03/05/2024

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Herramientas de los expertos en té

16/08/1997

Una buena tetera hace una buena jarra de té, una lógica simple con resultados deliciosos.

Quienes visitan el Museo Nacional de Historia de Taipei pueden enterarse de los pormenores de esta verdad básica a través de una exhibición de utensilios de té y métodos de infusión de la China antigua.

Hasta el próximo 7 de septiembre, el museo estará celebrando la muestra Expertos en té para promover el arte tradicional de beber té chino. La exhibición presenta más de 320 utensilios, incluyendo vasijas, tazas, tazones y bases usados desde la antigüedad en la ceremonia china del té.

En exhibición se encuentran famosas teteras de arcilla púrpura procedentes de los hornos Yixing de la provincia de Kiangsu en China continental; utensilios de té hechos de cerámica que datan de la dinastía Sung (960-1279) y porcelanas para la preparación del té que fueron exportadas a Europa en la dinastía Ching (1644-1911).

Según Kao Yu-chen, una investigadora del museo, tomar té ha sido una parte esencial de la vida china durante milenios. "Los chinos fueron los primeros en el mundo que tomaron té", dijo.

El arte chino de tomar té tuvo una fuerte influencia en la cultura del té en Europa. A principios del siglo XVII, la Dutch East India Co. introdujo el té chino en Europa.

"Para mediados del siglo XVII, el té de la tarde se convirtió en un ritual estándar entre la nobleza inglesa", indicó Kao.

Según ella, quien está encargada de la exhibición de té en el museo, el origen exacto de tomar el té chino sigue incierto hasta hoy. Pero la leyenda cuenta que el té fue descubierto por Shen Nung después de probar cientos de hierbas. Shen Nung fue un gobernante legendario a quien se le atribuye la introducción de la agricultura y la medicina a base de hierbas en la sociedad china.

Durante la dinastía Shang (1766-1122 a.C.) el té era usado como medicina. No fue sino hasta la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.) que tomar té se convirtió en una costumbre entre el pueblo chino.

En la dinastía Tang (618-907), el Clásico del té escrito por Lu Yu representó el primer registro detallado del pueblo chino adoptando el té como una bebida cotidiana. Siendo el primer compendio del mundo sobre el té, el libro clasifica el arte chino de tomar té en cuatro categorías diferentes y enumera 24 tipos de utensilios.

El trabajo de Lu impulsó la posición del té, popularizando la bebida por toda China. Incluso la gente en las áreas vecinas de Corea, Japón y el sudeste de Asia empezó a adoptar la costumbre de beber té. Tomar té se tornó en una moda entre los intelectuales chinos de la dinastía Tang. Los poetas de la época escribieron numerosas obras en las que expresaron su gusto hacia la bebida y su aroma.

La corte Tang impuso gravámenes sobre el té como una manera de incrementar los tesoros imperiales. Incluso, un ministerio fue establecido para ocuparse de los regalos de té que fueron presentados como tributo al emperador.

Según Kao, "el té en ladrillos" fue popular en la dinastía Tang. Después de que las hojas eran recogidas, eran comprimidas en la forma de un ladrillo por medio de baños al vapor, prensado, secado y otros procedimientos.

Los ladrillos endurecidos tenían que ser quebrados en trozos más pequeños antes de que el té fuese hervido. Un gran hervidor con un pitorro corto y dos pequeñas manijas era usado para hervir el té en ladrillos.

Los tazones hechos de verdeceledón o porcelana fueron los utensilios para beber té más comunes de ese entonces. Para evitar que el té caliente quemara las manos de la persona que lo llevaba, un platillo -frecuentemente con un diseño elegante- era utilizado.

En la dinastía Sung, todos, desde el emperador y sus ministros hasta los vendedores ambulantes y soldados, se convirtieron en ávidos bebedores de té. Era una escena común en las áreas fronterizas que los empresarios Sung trocaran su té por caballos con los pueblos nómadas. La corte imperial, aprovechando la pasión de las "tribus bárbaras" por tomar té, con frecuencia amenazaba con dar por terminado el comercio a menos de que las tribus guerreras se rindieran.

Durante ese período, el método de hervir té fue elevado a una forma artística. Las competiciones de té se transformaron en acontecimientos populares entre la clase alta. Los emperadores Sung, los funcionarios y los miembros de los círculos literarios participaban en los concursos.

En las competencias, las hojas de té eran recogidas y luego procesadas por medio de estrictos métodos para el control de calidad con el fin de crear un producto semifermentado en la forma de una esfera.

"Dado que los procedimientos de baños al vapor y secado eran muy complicados y consumían mucho tiempo, estos productos de té eran caros y por lo tanto no estaban al alcance del público general", dijo Hu Yi-hsun, otro investigador del museo.

En el concurso, los competidores tenían que raspar el residuo de las bolas de té seco. Luego, las esferas eran molidas y hechas polvo, que después era puesto en tazones. Posteriormente se vertía agua caliente y el té era meneado con una cuchara para formar una espuma cremosa.

Entre más espuma se hacía en la superficie, el té era mejor. El competidor cuya espuma del té durara más era el ganador.

Pero también era importante que el té fuese transparente, como agua cristalina. "Si el té resultaba de color verde, ello significaba que los procedimientos de baño al vapor y cocción no habían alcanzado el estándar requerido", explicó Hu.

"Si el té salía gris, ello se debía a que había sido expuesto al vapor más de la cuenta. Un color amarillo significaba que las hojas de té no estaban frescas cuando eran arrancadas de los arbustos o cuando eran procesadas en bolas", añadió el investigador.

La competición de té en la dinastía Sung imponía estrictos requisitos sobre el té en sí mismo, el lugar de origen de la planta, y las habilidades usadas para hacer la bebida. También enfatizaba la calidad de los tazones de té usados para contener la bebida. Para aumentar el color blanco brillante de la espuma del té, los competidores usaban tazones de té de cerámica negra vidriada de los famosos hornos Jian de la provincia de Fukien.

Durante la dinastía Yuan, (1279-1368) la práctica de realizar competiciones de té entró en decadencia. Las costosas bolas de té ya no eran producidas y los métodos para fabricar té fueron mejorados.

Los utensilios chinos para tomar té sufrieron cambios dramáticos durante la dinastía Ming (1368-1644). El emperador Tai-tzu, de dicha dinastía, dio fin al uso de la esfera de té y enfatizó usar hojas de té para hacer la infusión.

"A medida que aumentó la popularidad de la preparación de té con hojas en toda China, se inventaron las teteras para el proceso de infusión. El uso de teteras sigue en práctica en la actualidad", dijo Kao, quien también dirige el departamento de exhibición del museo.

La invención de teteras facilitó el consumo y disfrute de la bebida. "En vez de hervir un bloque de té, sólo era necesario añadir agua caliente a las hojas en una tetera", indicó Kao.

A mediados de la dinastía Ming las teteras de arcilla púrpura procedentes de los hornos Yixing, se transformaron en el contenedor preferido para remojar té. Por lo general de tamaño pequeño, las teteras especiales estaban hechas de la mejor calidad de arcilla en la provincia de Kiangsu.

Según Kao, la arcilla púrpura del área Yixing produce un barro que tiene una alta plasticidad y buena permeabilidad.

Estas teteras eran cocidas a temperaturas de entre 1.100 y 1.250 °C durante 40 ó 42 horas.

Las teteras de arcilla púrpura son famosas por su habilidad de brindar una bebida de sabor excelente. "No sólo preservan el aroma original del té, sino también ayudan a mantener la temperatura de la bebida", dijo Kao.

Este método particular de usar pequeñas teteras para hacer el té ha permanecido hasta el día de hoy. En la actualidad, en Taiwan, las teteras de arcilla púrpura se han convertido en objetos de colección. Las que son fabricadas por un ceramista experto son muy buscadas y valen su peso en oro.

Traducción de María Francisca González de The Free China Journal

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