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El café se infiltra en la cultura de Taiwan

26/09/2002
Mark Kuo, prepara un café al estilo japonés usando el método del geteo. El café japonés renuncia a la mezcla de granos, favoreciendo ofrecer el sabor inalterado de una variedad en particular. (Fotos de Chen Mei-ling)
Después del agua, el café es la bebida más popular en el mundo. Durante siglos, ha sido una parte esencial de la vida diaria en Europa y las Américas. Históricamente, desde que fue inaugurada la primera en 1529 en Viena, las cafeterías han sido importantes centros de actividad social e intelectual en muchas culturas, incluso hoy día. El lugar que ocupa el café en las culturas de Occidente es paralelo al que ha tenido tradicionalmente el té en Asia. Durante siglos, el té ha sido parte inextricable de la cultura china, aunque el reciente predominio de las cadenas de cafeterías y un estilo de vida que se occidentaliza cada vez más podrían cambiarlo todo.

El café ha estado ampliamente disponible en Taiwan durante cerca de un siglo, aunque en una escala mucho menor que en el día de hoy. El origen de esa bebida en la isla puede remontarse al período colonial japonés (1895-1945). Los japoneses primeramente introdujeron las semillas de café a Taiwan debido a que consideraban que las condiciones del clima y suelo eran aptos para su cultivo.

La industria sufrió un rápido declive después de la II Guerra Mundial debido a la falta del interés en la bebida tras la retirada de los japoneses. Alrededor de 1950, el café instantáneo se popularizó como consecuencia de la presencia de tropas estadounidenses en Taiwan. En los años sesenta, las cafeterías se convirtieron en un sitio de última moda entre los intelectuales y la élite literaria a medida que los pensadores de la isla siguieron los pasos cafeínizados de la comunidad académica occidental. El Café Star de Taipei fue testigo de numerosas discusiones animadas acerca de la forma literaria cuando era frecuentado por los escritores de la nación.

Esta tendencia continuó hasta los ochenta, cuando las cafeterías fueron introducidas en librerías y jardines. Pero, no fue sino hasta en los años noventa que el café dejó de ser una bebida de artistas y ganó una más amplia popularidad como bebida de las masas populares. Esto se debe en gran parte al creciente número de cadenas de cafetería que comenzaron a ofrecer la bebida como una asequible alternativa al té.

El café se infiltra en la cultura de Taiwan

En los últimos años, las cafeterías han creado un nicho propio en la cultura de Taipei, convirtiéndose en sitios de ocio para personas de todas las edades.

Para los gustos occidentales, el café japonés es demasiado aguado. La tradición renuncia a la mezcla de granos, favoreciendo ofrecer el sabor inalterado de una variedad en particular. La cocción se logra en una de dos formas: mediante el método del goteo o usando una marmita al vacío –denominada algunas veces la cafetera de sifón. El método del goteo es muy sencillo, rápido y fácil de limpiar, lo cual explica probablemente por qué es actualmente la forma más común de cocer el café.

Inventada a inicios del siglo XIX en Europa, la marmita al vacío usa los cambios de temperatura en el agua y el resultante vapor de agua para cocer y filtrar el café en un proceso que es auxiliado por la formación del vacío en el recipiente donde se cuece –de allí proviene su nombre. Toma más tiempo y es más difícil de limpiar que la cafetera por goteo, pero se reconoce generalmente que el sabor es superior. Además, con la apariencia de un experimento científico, observar el proceso de cocción puede ser divertido.

Según Jason Wang, de Shika Foods International Co., se ha descubierto que el café japonés tiene dificultades para competir con las mezclas occidentales en el mercado de Taiwan. Wang ha estado en el negocio del café durante casi 20 años y considera que los consumidores desean ahora eficiencia y calidad. Aunque hay algunos bebedores de café adultos que siguen prefiriendo el estilo japonés, las cafeterías que lo ofrece, tales como Old Tree Café de Taipei y la cadena Kohikan, están enfrentándose a una fuerte competencia. En la última década, se ha producido una explosión de proveedores de café en la forma de franquicias estadounidenses en la isla, junto con las cadenas locales que tratan de emularlas.

En los últimos cinco años, los locales de Starbucks se han vuelto tan comunes en las calles de Taipei como los McDonalds y las tiendas de ultramarinos 7-Eleven. Algunos sociologos consideran que, al igual que McDonalds en el pasado, Starbucks y las otras cadenas que usan el mismo modelo de negocios son una señal de los cambiantes patrones y estilo de vida en el Taiwan urbanizado. De hecho, Starbucks, con sede en Seattle, Estados Unidos, vende tanto café como un estilo vida.

"Ellos desean promover esta idea de la cafetería donde la gente se congrega en un tipo de sala sustituta", explica Peter Gurney, de Kinesis, una empresa estadounidense de consultoría de estudios sobre relaciones con el cliente.

El café se infiltra en la cultura de Taiwan

La mayoría de las cafeterías taiwanesas ofrecen al cliente una amplia variedad de bebidas, pasteles y dulces, junto con ofertas especiales durante el almuerzo y la cena, así como té de la tarde, como parte esencial de la estrategia para sobrevivir en una industria altamente competitiva.

 

Esta idea resulta especialmente atractiva para los jóvenes del país. Ellos no sólo encuentran el café occidental más apetitoso que el japonés, sino que también aspiran al estilo de vida estadounidense que se suele presentar en películas, programas de televisión y música que llegan a las costas de Taiwan. Al vender el café como un acompañamiento necesario para tal estilo de vida, las cadenas de cafeterías han logrado en unos pocos años hacer que beber café sea un fenómeno masivo y ha revolucionado las industrias de bebidas y servicios en la isla.

Además del rey indiscutido de la cultura del café, Starbucks, también existen otras cadenas tales como Barista, Dante, IS, Doutor y una serie de franquicias que están apareciendo por toda la isla; cada una con una línea de productos, decoración y música virtualmente idénticos. Incluso la apariencia redonda y con dos tonos del logotipo de Starbucks ha sido reproducida por muchas cafeterías, aunque suficientemente modificada para evitar las demandas legales.

Cuando comenzaron a desarrollar un mercado, la estrategia de algunas cadenas fue inicialmente ofrecer a los clientes buen café a precios bajos. El precio promedio era de NT$35 o aproximadamente 1,09 dólares estadounidenses. El eslogán de mercadeo de una cadena fue: "¡Pague solamente NT$35 por una buena taza de café!". Ellas también ofrecen comidas sencillas, tales como emparedados para desayuno y pasteles, para atraer a los clientes. Una vez que prevaleció la tendencia, los precios comenzaron a subir. Hoy, una taza de café cuesta por lo menos 2,50 dólares en algunas cadenas.

Dante y Doutor compartían esencialmente una clientela básica con Barista, y fijaron los cimientos para la entrada de Starbucks hace cinco años. Este posterior evento sirvió como catalizador para desatar una revolución en la cultura pop de Taiwan. Según Wang, fue Starbucks que popularizó finalmente el café en Taiwan. El acredita a los medios de comunicación de la isla por ayudar a Starbucks a establecerse en Taiwan al promover el café como una nueva tendencia que está ganando aceptación a nivel nacional.

El tiempo que escogió Starbucks para entrar al mercado de Taiwan no pudo ser mejor desde el punto de vista de la mercadotecnia. Fue un momento en que las actitudes y estilos de vida del pueblo en la isla estaban transformándose. Los medios de comunicación y la sociedad en general, recién comenzaban a poner más atención a las actividades recreativas y de ocio. Aunque tomar café podría no ser considerado a primera vista como la solución ideal para una vida demasiada agitada y agotadora, especialmente tomando en consideración su contenido de cafeína; sin embargo, las cafeterías trajeron su estrategia de mercado norteamericana a Taiwan y se presentaron como un sitio confortable y conveniente para sentarse, disfrutar de una bebida, un pastel italiano, algo de música suave y conversar con viejos amigos.

Resulta difícil predecir el futuro del café en Taiwan, y hay una variedad de opiniones al respecto. Algunos creen que el café seguirá el camino de vino rojo, el cognac y las tartas de huevo portuguesas, destinado al basurero de las novedades que han quedado en el desuso en Taiwan. Otros sostienen que la bebida no es algo espontáneo y que ya ha superado a esas otras novedades. La mayoría espera que siga el ejemplo de los McDonalds y, al igual que la comida rápida, fije su nicho y se convierta en una pequeña parte de la cultura taiwanesa.

Traducido del Taipei Journal por Luis M. Chong L.

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