05/05/2024

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Funcionario exhibe su exquisita colección de teteras chinas

06/07/1999

Hwang Jeng-shyong, subsecretario general de la Oficina Presidencial de la República de China, es más que un funcionario.

A pesar de su actual cargo y un período como legislador, Hwang dijo bromeando que prefiere ser conocido como un experto en teteras chinas.

Cuando empezó a coleccionar las exquisitas teteras hace unos 30 años, su objetivo era poseer unas cien algún día. Parece que subestimó su pasión por la afición.

Hoy, la gran colección de Hwang cuenta con mil teteras chinas. Como testimonio de la fama de su colección, Hwang fue invitado a exhibir sus teteras en la galería de arte de la Oficina Presidencial.

La participación en la muestra, que concluirá en agosto, está limitada a invitados oficiales de la Presidencia todos los días, excepto el 1º de agosto, cuando será abierta al público.

La muestra presenta unas de las posesiones más exquisitas de Hwang, incluyendo una extensa colección de teteras de arena púrpura, procedente del pueblo de Yixing, en China continental.

Para aumentar su belleza, las teteras se exhiben en elegantes pedestales hechos a la medida.

Esta no es la primera vez que Hwang exhibe sus teteras. Incluso así, el coleccionista veterano dijo que está muy emocionado acerca del acontecimiento en la Oficina Presidencial. Quizás, esto se debe a que su entusiasmo para coleccionar los atractivamente diseñados y delicados objetos se intensifica cada vez más.

“Mis teteras son la inspiración y el consuelo en mi vida”, dijo el experto. “Cada vez que encuentro un callejón sin salida en mi vida, dedico mi tiempo a apreciar mi colección de teteras. Esto me ayuda a aliviar la tensión e inspira la creatividad en mí”.

Hwang se pone filosófico cuando habla sobre su hobby. El asemeja sus exquisitas teteras a mascotas con pedigrí. Ambos, explicó, deben estar en hogares que las pueden mantener y apreciar.

Las teteras de alta calidad son tratadas como antigüedades preciosas y caras por los coleccionistas, y por quienes se dedican a su compra-venta. Literalmente pueden valer su precio en oro.

Cuando el mercado cobró auge a principios de los años 90, las teteras hechas por el alfarero Ku Ching-chou se vendieron por cientos de miles de dólares estadounidenses. Con razón hay más de diez mil tiendas en Taiwan que se dedican a la venta de teteras, y un cálculo moderado revela que el número de coleccionistas en la isla asciende a cien mil.

Hay muchas cosas que se deben tomar en consideración para determinar la calidad de una tetera china, explicó el experto. Entre ellas está la forma de la tetera; su capacidad para retener el calor; y sus elementos artísticos, tales como inscripciones e ilustraciones.

Hwang organiza su extensa colección —que está compuesta de teteras pequeñas y grandes, y hasta de algunas gigantescas— en categorías, basándose en sus diseños, materiales con que fueron hechas y períodos históricos.

Quienes ven su colección por lo general se sienten atraídos a las teteras de arena púrpura y a las más antiguas. Sin embargo, a Hwang le gustan las grandes. El comisionó al diseñador Tsai Shun-chia para que hiciera pies de madera de sándalo rojo para dichas teteras.

Coleccionar teteras entró de moda a mediados de los años 90 en Taiwan. La locura para comprar teteras estalló cuando el Gobierno de la República de China anuló las restricciones para viajar a China continental.

Con la apertura de las puertas en China continental, los coleccionistas de Taiwan empezaron a ir a los sitios más famosos para la manufactura de teteras, tales como Yixing, en la provincia de Kiangsu. Los ceramistas de este pueblo en particular han estado fabricando teteras durante los últimos 500 años.

“Taiwan ha hecho que lugares como Yixing se enriquezcan”, dijo Hwang nuevamente en broma.

“Hemos comprado todas las teteras de alta calidad”, añadió.

Hwang contó que una vez viajó a Singapur para comprar teteras, pero sólo descubrió que las mejores estaban en manos de los coleccionistas en Taiwan.

En los primeros días, cuando Hwang viajaba a áreas en Europa y Asia, pasaba su tiempo libre buscando teteras especiales. Pero ahora que es un experimentado coleccionista, las adquiere exclusivamente de anticuarios con los que ha mantenido lazos durante muchos años.

“Una buena tetera viene de una buena mano”, dijo Hwang. Explicó que los alfareros son clasificados de acuerdo a sus habilidades y experiencias. Las obras creadas por alfareros expertos son objetos muy preciados.

El valor de una buena tetera depende del prestigio de su creador así como de sus propiedades y apariencia visual, dijo.

Típicamente, una inscripción del nombre del alfarero puede ser encontrada en la base de la tetera. Esta costumbre ha existido durante más de cien años.

En lo que se refiere a los diseños artísticos de las teteras, éstos son tan variados como los objetos en la faz de la Tierra. Pero dos de los más populares son las teteras que parecen estar envueltas en ropa y las que tienen forma de calabaza. También, los alfareros siempre pueden fabricar teteras hechas de acuerdo a los diseños indicados por los compradores.

En lo que respecta al intercambio de teteras, Hwang cree en ser razonable. No hay un precio estándar para ningún tipo de tetera, dijo, añadiendo que los vendedores deben tener la responsabilidad de ofrecer precios razonables.

Sin embargo, en el transcurso de los años, la alta demanda ha causado que los precios aumenten. Otro desarrollo ha sido la infiltración de antigüedades falsas en el mercado.

Con ésto en mente, Hwang instó a los vendedores de teteras que mantengan su buena reputación y que no engañen al público.

Hwang se esfuerza por promover la cultura del té. Frecuentemente invita a amigos para que admiren sus teteras y ha realizado varias muestras. Incluso sugirió que la Dirección General de Correos de la República de China emita estampillas con teteras chinas, una propuesta que se materializó en 1991.

Además de expandir continuamente su colección, los planes futuros de Hwang incluyen publicar libros sobre teteras y abrir un museo para exhibir dichos objetos.

Para muchas personas, coleccionar creaciones artísticas es una inversión financiera que alberga la promesa de ganancias futuras. No obstante, Hwang considera su acumulación de las mil teteras como una labor de amor. Y dijo que no tiene planes de vender ninguno de los objetos de su afección.

“Las teteras antiguas que han sido esparcidas por el mundo desde los tiempos de la antigua sociedad china son como los miembros de una familia desparramada en sitios distantes. Mi tarea es ayudar a realizar una reunión familiar mediante las tareas de búsqueda y de colección”, dijo Hwang.

“Considero este entretenimiento como un tipo de responsabilidad cultural”, añadió.

Traducido por María Francisca González de The Free China Journal

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