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Un menú con piezas de museo

26/09/2008
El nuevo restaurante Palacio de Sedas acoge a los selectos visitantes al Museo Nacional del Palacio con un suntuoso banquete a los sentidos.

La idea de integrar las artes culinarias con la estética ha resultado una combinación excelente. La estrategia de alianza entre restaurantes de primera categoría y museos de clase mundial brinda a los visitantes la oportunidad de satisfacer su apetito artístico al mismo tiempo que colma su paladar de sabores sobresalientes. Sin embargo, pocos han logrado un éxito tan resonante como el del Museo Nacional del Palacio (NPM, siglas en inglés) a la hora de fusionar la comida y el entorno con el arte y los artefactos que posee.

Imagínese a sí mismo disfrutando de la tradicional cocina china, servida en réplicas de las vajillas antiguas que usted acaba de contemplar en el museo, incluyendo platos que se asemejan a algunas de las esculturas de jade más famosas del NPM. Trasládese a un espacio para cenar que resuena con el espíritu de artistas y literatos famosos de tiempos antiguos, como el artista y poeta de la dinastía Sung (960-1279), Su Shi; o el calígrafo de la dinastía Chin (265-420), Wang Hsi-chih. Esta es la experiencia culinaria que le espera en el Palacio de Sedas, el recientemente inaugurado restaurante y salón de banquetes, junto al NPM, operado en colaboración con el Hotel Formosa Regent Taipei, de cinco estrellas.

Un menú con piezas de museo

Esta es la versión comestible en miniatura de la famosa pieza El repollo de jade.

"El museo no solamente presenta excelentes colecciones, sino que también promueve la cultura de la comida exquisita, con el fin de recordarle a la gente de la elegancia en la cual el calígrafo Wang Hsi-chih (303-361) y sus amigos cenaban, departían vino y escribían poesía en el Pabellón de las Orquídeas", explicó el exdirector del NPM, Shih Shou-chien, durante la ceremonia de inauguración del Palacio de Sedas.

"Siempre ha sido mi misión impresionar al mundo con lo mejor de Taiwan: su cultura y su cocina", señaló Steven Pan, presidente del Formosa Regent, en esa misma ocasión.

A pesar de que el Palacio de Sedas emana un aura clásica, sus creadores han alcanzado este efecto reinterpretando las tradiciones antiguas con métodos modernos. Tomando la inspiración de las porcelanas de la dinastía Sung, apreciadas por sus esmaltes con efecto de vidrio cuarteado, el arquitecto taiwanés Kris Yao encerró el salón de banquetes en una capa exterior de vidrio de leve color verde azulado que cubre un encaje interno con un patrón que imita el hielo resquebrajado.

El interior del Palacio de Sedas, diseñado por el arquitecto japonés Yukio Hashimoto, emplea los motivos ornamentales tomados de algunas de las piezas más valiosas del NPM. Pilares de 18 metros de alto dan la bienvenida a los visitantes, emulando los instrumentos de jade empleados en las ceremonias religiosas de la cultura neolítica de Liangzhu, cerca del delta del Río Yangtze. Una luminosidad tenue emana de las lámparas en el techo con forma de campanas musicales de mil años antes de Cristo. Las paredes están adornadas con obras maestras pictóricas y caligráficas como A lo largo del río durante el Festival de Chingming, Oda tardía en el acantilado rojo, Prefacio a la reunión en el Pabellón de las Orquídeas.

Un menú con piezas de museo

La sopa "Buda salta el muro" es servida en una réplica de un tazón antiguo.

No se debe dejar de lado uno de los aspectos más importantes de este restaurante: su cocina. Una característica única, que hace destacar su menú tradicional chino de entre otros, es la cantidad de platos que se han creado en honor a los tesoros de la colección del NPM. Famosas obras escultóricas, tales como El repollo de jade y La piedra en forma de carne cocida, han sido "restauradas" como comida real.

"Ha sido un gran reto para nuestros chefs crear platillos que asemejen estos artefactos, al mismo tiempo que garantizan el placer gastronómico", explica Ciacia Chang, gerente de relaciones públicas del Palacio de Sedas. "La vajilla también evoca el estilo gastronómico de la realeza antigua. Por ejemplo, la sopa se sirve en un antiguo ding de tres patas; mientras que los postres se presentan en un pequeño estante de varios pisos, inspirado en las divisiones internas de las cajitas para mostrar miniaturas de antaño.

Un menú con piezas de museo

El "cerdo a la Dongpo" revive la imagen eterna de La piedra en forma de carne cocida.

"Los clientes nos han dado favorables críticas acerca de nuestra cocina, especialmente sobre nuestro Banquete del Tesoro Nacional", señala Chang, refiriéndose a un menú especial de varios platos. "Los locales están muy entusiasmados ya que finalmente han hallado un restaurante que pueden recomendar a los amigos extranjeros que desean visitar el museo".

Ya que la cocina ha sido siempre un elemento importante de la cultura china, el Palacio de Sedas tiene planes de presentar una variedad de banquetes de diversos platillos, incluyendo un "banquete del Emperador", y un popurrí de platos supuestamente inventados por Su Shi. También pueden haber en el futuro banquetes temáticos que hagan eco de las exhibiciones mostradas.

Un menú con piezas de museo

El diseño interior está enmarcado por las columnas que asemejan jades antiguos. (Fotos de Huang Chung-hsin)

Famoso por ofrecer un ágape visual metafórico, el Museo Nacional del Palacio está creando en la actualidad banquetes reales con el fin de inculcar la apreciación del arte por medio de todos los sentidos.

Adaptado del Taiwan Journal por Silvia Villalobos

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