05/05/2024

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Portaviandas ofrecen sabores de antaño

26/03/2003
Las comidas en portaviandas de Ferrocarriles de Taiwan participaron en la 38ª Exhibición de Comida en Cajetas de Cartón del Ferrocarril en Japón. Las chuletas de cerdo fritas, huevos hervidos y verduras salteadas, a pesar de su sencillez actual, eran considerados un lujo hace algunas décadas. (Fotos cortesía de TRA)

Recientemente, las llamas de la nostalgia han sido atizadas alrededor del mundo. La gente no sólo acude a ver los desfiles de moda retrospectiva que realizan famosos diseñadores, sino que también las novedades nostálgicas han inundado el mercado a un paso tan rápido que es virtualmente imposible estar al día con ellas. La gente camina rumbo al pasado, buscando todo lo que parezca, suene o tenga sabor a viejo.

Las llamas de la nostalgia también están ardiendo por todo Taiwan. Lo que era popular durante los años cincuenta y sesenta, ha vuelto a resonar muy bien con las otras generaciones más jóvenes.

Apreciando la actual prosperidad de Taiwan a pesar de los tiempos difíciles en que está pasando la economía, los residentes de la isla podrían haber pensado en una ocasión que es absurdo que la gente concurra a comprar reproducciones de cualquier cosa de esos primeros días cuando Taiwan era desesperadamente pobre.

Mientras los científicos sociales y eruditos en temas culturales ponderan y analizan la afición por los artículos antiguos que ahora prevalece en Taiwan, el ciudadano común de la calle se contenta con participar de esta afición de una forma mucho más personal: consumir una de las comidas en portaviandas antiguo al estilo de los años sesenta que vende Ferrocarriles de Taiwan.

Probar uno de los almuerzos en portaviandas de Ferrocarriles de Taiwan es suficiente para salir de todas las dudas acerca de por qué la búsqueda de recuerdos del ayer es algo que merece la atención. Con el conjuro de su forma original, los portaviandas evocan gratas memorias de las sabrosas comidas de un viaje por tren durante la niñez en aquellas personas con suficiente edad para recordar, ganando delirantes reseñas de la generación más joven.

Estimulando las papilas gustativas aturdidas por los sabores blandos de la moderna comida rápida y los platos para hornos microondas, los nostálgicos portaviandas de Ferrocarriles de Taiwan han causado furor en el pueblo de Taiwan, así como en los visitantes extranjeros, especialmente aquéllos que vienen de Japón.

“Cuando pusimos a la venta las comidas en cajetas de cartón para conmemorar el Festival del Ferrocarril 2000, nunca esperamos que levantarán un tal torbellino, dando lugar a una gran demanda. Mil cajetas fueron vendidas en menos de media hora”, comenta Chen Ching-piao, gerente general del Departamento de Servicio de Comidas de la Administración de Ferrocarriles de Taiwan (TRA, siglas en inglés).

En 1949, se vendían portaviandas a 0,58 dólares estadounidenses en los trenes. Chuletas de cerdo fritas, huevos hervidos y verduras salteadas eran empacadas en contenedores de madera. “Aunque los platos parecen sencillos en comparación con los estándares de hoy, éstos eran algo lujoso para las personas que estuvieron sujetas a guerras, hambruna y una vida de subsistencia”, dice Chen, quien ha trabajado en la TRA por casi 40 años. “La comida en cajeta fue recibida con entusiasmo por los turistas y viajeros diarios durante el apogeo en los setenta, cuando 17 mil de ellos se vendían diariamente”.

Preparados con devoción por los cocineros en la cocina central de la administración ferroviaria, que reproducen fielmente los sabores y texturas exactos de las originales chuletas de cerdo y la sazón de camarones secos, esas comidas en portaviandas usan los mismos ingredientes, recetas y empaques que hicieron que fuesen las favoritas entre los viajeros del tren hace muchas décadas. “Las chuletas de cerdo se han convertido en una especialidad de la casa y caracteriza el sabor al estilo viejo de las comidas en cajetas de cartón que se vendían en el tren”.

Si bien difícilmente podrían calificar como cocina gourmet, la elaborada preparación de las chuletas de cerdo depende con certeza de sus humildes orígenes. Las chuletas --cortadas en delgadas capas para que los condimentos usados penetren completamente en todo el corte-- son marinadas primero en una mezcla de salsa de soya, licor de arroz, pimienta, ajo y vinagre.

Después son fritas hasta quedar delicadamente crujientes antes de ser pacientemente hervidas a fuego lento en un caldo bien sazonado. El resultado es que la insignificante chuleta es elevada a una magnificencia culinaria que combina la buena y deliciosa cocina casera con un sabor sutil y sofisticado.

A las deliciosas comidas en portaviandas del tren se le añade algunos acompañamientos igualmente de antaño que surgen de la cocina típica. Los mismos incluyen verduras preparadas en la tradicional forma taiwanesa: hervidas y rociadas con una salsa aromática de ajo; así como crujientes pedacitos de rábano encurtido y un huevo cocido.

Sin embargo, para muchos fanáticos de lo nostálgico el envase de cartón es más importante que la comida gracias a su valor entre los coleccionistas. De hecho, el envase ha pasado por varios cambios.

“Aunque el portaviandas de acero inoxidable con la marca de la TRA era único, adoptamos la versión en papel en 1978 para satisfacer los requerimientos de higiene y recortar los costos laborales”, explica Chen. “En estos momentos, los clientes ya no pueden comprar el viejo estilo del envase de cartón. Eso puede que haya contribuido a la manía de compra en la actualidad”, añade.

El nostálgico portaviandas ferroviario no sólo ha conquistado los corazones de la multitud en el país, sino que ha provocado una tormenta en Japón. Para la complacencia de Chen, las comidas en portaviandas de Ferrocarriles de Taiwan participaron en la 38ª Exhibición de Comida en Cajetas de Cartón del Ferrocarril de Japón, que se realizó el 9 de enero pasado en la Tienda por Departamentos Keii Ou. “Esta es la primera vez que Taiwan participa en un evento de esta naturaleza” nos informa el gerente general.

El portaviandas ferroviario de la isla fue un éxito publicitario en Japón debido a que multitudes de aficionados a la comida en cajeta acudieron a la sala de exhibición con la esperanza de llevar a casa los productos hechos en Taiwan. “Preparamos 7.700 portaviandas, pero todas fueron vendidas en menos de dos días”, dice satisfecho Chen.

Sin embargo, él admite que la comida en los portaviandas de los trenes de Taiwan es más sencilla que aquélla de Japón. Ese país, con manía por la comida en portaviandas, prefiere los mariscos. Esto es natural cuando los trenes pasan por puertos pesqueros, mientras que la comida de montaña es más común en las regiones montañosas. “No podemos preparar platos únicos como en Japón debido a que Taiwan es más pequeña en tamaño”, comenta Chen.

La comida en portaviandas no sólo mitiga el hambre de los turistas, sino que también juega un papel en los planes del Gabinete para duplicar el número de viajeros que llegan a Taiwan.

Según el Buró de Turismo, los turistas japoneses ocupan el 37 por ciento de los viajeros que llegan a la isla. Para aumentar el número de turistas, la TRA comenzó a colocar en el mercado a partir de este mes los nostálgicos portaviandas como recuerdos de viaje.

El portaviandas de cartón no sólo está promoviendo el turismo, sino también una oportunidad de ganancias a las cadenas locales de tiendas de ultramarinos. La nostalgia entre las personas de mediana edad ha hecho que los expertos en mercadotecnia tomen nota de la enorme oportunidad comercial. Ellos están ahora colocando serie tras serie de productos que eran populares cuando este grupo era joven.

Por ejemplo, la cadena de tiendas de ultramarinos 7-Eleven ha colocado en sus anaqueles los “portaviandas Alishan”, hechos en Alishan o Monte Ali por cocineros del lugar usando ingredientes de la localidad.

Las cadenas han obtenido un triunfo en la competencia de comida en portaviandas y también han convertido los restaurantes de comida en portaviandas de Alishan en una nueva atracción turística. Esto ha mantenido ocupado a los viejos cocineros.

Una vez que se inicia el uso de una comida en portaviandas de Ferrocarriles de Taiwan, es raro que termine en cualquier cosa más que un hueso cuidadosamente limpio. Esto constituye un monumento para el alegre consumo de un plato que combina los sabores de antaño con la nostalgia moderna.

Traducido del Taiwan Journal por Luis M. Chong L.

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