03/05/2024

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Los sellos postales sacuden la Bolsa

06/06/1992
Los sellos postales llevan impresa la cultura y el quehacer de un grupo humano. Gustan a grandes y chicos, coleccionistas y corredores del "nuevo mercado".
Son casi las ocho y media de la mañana del día viernes y una fila de más de cien personas espera ordenada ante la puerta de una pequeña oficina de correos de Taipei para adquirir sellos postales. Una de ellas comenta que lleva esperando desde antes de las siete, y cuando llegó ya había un grupo bastante grande de personas paradas delante de la puerta.

El correo comienza sus funciones puntualmente y un rumor se alza entre los que están en la fila. ¿Qué hace a estas personas esperar por más de una hora paradas, en la madrugada, ante las puertas de la oficina de correos?

Es el "dinero caliente" que entra en circulación en la Bolsa local de nuevo, pero esta vez los accionistas y los corredores no están especulando con bonos. Están negociando con estampi­llas de correos.

Los inversionistas en sellos han aparecido como una oleada en Taiwan desde que el año pasado se oyó el rumor de que algunas asociaciones secretas de corredores de acciones estarían vendiendo estampillas en la Bolsa.

Dicen que estas asociaciones no sólo compran y venden sellos postales abiertamente en el mercado, sino que también compran todas las existencias a otros filatelistas para luego revenderlas.

Por ejemplo, los vendedores dicen que las estampillas emitidas en octubre del año pasado con el grabado de pavos reales fueron vendidas a cinco veces el precio que tuvieron hace seis meses. Otra estampilla que ilustraba juegos infantiles, fue vendida a un precio tres veces mayor que el original.

Algunos estiman que son ya miles de millones de dólares norteamericanos los que están pasando de la Bolsa al "mercado de la estampilla". Más aún, las estampillas hechas en Taiwan mantienen su valor en el mercado, al tiempo que las de China continental van poco a poco ganando popularidad.

Un antiguo vendedor de sellos ve el "mercado de la estampilla" como un futuro terremoto. Los "corredores" de este "nuevo mercado" afirman que no han hecho ninguna fortuna, hasta ahora.

Los nuevos especuladores indican que la única diferencia entre estos dos mercados es que la comercialización de bonos de la Bolsa es un negocio que ya ha cristalizado, en cambio el "mercado de la estampilla" está aún en ciernes.

Enriquecimiento cultural

"Me gustan las estampillas porque en ellas podemos ver impreso algo de lo nuestro", dijo Wang Chung-cheng, joven arreglador musical de una casa editora en Taipei, al ser interrogado cuando se aprestaba a adquirir la última colección de sellos emitida. "Las junto desde que estaba en la escuela básica", agregó.

Aparte de la agitación que produce la posibilidad de llenarse el bolsillo con una pequeña pieza de papel impreso, está la inquietud de muchos por el enriquecimiento cultural. Esto les lleva a coleccionar las bellas estampillas para admirar diversos aspectos de la tradición.

Las colecciones de estampillas con motivos culturales varían entre una gran gama de elementos que expresan claramente la riqueza acumulada a lo largo de los cinco mil años de historia china. El motivo en las colecciones puede referirse, por ejemplo, a una manifestación tan propia de la vida diaria como lo son las teteras.

Todo el mundo sabe que al pueblo chino le agrada mucho tomar té, y que ha hecho del tomar esta bebida un arte sin par, dejando una larga estela de bellas colecciones de teteras que muestran el buen gusto artístico llevado a lo cotidiano.

En este caso, existe una serie de sellos que se inspira en cinco teteras que datan de la Dinastía Ming (1368-1644) y de la Dinastía Ching (1644-1911), las cuales se hallan actualmente en posesión del Museo Nacional del Palacio en Taipei.

Este grupo filatélico ha ganado gran aceptación tanto en el país como en el extranjero. Los coleccionistas, conocedores de la elevada calidad de impresión y belleza de los grabados, se saben poseedores de una verdadera obra de arte.

Muchos hitos de la vida cultural del pueblo chino han pasado a ser motivos para fundirse en colores y dar vida a una estampilla postal.

Otra serie emitida que se ganó la atención del público coleccionista fue la basada en una pintura cuyo motivo era el pavo real, del autor Lang Shih-shy; ning de la Dinastía Chingo La obra presenta dos pavos reales en un jardín con rocas de exquisitas figuras, magnolias, peonías, rosas y cerezos en flor. Uno de los pavos tiene la cola extendida majestuosamente, mientras que el otro camina mirando hacia atrás.

El autor, famoso por sus pinturas de flores, pájaros y otros animales, en realidad era italiano. Se llamaba Giuseppe Castiglione. Se trasladó en 1715 a China, allí fue presentado al Emperador Kanghsi. Se dedicó a la pintura china, para quedarse, en 1723, en la Academia de Pintura de la corte, en la que permaneció el resto de su vida.

Los juegos infantiles que en un pasado eran motivo de alegría para la tranquila vida de una sociedad agrícola como la de Taiwan, cayeron en el olvido o desaparecieron casi completamente con el progreso técnico y económico que transformó a la isla en sociedad industrial. Los niños crecen ahora entre computadores, juegos electrónicos, viendo seriales extranjeras de televisión o encerrados en una habitación.

Con el fin de permitir a la nueva generación infantil un reencuentro con las raíces de su ambiente, el servicio de correos emitió una serie de cuatro sellos llamada "Niños jugando".

Este grupo filatélico, ilustrado por Kao Szu-sheng, que muestra con vivo realismo los juegos que desde antaño recrearon a los pequeñuelos chinos de todas las épocas, fue editado por primera vez el 15 de mayo de 1992.

Los sellos postales sacuden la BolsaUn sello puede ser pequeño e ir adherido a un sobre de carta, o también puede ser enorme y adornar una pared.

Edición famosa

Recientemente, a la serie "Niños jugando" se le agregó la palabra "Hong Kong" por haber sido emitida en conjunto con el servicio de correos de esa colonia británica. Con esto ganó enorme popularidad y fue muy solicitada por los coleccionistas, expresó Pang Yun-ling, funcionaria de correos de Taipei.

En esta ciudad se vendieron 700 mil unidades el mismo día de su tirada. Las cuatro estampillas postales van presentadas en una sola lámina de gran colorido y por el valor de cinco dólares taiwaneses cada una (equivalentes a 20 centavos de dólar estadounidense aproximadamente). No están perforadas como las que se ofrecen a la venta por separado.

Para unos el valor de las estampillas está en el manejo adecuado que se haga de ellas en el mercado. Para otros son elementos de identificación y divulgación cultural. Como sea que fuere, la estampilla sigue teniendo para todos la característica que no perderá nunca: ser el importe por mandar una carta a una persona en un punto lejano, ¿No les parece?

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