03/05/2024

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El fenómeno del Cabo Nº 7

16/10/2008
La conmovedora escena del abrazo entre los protagonistas captura al público desde el afiche de promoción.

"Es un feriado del Cielo", no es precisamente el comentario que se espera cuando se cancelan las clases y el trabajo debido a un tifón. Sin embargo, el 29 del mes pasado, la gente aprovechó que el fin de semana se extendiera un día más, y desafió los elementos, con lluvias torrenciales y vientos de más de 180 kilómetros por hora provocados por el tifón Jangmi, para divertirse un poco y disfrutar de una buena película.

Las salas de cine se abarrotaron cuando el público de todas las edades acudió en masa a ver la película del momento, Cabo Nº 7. A pesar de los meses que lleva en cartelera, no ha disminuido el entusiasmo del público. Al contrario, la mayoría de las salas de cine informa que las presentaciones están vendidas completamente de dos a tres tandas.

¿Es este inesperado éxito un síntoma del renacimiento del cine taiwanés o simplemente un golpe de suerte? ¿Cómo se puede explicar el impacto en la taquilla de una película sencilla, que ha superado con creces a los internacionalmente conocidos Ironman (que recolectó 2,6 millones de dólares estadounidenses en la isla), de lujosos efectos especiales, o Acantilado Rojo, del afamado director John Woo de Hong Kong (con una recaudación de 2,5 millones de dólares)? Superó inclusive a Batman: El caballero de la noche; La Momia 3; e Indiana Jones 4.

El director Wei Te-sheng, de apenas 40 años de edad, confiesa sentirse a la vez conmovido y abrumado ante la cálida reacción del público. En medio de una conferencia de prensa realizada recientemente en el Cine Showtime, el público interrumpió continuamente la sesión de preguntas y respuestas con vítores y halagos. "Gracias por la producción de una película maravillosa", le dijo una mujer. "Llevé a mi abuela de 92 años a ver la película y le encantó", exclama por allá un hombre.

En un mercado dominado durante años por producciones de Hollywood, los directores locales antes sólo podían soñar con una escena semejante, y ni hablar de los más de nueve millones de dólares de dólares estadounidenses recolectados en taquilla hasta el cierre de edición, tras una inversión de apenas 1,6 millones de dólares estadounidenses en la producción del filme.

Sin embargo, a través de una sencilla historia que representa los sueños y frustraciones de la gente común, una madurez narrativa y un talentoso elenco, Wei ha hecho una película realmente agradable que ha cautivado a los aficionados al cine taiwanés.

Un menú con piezas de museo

El elenco de músicos aficionados posa en la playa. (Fotos cortesía de ARS Film Productión)

Para entender este fenómeno y cómo ha alcanzado la cumbre del éxito, debemos recorrer la historia de Wei. En 1993, el joven aprendiz comenzó a trabajar con el aclamado director taiwanés Edward Yang (1947-2007). De esta forma, aprendió producción cinematográfica bajo la tutela de este artista de la Nueva Ola. Posteriormente, fue ascendido a asistente de director en 1996 para la película Majhong. Después de filmar una serie de cortos que obtuvieron el Premio Cosecha Dorada para Películas y Video Digital, Wei presentó Acerca de julio en 1999. Esta película impresionó a los críticos, y fue premonitoria de que una estrella estaba ascendiendo.

No obstante, el camino no fue fácil. Wei sufrió un revés con su próximo proyecto Seediq Bale, una epopeya basada en el legendario héroe aborigen Mona Rudao. A pesar de que un corto tipo trailer que produjo para la película ganó amplio reconocimiento en 2004, no logró recolectar los fondos suficientes para realizar su filme anhelado.

Afortunadamente, Wei no se desanimó. Se dedicó a pensar en cómo generar más entradas para su producción, por lo que comenzó a trabajar en Cabo Nº 7, decidido a demostrar que un cineasta taiwanés puede producir una película de alta calidad comercial y que a la vez complazca a la crítica de cine. "Yo quería hacer una alegre y conmovedora película que gente de todas las edades pudiera disfrutar", explicó.

La película se desarrolla en la soleada villa costera de Hengchun, en el sureño distrito de Pingtung. Combinando historia, cultura local y música, destaca dos historias que se entrelazan y complementan: una banda de rock de aficionados que se preparan para un próximo festival de rock al mismo tiempo que hacen frente a los problemas de su vida cotidiana; y el misterio detrás del hallazgo de siete cartas de amor no entregadas después de 60 años, escritas por un profesor japonés para su amada de Taiwan al ser separados cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial.

Los actores de bajo perfil encantan al público con su naturalidad para la actuación. El protagonista, Van Fang; y la actriz principal, Tanaka Chie, tienen poca experiencia en el cine, y muchos de los actores secundarios son aficionados. Desde que Cabo Nº 7 se convirtió en un éxito, el elenco se ha vuelto muy popular, y a Wei se le ha pedido producir una continuación con ellos.

Antes del éxito, Wei se jugó un enorme riesgo financiero. Después de recibir financiación gubernamental por 155 mil dólares estadounidenses, pidió prestados 930 mil dólares más para completar la producción. Con costos finales rozando los 1,55 millones de dólares estadounidenses, Wei demostró que los directores locales son capaces de administrar películas de gran presupuesto. El crítico de cine Wen Tien-hsiang comentó: "Wei ha ayudado a otros directores locales a superar el miedo de hacer películas caras y ambiciosas. Esta película es una inspiración tanto para los cineastas como para los cinéfilos".

"Sé que es muy arriesgado hacer una película tan cara en Taiwan. Pero no podía permitirme lamentar que mi película no atrajera al público porque no invertí suficiente dinero para hacerla mejor. Eso es solamente una excusa. Cabo Nº 7 es mi primer largometraje, y yo tenía que hacerlo perfecto. No iba a sacrificar la calidad de mi filme solamente porque no me alcanzaba el dinero", reveló Wei a un diario local.

En la atribulada industria cinematográfica de Taiwan, directores y productores tienden a apoyarse mutuamente en lugar de competir. Antes de que Cabo Nº 7 fuera lanzada al mercado, directores veteranos como Hou Hsiao-Hsien y Lin Cheng-sheng exhortaron al público a ver la película de Wei. A su vez, Wei ahora desea utilizar su éxito para ayudar a otros en la industria. Por ello, ha alentado al público a disfrutar de otra producción nacional, ORZ Boyz, que se encuentra en cartelera actualmente en los cines.

En cuanto al estilo, directores veteranos como Hou Hsiao-hsien y Edward Yang han cautivado en los festivales de cine europeos con sus obras lentas y contemplativas. Sin embargo, este tipo de filmes no necesariamente tenía el mismo efecto en el público de Taiwan, señaló Wen, haciendo hincapié en que la película de Wei rompe con esta tradición.

Un menú con piezas de museo

El público abarrota las salas de cine, sin importar el tifón rugiente afuera, para disfrutar de la producción nacional. (Foto de CNA)

"Todos han estado esperando por una película que esté hecha pensando en el público, una película comercial que sea directa, accesible", opina Lee Kang, hermano menor del famoso director taiwanés Ang Lee, quien también dirige películas.

"Nunca hemos tenido una película tan accesible al público. Los personajes son agradables. Son aventureros. El público puede identificarse con ellos", indica Lee.

Wen destacó que Wei mostró una mejor capacidad y manejo de las escenas grandes que otros directores jóvenes; como por ejemplo, cuando el maestro japonés deja Taiwan y aborda el buque hacia Japón.

"Su historia fluida, su mezcla de tristeza y humor, su retrato de los hábitos intrínsecos de los taiwaneses, esos son los elementos que otros jóvenes directores no han sido capaces de capturar", concluye Wen.

Según Ah-meow Lin, director del popular documental de 2005, ¡Salten, chicos!, películas como Cabo Nº 7, que muestran los sueños y vida cotidiana de la gente común y corriente, e incorporan jóvenes talentos, han estimulado un lento renacimiento de la industria cinematográfica local.

Tras el extraordinario éxito de su primera película de largometraje, Wei ha vuelto a su inconcluso proyecto Seediq Bale. "Voy a empezar a trabajar en esta película que he anhelado hacer en octubre", anunció. "Ya tengo otras dos historias en mi mente, ambas tratan acerca de la historia temprana de Taiwan".

Cabo Nº 7 ha sido galardonada con el Gran Premio en el Festival del Cine de Taipei 2008 en junio y ganó el primer premio en el Festival del Cine Marino Asiático, que se celebró en Tokio el mes pasado. Este mes, participa en el Festival Internacional Cinematográfico de Pusan, en Corea del Sur. Mientras tanto, la Oficina de Información del Gobierno anunció que la película competirá por la nominación en la categoría "Mejor Película Extranjera" en la 81ª Entrega de los Premios Oscar de la Academia.

Hay grandes esperanzas de que el éxito de Cabo Nº 7 impulse la producción de la hasta ahora anémica industria fílmica de Taiwan, atrayendo a más inversionistas, dispuestos a tomar mayores riesgos para repetir o superar este triunfo. Por el momento, el público sigue fascinado con la sencilla y sentimental historia, que a su vez permitirá la continuación de la épica historia de un héroe aborigen.

Adaptado del Taiwan Journal por Silvia Villalobos

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