente de Wanchin un deseo por encontrar el refugio sagrado de un Dios protector que cuidara de ellos como lo hace un padre con sus hijos.

Desafortunadamente, este éxito en la evangelización enfureció a los vecinos hakkas y los cristianos sufrieron el acoso y la violencia de los primeros. Las fuerzas de la naturaleza también eran otras dificultades, y la iglesia fue destruida por un terremoto en 1865. Sainz y los locales decidieron construir una iglesia más fuerte y lo suficientemente grande para acomodar al creciente número de creyentes.

En octubre de 1869, el padre Francisco Herce, que vivía en Kaohsiung, compró unos terrenos para agrandar las propiedades de la misión y envió al catequista Liu Ah-chang para que supervisara la construcción. Para poder ser usado como un refugio en tiempos de algún desastre natural o ataque enemigo, se decidió que la iglesia sería construida al estilo de un fuerte español. Con 45 pies de ancho, 116 de longitud y 25 de altura y muros de cinco pies de grosor, este nuevo edificio tuvo un porte impresionante cuando fue terminado en 1870 y fue dedicado a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

Posteriormente se construyeron las viviendas para los misioneros y estudiantes, y en 1872, Herce compró más tierras para que los misioneros y parroquianos las trabajasen con el propósito de ganarse su sustento diario. Este propiedad se convirtió en el núcleo de la villa de Wanchin. El edificio de la iglesia sigue de pie en el día de hoy como uno de los monumentos arquitectónicos e históricos más extraordinarios del distrito de Pingtung.

Las paredes de color blanco del edificio y los campos que lo rodean inspiran tranquilidad. Con frecuencia, los visitantes comentan acerca de una placa de piedra con caracteres chinos en la fachada de la iglesia, o de la copia enmarcada que se exhibe dentro del templo. Un juego de ideogramas identifica el edificio como una iglesia católica, mientras que en otro se lee: “por orden imperial”, lo cual implica que el edificio y quienes residen allí eran beneficiarios de la protección por parte de funcionarios de la Dinastía Ching.

La placa de piedra fue el resultado de una visita por Sheng Pao-chen en 1874. Durante una gira de oficio en el sur de Taiwan para inspeccionar las construcciones y explorar la región montañosa, el funcionario de la Corte Ching tuvo la oportunidad de pasar por Wanchin, donde se encontró con Herce y su congregación. Sheng quedó impresionado por la vida tranquila y apacible que habían desarrollado los aldeanos, gracias al ministerio espiritual de los misioneros. También quedó sorprendido acerca de cómo este extranjero era un experto en las costumbres y el dialecto locales, e incluso vestía con indumentaria china.

Cuando Sheng supo acerca del constante asedio por parte de los vecinos hakkas, él envió una carta a la corte Ching pidiendo personalmente que la iglesia y la comunidad en sus alrededores fuesen protegidos por el Imperio. A pesar del prevaleciente sentimiento anticristiano que culminó con la Masacre de Tianjin en 1870 --o tal vez debido a la misma-- el Emperador aprobó la petición de Sheng. El decretó que la iglesia y la gente de Wanchin recibirían protección imperial y envió la placa de piedra para anunciar la decisión a los transeúntes. La placa fue colocada el 12 de enero de 1875, y desde ese entonces, incluso los soldados imperiales que pasaban cerca tenían que desmontarse en señal de respeto.

Pero, a pesar de la protección imperial, las escaramuzas entre los hakkas y los asentamientos católicos continuaron durante muchos años. El más brutal de tales enfrentamientos ocurrió el 17 de agosto de 1895. Los cristianos se encontraban violentamente sitiados, perdiendo terreno y quedándose rápidamente sin alimentos. Desesperados y listos para ser masacrados por los hakkas, los pobladores fueron salvados por la llegada a tiempo del ejército japonés, que rápidamente dispersó al enemigo. Unos meses antes en ese mismo año, Taiwan fue cedida a los japoneses bajo el Tratado de Shimonoseki. Bajo el nuevo gobierno colonial, terminaron los conflictos entre hakkas y cristianos.

La misión siguió creciendo lenta pero sostenidamente durante el mandato japonés, pero en 1942, las tropas entraron y usaron la iglesia fortificada como una comandancia militar, excavando barricadas y trincheras, así como colocando depósitos de municiones en el suelo. Naturalmente, ésto la convirtió en el blanco principal de las bombas aliadas, y cuando finalizó la II Guerra Mundial, Wanchin quedó fuertemente bombardeada. Milagrosamente, la iglesia seguía en pie.

Cuando terminó la Guerra del Pacífico, Taiwan fue retornada a la República de China, y el catolicismo volvió a florecer en la isla. Cuando los nacionalistas trasladaron el Gobierno Central a Taipei en 1949, muchos miembros del clero y creyentes católicos huyeron a la isla, temiendo la muerte en manos de los comunistas. En el período de 1953 a 1963, el número de católicos aumentó de 27 mil a 300 mil creyentes. La cifra ha permanecido relativamente estable desde entonces.

Los misioneros hicieron un trabajo de restauración en la iglesia durante los años cincuenta y sesenta. El viejo edificio necesitaba reparaciones y por otro lado, la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II promulgó un nuevo juego de directrices. En los años ochenta, se hizo otra restauración que trajo de vuelta las líneas arquitectónicas sencillas de la iglesia.

El 4 de diciembre de 1984, el Papa Juan Pablo II confirió a la Iglesia de Wanchin el título de basílica. Fue la primera vez que una iglesia en Taiwan recibía este singular privilegio. El Ministerio del Interior de la República de China declaró la iglesia un monumento nacional, formalizando su legado cultural en el distrito de Pingtung.

La Iglesia de Wanchin fue designada templo de peregrinaje por el fallecido Obispo de Kaohsiung, Cheng Tien-hsiang, y la Conferencia Nacional de Obispos. Los peregrinajes se realizan normalmente en mayo y octubre, con el mayor de ellos en el domingo más cercano a la Fiesta de la Inmaculada Concepción, que cae el 8 de diciembre. Los católicos de toda la isla se convergen en la basílica para rendir homenaje a la Virgen María, celebrando la festividad con los católicos de la villa.

La Residencia Dominica de la Inmaculada Concepción fue construida en los predios de la iglesia en 1991, seguida por un centro de actividades en 1994. Ambas construcciones adoptan el estilo arquitectónico colonial español. Recientemente se han construido en los predios una nueva cancha de baloncesto, un altar externo y un jardín chino con una gruta en el centro para realizar una serie de actividades, tales como celebraciones al aire libre en la fiesta de la Inmaculada Concepción, cuando llegan más de diez mil peregrinos.

En el día de hoy, la Iglesia de Wanchin no sólo es un vivo monumento de la fe católica en Taiwan, sino que también nos recuerda la rica herencia cultural e histórica de la parte sur de la isla. Como ocurre con muchos pequeños poblados en Taiwan, un alto porcentaje de los jóvenes de Wanchin emigran a las grandes ciudades y centros industriales buscando trabajos y oportunidades. Sin embargo, ellos siempre consideran Wanchin como su hogar, y la iglesia como una parte importante de sus vidas.

Traducido del Taiwan Journal por Luis M. Chong L.

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