02/05/2024

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Esas cestas de antaño

16/02/1993

Las colecciones exhibidas trajeron a la memoria los románticos usos del pasado.

En los días previos a la producción masiva de bolsas plásticas y envoltorios de papel, en Taiwan y otras partes de China se usaban primordialmente cestas hechas de bambú, madera o laca para ll­evar regalos de casamiento o cumpleaños, ofrendas religiosas y obsequios cuando se iba de visita a la casa de un pariente o amigo.

Como objetos de uso cotidiano que eran, se fabricaban en formas, estilos y calidades sumamente variadas: desde lo más simple hasta verdaderas piezas de arte.

Hoy en día, ya casi nadie utiliza este tipo de canastas, llamadas ti-lan en chino. Pero eso no significa que no haya interés en ellas. De hecho, algunos coleccionistas reunieron y clasificaron una cantidad suficiente como para hacer una exhibición. La muestra, que tuvo lu­gar en el Museo de Cultura de Matsu, en Lukang, centro de Taiwan, fue todo un éxito.

"Las ti-lan eran algo necesario para la vida diaria. A través de ellas podemos tener una idea de cómo era la existencia de nuestros ancestros", dice Huang Chih-nung, director del Estudio de Arte Tso Yang, una organización de arte fol­clórico de Lukang.

El título de la muestra, "Cestas llenas de viejos sueños", enfatizaba el aspecto nostálgico y la importancia histórica de los objetos. "Las canastas nos traen recuerdos de los tiempos en que Taiwan no estaba aún industriali­zada y del modo en que los distintos grupos y clases de personas vivían", co­menta el director de la Comisión de Investigación Histórica de la Provincia de Taiwan, Chien Jung-tsun.

Distintos propósitos

En realidad, las ti-lan constituían una subcategoría de las hsieh-lan, o cestas para regalos. Estas últimas, con o sin asas, eran generalmente redondas; pero también podían ser rectangulares, ovaladas o tener otras formas.

Las canastas tenían uno, dos o más niveles, dependiendo de su función. También su calidad y la artesanía que involucraban iban acorde con el propósito para el cual habían sido fabricadas.

Aquellas para llevar verduras desde el mercado a la casa eran mucho más sencillas que las destinadas a transportar la dote de una novia. También se podía percibir en ellas las diferencias culturales de las distintas regiones de China. Por ejemplo, las cestas hakka tenían el fondo más plano y las mani­llas más altas que las de otros pueblos. Además, casi siempre eran de color rojo, amarillo o negro.

Uso para las bodas

Para las ceremonias tradicionales de bodas, los pasteles y otros regalos eran transportados en cestas grandes, de dos pisos, llamadas tsen-lan. Para acarrearlas con mayor facilidad, éstas se colgaban de una vara que se ponía so­bre los hombros.

En ceremonias de casamiento muy tradicionales en Taiwan, aún es posible ver su utilización. Para el día del compro­miso, la casamentera debe llevar a los padres de la novia una canasta roja con dinero y regalos. Los presentes, que han sido seleccionados con extremo cuidado por la familia del novio, simbolizan su sinceridad en aceptar a la joven como parte de su familia.

Para los esponsales mismos, un pa­riente que viaja en el automóvil que en­cabeza la comitiva debe portar una canasta llena de petardos. Estos son para prenderlos frente a la casa de la novia. El ruido tiene el objetivo de ahuyentar a los malos espíritus y anunciar la llegada del futuro marido.

En el tercer día después de la boda cuando la nueva esposa va por primera vez a la casa de sus padres en calidad de visita, el marido debe llevar una canasta repleta de arecas (unas frutas pequeñas) para regalar a los parientes.

Antiguamente, muchas personas tenían como hábito diario acudir a un templo y llevar distintas ofrendas a los dioses. Sus cestas contenían carnes, aves, frutas y fideos, que después de ser pre­sentados a las deidades eran llevados a casa para la merienda.

Durante las festividades religiosas era posible ver verdaderas procesiones por la calle, compuestas por personas aca­rreando sus pintorescas ti-lan.

Fuese cual fuese la ocasión, era menester contar con una cesta apropiada, decorada con inscripciones y diseños alusivos. Por ejemplo. aquellas destinadas a los ritos nupciales solían tener escritas a un costado frases como "Una unión armoniosa que durará cien años" o "Doble felicidad".

Además, se tallaban o pintaban figuras de tortugas para desear larga vida y peo­nías como símbolo de nobleza y fortuna. Una línea circular y sinuosa significaba que la familia tendría prosperidad por muchos años.

Pero, lamentablemente, todas estas costumbres se fueron extinguiendo poco a poco. La falta de demanda trajo consigo la casi desaparición de esta artesanía. Y muchas piezas fueron sacadas de Taiwan, al ser compradas por anticuarios de Japón, Estados Unidos y Europa.

De ahí la importancia de la exhibición hecha en Lukang, en la cual se reunieron canastas de nueve colecciones privadas.

"Nuestra meta última es ir aumen­tando la consciencia sobre la preser­vación de nuestra cultura", dice Huang Chih-nung, quien busca atraer tanto el interés de la gente mayor como de las nuevas generaciones.

"A los ancianos les encanta ver estas cosas. Se sienten menos alienados con los cambios del ambiente", dice, para luego agregar que no son pocos los jóvenes que muestran aprecio por el fol­clor de la isla, debido a una nueva ola de interés en lo propiamente taiwanés.

Al parecer, esas cestas de antaño no han perdido su especial atractivo.

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