06/05/2024

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El poder de las agujas

16/05/1992
Catorce pares de canales por donde fluye la energía vital conectan cada órgano, médula y glándula con algún punto de la piel.
Relajado, un hombre de edad mediana yace sobre una camilla, mientras el dies­tro médico le va aplicando dos, tres, cuatro agujas sobre la piel. El paciente ha sufrido un ataque al corazón y, ahora, confía en que unos alfileres bien coloca­ dos puedan remediar sus males. La acupuntura, esa misteriosa técnica de la medicina tradicional china, sigue ganando adeptos. A pesar del temor natural que provoca la idea de tener objetos punzantes insertos en el cuerpo, son muchas las personas que optan por esta terapia. La mayoría llega a la consulta del acupunturista atraída por los buenos resultados que ha visto en conocidos suyos. Un caso reciente, muy comentado en Taipei, ha sido el de Helena Botha, la esposa del ministro de Relaciones Exteriores de Sudáfrica. Lesionada en la columna vertebral, la señora Botha había quedado paralizada en las piernas. Sus médicos no veían posibilidad de mejoría, pero alguien le recomendó que probara la acupuntura. Se trasladó a Taiwan y, después de tres meses de tratamiento en el Hospital General de Veteranos de Taipei, la señora Botha recuperó en gran parte su capacidad de movimiento. ¿Milagro? No, simplemente aplicación de antiguos conocimientos chinos. Restaurar el equilibrio La acupuntura es una técnica que consiste en la inserción de agujas en diversos puntos del cuerpo. El mecanismo exacto no es completamente entendido por la mente occidental, porque se basa en conceptos absolutamente chinos. Su base teórica es el restablecimiento del equilibrio del chi, es decir, el flujo de la energía vital. El chi recorre el cuerpo a través de un sistema de "canales principales y colaterales", también llamados meridianos (Ciertos teóricos ven una clara conexión entre esa red y el sistema nervioso). Los transtornos en el fluir de esta energía vital -dolores o enfermedades- se producen por discordancias en las fuerzas naturales del individuo. Los catorce pares de meridianos conectan cada órgano, médula y glándula con algún punto en la superficie cutánea. Al punzar los lugares correctos y durante el tiempo preciso, el experto busca corregir los bloqueos, excesos o desequilibrios en la corriente vital. El cuerpo humano, dicen los médicos chinos, tiene la capacidad de autocurarse cuando la energía fluye sin problemas. Por eso, mediante el ajuste del chi, se da al organismo la oportunidad de concentrarse en sus partes débiles. Cerca de dos mil puntos se han identificado para la inserción de agujas, pero sólo unos 150 son usados en forma habitual. En 1980, la Organización Mundial de la Salud anunció formalmente que la acupuntura es un método efectivo para 43 tipos de patologías, entre ellas dolencias a los pulmones, estómago, ojos, nervios y músculos. Además, es reconocida su eficacia como anestésico, tanto en cirugía como en partos. Las agujas también son efectivas en la curación de alergias y como ayuda para quienes quieren dejar de fumar, beber y comer en exceso. Como método adelgazante, y para los hábitos difíciles de abandonar, las punciones actúan inhibiendo las ganas y reduciendo la ansiedad. En los últimos años, esta técnica ha ganado popularidad internacionalmente. Clínicas e institutos de investigación han surgido por todo el mundo. No faltan los médicos occidentales que se interesan por aprender los poderes de las misteriosas agujas. En la República de China en Taiwan el tratamiento de acupuntura es brindado tanto por hospitales públicos como privados. En Taichung, la Facultad de Medicina China imparte cursos paralelos de técnicas orientales y occidentales, e incluso ofrece un post-grado en medicina tradicional china. Los entendidos en el tema recomiendan que el especialista conozca las dos teorías (oriental y occidental), porque de ese modo su diagnóstico tiende a ser más preciso. El doctor alemán Roland Heber, especializado en la escuela de Taichung, dice que en Occidente es común ver a acupunturistas aplicando una aguja para cada síntoma que pueden identificar. Los pacientes pueden llegar a tener 40 ó 50 agujas clavadas en su piel. No obstante, el método ortodoxo aconseja cinco pinchazos simultáneos como máximo. Mejores resultados El tiempo de punción varía según la enfermedad pero, en general, no debe ser menor de diez ni mayor de veinte minutos. Los mejores resultados se obtienen cuando el paciente está relajado y estable emocionalmente. De lo contrario, un excesivo nerviosismo impide el necesario relajamiento muscular, afectando todo el resultado. La forma correcta de insertar las agujas es directamente sobre la piel, previamente desinfectada. No es conveniente dejarse pinchar con la ropa puesta, porque cierta suciedad podría entrar con el alfiler, provocando una infección. Lo mejor es usar agujas esterilizadas y desechables. Otros métodos La acupuntura también tiene parientes cercanos, tanto en métodos tradicionales como modernos. Uno de los antiguos, aún en uso, es la moxibustión. Esta consiste en aplicar sobre los puntos señalados determinadas sustancias terapéuticas (ajenjo chino, por ejemplo) en estado de ignición. Generalmente, la mecha encendida no va directamente sobre la piel, sino que se coloca sobre un trozo de jengi­bre para reducir la posibilidad de que la persona se queme. Al final queda una mancha; pero ésta desaparece con los días. Entre los métodos modernos está la acupuntura con rayo láser. Este sistema tiene la ventaja de que la inserción de la aguja no causa dolor alguno. Pero como su energía es limitada, el alfiler sólo puede ser aplicado en sitios donde la piel es más delgada, como manos, brazos, pies y orejas. El láser tiene buenos efectos en el tratamiento de los nervios, dentadura, visión, dolores lumbares y hábito de fumar; pero no sirve para problemas sanguíneos o del corazón. El Departamento de Salud de la República de China financia seminarios e investigaciones en esta área. En los últimos diez años se ha trabajado en el tema de la acupuntura como analgésico. Además, la Facultad de Medicina China de Taichung ha empezado a indagar la posibilidad de combatir el SIDA con las pequeñas agujas. Con varios siglos de existencia, la acupuntura no sólo se ha quedado en el conocimiento legado por los antiguos chinos. Su fusión con ciencias y métodos modernos le está permitiendo hacer nuevos e interesantes aportes a la salud de la Humanidad. ¿Y el pinchazo? Al parecer, vale la pena.

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