06/05/2024

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Casamenteras modernas

06/01/1992
Las fuertes exigencias de los clientes hacen difícil el trabajo de las agencias matrimoniales Es sábado por la noche en Taiwan, y miles de almas solitarias sintonizan el programa de radio "Una voz distante". Las voces de hombres y mujeres, seleccionados entre más de 80 mil cartas, salen al aire para decir a un millón de auditores cómo es su pareja ideal. La radio no es el único medio de comunicación que presta sus servicios a los solteros deseosos de casarse. Los tres canales de televisión que hay en la isla tienen programas de este tipo. Uno de ellos, "Amo a la casamentera", ha estado transmitiéndose durante nueve años. Y el más nuevo, "Línea 50", aumentó su espacio de 30 a 70 minutos, después de sólo dos años de estar en el aire. Parece que la actividad de la casamentera tradicional, que se creía prácticamente muerta debido a la libertad actual para escoger pareja, no sólo está viva sino que se ha vuelto innovadora. Es más, en los últimos diez años ha pasado por un vuelco completo y se ha convertido en una profesión en auge. Además de las secciones de avisos en los periódicos y programas populares en radio y televisión, por todas partes están surgiendo agencias matrimoniales, atendidas por casamenteras modernas. Antaño, la mujer que se dedicaba a este oficio era de edad relativamente avanzada. Su arte consistía en conocer muy bien a las diversas familias del pueblo porque, cuando había una joven en edad casadera y un hombre en intención de contraer nupcias, sus servicios eran vitales. Astuta mensajera La antigua casamentera viajaba de una casa a otra, como men ajera de las dos familia. Muchas veces, con el objeto de asegurar el enlace - y su comisión, desde luego - exageraba un poco en el retrato idealizado que contaba a cada una de las partes. Como los novios no se conocían hasta el día mismo de la boda, la sorpresa podía ser grande, aunque ya no había remedio. "Romper un matrimonio puede dejar a siete generacione en la pobreza", decía entonces el proverbio en boga. La casamentera moderna tiene una filosofía opuesta: "Una unión exito a significa prosperidad para siete generaciones". El cambio revolucionario se nota en esta profesión, que ha sido enumerada entre las cuarenta mejores en el libro norteamericano The Best Careers for the Future (Las mejores carreras del futuro). Para comprobarlo, basta con entrar en una de las oficinas que ofrecen este servicio en Taipei. Una de ellas, la "Asociación de Promoción de Amistad y Matrimonio de la República de China" está situada en la avenida Chunghsiao Este, en el distrito comercial más moderno de la ciudad. Aquí, más de diez casamenteras jóvenes trabajan revisando olicitudes y contestando teléfono que nunca paran de sonar. Atienden a cerca de 10 mil miembros. Al mismo tiempo, en la llamada "sala de la amistad", cientos de parejas se reúnen para el "contacto inicial". Los fine de semana, los encuentros llegan a sumar 500. Algunos se entrevistan con diversas personas en el mismo día. Esta singular asociación tiene trece sucursales en toda la isla, dice su director, Tang Tsuo-hwa. Durante los últimos cinco años, en este sitio más de 30 mil personas han dado información sobre sí mismas, tras pagar una cuota de inscripción de 192 dólares estadounidenses: nivel educativo, características físicas y rasgos de personalidad propios y de la pareja deseada. Más solteros El director del Club Yi Hsin, Yang Huei-min, estima que actualmente hay más de 20 compañías de este tipo sólo en la ciudad de Taipei. ¿A qué se debe el auge? Por una parte, el "mercado" es grande porque el número de solteros aumenta día a día. Según estadísticas del Ministerio del Interior, actualmente hay 4,3 millones de solteros en Taiwan, cerca de un tercio del total de la población adulta. La edad "ideal" para casarse ha ido subiendo, a medida que tanto hombres como mujeres posponen los planes románticos por mejorar su educación. Esto supone obtener grados de maestría y doctorado en muchos casos. Una vez en el mundo del trabajo, las intenciones matrimoniales vuelven a retrasarse para muchos por la idea de "hacer carrera". En las mujeres, la independencia financiera juega un papel muy importante, ya que dejan de ver el matrimonio como la primera fuente de seguridad material. Además, en ambos sexos se ha ido plasmando la idea de que el amor es un factor primordial y que viven en una época moderna donde sí pueden elegir a la pareja ideal. Así es como empieza a pasar el tiempo. No obstante, al contrario de algunas sociedades occidentales, donde la institución del matrimonio ha ido perdiendo importancia, en China ésta sigue firme y vigente. La familia y el clan ancestral son primordiales, y el matrimonio aún es considerado como la raíz de la continuidad social. Hurgando entre los formularios que la gente llena para las compañías casamenteras, se encuentran algunos indicios de por qué demoran tanto en llegar los príncipes y princesas de tantos solteros deseosos de casarse. El hombre generalmente especifica que la mujer debe ser joven, atractiva, bonita, gentil, bien educada e, incluso, tener un hermoso pelo largo. La mujer busca a un hombre financieramente estable y bien educado, de preferencia propietario de una casa o departamento. Los favoritos para ambos sexos son todos profesionales, como catedráticos, médicos, abogados, ingenieros y contadores. Y cualquiera sea su sexo, profesión o nivel educativo, la mayoría de los solicitantes siempre presta más atención a los factores externos que a las cualidades internas. A una agencia llegó un hombre de un metro y 65 centímetros de alto, que aclaró su deseo de conocer a una mujer de un metro y 60. Cuando le presentaron a una candidata de un metro y 58, sacudió la cabeza en señal de frustración y se fue. También se cuenta que una señorita poseedora de un grado master pidió a varias compañías que le enviaran información sobre potenciales compañeros, aclarando que no aceptaba ninguno que sólo poseyera una simple licenciatura. Algunas personas se han entrevistado con 200 parejas potenciales, y todavía siguen buscando. "Es la primera vez en los últimos tres mil años que los chinos pueden elegir a su esposa o esposo, según una base de verdadero amor. El hecho de que criterios externos, como un grado universitario, el dinero o la apariencia todavía pesen es realmente desalentador", dice el escritor Ku Ling. A su amiga y colega Chang Man-chuang, Ku aconsejó no dejarse llevar por el concepto tradicional de que su futuro esposo debe estar en un peldaño superior a ella: "No hay nadie así, y si lo hay, ya debe estar casado", le dijo. Chang Man-chuan mide un metro y 70 centímetros de estatura, posee un doctorado y, a sus 30 años de edad, tiene ingresos sustanciales gracias a la buena venta de sus libros. Los clientes de las agencias matrimoniales no sólo se apegan al modelo que hemos descrito. También hay gente joven, adultos mayores, y un número no insignificante de hombres que desean encontrar una esposa en China continental. El oficio de la casamentera moderna es, sin duda, rentable al igual que lo fue el de su predecesora. Pero el cambio en las costumbres no significa que su tarea sea más fácil, aunque hoy cuente con computadoras, teléfonos y videos de presentación.

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