Jóvenes aborígenes de Taiwan se han reunido en un grupo para aprender, preservar y presentar las ricas tradiciones del acervo cultural de sus tribus. A través de un largo proceso de aprendizaje, ellos han rescatado canciones y danzas que estaban a punto de desaparecer. Pero, no se han detenido allí, sino que han conseguido llevar tales expresiones al escenario, convirtiéndolas en un espectáculo de gran colorido y sonoridad vocal.
El Grupo de Cantos y Danzas Aborígenes de Formosa, compuesto por jóvenes aborígenes, ha resucitado y reconstruido sus cantos y danzas que están desapareciendo gradualmente, con la ayuda de antropólogos y ancianos de las tribus, frecuentemente a través de la observación y participación real en el sitio.
Esos cantos y danzas que han sido transmitidos oralmente por los ancianos, se presentan en el escenario para reafirmar el espíritu original de los rituales aborígenes. La vitalidad de las sobresalientes presentaciones del grupo ayuda a entender mejor la cultura aborigen, a la vez que enriquece y extiende el alcance de la experiencia teatral.
Desde su creación en 1991, el grupo ha realizado cientos de presentaciones por todo Taiwan, obteniendo el Premio de Literatura y Artes Wu San-lien, uno de los galardones impartidos por organizaciones cívicas más respetados en la isla. También ha sido honrado durante varios años como un sobresaliente grupo de actuación artística en Taiwan por el Consejo para los Asuntos Culturales, Yuan Ejecutivo, República de China.
En el mes de septiembre, este grupo realizará una serie de actuaciones en Nicaragua, Guatemala, Perú y República Dominicana, en una gira patrocinada por la Oficina de Información del Gobierno de la República de China. El tema principal de la presentación será las celebraciones del Año Nuevo.
Con el sugestivo título El Paso del Año, el Grupo de Cantos y Danzas Aborígenes de Formosa presentará los rasgos característicos de los cantos y danzas de varias tribus aborígenes durante las fiestas del Año Nuevo. En el escenario, el público tendrá la oportunidad de observar los diversos y vistosos atuendos, ritos sagrados, actividades cotidianas y muchos otros aspectos particulares de cada una de las tribus que participan en el espectáculo.
El Paso del Año es una síntesis de las tradiciones aborígenes de las tribus puyuma, tsou y amis. Generalmente, se acepta como Año Nuevo la fiesta que conmemora el inicio de un nuevo año. En este sentido, el tipo de calendario utilizado determina la fecha en que se realiza esta celebración en un determinado pueblo o región. En Occidente, estamos acostumbrados a relacionar automáticamente el Año Nuevo con el 1º de enero, siguiendo la normativa del calendario gregoriano, en vigencia desde 1582. Sin embargo, no siempre se celebró en esa fecha en el pasado. Los romanos celebraban el Año Nuevo en el mes de marzo. Los chinos, que se rigen a través del calendario lunar, celebran dicha festividad en el primer día del primer mes lunar, siendo una fiesta móvil.
Pero, para los aborígenes de Taiwan, el Año Nuevo simboliza el inicio de un nuevo ciclo de vida, donde se renuevan las tradiciones tribales y se realizan ritos para asegurar la paz y tranquilidad, inspirar a los jóvenes de la tribu y reforzar la energía vital del clan.
Al marcar el paso de un año al otro, los miembros de la tribu cantan y danzan para despedir el año viejo, a la vez que elevan plegarias para eliminar las influencias malignas y pedir por la abundancia y buena fortuna durante el año que se inicia.
A través del tiempo, muchas tribus aborígenes que habitaban originalmente la isla fueron finalmente asimiladas dentro de la inmigrante etnia han, a través del matrimonio o sencilla adopción de una nueva identidad. Durante la ocupación japonesa, hubo discriminación y persecución contra ciertas tribus aborígenes, ocasionando su fusión obligada con otras para poder escapar de la represión por parte de las autoridades niponas.
En la actualidad, se reconocen un total de catorce tribus aborígenes, con culturas y dialectos diferentes: amis, paiwan, puyuma, bunun, yami, rukai, saisiyat, atayal, tsou, thao, kavalan, sediq, taroko y sakisaya.
Con aproximadamente unas 340 mil personas, esas tribus pertenecen al grupo de la lengua austronesia y algunas viven en los distritos montañosos y otras en terrenos planos. Ellas muestran una gran diversidad en términos de sus lenguaje, cultura material, organización social y rituales; manteniendo ceremonias y tradiciones culturales antiguas y ricas.
Como resultado de la colonización por los holandeses, españoles y japoneses, junto con el impacto de la cultura china proveniente del territorio continental chino, las tribus aborígenes de Taiwan han presenciado grandes cambios sociales y su cultura se enfrenta a un futuro incierto.
Faidaw Fagod, fundador y encargado del Grupo de Cantos y Danzas Aborígenes de Formosa. (Foto de Chen Mei-ling)
Las tres tribus representadas en el elenco artístico tienen marcadas diferencias en sus trayectorias culturales, costumbres y lenguaje. La tribu amis, la más numerosa de todas las tribus aborígenes de Taiwan, vive principalmente en el Valle de la Hendedura Hualien-Taitung, en el este de Taiwan y a lo largo de la costa del Pacífico al este de la Cordillera Central. Los amis se distinguen por su sistema matrilineal y el sistema de rango por edad en los hombres.
La tribu tsou reside principalmente en el área montañosa de Alishan en el distrito de Chiayi, en el sur de Taiwan, y en la parte sudoccidental de la isla. También existe un pequeño grupo de comunidades tsou en los distritos de Kaohsiung y Nantou. En su propia lengua, la palabra "tsou" sencillamente significa "pueblo". Constituyen una sociedad patrilineal, donde las parejas casadas viven con la familia del marido.
Finalmente, los puyuma viven en el este de Taiwan, en la planicie entre las montañas y el mar. Con una población de unas 8 mil personas, ellos están organizados en ocho principales grupos de aldea. La comunidad puyuma es muy celosa en la preservación del culto y los rituales religiosos. Por esa razón, el Grupo de Cantos y Danzas Aborígenes de Formosa ha seleccionado una de las aldeas puyuma para que sirva de centro de sus estudios.
El canto de los aborígenes simboliza la parte subjetiva del alma de estos pobladores originales, aquella voz interior que fortalece su identidad; mientras que la danza ha sido el medio que ha sustituido la ausencia de un lenguaje escrito, narrando su historia y transmitiendo la sabiduría intrínseca de sus antepasados.
Sin embargo, los drásticos cambios que ocurren en el mundo moderno están amenazando muchas de las tradiciones y costumbres de las tribus aborígenes de Taiwan. Pero, gracias a los esfuerzos de preservación del patrimonio cultural por parte del Gobierno y el sector privado en los últimos años, los aborígenes conservan ahora sus tradiciones con dignidad, apreciando los cantos y danzas rituales que han heredado de sus antepasados.
Pero tales esfuerzos pueden ser difíciles en algunos momentos, debido a la inseguridad de los fondos destinados para tales iniciativas. Sin embargo, pese a las dificultades, algunas comunidades aborígenes mantienen sus tradiciones y observan sus ritos religiosos.
El encargado del grupo, Faidaw Fagod, señala que su equipo se enfrenta a veces a dificultades debido a que tiene que proveer ingresos para tantos integrantes y a la vez, preparar muchas actividades anualmente. "Si no hay suficiente apoyo para el arte aborigen, poco a poco el número de espectáculos tendrá que irse reduciendo", manifiesta Fagod con preocupación.
Si bien en el pasado hubo rivalidad, y hasta guerras, entre las diversas tribus en la isla; afortunadamente todo eso ya se ha convertido en cosa del pasado. En la actualidad, todas las tribus sienten un sentido de afinidad entre ellas, que se origina posiblemente de su identidad particular en medio de un entorno donde predominan los grupos de la etnia han.
"El sólo hecho de ser aborigen nos da ese sentido de identidad, de identificación, aunque hablemos dialectos diferentes", señala Fagod.
Los jóvenes que participan en el grupo artístico se sienten identificados con sus raíces tradicionales, así como los valores y las expresiones artísticas que han recibido de sus antepasados. A través de sus actuaciones, rompen las barreras del idioma y la distancia geográfica para presentar un espectáculo vivo y lleno de colorido, cuya temática ha sido adaptada de la vida cotidiana y las celebraciones cíclicas de sus tribus.
Eso se puede apreciar mejor en el hecho de que la actuación utiliza primordialmente la voz humana como medio de expresión, ya sea en el canto, o acompañada por sonidos naturales producidos por la respiración o los movimientos corporales.
Agrupaciones como el Grupo de Cantos y Danzas Aborígenes de Formosa han ayudado a mejorar la posición de los aborígenes en la sociedad taiwanesa, ganándose los elogios tanto en Taiwan como en el exterior, por su desinteresada contribución a la preservación de ese segmento tan importante y vital de la cultura taiwanesa.
Texto de Luis M. Chong L.