04/05/2024

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Costa Rica a través de las obras de Isidro Con Wong

06/07/1997

El mes pasado, el Museo Nacional de Historia presentó las pinturas nativistas de Isidro Con Wong. Dándole al público de Taiwan la oportunidad de conocer Costa Rica. Las obras de Con Wong, un mundo de color, brillo y ensueño que reflejan su vida en el campo, también han sido exhibidas en Europa, Estados Unidos y América Latina.

Su largo e inquebrantable deseo de ser pintor; su ascendencia china; su vida como campesino; y la falta de una formación académica en la pintura, quizás son los factores más importantes que han convertido a Isidro Con Wong en uno de los pintores nativistas más destacados de América Latina.

Isidro Con Wong nació en Puntarenas, Costa Rica, en 1931, en el seno de una familia de origen chino. Su abuelo, quien llegó como inmigrante a las costas de Centroamérica en 1888, envió al padre de Isidro de regreso a China cuando éste era muy pequeño. ¨... Mi padre volvió a los 17 o 18 años a Costa Rica (...) Allí formó lo que actualmente es la familia Con Wong¨, cuenta el artista.

Después de un tiempo estalló la Segunda Guerra Mundial. Los padres de Isidro y todos sus paisanos en la América ya no pudieron volver a su tierras. Terminada la guerra, toda su familia decidió vender las propiedades y todas las riquezas que habían acumulado durante muchísimos años y volver a China. ¨Lamentablemente entre 1948 y 1949 vino la revolución en China, así todos los paisanos tuvieron que salir huyendo nuevamente. Unos salieron para Hong Kong, Costa Rica, Nicaragua, México. Todo el mundo se fue para otros lugares. Mi padre me dijo que si quería me ayudaba para que me trasladara a Taiwan o a Singapur. Desde muy paqueño yo ya tenía la habilidad y la sed de pintar. Mi padre siempre lo vio como un juego de niños, pero él sintió que esa profesión, ese camino que yo quería tomar, no era rentable. Siempre trató de desviarme, El quería que fuera a Taiwan. Yo le dije: ¨Papá, si tú permites que me quede en Taiwan será para tratar de instruirme en el arte chino.¨ Mi padre contestó que eso no me convenía y le dije que entonces me iba para la América nuevamente. El aceptó¨, recuerda.

El joven Isidro se embarcó con otros primos en 1951 y fue así como llegó nuevamente a Costa Rica. Empezó a buscar las montañas, la naturaleza. Luego, logró adquirir unas tierras en donde durante más de cuarenta años se dedicó a la agricultura y a la pesca porque su finca estaba ubicada en las tierras peninsulares del Golfo de Nicoya. También se dedicó a criar ganado. Entre las duras faenas del campo aprovechaba los momentos más tranquilos para meditar, mirar la naturaleza, sentir el entorno. Iba a la playa para hacer lo que hacía de niño: a dibujar. Fue así como transcurrieron los primeros 45 años de su vida.

Fue a esa edad que un sacerdote amigo suyo, mirando los trabajos que hacía se entusiasmó y un día lo llamó y le dijo: ¨Isidro ven acá. Te voy a dar un regalo¨. Le dio una caja de pinturas. ¨Estas pinturas que te traigo son para que me liberes (...) Yo quería ser pintor toda mi vida, desde que era muchacho. Y resulta que Dios me hizo cura. Entonces prefiero que tú seas el pintor que yo quería ser, y yo siguir siendo cura, que Dios es lo que quiere que yo sea¨.

De esta manera Isidro Con Wong inició su carrera como pintor. Pero siempre lo hizo de una forma autodidacta. Todas sus experiencias acumuladas, percepciones de lo que es una finca, de lo que es ganado, de lo que son montañas y noches de luna, le han impactado.

Al preguntarle qué diferencias hay entre las obras de sus inicios como pintor y las que crea hoy, Con Wong indica: ¨Diría que mis pinturas fueron creciendo. Las pinturas que empecé a plasmar al óleo tienen un principio, una base de trabajo que ya por muchos años realicé en la playa, en un cuaderno. Creo que no han evolucionado mucho. Pero de alguna manera siempre tiene que haber ciertos cambios. Las figuras mías, por ejemplo los toros, al principio no tenían ese brillo que tienen ahora, quizás por falta de conocimientos. Tenían que madurar. Creo que la diferencia principal entre las obras anteriores y las actuales está en la luz y el color. Los temas y el diseño son casi iguales¨.

Ha habido un refinamiento dentro de lo mismo. El no ha copiado otras tendencias. Se ha mantenido dentro de un mundo muy personal. Ha ido refinando sus técnicas para llegar a un punto de sublimación, dice Ricardo Araya Jiménez, representante de Con Wong.

Una de las características principales de las obras de Con Wong es el uso del color. El logro de esa combinación de colores ha sido un proceso de veinte años en los que fue descubriendo trucos artísticos y personales, indica. ¨Por ejemplo, mis acrílicos parecen óleos. Yo doy ese brillo y luminosidad, esa sensación de magia por medio de técnicas de frotamiento y de pincel. Siempre intento dar tres o cuatro veladuras sobre una sola base. A medida que voy pintando, voy sobreponiendo cosas sobre el fondo. Inconscientemente voy plasmando esa sensación de magia. A veces yo mismo me asombro de los resultados¨.

El estilo de Con Wong ha sido clasificado dentro del nativismo y en cuanto a las posibilidades de un cambio a otra tendencia Con Wong dice que por ahora tiene tanto que plasmar que no tendría tiempo para ello. ¨La obra llegaría a una mayor madurez. Es probable que en el futuro mis obras tengan algunas otras sorpresas que yo mismo desconozco. Pero siento que sí estoy tratando de buscar cada día más en mi propio mundo¨.

Al preguntársele si desea trasmitir un mensaje particular a través de sus obras, el artista dice: ¨Nunca pensé que pudiera dar un mensaje en una pintura mía. Nunca fue esa mi intención. Lo único que yo quería alcanzar en la obra era ese deseo de poder encontrar y plasmar cosas y sensaciones. No era un deseo mío envíar un mensaje. Por añadidura, la obra mía está dando un mensaje. Eso me satisface mucho. Unos encuentran un mensaje en mi pintura. Otros hablan cosas bellas de mis pinturas. Sienten a su manera. Sin embargo, hay algo que sí creo que en mi pintura está muy presente: la luz y la esperanza en un mundo uy oscuro de tinieblas. Cuando pinto siento que me vuelve la luz, la esperanza. Creo que mis obras transmiten eso. Me lo han dicho muchas personas. En mis obras no sólo hay alegría y paz. También hay angustia. Si se concentra en mis obras, también verá que hay momentos de dolor (...) A mí me cuesta explicar lo que yo pinto¨.

Además de ser autodidacta y de los círculos artículos así como de las tendencias actuales en la pintura, otro de los factores que hace que las obras de Con Wong sean tan especiales es su ascendencia china, que de una manera u otra ha influido en sus técnicas. Desde muy pequeño su madre le obligó a usar los pinceles chinos. ¨Una de mis tareas era practicar caligrafía china para que yo tuviera larga vida. Era más por superstición que yo aprendiera. Copiaba ideogramas de las escrituras de Confucio. Yo tenía tres o cuatro años. Mi madre me obligó a usar el pincel al estilo chino por muchos años. Y ahora como pintor de obras occidentales, lógicamente tengo que tomar el pincel de una forma y yo lo tomo a la forma china. De allí, de manera inconsciente está la parte china mía. El paisaje es de América totalmente. Mi manera de mirar la obra es como un chino de la América tropical.Y a la hora de usar el pincel lo uso con la técnica china. En ese puntillismo, en esos trazos, en todo -incluso la base mía al comenzar una obra es en negro- hay caligrafía china. Los detalles, las chispas, las hojitas y la paciencia del Oriente, del chino de pintar de esa manera, pues hace también que haya algo oriental¨.

Aunque en tan sólo unos veinte años Con Wong ha alcanzado un éxito rotundo, también ha enfrentado muchos obstáculos. Uno de ellos ha sido la crítica, especialmente desde el punto de vista académico. Este obstáculo también lo ha vencido a su manera. ¨Lo que yo he tenido es que he sido muy consistente en todo lo que yo creo. Me criticaban mucho. Mis colegas y otras personas querían cambiar mi forma de ser. Me pedían que cambiara el balance en mis obras y cosas de ese tipo. Y yo seguía mi intuición. En cuanto a la fricción con aquéllos que no han logrado el éxito, he sufrido a causa de eso. Entre más me criticaban, más trabajaba¨, indica.

Y agrega: ¨Hay una cosa muy importante. Siempre he tenido confianza en lo que hago. El ser caprichoso; el creer solamente en mí mismo; y en no recibir consejos de otros me ha servido para tener y lograr lo que en estos momentos se puede apreciar en mis obras. Lo que he sentido, lo que he vivido y lo que yo más he querido. Ese amor lo quise sublimar a mi manera. No he creído que para ser mejor hay que recibir recibir ayuda de otros. Es buena la ayuda, la colaboración. Pero la pureza interior de uno es lo más importante. He seguido ese camino. Ese capricho mío de ser así¨.

El éxito para él no tiene palabras: ¨Fue una tranformación, una sensación, una satisfacción espiritual. Sentí que encontré otra dimensión en mi vida. Que había descubierto nuevos valores y que vale la pena vivir, trabajar y gozar. Como dicen ¨no sólo de pan vive el hombre.¨ Entonces, para mí pintar es vivir. Es una fuente que me llenaba y que me llena¨.

Texto y entrevista por María Francisca González

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