04/05/2024

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Kuo Ming-chiao: un maestro chino del esmalte y artista de fama mundial

26/06/1991

Si bien el arte de esmaltar el metal se originó en Occidente, los chinos han sabido avanzar en esta técnica para crear objetos de una belleza única. En el reinado de Ching-tai (1450-1456 d.C.) de la Dinastía Ming se hicieron piezas cuya suave y fina superficie superaba con creces la de otras tierras. Y el trabajo que hoy hace Kuo Ming-chiao, profesor de la Academia N acional de Artes de Taiwan y del Departamento de Bellas Artes de la Universidad de Cultura China, lo ha convertido en uno de los máximos exponentes en este campo.


Al igual que los antiguos artesanos, este maestro ha sabido crear un estilo auténticamente chino, a base de aplicar técnicas nuevas.


Viaje decisivo


Un renombrado pintor en tinta china durante su juventud, Kuo se interesó en el esmalte después de una gira de exposiciones que hizo en 1961 por Europa. En las ciudades alemanas de Colonia y Munich vio una gran cantidad de finos objetos esmaltados a la venta en las calles. Y aprovechó la oportunidad para observar de cerca el proceso local.


A su regreso a Taiwan, Kuo empezó a experimentar en el esmalte. Trabajó en la hechura del cuerpo del objeto y estudió los principios de física y quimica en los cuales se basa la mezcla para cubrir y decorarlo.


Para los chinos, este arte es conocido como "Ching-tai azul", debido a que fue en ese reino cuando alcanzó su máximo esplendor en esta parte del mundo. El adjetivo "azul" obedece a que los objetos esmaltados de ese periodo tenían una base de ese color.


El esmalte se puede clasificar en tres modalidades, según sea el método de fabricación: cloisonné, champlevé y esmalte pintado. El "Ching-tai azul" es del primer tipo. Es decir, aquel en que las lineas del patrón decorativo son primero moldeadas en alambre de bronce para luego ser soldadas o unidas con un pegamento a la superficie del cuerpo, que puede ser de oro, plata o bronce. Los espacios resultantes son llenados con vidriados de colores y luego, todo el conjunto se pone a cocer en un horno. Esto último se hace unas tres o cuatro veces, ya que la pieza se saca ¡lua ser lustrada y pintada de nuevo. Así, la superficie queda suave, brillante y sin orificios. La etapa final consiste en frotar el objeto con carbón vegetal y aplicar un barniz dorado.


Producción exclusiva


En 1963, Kuo Ming-chiao fundó la Compañía China de Esmalte Cloisonné, en la cual empezó su producción exclusiva. Su delicado trabajo le hizo ganar una bien m erecida reputación. Además, con la idea de desarrollar la artesanía tradicional china, compartió con sus alumnos todo lo que había investigado. Hoy en día, ocho o nueve de cada diez maestros de esta técnica han sido estudiantes suyos.


Su fama se extiende más allá de la frontera nacional. En 1980, el Arzobispo Lo Kuang obsequió un cáliz hecho por Kuo al Papa Juan Pablo 11, quien alabó su belleza y fina complejidad. Además, una delegación cristiana de la República de China regaló un florero de su creación al ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, cuando asumió ese cargo en 1981.


Este maestro chino del esmalte ganó el primer premio del concurso organizado por el Instituto Artesanal de la Provincia de Taiwan en 1983, con un plato decorado con peonías. Y un año después recibió el Premio Nacional de Literatura y Artes.


"Sólo cuando la artesanía se mezcla con el arte aquélla cobra vida. Y sólo cuando el arte se une con la ciencia aquél tiene una dirección", dice Kuo. Para los expertos, sus creaciones en esmalte son una meditación sobre los ideales humanos.

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