07/05/2024

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El paraíso del arte del escultor Ju Ming

16/11/1999

El escultor más famoso de Taiwan, Ju Ming, ha inaugurado su museo después de 12 años de preparación y expectativa.

Situado alto en las montañas del pueblo de Chinshan, distrito de Taipei, el sitio es algo más que un simple museo. Su designación de museo puede llevar a conclusiones erróneas, ya que la instalación es en realidad un parque de arte que cubre 9.800 metros cuadrados. Existen 14 áreas principales en el predio, incluyendo un centro de servicios para turistas, así como el edificio principal del museo.

El museo y parque artístico es la primera instalación privada de este tipo en la República de China. Más de mil obras escultóricas de Ju se encuentran distribuidas entre el predio y dentro del museo para que sean apreciadas por los visitantes.

“He seleccionado personalmente cada ladrillo, cada teja. Yo mismo he plantado cada árbol, cada hierba”, dice Ju, expresando su fuerte sensación de éxito y alivio al completar el proyecto.

El escultor taiwanés con talento ha planificado cuidadosamente el día de la inauguración del museo, que fue el 18 de septiembre. En la gran apertura, los invitados especiales recibieron el trato de una serie de actividades de entretenimiento. Los miembros de la familia de Ju, personalidades sociales y culturales, así como los representantes de los medios de comunicación locales y extranjeros se encontraban entre los invitados para la celebración.

La larga lista de oradores invitados en la conferencia de prensa de la inauguración incluyó al presidente de la Academia Sinica, Lee Yuan-tseh; la editora del United Daily News, Wang Shaw-lan; el alcalde del distrito de Taipei, Su Tseng-chang; y el maestro Sheng Yen, de la Organización Cultural y Educativa Montaña del Tambor Dharma.

Lee elogió el parque-museo como “un gran logro que no ha alcanzado ningún otro escultor del mundo”.

Otros invitados especiales fueron los dos talentosos hijos del escultor: Ju Jun, presidente de la Fundación Ju Ming, bajo la cual se encuentra el museo; y Ju Yuan-li, director del nuevo museo. El apoderado del escultor, Johnny Chang, de la Galería Hanart, también estuvo presente.

A la conferencia de prensa le siguió una recepción al aire libre en ese claro y soleado sábado. Se sirvieron deliciosos bocadillos asiáticos y occidentales, junto con cocteles.

Prominentes figuras de los círculos culturales pasearon entre las esculturas al aire libre en este recién creado paraíso para los entusiastas del arte. Entre ellos, se encontraban el maestro de la danza moderna de Taiwan, Lin Hwai-ming; el fundador de Commonwealth Publishing, Charles Kao; el artista primitivo Wu A-san; y el pintor chino Yu Peng.

La presencia de tantas importantes personalidades de los círculos sociales y artísticos de Taiwan reflejó tanto lo prominente de Ju como escultor como el potencial del parque-museo para convertirse en un sobresaliente sitio cultural.

Ju manifiesta que espera que la institución privada orientada hacia el arte se convierta en un orgullo de los residentes de Taiwan. El parque-museo tendrá “misiones que serán significativas para muchas personas, y no solamente artistas”, observa.

Ju Ming se convirtió en un nombre conocido en 1997 cuando un museo de Taipei realizó una muestra muy publicitada de sus esculturas antes de trasladar la exhibición a Place Vendôme, en París el año siguiente.

Los medios de comunicación locales dieron una extensiva cobertura del primer evento, que contó con la asistencia de miles de entusiastas del arte, incluyendo al presidente de la República de China, Lee Teng-hui.

La exhibición Taipei-París fue una cúspide de la carrera artística de Ju, que comenzó hace más de 40 años cuando inició su trabajo en 1953 como aprendiz del maestro del tallado de imágenes de templo de madera, Li Chin-chuan.

Ju se dedicó a tallar ídolos de la religión folclórica china. Poco después, él abrió su propio taller de esculturas.

Cuando sintió la necesidad de buscar nuevos horizontes artísticos, él se convirtió en aprendiz del conocido escultor moderno, Yuyu Yang, en 1968. Al mismo tiempo, Ju también comenzó a practicar taichi, un ejercicio de autodefensa y meditación chino altamente espiritual.

Ju estuvo trabajando con Yang durante ocho años, aprendiendo nuevas técnicas en la presentación del arte contemporáneo.

En 1976, él comenzó a hacer exhibiciones dentro y fuera de la República de China. Sus obras fueron mostradas en importantes ciudades del mundo, tales como Hong Kong, Tokio, Nueva York, Londres y París.

Las esculturas de Ju pueden ser clasificadas en dos principales grupos de obras: la serie Taichi de mediados de los años setenta, y la serie Mundo viviente, que comenzó en los ochenta y le sigue añadiendo obras hasta el día de hoy.

Las obras de la serie Taichi son esculturas enormes e impresionantes hechas de madera y bronce. Parecen gigantes en poses de los ejercicios del taichi.

Las esculturas Mundo viviente, que muestran personas en diversas poses, provienen de una variedad más amplia. Muchas de las obras están coloreadas y son hechas de cerámica, bronce o acero inoxidable.

La primera aclamación internacional que tuvo Ju fue en 1995, con su muestra en el Museo al Aire Libre Hakone, en Japón. Los elogios que dieron los medios de comunicación internacionales a esta exhibición fijaron el escenario para la igualmente exitosa muestra en París, en 1998.

A Ju se le respeta por ser un artista dedicado y persistente. La apertura del largamente esperado parque-museo es testimonio de su diligencia y entusiasmo para lograr hacer realidad sus sueños.

Para hacer que la inauguración fuera un evento muy recordado, Ju llenó el fin de semana con celebraciones y diversiones. Hubo una amplia gama de actividades y actuaciones interesantes. Algo que llamó la atención de todos en la recepción al aire libre fue un grupo de acróbatas con paracaídas motorizados que aterrizaron en el césped, repartiendo globos en el trayecto de su descenso. Al tocar tierra, fueron recibidos con un estrepitoso aplauso.

El director del museo llevó a los invitados en un gira por el gran parque. En una área de presentanciones al lado de un estanque, un grupo musical compuesto por estudiantes de secundaria ejecutó canciones populares para los huéspedes.

Una larga y sinuosa caminata entre el espléndido césped del parque artístico puede ser una placentera experiencia para relajar a los residentes de las condiciones de apiñamiento en la ciudad de Taipei.

El Area Taichi y la Plaza del Mundo Viviente, donde las gigantescas esculturas reflejan la sobresaliente carrera artística de Ju, son los dos sitios más espectaculares del parque.

Al llegar el atardecer y con la multitud reunida en el Area Taichi, el famoso Grupo de Danza Puerta a las Nubes, de Taiwan, se preparó para ejecutar su pieza coreográfica Agua de Luna. Vistiendo livianos pantalones de seda, los bailarines se movieron con garbo junto con la brisa de la noche. Iluminada con una luz pálida se encontraba en el fondo una de las grandes esculturas de la serie Taichi. La moderna pieza de danza estuvo basada en los movimientos de taichi; y los gestos suaves y poderosos de los actores embelesó al público.

Incluso Lin, fundador del Teatro de Danza Puerta a las Nubes, tuvo que exclamar: “¡Siento que es realmente hermoso!”.

Después de la actuación, la multitud fue conducida por el resto del parque hacia el edificio del museo en el fondo. En la Plaza del Mundo Viviente, frente al museo, se encontraban cometas de papel llamadas “lámparas celestiales”, listas para ser voladas por los huéspedes. Volar cometas es una actividad popular entre los chinos que denota un deseo por la paz y buena suerte.

Docenas de cometas, iluminadas por dentro por faroles rojos, crearon una escena espectacular al iluminar el negro cielo encima del parque.

Traducido por Luis M. Chong L. de The Free China Journal

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