Una de las versiones que explican el origen del horóscopo chino narra que Buda, en su lecho de muerte, mandó a llamar a todos los animales para darles la bendición final. Como gesto simbólico, quiso honrar a los doce primeros animales que llegasen a la cabecera de su cama, asignándoles un lugar privilegiado en el cosmos de la astrología como regidores de los destinos humanos durante un año.
En la larga fila de animales que llegaron al lugar donde los había citado Buda, se encontraba el buey a la cabeza. Pero, nadie se había percatado que la rata se hallaba escondida entre los enormes cuernos del rumiante.
Al llegar al lecho donde estaba acostado el Iluminado, la rata saltó súbitamente de su escondrijo y cayó justo frente a Buda. De esta manera, el Gran Santo tuvo que concederle el honor de ser el primer animal de la cosmología china.
El nuevo año que se inicia formalmente el 7 de febrero pertenece al signo de la rata y denota el inicio de un nuevo ciclo de doce animales. A la vez, es el inicio de un ciclo menor correspondiente al 78º ciclo mayor del zodíaco chino. Para los chinos, el arreglo zodiacal consiste en un ciclo completo de 60 años llamado chia-tzu, que a la vez está dividido en cinco ciclos menores de 12 años cada uno. Estos cinco ciclos menores están relacionados con los cinco elementos básicos: metal, madera, agua, fuego y tierra. Estos cinco elementos tienen correlación con los cinco planetas que se suelen usar en las predicciones zodiacales de Occidente: Venus, Mercurio, Júpiter, Marte y Saturno.
El Año de la Rata es un año de abundancia, que trae oportunidades y excelentes perspectivas. En lo económico y financiero, vendrá marcado por especulaciones y fluctuaciones en el precio de los bienes de consumo y en el mercado bursátil. En términos generales, habrá una expansión consistente de la economía mundial. Los negocios estarán en auge, será posible hacer fortuna y será una buena época para acumular riquezas.
Es el momento propicio para hacer planes de inversión a largo plazo, ya que la bonanza del Año de la Rata nos ayudará a pasar los años yermos que pueden seguirle. Todas las empresas que se inicien bajo la influencia de la Rata, si han sido bien planificadas, estarán singularmente dotadas de éxito.
En el plano político, será un año más feliz que lo habitual, ya que estará relativamente libre de guerras y conflictos explosivos, y con menos catástrofes que, por ejemplo, los años del Tigre o del Dragón. Será el tiempo propicio para las negociaciones, regateos y acuerdos menores que podrían dar luz a una solución final a conflictos que se han dilatado por mucho tiempo.
Ha prevalecido una discusión etimológica acerca de si debe ser el Año de la Rata o el Año del Ratón. En chino, el signo zodiacal se designa con el término shu, que se aplica indistintamente para una gran variedad de mamìferos que incluyen las ardillas, musarañas, topos, ratas, ratones y canguros. En otras palabras, es un término que se usa para denominar a cualquier animal que tenga el hocico alargado, una cola larga y patas traseras largas aptas para correr y saltar.
Sin embargo, dentro del folklore chino, la rata es considerada como símbolo de la riqueza. Por el contrario, el ratón ha sido bastante ignorado en las tradiciones. Existe una clara distinción entre ambos, y las tradiciones chinas suelen referirse al ta-shu o la rata, en la mayoría de los casos. Es probable que debido a sus hábitos destructores, ha sido relacionada con la riqueza. Por el contrario el ratón (lao-shu) ha sido poco tomado en cuenta por su pequeño tamaño y relativamente menor actividad destructiva.
Realmente hablando, la posición de la rata en las creencias chinas ha sido un tanto ambigua. En términos generales, ha sido considerada como un símbolo de riqueza, aunque también ha sido tomada como señal de la pobreza.
Como alegoría del Año Nuevo lunar, se suele presentar a la rata portando un lingote de oro entre sus patas delanteras. La representación surge de una homofonía con un popular estilo de recitación, el shu-lai-pao, o coplas cortas recitadas en serie. En consecuencia, la relación homofónica con la rata se traduce en la frase “las ratas traen tesoros consigo” (shu-lai-pao).
Como curiosa anécdota a lo anteriormente dicho, los ancianos en China solían decir que cuando entran las ratas a un casa, el gato se prepara para mudarse hacia ella. Las tradiciones chinas prescriben que el perro está ligado con la prosperidad, mientras que el gato es un animal de los pobres.
No resulta difícil explicar la razón de esta frase. Por los enormes daños que causan las ratas, muchas familias en la China antigua podían terminar en la pobreza.
También resulta interesante una curiosidad: los Años de la Rata son siempre bisiestos y coinciden con una edición de los Juegos Olímpicos de Verano, ya que éstos se celebran cada cuatro años.
Las personas que nacen en el Año de la Rata son inteligentes, atractivas, fáciles en el trato, amigables y amantes de las fiestas y reuniones sociales. Externamente, son personas que aparentan ser muy reservadas, pero en realidad, son muy activas. Sobresalen por su capacidad de auto-control, un don que les permite ser muy populares y contar con una gran cantidad de amigos. Tienen una gran capacidad para adaptarse a cualquier circunstancia, y no les preocupa con quién se asocian.
En el lado negativo, las personas que pertenecen al signo de la Rata suelen ser muy críticas. Son muy dadas al chisme y a comparar las otras personas, tratando de sacar provecho del prójimo. También suelen ser muy entrometidas y disfrutan estar en medio de los asuntos ajenos.
Por otro lado, son personas que tienen una habilidad innata para presentir el peligro, aunque poco les preocupa su seguridad, ya que suelen buscar una puerta de escape antes de entrar a un sitio.
Hablando del sentido crítico, la ceramista taiwanesa Lien Pao-tsai, que combina la ingenuidad infantil en sus creaciones en arcilla, ha develado recientemente una serie de esculturas dotadas de un sentido sarcástico. Una de sus obras, denominada Lotto del Año de la Rata, constituye una sátira en contra de la euforia de muchas personas en la compra de tiquetes de lotería. En la composición, varios integrantes montados en el lomo de un buey examinan sus respectivos tiquetes de lotería, mientras que la rata levanta sus dos manos haciendo una señal de victoria mientras grita: “¡Gané! ¡Gané!”.
La rata ha sido también usada en otra de sus obras, titulada Así es el mundo, donde Lien presenta una rata en traje de novia pisando un montón de oro, con un gato arrodillado pidiendo sus manos. La escultora señala que el mensaje que desea impartir es que cuando un gato callejero ve las riquezas de la rata, pierde la enemistad natural que siente hacia ella y se enamora instantáneamente de su adversaria.
En cuanto a la relación entre el gato y la rata, también existen un par de versiones folklóricas que están ligadas al origen del zodíaco chino. A la vez, ambos relatos tienen que ver con el llamado que supuestamente hizo Buda a todos los animales.
Una de las leyendas cuenta que los animales llegaron a la orilla de un río, el cual tenían que cruzar para llegar donde estaba acostado Buda. En esos tiempos, el gato y la rata eran muy buenos amigos y habían llegado juntos al lugar. Como ninguno de los dos sabían nadar, se acercaron al buey, que había llegado unos momentos antes y se encontraba descansando antes de cruzar el lecho del río. Ambos le pidieron al buey que les ayudara a cruzar el río, y siendo benévolo y paciente, éste aceptó y les dijo que se montaran sobre su hombro.
Así, los tres animales atravesaron el río, pero en medio de la corriente y aprovechando un descuido del gato, la rata empujó al agua a su amigo. El gato, que no esperaba esa acción de su amiga, cayó a las aguas y fue arrastrado por la corriente. Gracias a un tronco que flotaba cerca, el felino pudo salvarse, pero ya era muy tarde para llegar ante Buda. En consecuencia, perdió la oportunidad de quedar clasificado entre los doce animales del zodíaco chino.
El otro relato folklórico sobre los dos animales dice que la rata confundió al gato en cuanto a la fecha en que Buda recibiría a los animales en su lecho de muerte y le hizo creer que sería un día después de la fecha de la cita.
Confiado, el gato se fue a su casa y en el día de la cita con el Iluminado, se quedó durmiendo sin preocuparse acerca del histórico encuentro. Al día siguiente, cuando despertó y salió para dirigirse a donde estaba Buda, se percató que la cita había sido ayer y que el torneo había concluido.
Una versión muy parecida a la anterior describe que el gato y la rata, que eran muy buenos amigos, habían planificado ir juntos a una cita con el Emperador del Jade, la suprema deidad del taoísmo, donde se adjudicarían los doce animales del zodíaco chino.
Cuando llegó el día, la rata se levantó muy temprano y a hurtadillas, salió de casa, sin despertar a su buen amigo, quien se encontraba profundamente dormido. En el camino, se encontró con el buey y al saber que iba también a la cita, le pidió que la llevase en sus hombros. Al llegar ante la Suprema Deidad, la rata saltó desde el hombro del buey y llegó frente al trono del Emperador del Jade, quien le confirió el privilegio de ser el primer animal del zodíaco.
Cuando se despertó el gato y se percató que le quedaba poco tiempo, corrió hacia el palacio del Emperador de Jade, pero llegó tarde ya que fue el décimotercero en arribar y sólo habían doce posiciones astrales.
El gato se sintió traicionado por su mejor amiga y quiso matarla. Pero, la rata huyó del sitio al ver a su amigo enfurecido. Desde entonces, la rata huye cada vez que ve al gato, y éste trata de acecharla por todas partes. El gato consideró que la rata había sido deshonesta y había violado las reglas de la amistad. Por esa razón, los dos animales se han convertido en enemigos irreconciliables. Resulta obvio que la sabiduría de los antepasados buscó una forma romántica de explicar dónde comenzó su eterna enemistad.
El lugar que le hubiera tocado al gato en el zodíaco chino lo ocupó la liebre o el conejo. En este sentido, en algunos países del Sudeste Asiático, como sería el caso de Vietnam, el gato reemplaza al conejo en el zodíaco local.
Según la tradición, los nacidos bajo el signo de la Rata llevan consigo un fuerte karma, energía metafísica que deriva de las acciones de alguien, y por consiguiente, podrían enfrentar una crisis de identidad o tener algún sentido de culpa. Con frecuencia deben trabajar mucho y arduamente para triunfar en la vida. Aquellas personas nacidas durante el día están un poco más libradas de estas ataduras que las nacidas durante la noche en el Año de la Rata.
En lo posible, deben evitar aquéllos nacidos en el Año del Caballo, y sus mejores amigos son los que han nacido bajo los signos del Mono, Dragón y Buey.
A pesar de los atributos negativos, la persona nacida en el Año de la Rata es trabajadora y diligente. Suele ser imaginativa y nunca le faltan las ideas. Sin embargo, muchas veces no tiene la suficiente confianza para promover sus ideas y en consecuencia, a menudo pasa desapercibida. Su mayor creatividad ocurre en el período del día que va desde las once de la noche hasta la una de la mañana del día siguiente.
Entre algunas de las personalidades famosas nacidas bajo el signo de la rata tenemos: Julio Verne, Richard M. Nixon, Marlon Brando, el Papa Juan Pablo II, William Shakespeare, el Príncipe Carlos de Inglaterra, Pablo Casals, Yves St. Laurent, Augusto Rodín, George Washington, León Tolstoy, Olivia Newton-John, Mozart, y Antonio Gaudí.
En muchos países de Asia, la rata es venerada como un animal sagrado. En India, se le considera una deidad importante, relacionada con la abundancia y la fecundidad. En el brahmanismo, es el vehículo que transporta a Ganesha, la deidad con cabeza de elefante.
Una peculiar costumbre folklórica en Taiwan es la boda de las ratas, que ocurre en la medianoche. En esa noche particular, la gente suele irse a dormir temprano y apagar todas las luces para que los roedores lleven a cabo su ritual. Por lo general, es la primera noche del primer mes lunar.
Sin embargo, el objetivo de celebrar la boda de las ratas no es para aumentar la cantidad de estos roedores en la casa. Al contrario, es para que una vez casada, la rata se vaya a vivir en su nueva casa junto a su esposo.
Siendo el inicio de un nuevo ciclo zodiacal, el Año de la Rata es un buen año, ya que denota la renovación de todo el orden celestial. Tanto a nivel personal, así como nacional e internacional, todo lo que se plante y germine en el año irá acompañado de buenos presagios y es bastante probable que se desarrolle favorablemente.
También será un año donde se acorten las distancias entre las personas y que se activen las relaciones personales a todos los niveles. A pesar de aparentar ser un año pacífico y reconciliador, habrá ferviente actividad. Lo más importante será valorar lo que nos ofrecerá el Año de la Rata, y no desesperarnos ni preocuparnos excesivamente en los peores momentos.
Texto y fotos de Luis M. Chong L.
Años de la Rata durante los siglos XX y XXI
1900 31 de enero de 1900 al 18 de febrero de 1901
1912 18 de febrero de 1912 al 5 de febrero de 1913
1924 5 de febrero de 1924 al 24 de enero de 1925
1936 24 de enero de 1936 al 10 de febrero de 1937
1948 10 de febrero de 1948 al 28 de enero de 1949
1960 28 de enero de 1960 al 14 de febrero de 1961
1972 15 de febrero de 1972 al 2 de febrero de 1973
1984 2 de febrero de 1984 al 19 de febrero de 1985
1996 19 de febrero de 1996 al 6 de febrero de 1997
2008 7 de febrero de 2008 al 25 de enero de 2009
2020 25 de enero de 2020 al 11 de febrero de 2021
2032 11 de febrero de 2032 al 30 de enero de 2033
2044 30 de enero de 2044 al 16 de febrero de 2045
2056 15 de febrero de 2056 al 3 de febrero de 2057
2068 3 de febrero de 2068 al 22 de enero de 2069
2080 22 de enero de 2080 al 8 de febrero de 2081
2092 7 de febrero de 2092 al 26 de enero de 2093