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El nuevo año lunar chino que se iniciará el 7 de febrero corresponde al signo del buey y es el decimocuarto año dentro del 78º ciclo mayor del zodíaco chino. Esta forma singular de contar los años se le atribuye al legendario Emperador Amarillo o Huang Ti, quien fijó el primer año del primer ciclo en el año 2697 a.C. Como lo indica su nombre, el calendario lunar se basa en los ciclos de la luna y se le conoce en chino como yin-li (calendario lunar) o nung-li (calendario agrícola). Se le suele atribuir este último nombre debido a que el calendario lunar sirve para regular las fiestas populares y las faenas del campo.

Cada ciclo mayor del zodíaco chino consta de 60 años, subdivididos en cinco ciclos menores de 12 años. Cada uno de estos 12 años le corresponde un animal específico. 1997 es el año del buey.

Según los budistas, el buey fue enviado a la humanidad por la Diosa de la Misericordia, Kuanyin. Por su fuerza y naturaleza pacífica, aparte de ser una bestia de tiro en la sociedad rural de China, el buey ha sido considerado animal noble y dócil. Los chinos creyentes del budismo se abstienen de comer carne de res. También es considerado un símbolo de amor paternal debido a la dulzura con que la vaca lame a su ternero.

En chino, el carácter niu se aplica indistintamente a todos los ejemplares bovinos, indistintamente del sexo, edad o condiciones específicas que tengan. Así, para los chinos, vaca, toro, novillo, buey, ternero y semental se denominan todos con un solo vocablo, niu. La única diferencia que se hace es anteponerle una función al término para denotar una condición específica. Así, un toro sería un niu macho, o mejor dicho un macho niu. Por ende, decir año del buey sería la forma más apropiada de describir el significado original del festival. Bien podríamos llamarlo año de la vaca o año del toro, pero tal vez no describe tan completamente el carácter que impregna este signo en todos los nacidos bajo él.

Dependiendo de la región en China, el buey también puede tener una diferente designación. En el sur de China, el carabao o búfalo de agua es el buey convencional dentro del folklore local. Sin embargo, en el norte de China, el ganado común constituye la representación propia del buey.

La leyenda que explica por qué el buey es el segundo animal del zodíaco chino revela también la personalidad del animal. Ya en su lecho de muerte, Buda llamó a todos los animales de la tierra para impartirles una bendición. A los doce primeros, los colocaría en un sitio de honor adjudicándoles un año del ciclo zodiacal.

Al escuchar el llamado de Buda, el buey se preparó desde temprano para llegar donde el Iluminado. No iba tan temprano por el deseo del honor, sino para llegar a tiempo y no hacer esperar a los demás. Obviamente, llegó de primero al lecho de Buda. Sin embargo, para sorpresa de todos, de entre sus cuernos saltó la rata, que vino oculta en la cornamenta durante todo el trayecto.

Así, la rata se convirtió en el primer animal del zodíaco chino. El buey, con su carácter apacible y pacífico, no se enfadó con la artimaña de la rata y aceptó sin reclamos su puesto secundario.

Desde la Dinastía Chou (1121-771 a.C.), los chinos han designado los años según un ciclo formado por sesenta combinaciones binarias de los 10 Troncos Celestiales con las 12 Ramas Terrestres. 1997 corresponde a la combinación ting-chou. Chou, la rama terrestre a la que pertenece el Buey, denota una conexión o unión, y por ende, está asociado con todo lo que sea secuencia, serie y/o combinación. Por extensión, también se relaciona con la fuerza y la estabilidad.

Esta particularidad astral impregna una personalidad con fuerzas profundas en la parte oscura del alma, dominada por la característica fundamental yin, a quienes nazcan bajo este signo. Por esta razón, son seres fieles y poderosos, bastante inflexibles y hasta testarudos.

Las personas nacidas bajo el signo del buey tienden a ser obstinadas, de carácter fuerte, persistentes y trabajadoras. Son mucho más inteligentes de lo que aparentan, aunque su inteligencia no es siempre aquella de ver los dos lados de una cosa. Son personas buenas para planificar, son excelentes en las tácticas de defensa y siempre se mantienen alertas. Si bien son cuidadosos y tratan de evitar una acción prematura sin antes medir las consecuencias; sin embargo, una vez que se deciden a hacer algo, proceden sin temor y pasando por encima de todos los obstáculos que puedan surgir en el camino.

Quienes nacen bajo este signo tienen dos claves poderosas para resolver todas las dificultades: paciencia y trabajo arduo. Por lo general, son personas profundamente pegadas a su hogar y su familia, y se muestran especialmente afectuosas con sus hijos.

Entre las personalidades políticas más famosas nacidas bajo el signo del buey tenemos: Napoleón Bonaparte, Adolfo Hitler, Pandit Nehru, el Duque de Wellington, Margaret Thatcher, el Emperador Hirohito, Richard Nixon, Gerald Ford y Willy Brandt. También han nacido bajo este signo muchas personas con gran talento artístico, tales como Walt Disney, Charlie Chaplin, Vincent Van Gogh, Peter Sellers, Robert Redford, Johann S. Bach, Jane Fonda, Richard Burton y Paul Newman.

Para quienes hayan nacido en el año del buey, es menester que aprendan a reconocer el valor de las ideas contradictorias y den suficiente espacio a sus subordinados para que desarrollen al máximo su capacidad imaginativa.

Siendo el segundo animal del zodíaco chino, el signo del buey le permite a los nacidos bajo éste una capacidad innata para llegar a las posiciones de liderazgo más importantes. Sin embargo, existe una condición: ellos deben mantener la paz y armonía entre los elementos que les rodean.

En el campo sentimental, los nacidos bajo el signo del buey son tradicionalistas por excelencia. Consecuentemente, tienden a tener prolongados cortejeos ya que les toma tiempo desarrollar una relación íntima. Suelen ser lentos para revelar sus verdaderos sentimientos. El varón correspondiente a este signo es un caballero de orden distinguida y del más alto calibre, aunque puede quedar titubeando frente a la doncella que él ama.

La joven que se casa con un caballero buey tiene la seguridad de poder confiar plenamente en él y nunca se sentirá decepcionada por él. El es una persona fiel a todos sus compromisos, alguien que tal vez no pueda regalarle diamantes y vestidos lujosos a su amada, pero que si se esmera por que ella tenga una vida confortable.

La dama nacida bajo dicho signo es una perfeccionista. Quien se case con ella nunca tendrá que preocuparse por tener ropas limpias, comidas bien preparadas o una casa bien ordenada. Tampoco tendrá que preocuparse por el balance de cuentas en la familia, ya que ella tiene una inclinación natural para balancear bien los ingresos y gastos de la casa.

El buey es una persona que suele presentar sus cosas envueltas en papel común, con poca apariencia externa. Sin embargo, con frecuencia lo que viene dentro de la envoltura vulgar es una sorpresa maravillosa. A diferencia de otras personas que suelen adornar todo, el buey es esa persona que no le preocupa mucho la apariencia, sino su contenido.

En términos generales, este año es uno donde conviene consolidar las acciones y esperar. No es buen año para iniciar nuevos proyectos, pero en cambio es un momento excelente para quienes decidan trabajar arduamente. El año del buey será un momento de estabilidad y comodidad que surge de las ideas y acciones previas de otros años. También será un año donde se harán buenos razonamientos.

En el plano amoroso, el año del buey es tradicionalmente un buen año para contraer matrimonio. No olvidemos que es una época para consolidar y el matrimonio consolida un compromiso.

En términos globales, el mundo sentirá el peso del yugo de la responsabilidad por muchas fallas del pasado. Para los países, éste es un año bueno para poner en orden los asuntos internos. Habrá mucha indiferencia entre los países frente a los esfuerzos políticos y diplomáticos que se traten de llevar a cabo. Lo más prudente sería aferrarse a la rutina y apoyar políticas de tipo conservadoras.

En el campo económico y financiero, el año será bastante decepcionante. Los nuevos proyectos de desarrollo no tendrán la debida aceptación y en sentido general, habrá mucho recelo en torno a medidas de cambio en la política económica. Debido a las grandes fluctuaciones del año anterior, la mayoría de la gente preferirá los viejos métodos y evitará tomar riesgos o probar algo que sea novedoso. El recobro económico que comenzó a perfilarse hace algunos años se aletargará bastante durante el presente año.

Vale señalar que los rebeldes y alzados deberán poner mucho cuidado a sus acciones este año. No olvidar que el estoíco buey es una persona que habla suavemente pero lleva un gran garrote. ¡Y estamos en su año!

Para las personas nacidas bajo el signo del buey, la mejor época del año va desde fines de febrero a inicios de marzo. Es la época cuando se cargan con una energía renovada, adquieren nuevas ideas y comienzan a sentir deseos íntimos.

El punto cardinal más favorable para quienes pertenecen a este signo es el nor-noreste. Aquellas personas que tengan el frente de sus casas orientado hacia el norte con un ángulo ligeramente inclinado hacia el este, tendrán un gran éxito en sus vidas. Aquellos proyectos que impliquen viajes en dirección hacia el norte con ligeros desvíos hacia oriente, son los que tienen gran posibilidad de éxito.

En cuanto a la salud, los nacidos bajo el signo del buey tienden a ser muy dados a las golosinas y los dulces. Esto puede ocasionarles problemas, especialmente cuando llegan a la tercera edad. Deben saber cómo moderarse en sus hábitos culinarios y procurar una dieta más balanceada. También tienen que cuidarse de no excederse en las comidas.

En resumen, 1997 será un año tranquilo y un tanto lleno de dificultades. Pero, con la persistencia y fortaleza que caracteriza al buey, terminará siendo uno moderadamente bueno. Con seguridad es un año decisivo para el futuro, ya que el esfuerzo que se dedique durante este año dará buenos frutos en los años a venir. ¡Feliz año del buey!

Texto de Luis M. Chong L.