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Huang Tu-shui: avance de la escultura de un arte de los templos a las bellas artes

06/03/1997

A principios de los años treinta, el famoso escultor de Taiwan, Huang Tu-shui, murió a los 36 años de edad. Pero en su corta vida, cambió el panorama artístico de la isla para siempre.

La vida de Huang fue una de "muchas primeras veces". Se hizo famoso al convertirse en el primer artista de Taiwan cuyas obras pasaron a formar parte de la destacada "exhibición imperial" de Japón. Además, es reconocido como el primer escultor auténticamente taiwanés; fue el primer artista de la isla que estudió en el extranjero, y el primer estudiante de Taiwan que asistió a la Escuela de Bellas Artes de Tokio.

Con motivo del centenario del natalicio del artista, el Museo de Bellas Artes de Kaohsiung, en el sur de Taiwan, exhibió las obras de Huang, incluyendo sus esculturas de bronce, mármol, fibra de vidrio y yeso, así como varios de sus relieves y tallados en madera.

El conservador del museo, Huang Tsai-lung, calificó al escultor como el precursor del género en Taiwan. Durante siglos, en la sociedad china las tallas de imágenes solamente eran asociadas con la arquitectura de los templos. Eran consideradas una artesanía y no una bella arte. Pero al fundir los principios del arte occidental y los del oriental para la decoración de templos, Huang hizo que la artesanía quedase incluida en el reino de las bellas artes, dijo el conservador.

Aún así, pocas personas en Taiwan han tenido la oportunidad de apreciar totalmente el talento de Huang, ya que muchas de sus esculturas se han perdido con el transcurso de las décadas, agregó el encargado del museo.

Para la exhibición, el museo de Kaohsiung logró juntar 22 de las creaciones de Huang pertenecientes a varios coleccionistas. La muestra también incluyó 14 obras de maestros de la escultura en Japón, tales como Fumio Asakura, Seibo Kitamura y Koun Takamura, cada uno de los cuales dió clases en la Escuela de Bellas Artes de Tokio cuando Huang estudiaba allí.

El propósito de exhibir las obras japonesas fue permitir a los académicos y aficionados al arte observar la influencia que los profesores de Huang tuvieron en su desarrollo estilístico.

Huang Tu-shui nació en 1895, el primer año de la ocupación japonesa en Taiwan, la cual duró medio siglo. Creció en el seno de una familia dedicada a la carpintería en Mengchia, el antiguo Taipei. No asistió a la escuela hasta que tuvo doce años, cuando empezó sus estudios bajo el sistema japonés.

Al año siguiente, la familia se trasladó a Tataochen, el área a lo largo del río Tamsui, al noroeste de lo que actualmente es la estación de ferrocarril de Taipei. En ese entonces, era el distrito más próspero en Taipei.

El área era un centro comercial para la exportación de té, alcanfor y diversos productos a China continental. También estaba repleta de templos y tiendas que vendían tallas en madera budistas y objetos religiosos. Todos los días, cuando Huang iba a la escuela y pasaba por estas tiendas, la vista de los diversos íconos llenaba su mente y muy pronto desarrolló una fuerte apreciación hacia las esculturas folclóricas en madera.

La curiosidad de Huang finalmente lo derrotó. Consiguió unas herramientas para tallar y se dispuso a crear las imágenes que veía en las tiendas y templos. Mientras que sus compañeros de juego subían árboles, jugaban al trompo y se divertían a la orilla del río, el joven Huang estaba totalmente absorto en su arte.

En 1912, después de que se graduó de la primaria, Huang pasó el examen para ingresar a la prestigiosa Escuela de Lengua Japonesa en Taipei. En aquel tiempo, la calidad de la educación brindada en esa escuela se encontraba entre las mejores de Taiwan. Sin embargo, el programa de estudios no incluía clases de tallado en madera.

Pero ésto no hizo que el entusiasmo de Huang en su pasatiempo favorito disminuyera. Siguió desarrollando sus habilidades en la talla de madera por su propia cuenta hasta que surgió una gran oportunidad cuando se realizó una exhibición entre los estudiantes que se iban a graduar. Mientras que la mayoría de sus condiscípulos entregaron artesanías que habían comprado, Huang presentó una escultura de madera de su mano izquierda que él mismo había hecho.

Sorprendido por el talento del joven, el maestro de Huang lo instó a crear una obra más: una talla en madera de Kuanyin, la diosa de la misericordia. La estatua fue exhibida en el campus durante algún tiempo, y Huang se hizo famoso en la escuela.

Poco después de que Huang se graduó, el Gobierno japonés le dio una beca de tres años en 1915 para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Tokio. Mientras estaba en Japón, el joven taiwanés se sumergió en un ambiente artístico rico en conceptos tanto occidentales como orientales.

Sabía que tenía que estudiar más para superar a sus compañeros japoneses. Así que en los días de fiesta, cuando sus compañeros de clase retornaban a sus hogares para las reuniones familiares, Huang se enterraba en los libros de la biblioteca y trabajaba día y noche creando estatuas de barro.

Aunque se especializó en tallas en madera, fue en la escuela de Tokio que Huang empezó a interesarse en la escultura y en el uso de diversos materiales, tales como el bronce, la piedra y el mármol.

En 1920, cuando graduó de la escuela de bellas artes, su escultura Niño de la montaña fue aceptada en la exhibición imperial. Con ello, Huang se hizo famoso en Japón y en Taiwan.

Huang continuó sus estudios avanzados en escultura en la división de posgrado de la escuela de Tokio, y en 1921, su obra en mármol Dulce rocío también pasó a formar parte de la exhibición imperial.

Huang completó sus estudios en la división de posgrado y en 1922 regresó a Taiwan, en donde los círculos artísticos locales le dieron una gran bienvenida. A finales de ese año, Mujer en pose fue nombrada la tercera escultura de Huang que pasó a formar parte de la exhibición imperial.

El año 1923 marcó la madurez plena de Huang en la expresión escultórica. Empezó a crear sin restricciones, produciendo obras destacadas como Cabras, Conejo y Dragón. Estas creaciones de Huang tienen la huella estilística de Rodin, dado que tienen pliegues y bordos. Huang también les dio una considerable variación de movimiento al captar la rica interacción de luces y sombras.

A medida que la capacidad de esculpir de Huang llegaba a su climax, el artista empezó a buscar un estilo totalmente propio. Se introdujo en la sociedad de Taiwan para buscar inspiración.

El carabao, símbolo de perseverancia, ética de arduo trabajo y determinación en la sociedad de Taiwan, fue elegido por el artista como su siguiente tema. En 1924, Huang concluyó Suburbio, una escultura que muestra un carabao con un pájaro sobre su lomo. Una vez más, su obra fue admitida en la exhibición imperial de Japón.

En los años posteriores, Huang terminó una serie de esculturas de carabaos, incluida Camino a casa. La obra representa cinco carabaos que retornan al atardecer después de un día de labranza en los arrozales.

En 1930, Huang trabajó en una ambiciosa creación llamada Imagen de un rebaño de búfalos para la exhibición imperial. Sin embargo, antes de que pudiera terminarla, el gran artista murió de peritonitis en diciembre de ese año.

En los años posteriores a su graduación de la Escuela de Bellas Artes de Tokio, se ganó la vida como un escultor profesional, aceptando comisiones para producir una amplia variedad de estatuas: esculturas de cuerpo completo, esculturas sentadas, bustos y relieves.

En estas obras, Huang prestó meticulosa atención a cada detalle. Durante este breve lapso de ocho años, creó esculturas inolvidables de humanos, animales, plantas y paisajes, cada una de las cuales parece infundir paz y alegría. Sus esculturas de flores y plantas, en particular, son metáforas de bondad y belleza: la peonía simboliza riqueza y el bambú verde representa la humildad.

La imagen de Buda Sakyamuni creada por Huang simboliza la búsqueda de la verdad suprema sin temor a la muerte. Su representación de Kuanyin y Maitreya, seres compasivos que intentan salvar almas por medio de la eliminación del sufrimiento, manifiesta el mismo sentimiento.

No obstante, en el transcurso de su carrera artística, Huang creó imágenes de palomas, carpas, codornices, leones, bueyes, conejos, caballos, monos, gallinas, cerdos y borregos. En todas estas obras, e incluso en los dragones que esculpió, no hay rastros de maldad ni de hostilidad.

Al contrario, estas imágenes manifiestan una perspectiva positiva hacia la vida. Expresan agradecimiento, cortesía, respeto filial, amor, valentía y buena fortuna. Huang fue un artista que estuvo en paz con su época.

Traducción de María Francisca González de The Free China Journal

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