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La muerte de maestro titiritero consterna mundo del arte folclórico

26/09/1998
Lee Tien-lu da instrucciones a jóvenes que aspiran a ser titiriteros.El galardonado maestro titiritero dedicó toda su vida a promover su amado arte folclórico de Taiwan. (Fotos cortesía del Ministerio de Educación)
El señor llegado de Taiwan con apariencia frágil pero dotado de sorprendente energía atrajo mucha atención mientras se mezclaba con la muchedumbre bajo el soleado clima del sur de Francia.

El octogenario portaba un par de lentes de sol opacos y una atrevida camisa hawaiana que conjugaba muy bien con su alegre personalidad.

A todas las personas que se acercaban a él y le extendían la mano para felicitarlo, él respondía “merci, merci”. Era la respuesta adecuada, así como la única palabra en francés que sabía.

Eso ocurrió hace cuatro años, cuando el maestro titiritero Lee Tien-lu asistió al Festival Internacional de Cine de Cannes para participar en la ceremonia de entrega de premio a una película sobre su vida. Para quienes lo amaban y admiraban, la muy merecida atención de los medios de comunicación al viaje a Francia de Lee, representaba una gloriosa culminación de la larga carrera de este inteligente y talentoso artista folclórico.

Lee, el amado maestro titiritero, falleció el 13 de agosto pasado en su hogar, en el norte de Taiwan. Tenía 90 años de edad. Su muerte ha reducido la intensidad de la luz que alumbra el escenario de los títeres de mano taiwaneses.

Lee fue hospitalizado en julio con problemas del corazón y los pulmones. Presintiendo que la muerte se le acercaba, él solicitó a los doctores que lo enviaran de vuelta a su pueblo natal de Sanchih, situado al norte de la ciudad de Taipei. Como reza un dicho chino: “Las hojas caídas retornan a las raíces”. La expresión conlleva la noción de una vida que termina pacíficamente.

El muy respetado titiritero murió a los dos días de regresar a su hogar.

Los títeres de mano son considerados una de las artes folclóricas más importantes de Taiwan, y Lee era conocido como un maestro de este género en todos los sentidos. Sus habilidades superiores y su dedicación de por vida a este tradicional arte teatral le ganaron la designación formal de tesoro nacional por el Gobierno de la República de China.

Lee se convirtió en una figura popular incluso entre la generación más joven cuando actuó o fue el tema de varias películas muy populares.

Nacido en 1909, Lee comenzó a estudiar el arte de los títeres de mano con su padre a la tierna edad de ocho años. Pero, cuando tenía nueve años, falleció su madre y su vida tuvo un cambio abrupto.

Como su nueva madrastra lo trataba cruelmente, el joven muchacho pasó la mayor parte del tiempo entre las actuaciones de su padre. Con el tiempo, sin embargo, ya no pudo seguir soportando a su abusiva madrastra y, a la edad de catorce, decidió fugarse de casa.

Lee se unió a un grupo de títeres itinerante, donde continuó desarrollando sus destrezas en el arte folclórico. A la edad de 20 años, ya era un titiritero con experiencia y talento. El organizó su propio grupo, y cuando llegó a los 37 años, ya tenía muchos seguidores.

I Wan Jan, el más famoso de los grupos de títeres de Lee, ha realizado actuaciones por todo Taiwan, así como en Estados Unidos, Europa y varios países del Sudeste Asiático, siendo ampliamente aclamado. Dentro del país, Lee obtuvo el Premio Maestro de las Artes Folclóricas de la República de China. En el exterior, su grupo ganó premios en festivales de títeres en Nueva York y Francia.

La muerte de maestro titiritero consterna mundo del arte folclórico

El maestro de las artes folclóricas recibe el premio Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres otorgado por el Gobierno francés.

El famoso titiritero realizó dos actuaciones para el presidente estadounidense, Bill Clinton; y en 1985, recibió el galardón Dedicación de por Vida a las Artes en el prestigioso Centro Lincoln de Nueva York.

El crítico del cine Chiao Hsiung-ping recuerda ver a Lee actuando cierta vez con un títere en cada mano jugando diferentes papeles durante tres horas sin ver ni siquiera el guión. Esta proeza fue observada hace algunos años, cuando Lee ya tenía una avanzada edad de más de 80 años.

“Quedé realmente impresionado por su coordinación y fuerza de concentración”, dice Chiao.

Aparte de su destreza en hacer que los títeres de mano adquieran vida en sus acciones, el sobresaliente actor también es recordado por su enfoque innovativo en este tradicional arte folclórico. Lee creó un nuevo campo al incorporar secuencias y ejercicios acrobáticos de las artes marciales en los episodios de sus títeres. Sus vivaces coreografías resultaron en historias estrechamente entrelazadas, llenas de acción y repletas de emocionantes escenas de luchas.

La creatividad de Lee quedó también demostrada cuando mezcló el argot contemporáneo con la retórica clásica china en el diálogo de las actuaciones de su grupo de títeres.

Como las tramas de las actuaciones de títeres taiwaneses son adaptadas típicamente de las novelas históricas chinas, las narraciones son con frecuencia en lenguaje arcaico. Para elevar la popularidad de los títeres y hacer que las actuaciones sean más divertidas y fáciles de entender, Lee deleitaba a su público mezclando interesantes fragmentos del habla moderno.

El hizo que sus actuaciones fuesen incluso más singulares, diversas e interesantes al incorporar elementos de la ópera china, tales como las arias a ser cantadas por los personajes de los títeres.

Chiang Wu-chang, investigador del Museo de Títeres de Taipei, recuerda que Lee era muy melindroso con sus títeres en cuanto a sus vestidos y expresiones faciales.

Pero a Lee se le recuerda más que por sus galardonados títeres. La nación lo guarda en cariñosa memoria por su personalidad extrovertida y fuerte voluntad.

Un hombre divertido y energético, Lee nunca dudó en probar cosas nuevas. A los 75 años, él se aventuró al mundo del cine, actuando en las críticamente aclamadas películas taiwanesas Ciudad de melancolía y El titiritero.

El maestro del arte folclórico probó ser un artista consumado con sus vivaces y frecuentemente humorosas actuaciones en la pantalla. El titiritero, una película sobre la vida del legendario maestro de los títeres, ganó un premio en el Festival de Cannes. También, el Gobierno de Francia le otorgó el más alto honor a Lee, confiriéndole el título de Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres.

El versátil titiritero también apareció en espectáculos de variedades en la TV para cultivar un mayor aprecio por su forma de arte. Habiendo sido por mucho tiempo un icono cultural entre los ciudadanos de mayor edad en Taiwan, Lee también ganó admiradores entre la generación joven con sus ocurrentes comentarios por la televisión.

Para el público que lo amaba y respetaba, el maestro titiritero Lee era conocido afectuosamente como “Ah Kung” o el abuelo.

Este veterano ciudadano del arte de los títeres en Taiwan demostró una exuberancia personal que inspiraba a jóvenes y adultos por igual. “Sus actuaciones estimulaban a toda la sociedad”, dice Chiu Kun-liang, presidente del Instituto Nacional de Artes.

Lee se retiró del escenario a la edad de 69 años, y dedicó el resto de su vida enseñando la forma artística a la nueva generación de titiriteros. Junto con sus dos hijos, creó el popular grupo infantil de títeres Wei Wan Jan.

Algunos de los discípulos de Lee viajaron desde Australia, Europa y Estados Unidos para estudiar bajo su dirección en Taiwan. Sus estudiantes retornaron a sus respectivos países para crear sus propios grupos de títeres. En muchos casos, ellos incorporaron el término Wan Jan en el nombre de sus conjuntos. Por ejemplo, actualmente existen las compañías de títeres Hsiao Wan Jan, Ju Wan Jan y Yi Wan Jan en Francia, EE UU y Japón, respectivamente.

Lee permaneció como un ardiente promotor de los títeres de mano hasta el fin. El hizo planes para cooperar con el Ministerio de Educación para promover la forma artística en las escuelas primarias de Taiwan. Sin embargo, el proyecto ha quedado truncado con su muerte.

Pero su incansable dedicación a este arte conllevó a la creación del primer museo de títeres el año pasado en Sanchih, su pueblo natal. En honor al maestro titiritero, el Museo Lee Tien-lu lleva su nombre.

Muchos objetos con significado histórico que pertenecieron a Lee se exhiben en el museo, tales como sus seis títeres centenarios vestidos con antiguos trajes chinos.

El museo de cinco pisos también alberga instrumentos musicales y accesorios especiales que tienen relación con el arte de los títeres. Para ayudar a promover la forma artística, la instalación ofrece un taller de trabajo durante todo el año para jóvenes titiriteros.

El legado del maestro titiritero también incluye un libro de historia que escribió, 10 volúmenes de guiones transcritos de grabaciones de sus funciones, dos libros de fotografías sobre títeres de mano y un disco compacto con selecciones de sus actuaciones. Todas esas obras han sido publicadas por el Ministerio de Educación.

Lee describió en cierta ocasión al arte de los títeres como la llama de una vela frente al viento. Para sobrevivir, los títeres deben reajustarse constantemente a las nuevas tendencias para seguir siendo atractivos a las audiencias modernas, explicó.

Nadie ha hecho una mayor contribución a la preservación de los títeres de mano taiwaneses como Lee Tien-lu. Ahora, el legendario artista del espectáculo se ha quitado los títeres de sus manos por última vez. El los ha dejado a un lado para que el próximo titiritero totalmente dedicado a este arte los recoja.

Traducido por Luis M. Chong L. de The Free China Journal

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