03/05/2024

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Lo sublime y sencillo de una plaza conmemorativa

06/12/1999
La Sala Nacional de Conciertos y el estanque de carpas.
El anciano caballero corre un arco con crin de caballo por encima de las cuerdas de acero inoxidable de un instrumento musical de forma antigua. Un trémulo sonido llorón surge del cuerpo de bambú y piel de serpiente del jinghu, como se llama el instrumento, y el hombre cierra sus ojos en medio de una profunda reflexión interna. Pero, cuando él vuelve al traste con sus dedos y jala el arco de vuelta bruscamente, un vibrato más desafiante surge en dirección hacia los árboles cercanos. Esto hace que sus ojos se abran con brillo.

Chiang Choa-shop es un funcionario público retirado. El momento culminante de su día es cuando él se sienta en este banco bajo un largo corredor cubierto en la espaciosa plaza de la ciudad de Taipei. El conversa, disfruta del verdor y el aire fresco que le rodea, y toca su violín chino.

“Vengo a tocar aquí casi todos los días. La gente se acerca y se detiene para escuchar mi música. Es una magnífica forma de hacer nuevas amistades”, dice el anciano de 71 años de edad con una sonrisa amable.

Lo sublime y sencillo de una plaza conmemorativa

El Monumento Conmemorativo a Chiang Kai-shek. (Fotos de Huang Chung-hsin)

Cuando los ancianos se ponen a hablar, la conversación se concentra con frecuencia en el pasado, la política, o ambos. “Nací en Pekín, pero vine a Taiwan en 1949 con el Generalísimo”, indica. “No me gusta el comunismo; deseo la libertad. Aquí en Taiwan, podemos hablar libremente y escoger el trabajo que deseamos, pero en China continental prevalece el totalitarismo”.

En comandante en jefe a que se refiere es el fallecido presidente de la República de China, Chiang Kai-shek, héroe nacional del país cuyo nombre se conmemora en este espacioso parque y plaza.

Cubriendo un espacio de 250 mil metros cuadrados, la imponentemente adornada plaza del Monumento Conmemorativo a Chiang Kai-shek es el primer sitio de turismo en la ciudad de Taipei. Pero, también es un sitio de calidad casera para los ciudadanos que viven en las cuadras que la rodean. Este vibrante pedazo de la vida de Taiwan es el lugar donde uno ve de todo, desde vocalistas con sistemas de karaoke portátiles hasta corredores y chiquillos que juegan al hula-hoop.

Con sus palaciegos Monumento Conmemorativo, Teatro Nacional y Sala Nacional de Conciertos, la plaza le ofrece a los visitantes algunas de las piezas de arquitectura china más espectaculares en Taiwan.

El edificio principal de la plaza, el Monumento Conmemorativo de 70 metros de altura inaugurado en 1980 exactamente cinco años después de la muerte del Generalísimo, está construido de mármol blanco. Tejas con esmalte azul cubren el techo masivo del edificio, con amplios aleros que terminan con puntas hacia arriba. La imponente estructura está coronada por una cúpula dorada que se remonta hacia el cielo, simbolizando la armonía entre el cielo y la humanidad.

Paz y guerra

El primer piso del Monumento Conmemorativo incluye un museo que alberga innumerables documentos históricos y artículos personales del fallecido presidente. En la exhibición hay de todo, desde el sedán Cadillac a prueba de balas del año 1955 que usó Chiang hasta sus medallas recibidas durante la guerra y sus chancletas de fieltro. También hay muchas fotos del Generalísimo de los períodos antes y después del traslado del Gobierno de la República de China a Taiwan en los momentos más críticos de la guerra civil china.

Al entrar en la sala superior de ciprés y mármol de este edificio, los visitantes son recibidos por una estatua de bronce de 6,3 metros de altura del fallecido presidente, que está sentado y viste una túnica de letrado. Una inscripción dominante en la solemne sala lee: “Etica, Democracia, Ciencia”.

En ambos flancos de la entrada principal de la plaza se encuentran el Teatro Nacional y la Sala Nacional de Conciertos, ambos diseñados en el estilo de los resplandecientes palacios de la dinastía Ching. Sus columnas exteriores rojas, pasamanos de piedra, travesaños tallados con motivos de dragones, aleros vistosamente pintados y techos con tejas anaranjadas con descensos súbitos son impresionantes en todo el sentido de la palabra.

Juntos, estos dos sitios constituyen el centro cultural más fino en Taiwan, y ofrecen instalaciones de sonido, iluminación y acústica de alta tecnología para los artistas. Desde su inauguración en 1987, ellos han sido el escenario para las actuaciones de algunos de los actores más cotizados en el mundo tanto de los clásicos occidentales como de las artes folclóricas tradicionales chinas. A través de los años, esos dos escenarios han sido agraciados por las actuaciones de la estrella de ballet Rudolf Nureyev, el tenor Luciano Pavarotti, la Orquesta Filarmónica de Viena, así como los mejores grupos de ópera de Pekín.

Esta es tanto una plaza para la gente común como un punto de reunión para quienes están interesados en las bellas artes. Los predios ofrecen numerosas capas de flores, senderos cubiertos por árboles y suaves céspedes para quienes buscan la tranquilidad. También hay dos estanques con carpas, cada uno rodeado por grandes rocas que son asientos perfectos donde los residentes del centro de la ciudad pueden relajarse y aliviar sus tensiones del trabajo. Filas de árboles de hoja perenne crean sitios tranquilos y frescos, aptos para hacer ejercicios livianos o meditación.

Lo sublime y sencillo de una plaza conmemorativa

Lo sublime y sencillo de una plaza conmemorativa

La espaciosa plaza situada en el centro de la ciudad es un sitio ideal para los jóvenes que desean practicar patinaje en línea o para los adultos que madrugan para practicar los ejercicios de tai chi para relajar la mente y el cuerpo. (Sam Dixon)

El parque es una área popular para los residentes de Taipei que disfrutan del tai chi o los ejercicios aeróbicos; para los adolescentes que necesitan espacio para practicar patinaje; y para las parejas que desean practicar bailes de salón al aire libre. En la noche, los bancos se convierten en sitios cómodos para los amantes que contemplan la luna abrazados.

Judith Han enseña ejercicios aeróbicos en una de las áreas de ejercicio rodeadas de árboles en el parque. “El ejercicio es importante para la buena salud”, dice la funcionaria pública en buen estado físico.

Su grupo aeróbico está compuesto de personas que se levantan temprano, con edades que oscilan entre 40 a más de 70 años. Indistintamente sean mujeres profesionales o amas de casa, se reúnen en la madrugada para activar sus sistemas circulatorios.

“Setenta por ciento son mujeres, pero veo cada vez más hombres que vienen a unirse a nuestro grupo”, dice Han. “Los hombres dicen que el ejercicio les da una vida regular. Ellos se levantan temprano y se deben acostar temprano. Algunos me han dicho que han dejado de tomar alcohol en las noches para poder hacer ejercicios aquí en las mañanas”.

El grupo está consciente de la salud así como de los asuntos sociales. “Todos los años, durante el Festival de los Botes Dragón, el Festival de Medio Otoño y el Año Nuevo Lunar, donamos alrededor de 6.500 dólares estadounidenses recolectados entre nosotros para ayudar a los ancianos, los minusválidos y los niños huérfanos en Taiwan”, señala Han.

No muy lejos, bajo un sendero que está siendo usurpado por las raíces torcidas de frondosos bayanos, se está realizando una forma mucho más cerebral de ejercicio. Un grupo de similar tamaño y edad que el anterior realiza los lentos y delicados movimientos del tai chi, un sistema chino de ejercicios diseñado para mejorar el cuerpo y la mente.

“Llegamos aquí todas las mañanas para practicar tai chi para desarrollar nuestra energía interna. El tai chi ayuda a la circulación de la sangre y mejora la condición física, y también te hace mentalmente más fuerte para sentir la tranquilidad interna”, explica un señor de apellido Fergn.

“Resulta importante sentir la tranquilidad en nuestra sociedad. La gente suele tener tensión fácilmente durante su trabajo diario, de modo que necesitamos una forma de aliviar la tensión”, añade esta persona de 49 años de edad.

Mientras el grupo aeróbico de Han rebota al ritmo de la música disco, los practicantes del tai chi se mueven suavemente siguiendo la música china tradicional que surge de una casetera portátil.

“El tai chi es un ejercicio que no impone límites de edad”, observa otro señor de apellido Yang, quien tiene 78 años.

Las frecuentes visitas al Monumento Conmemorativo a Chiang Kai-shek indican claramente que este espacio es una sección representativa de la vida de Taiwan. Es un sitio donde se encuentra lo sublime y lo sencillo.

Un claustro embaldosado corre a lo largo de las paredes que encierra la vasta plaza. El músico con su jinghu se relaja allí, tocando sus melodías chinas antiguas. “Esta plaza es un buen lugar para pensar sobre la historia, y también para pensar acerca de uno mismo”, señala él.

Traducido por Luis M. Chong L. de The Free China Journal

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