02/05/2024

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Chan Liu-miao y sus personajes de cuero

06/07/1992
Cuando uno ve los guerreros, campesinos y monjes "esculpidos" en cuero por Chan Liu-miao, la primera impresión es de incredulidad. Simplemente, es difícil convencerse de lo que este hombre ha podido hacer a través de una expresión artística tan novedosa. De hecho, cuando hace once años Chan comentó a algunos amigos su intención de esculpir en cuero, la mayoría de ellos opinó que la idea era ridícula. Afortunadamente, no se amilanó. Hoyes parte de un puñado de artistas en todo el mundo y ha vendido más de quinientas obras en diversos países. El escultor nació hace 46 años en el seno de una familia campesina. En 1976 se graduó de la Academia Nacional de Artes de Taiwan, con una especialización en pintura china. Después de terminar su servicio militar, Chan empezó a enseñar arte en una escuela secundaria de primer ciclo de Taipei. Ese puesto le dio la oportunidad de familiarizarse con diferentes materiales, tales como madera, cuero, piedra, cobre y arcilla. El cuero pronto se convirtió en su favorito. "A diferencia de la madera, la piedra y el cobre, éste da una sensación de calidez e intimidad", dice el escultor. El momento preciso del surgimiento de su interés ocurrió cuando compró un pequeño perro esculpido en cuero en Japón. En esa época, el trabajo en este material se reducía a objetos prácticos. Desde entonces se dedicó a experimentar por su cuenta. Autodidacta Al comienzo fue un trabajo difícil porque no había libros de referencia ni expertos a quienes consultar. La primera etapa, obviamente, consistió en aprender lo que más pudo sobre el cuero. El abastecimiento era un problema. Tenía que elegir entre materiales disponibles localmente, como pieles de vaca, oveja y cerdo. Después de varias pruebas, descubrió que la piel ovina era demasiado pequeña y suave para sus necesidades y la de cerdo, chica y dura. La de vacuno era mejor en cuanto a tamaño, grosor y flexibilidad. Pero aún así había mucho que seleccionar. Sus primeros temas se limitaron a animales, como el perrito japonés. Pero Chan no estaba contento con ese tipo de motivos. "No puedo interpretar el mundo interior o las sensaciones de los animales, pero sí soy capaz de entender los sentimientos y las emociones de los seres humanos", dice. De modo que dejó el mundo animal y se dedicó a retratar personas. Generalmente, Chan inicia las esculturas dibujando un boceto. Después hace un molde de arcilla que facilitará el proceso. Luego, selecciona cuidadosamente el trozo de cuero a utilizar, lo adelgaza hasta que tenga el grosor apropiado y lo pone a remojar para hacerlo más suave, resistente y flexible. El reverso del material es cubierto con una solución química que hace que la pieza mantenga la forma esculpida una vez seca. Posteriormente, Chan envuelve el molde de arcilla con el corte de cuero para darle su forma básica. La expresión facial de la pieza es la parte más difícil y también la más importante. "Es el corazón y el alma de la escultura", dice el artista. Así es que, comenzando por la cabeza, él trabaja el cuero tirando, doblando, presionando, martillando y apretando para conseguir dar forma al rostro. La flexibilidad del material es el obstáculo natural para crear este tipo de esculturas. Pero puede lograrse. Chan trabaja el cuero continuamente hasta que se seca en la forma que él desea y, para ello, a veces tiene que repetir la operación durante varios días. Como el cuero se estropea con facilidad, debe ser especialmente cuidadoso durante el proceso de moldeado. Cuando están listas las formas básicas de la cabeza y la cara, Chan saca la pieza del molde y empieza a trabajar el torso, los miembros y el traje. Luego vuelve al rostro para agregarle más detalles, incluso cuando la escultura ya se ha secado. Una vez que la figura está lista, el paso siguiente es aplicarle color con tinturas. Para una apariencia vívida, generalmente pinta el cuero unas diez veces. Después pone un barniz protector. Las figuras de Chan pueden dividirse en dos tipos: las hechas con un soló trozo de cuero, y aquellas con partes combinadas. Ambas tienen ventajas y desventajas. Según el escultor, las obras de Una sola pieza son más difíciles de hacer, especialmente el modelado de la cabeza, el cuello, los hombros y el pecho. Este tipo también está limitado por el tamaño del cuero. Las esculturas hechas por partes pueden ser más grandes y detalladas; pero son más lentas de confeccionar. El traje de un guerrero chino, por ejemplo, puede tomar unas doscientas horas de trabajo. No sólo se necesitan mucha paciencia y cuidado, sino también muñecas y dedos fuertes para tirar, torcer y apretar el cuero. Chan fue operado hace tres años de sus muñecas. Ahora tiene dos asistentes que le ayudan con las terminaciones de sus esculturas. Universalidad La primera exposición formal de Chan Liu-miao se realizó en 1985. Sus trabajos inmediatamente capturaron la atención de la comunidad artística y del público de Taiwan. Al año siguiente fue invitado a participar en la "Exhibición Experimental de Arte Contemporáneo" del Museo Nacional del Palacio. En 1986, el Consejo para la Planificación y el Desarrollo Cultural patrocinó una muestra de sus esculturas en la Galería Cultura y envió sus obras en gira por Latinoamérica. Aunque mucha gente de Taiwan aprecia las obras de Chan, en realidad vende muy pocas en la isla. La alta humedad ambiental hace que muchos piensen dos veces antes de gastar cuatro mil dólares estadounidenses o más en una pieza de arte que puede deteriorarse rápidamente. Hasta ahora, Estados Unidos es el principal mercado de sus trabajos. Cuando decidió mandar sus esculturas a Norteamérica, algunos de sus amigos le aconsejaron trabajar con motivos más occidentales. Pero Chan opinó que cualquier tema -oriental u occidental- podría tener interés universal. "Lo que cuenta es la calidad del arte. Y la cultura china es tan rica, que nunca me preocuparía por falta de temas", comenta. Su inspiración se mantiene, principalmente, en tomo a lo que tiene más cerca. La "Serie rural", por ejemplo, refleja el estilo de vida simple y las dificultades por las que pasan los aldeanos y campesinos de este país. El conjunto "Reunión de poetas" recrea una escena común entre la elite intelectual de la Dinastía Tang. La mayoría de sus sujetos son hombres. Chan admite que le es difícil esculpir los rasgos finos de las figuras femeninas. Ello requeriría un avance en su técnica. Entre risas, indica que "quizás algún día, después de que haya solucionado las dificultades, podré esculpir mujeres desnudas". Mucha gente se ha mostrado interesada en aprender su arte. Pero Chan no tiene entre sus planes tomar estudiantes. Para él, crear, seguir experimentando y exhibir son tareas que le ocupan todo el tiempo. A su parecer, los principios básicos de la escultura en cuero son bastante simples y no ve la necesidad de abrir un curso. "Ya que se trata de una nueva forma artística, creo que para mí es más importante ver hasta dónde puedo llegar", señala.

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