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26/11/1999
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Arriba: En 1969, Lee (segundo der.) posó con tres directores famosos. Desde entonces, los tres han fallecido. Ahora sólo queda Lee.

Abajo: En esta fotografía tomada a principios de su carrera, Lee dirige una escena. (Fotos cortesía de Lee Hsing)

Pasar un par de horas en un cine para compartir gritos o lágrimas con otras personas es algo que a muchos les encanta. Sin embargo, en los últimos años los gritos escuchados y las lágrimas derramadas en los cines de Taiwan han ocurrido casi invariablemente en donde se han puesto películas de Hollywood. Un rápido vistazo a las taquillas en Taiwan confirma que las producciones de Hollywood han estado absorbiendo la mayor parte del dinero. Aunque las películas producidas por empresas cinematográficas de Taiwan, Hong Kong y China continental han llamado la atención en los círculos fílmicos internacionales y ganado varios premios en importantes festivales, estos honores no garantizan buenas ventas en el mercado local.

La industria fílmica de Taiwan tuvo su apogeo en el mercado local. Antes de la década de los sesenta, cuando no había muchos televisores en Taiwan y la gente no tenía muchas videocaseteras, ir al cine –a ver una mayoría de producciones locales– era una de las principales formas de recreación. Como entonces había un mercado más grande, los comerciantes podían invertir capitales mayores en la producción de filmes. La gran cantidad de producciones locales aseguraba el suministro, y el próspero mercado llevó al éxito a muchas estrellas, productores y directores de cine.

El mercado local tuvo sus altibajos hasta mediados de los años ochenta. La gente se cansó de películas con las mismas historias y repartos, y dejó de ir a ver las producciones locales. El resultado fue un colapso del mercado. Muchos de los peces gordos en la industria se retiraron. Pero eso no fue lo que el director Lee Hsing tenía en mente. A pesar del pobre mercado y un futuro bastante incierto, Lee fue uno de los pocos que eligió quedarse en la industria de Taiwan y hacer algo por ella.

El interés de Lee en las artes de representación empezó cuando ingresó a la universidad e inició una carrera en educación teatral. No obstante, después de sólo un semestre, su educación fue interrumpida por la guerra civil china. Después de su subsecuente arribo en Taiwan a fines de los años 40, Lee ingresó al Colegio Normal Provincial de Taiwan (hoy, Universidad Nacional Normal de Taiwan), sólo para darse cuenta de que la escuela no tenía un departamento de teatro. A Lee no le quedó otra alternativa más que cambiar su especialización a la educación, aunque su amor por el escenario seguía latente. En los siguientes tres años y medio en la universidad, Lee participó activamente como actor y director en el escenario, dentro y fuera de la escuela. Mediante estas actividades extracurriculares, Lee conoció a personas de los círculos cinematográficos locales y encontró su primer trabajo profesional en 1951, después de obtener un papel pequeño en una película.

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“Sufrir altibajos es una ley de la naturaleza”, dice Lee Hsing acerca de las películas que no fueron éxitos de taquilla.

Al igual que muchos de sus compañeros de universidad, Lee se convirtió en maestro de bachillerato tras terminar su carrera. Pasar los siguientes cuarenta años de su vida en escuelas, no era lo que Lee quería. Dejó de enseñar un año después para trabajar como periodista en el diario de su padre. También tenía un empleo de tiempo parcial como actor. Hizo algunos papeles insignificantes en varias películas, pero no se tardó mucho en darse cuenta de que no iba a llegar muy lejos como actor de la pantalla grande. En vez de esperar y ver cómo seguía su carrera en la actuación, Lee cambió de rumbo. Después de trabajar como asistente de director en varias películas, Lee tuvo la oportunidad de dirigir su primer filme, una comedia en taiwanés, en 1958. La experiencia de Lee en dirigir obras de teatro y trabajar como asistente de director no le ayudó. Recuerda su vergüenza en el primer día de su carrera como director, porque ni siquiera sabía dónde poner la cámara. Durante la filmación de la película, trabajó en el día e iba a los cines por la noche para estudiar los filmes japoneses que eran populares en esos tiempos. Tomaba notas, las absorbía y al día siguiente las aplicaba en el plató.

En los siguientes cinco años, Lee dirigió media docena de películas en taiwanés y dos documentales. Siendo un director novato en una industria que apenas había empezado a crecer, estas películas le brindaron una gran oportunidad para afilar sus habilidades y familiarizarse con el trabajo.

El auge de las películas en taiwanés no duró mucho, y cuando el mercado para éstas empezó a declinar a principios de los años sesenta, muchas personas en la industria se quedaron sin trabajo. Lee también se preocupaba acerca de quedar desempleado, y no quería regresar a dar clases, así que solicitó trabajo en Central Motion Pictures, la compañía cinematográfica más grande en Taiwan. A pesar de su experiencia como director de películas, Lee estaba dispuesto a empezar desde el nivel más bajo. Sin embargo, la compañía cinematográfica no estaba interesada y lo rechazó tres veces. No fue sino hasta 1963 que su padre reunió suficiente capital para que Lee pudiera dirigir su primera película en mandarín, Alrededor del pueblo, que tuvo mucho éxito, cuando la CMP empezó a darse cuenta de él. Al año siguiente, Kung Hung, el nuevo administrador general de la compañía, ofreció a Lee la oportunidad de dirigir una película llamada El patito hermoso.

Esta contribuyó a que Lee ganara su primer Caballo Dorado –el premio más importante en cinematografía en la Rep. de China– y le dió una reputación sólida como un perfeccionista en la industria.

Antes de su última película, Los pioneros heroicos, en 1986, Lee dirigió treinta filmes y obtuvo otros dos premios Caballo Dorado con Ejecución en otoño y Nunca se rinde. La última película también obtuvo el premio al mejor director en el Festival del Cine de Asia-Pacífico.

Muchas de las películas de Lee también fueron recompensadas con éxitos de taquillas, pero él no estaba satisfecho con eso. El opina que las películas tienen la responsabilidad de enseñar una lección de moralidad tradicional china –de una manera entretenida. Las críticas acerca de los filmes de Lee enfocan en ser muy sermoneadoras, o incluso sensacionalistas. Lee está de acuerdo, y explica que toda su vida se ha basado en la moral tradicional china, y que es natural que él inyecte sus experiencias personales en las películas, Lee cree que su especialización en educación también tuvo un impacto.

Sin embargo, no todos aprecian el recibir una lección moral mientras ven una película. De hecho, la mayoría de los filmes de Lee con temas “educativos” han sido fracasos comerciales. Ya sea por el aspecto educativo o recreativo de las películas, a mediados de los años ochenta, la gente en Taiwan dejó de ir a teatros que ponían películas chinas. La popularidad de la televisión por cable, videocintas y otros medios de comunicación recreativos fue un factor importante, pero Lee cree que estas nuevas opciones fueron parte de la razón. El indica que los éxitos de taquilla de muchas películas de Hollywood prueban que todavía hay muchas personas que prefieren la pantalla grande a los videos. “No es que la gente no vaya al cine”, dice. “Es que no va a ver películas chinas”, dice.

Cuando la audiencia se fue, también lo hicieron los inversionistas. “Los inversionistas son prácticos, y no verás su dinero hasta que ellos estén seguros de sus ganancias”, señala. “Cuando los inversionistas pierden interés en nuestro mercado, ello significa que la audiencia ha perdido la confianza en nuestros filmes”. El resultado es que aquéllos que todavía quieren hacer películas tienen que luchar unos contra otros para recibir subsidios de la Oficina de Información del Gobierno. Los subsidios para películas individuales, sin embargo, son demasiado pequeños para hacer filmes decentes. Lee recuerda que hace veinte años podía gastar más de 930 mil dólares estadounidenses en una película. Lee encuentra sorprendente que en la actualidad los directores, con crecientes costos en la producción y mano de obra, pueden terminar una película con una tercera parte de esa cantidad o con menos. “Una gran suma de dinero indudablemente no garantiza una buena película”, indica. “Pero definitivamente el dinero es un elemento importante en la realización de una película”.

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Lee (izq.) tuvo algunos papeles cuando se inició en la industria cinematográfica, pero no se tardó mucho en darse cuenta de que no iba a llegar muy lejos como actor.

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Lee obtuvo su primer Caballo Dorado al mejor director con la película de 1965, El patito hermoso, protagonizada por Tang Pao-yun (izq.) y Chiang Ming.

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En 1972, Lee obtuvo su segundo Caballo Dorado al mejor director con la exitosa película Ejecución en otoño.

Aunque la industria fílmica local ha estado en declive por algún tiempo, Lee se se niega a aceptar que es una industria en decadencia. El cree que hay maneras de organizar las cosas y obtener la atención de los inversionistas. “Salvar nuestra industria cinematográfica mediante las películas mismas será muy difícil”, indica. “Necesitamos otros métodos para demostrar a los inversionistas que puede haber ganancias en ello”. Miremos las producciones de Hollywood. Las compañías de películas trabajan con comerciantes para vender productos relacionados tales como tazas, camisetas, discos compactos y juguetes. Estos productos por lo general generan ganancias mucho más elevadas que las películas, y pueden hacer fortunas para los inversionistas incluso antes de que la película empiece a ser puesta en las pantallas.

Aunque Lee no ha dirigido un filme en trece años, nunca se ha retirado de la industria. En los últimos años, ha participado activamente en el establecimiento de un archivo de películas locales. En 1996, tuvo la oportunidad de contribuir más a la conservación de la cultura cinematográfica de Taiwan al ser nombrado presidente de la Taiwan Film Culture Company, una empresa estatal. Allí su tarea principal es conservar numerosos filmes de noticias y documentales –que la compañía ha producido en sus cincuenta años de historia– sobre el desarrollo social y económico de Taiwan.

La Taiwan Film Culture Company ha propuesto que el Gobierno combine la industria fílmica con otros medios de comunicación a través del establecimiento de un parque multimedia, como parte de los planes del Gobierno de crear un centro de los medios de comunicación de alta tecnología. En la evaluación de Lee, las valiosas películas antiguas y su plan de un parque multimedia pueden generar considerables ganancias y atraer el interés de los inversionistas. Cuando los inversionistas empiecen a abrir sus carteras, la industria cinematográfica local tendrá el capital para hacer buenas películas, y hay una audiencia muy grande en el mercado de China continental, esperando ser cultivada por buenos filmes chinos producidos en Taiwan.

Lee ahora tiene 70 años de edad. El ha estado en la industria durante medio siglo. Por sus contribuciones y logros a la industria, Lee fue elegido presidente emérito de la Director Guild of Taiwan.

Traducido por María Francisca González de Free China Review

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