03/05/2024

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Mirando el mundo en miniatura

06/05/1998
La abuela, el nieto y el perro dan vida a esta cabaña en miniatura hecha en Estados Unidos. (Fotos cortesía del Museo de Miniaturas de Taiwan)
Para los entusiastas de la arquitectura occidental, la gran pantalla del cine solía ser el único lugar en Taiwan donde uno podía disfrutar de las escenas de las mansiones a los estilos victoriano y tudor.

Pero, ahora ha surgido un local que ofrece ejemplos de la arquitectura occidental que, a pesar de ser mucho más pequeños en escala, ofrecen detalles más íntimos.

Con el sugestivo nombre de Museo de Miniaturas de Taiwan, muestra más de 200 casas de muñecas y “cajas de habitaciones” de países europeos, Estados Unidos y Canadá. Los modelos muestran los estilos y los diseños de interiores de la arquitectura occidental desde el siglo XVI hasta nuestros días.

Lin Wen-jen, fundador del museo, comenzó a coleccionar las obras en miniatura hace más de diez años, cuando se retiró de su cargo de presidente de una compañía de luces fluorescentes de Taiwan.

El se acuerda que la primera vez que vió una miniatura fue en una tienda de los Países Bajos, y quedó totalmente maravillado por lo intrincado del modelo.

Desde entonces, ha visitado museos y exhibiciones de miniaturas alrededor del mundo. El también ha coleccionado tales obras y ha comisionado a los mejores artistas de miniaturas en el mundo para que creen modelos para él.

Mirando el mundo en miniatura

Todos los accesorios de “Gran Entrada” lucen sorprendentemente auténticos y están hechos con los mismos materiales que los objetos reales.

Mirando el mundo en miniatura

La “Mansión Rosa” es una réplica de una casa del siglo pasado en Los Angeles, California. Las alfombras y el empapelado de las paredes reflejan el lujo que tenía la mansión.

Con frecuencia, Lin lleva a casa porciones de las miniaturas y las completa él mismo. Algunas veces se convierten en un proyecto familiar, con la participación de su señora e hijos.

Hace cinco años, Lin decidió crear un museo que sirva como medio para introducir el arte de las casas de muñecas y las miniaturas de las cajas de habitaciones en Taiwan. Su museo, que fue inaugurado en marzo del año pasado, es el único de su género que existe por ahora en Asia.

Situado en un alto edificio del centro de Taipei, el museo tiene un espacio de más de 960 metros cuadrados. “Alberga una de las mayores y más finas colecciones de miniaturas arquitectónicas, incluyendo modelos de edificios, cajas de habitaciones, muebles y accesorios decorativos”, dice Lin.

Según el informado coleccionista, el arte de hacer miniaturas se originó en Alemania en el siglo XVI. Las familias de la realeza alemana contrataban expertos artesanos para crear casas de muñecas para que sus niños jugasen.

“En ese entonces, las miniaturas servían solamente para que las madres las usasen para jugar con sus hijas. Los juguetes eran usados para enseñar a los niños que el decoro era la marca de la nobleza”, explica Lin.

“Como algunas de las casas de muñecas fueron hechas tan exquisitamente, se convirtieron en herencias familiares que fueron transmitidas a través de los siglos”, añade.

El arte de las miniaturas se expandió posteriormente a los Países Bajos e Inglaterra, donde floreció. Finalmente, fue llevado a Estados Unidos y Canadá por los inmigrantes europeos.

Las exhibiciones regionales e internacionales de miniaturas se realizan todos los años en EE UU y el Reino Unido. Representantes de museos y coleccionistas privados de todo el mundo se reúnen en las muestras para adquirir miniaturas para sus colecciones.

La confección de una miniatura requiere que el artista obedezca reglas estrictas. Esto se debe a que los componentes arquitectónicos, decoraciones y figuras humanas deben ser reducidos a una escala exacta.

La escala más común entre los artistas de hoy es 12:1. Sin embargo, las escalas de 24:1 y 48:1 han estado adquiriendo popularidad en los últimos años.

Otra regla estricta en el arte de las miniaturas es que se debe usar materiales genuinos para crear accesorios tales como los muebles de madera, lámparas de cristal, papel de paredes, alfombras, cristalería, vasijas de porcelana y objetos de metal.

“Esto hace que cada creación en miniatura sea auténtica en relación con los objetos de la vida real. El resultado es una sorprendente y meticulosa obra de arte”, indica Lin.

“Incluso los cuadros que cuelgan en las paredes son pinturas al óleo reales. Solamente del tamaño de una estampilla, los cuadros son pintados a mano, trazo por trazo. También, las botellas de licor de media pulgada están llenas con brandy de verdad”, añade.

Mirando el mundo en miniatura

Una de las exhibiciones más populares del museo es esta “Casa de Mapache” al estilo tudor.

El arte de las miniaturas ha madurado en una actividad altamente profesional en muchos países. “Incluso se ha desarrollado un sistema de división de trabajo para las miniaturas”, observa Lin.

“En Occidente, cada artista tiene su especialidad, ya sea haciendo diminutos muebles, lámparas, pinturas, cerámicas o cristalería”, explica.

“Aunque el tamaño de los objetos es muy pequeño, con frecuencia se usa el mismo proceso de producción que los objetos reales”, señala Lin. “Por ejemplo, con las miniaturas en cerámica, los artistas usan diminutos moldes y luego cuecen los objetos en hornos. Otro ejemplo: para hacer las luces en los edificios en miniatura, es necesario trabajar como un electricista e instalar el alambrado eléctrico”.

Aunque en los países occidentales ha sido popular la creación de miniaturas, la misma se encuentra en estado embrionario en Taiwan.

Lin dice que espera que su museo favorezca un mejor entendimiento de las miniaturas en el público de Taiwan y promueva esta forma de arte como una actividad de ocio.

El museo tiene planes de ofrecer talleres de trabajo para la gente interesada en aprender cómo construir miniaturas. Se invitarán a Taiwan a artistas extranjeros en este arte para que compartan sus experiencias en este aspecto.

La creación de miniaturas es una combinación de arte, fantasía e historia. “A través de cada presentación, aprendes acerca de su historia y significado cultural”, dice Lin.

Al entrar al museo, los visitantes son recibidos por la magnífica “Mansión Rosa”. La elaborada reproducción tiene 20 cuartos, completamente amueblados y “habitados”.

Esta miniatura es una réplica de una mansión que existió a inicios del presente siglo en un cerro en la ciudad de Los Angeles, Estados Unidos, según Lin.

Reginald Twigg, creador de la réplica de la Mansión Rosa, pasó cinco años estudiando y construyendo la impresionante obra de arte. El estuvo 10 días en el museo de Taipei dando los toques finales a la grandiosa muestra.

Mirando el mundo en miniatura

“La Mina del Arbol” es la reproducción en escala 1:120. A pesar de ser la pieza en escala más reducida del museo, no se ha dejado pasar por alto ningún detalle.

Adentro del museo, los visitantes pueden echar un vistazo a los estilos de vida estadounidenses del día de hoy examinando las cajas de habitaciones que muestran las decoraciones de famosos hogares contemporáneos en Estados Unidos. Muchos de esos diseños de interior en pequeña escala fueron creados por Brooke Tucker y Ray Whitledge, dos de los más famosos artistas de miniaturas en Norteamérica.

En esta sección del museo, los visitantes pueden imaginarse a sí sentados en las mesas de elegantes comedores o los sofás ricamente forrados de los millonarios, disfrutando de las obras maestras de arte colgadas en las paredes.

El museo también tiene cajas de habitaciones que muestran la opulencia de los interiores al estilo victoriano de los EE UU de antaño. Esos diminutos cuartos están repletos con piezas del período que representan la gala del siglo XIX, como lo muestra el vestuario de las figuras humanas en miniatura.

Otra sección popular es una que contiene una fila de casas de muñecas del Reino Unido, Alemania, Francia, Canadá y Estados Unidos. Esas réplicas detalladas muestran la arquitectura tudor del siglo XVI, ofreciendo a los visitantes una mirada retrospectiva a los estilos de vida europeos antes de la llegada de la era de la electricidad.

Es realmente fascinante la gran atención de los artistas a los detalles. En una caja de habitación que muestra la recámara de un niño, el tren eléctrico más pequeño del mundo corre realmente alrededor de un riel circular en el piso.

Los visitantes del museo también quedan maravillados al ver un programa de dibujos animados que realmente sale al aire en la pantalla de un diminuto televisor en una caja de habitación de una sala al estilo estadounidense.

Traducido por Luis M. Chong L. de The Free China Journal

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