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¨Escenas de la mente en las pinturas de Ho Huai-shuo¨

26/03/1999
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A pesar de su apariencia mística, las pinturas en tinta de Ho Huai-shuo presentan las profundas y lúgubres impresiones del artista taiwanés acerca del mundo real que lo rodea. Arriba se muestra el fantástico paisaje de Río luna (1996). Abajo: Ho es considerado una figura clave en el renacimiento de la pintura china durante la segunda mitad del siglo XX. Ho ha absorbido las teorías y técnicas de Oriente y Occidente. (Fotos cortesía del Museo Nacional de Historia)

Las oscuras y misteriosas pinturas de Ho Huai-shuo son un reflejo preciso de los profundos pensamientos del artista.

Y tanto en la mente como en las pinturas, el mundo a través de los ojos de Ho es uno de tristeza.

En cierto modo recluso, Ho tiende a evitar reuniones sofisticadas de los círculos de arte. Esto explica por qué han transcurrido nueve años entre su última muestra –realizada en el Museo de Bellas Artes de Taipei– y la reciente exhibición de sus obras en el Museo Nacional de Historia .

Las pinturas de tinta presentadas en Escenas de la mente dan un giro fantástico al mundo natural y a la sociedad actual. Sombríos tonos de gris dominan las obras de Ho, manifestando un sentido de lo remoto y surrealista.

Sus pinturas poseen una calidad ilustrativa lúgubre, como si cualquiera de ellas pudiera ser utilizada como portada para un libro sobre el triste destino de la humanidad.

Ya sea una cabaña solitaria con ventanas rotas o un bosque de ramas retorcidas cubierto de hielo, las imágenes en las pinturas demuestran esta visión distante de un mundo envuelto en melancolía.

El objetivo artístico de Ho es explorar las realidades de la vida mediante cavilaciones abstractas. A Ho le gusta que la gente describa sus obras como “realismo fantástico”.

“Mis pinturas son composiciones que surgen de una sucesión de visiones personales”, dijo el artista de 58 años, quien ha vivido en Taiwan desde que era un adolescente.

Ho nació en Cantón, en el sur de China continental. Se trasladó a Hong Kong en 1960 y al año siguiente inmigró a Taiwan. Después de obtener una licenciatura en Bellas Artes en la Universidad Nacional de Taiwan, Ho viajó a Estados Unidos y Europa para continuar sus estudios durante el período de 1974 a 1978. Recibió una maestría en St. John’s University, en Nueva York. Luego regresó a Taiwan para enseñar arte en diversos institutos universitarios locales.

Han Pao-teh, rector del Instituto Nacional de Arte de Tainan, considera a Ho uno de los artistas que ha dado paso a un renacimiento de la pintura china en la segunda mitad del siglo XX.

Sin embargo, Han lamenta el hecho de que algunos críticos no han reconocido sus importantes contribuciones al arte chino moderno en Taiwan.

En su verdadera forma de artista recluso, a Ho no le importa que sus pinturas no tengan mucha fama. “El arte bueno puede aguantar las pruebas del tiempo”, dijo.

“Ho es un cruce de antiguo intelectual chino y moderno revolucionario de Occidente”, dijo Han.

No obstante, en lo más hondo de su corazón artístico, Ho es cien por ciento chino. Su espíritu creativo permanece cerca al de los pintores tradicionales.

Como ejemplo de ésto está el hecho de que Ho escribe tan bien como pinta. Es un respetado crítico y teórico que ha publicado diez libros y numerosos artículos sobre arte.

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Las cautivadoras obras de Ho manifiestan un sentido de lo remoto y surreal. Este sentimiento de una melancolía de ensueño es fuerte en Luna al final del siglo (1995) –arriba– y Sueño salvaje y caprichoso (1995), abajo.

En su libro más reciente, Las tres contemplaciones de Ho Huai-shuo, él habla de sus observaciones sobre sus pruebas de soledad; la belleza agonizante del proceso creativo; y la magistral mente de los artistas.

Luego, Han indicó una vez más que no se puede negar que Ho manifiesta un sentido de individualismo occidental en sus obras.

Aparentemente Ho estaría de acuerdo con esta evaluación acerca de su persona y de su arte. Su filosofía acerca de la pintura está de acuerdo con el concepto occidental de que el propósito del arte es dar al artista un escape para revelar sus sentimientos más profundos.

Ho también cree que la creación de una obra de arte es un proceso arduo y largo. Esto explica por qué no ha producido un gran número de obras durante sus 30 años de carrera artística.

A lo largo de su carrera, el pensativo pintor se ha mantenido alejado de la atención del público, apreciando su privacidad. Rechazando a los medios de prensa y evitando participar en grandes acontecimientos, él prefiere la tranquila rutina académica. Ho actualmente da clases en el Instituto Nacional de Arte, en el norte de Taiwan.

Sus críticas y otros escritos sobre arte son profundos, precisos e imparciales –una claridad de pensamiento que puede ser disfrutada solamente evitando la cacofonía de las masas.

Ho insiste en la verdad y en ser sí mismo. Condena las modas caprichosas de las principales corrientes. Para algunas personas, ésto podría parecer arrogante y hasta antisocial. Sin embargo, el artista mismo ofrece una explicación diferente: “Prefiero rebelarme contra las actitudes conformistas de otros que ir contra mi propia conciencia”.

“Cualquier artista que se respeta a sí mismo debe crear su propia historia del arte a través de sus experiencias en la vida”, agregó.

“La verdad es la esencia del arte”, ya sea para los artistas del pasado o del presente, recalcó Ho.

Tal devoción a ese principio ha convertido a Ho en un gurú para algunas personas en los círculos artísticos de Taiwan. Sus aficionados y seguidores dicen que Ho ha tenido un impacto significativo en la filosofía china del arte en las últimas décadas.

“Ho combina los estilos de la pintura oriental y occidental para crear algo únicamente suyo”, dijo Huang Kuang-nan, director del Museo Nacional de Historia.

Está claro, añadió, que el simbolismo occidental tuvo una fuerte influencia en el desarrollo del especial estilo artístico de Ho. No obstante, a pesar de esta dualidad Oriente-Occidente en las técnicas artísticas, Ho no ha sacrificado sus raíces chinas, dijo Huang.

El director indicó que acontecimientos traumáticos en la historia china, particularmente la Revolución Cultural, han reforzado la apreciación del pintor hacia la cultura y el arte de su propio pueblo.

Ho se concentra en pintar paisajes. Y aunque sus obras se ven grises y tenebrosas, muchos de los críticos han elogiado al artista por filtrar astutamente un elemento de pasión en las imágenes mostradas en sus pinturas.

“La perfecta manipulación de la tinta y las líneas por Ho crea una atmósfera profunda en sus pinturas”, dijo Huang.

Como pintor, Ho posee una inteligencia que sorprende. Seis de las obras presentadas en la reciente exhibición tienen elementos que de una manera sutil y delicada sugieren el cuerpo femenino.

Por ejemplo, si uno observa con suficiente atención, es evidente que el río plateado de una de sus obras de hecho tiene la forma de una mujer desnuda tendida relajadamente en una posición horizontal.

El rector del instituto de Tainan, Han, comentó acerca de la habilidad artesanal de estas obras en particular: “La creatividad de Ho le permitió usar escenas naturales como un medio de comentar acerca del deseo de un hombre por una mujer”.

Incluso si Ho prefiere vivir en un aislamiento casi absoluto para ampliar sus meditaciones sobre arte, sus pinturas indudablemente no han sido escondidas en una cueva olvidada. Desde 1965, se han realizado exhibiciones individuales de sus obras en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Hong Kong y la República de China. En 1997, las pinturas de Ho obtuvieron el Premio Coutts de Arte Contemporáneo en Hong Kong.

Traducción por María Francisca González de The Free China Journal

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