Taiwan Today

La pareja formada por Chen Hai-yu y Yang Wen-yuan pretende traer de vuelta los valores de los juegos infantiles tradicionales. Actualmente, los niños taiwaneses se divierten con los juguetes que esta sociedad en su rápido desarrollo económico ha ido fabricando. Los grandes almacenes de todo Taiwan están llenos del ruido de los pequeñines que retozan con revólveres láser y robots guerreros. El matrimonio no comparte esta tendencia de la sociedad, y en la lista de atracciones sanas que ellos presentan, cantar, pintar y hacer juegos de destreza, ocupan los primeros lugares. No aparecen, en cambio, los juguetes electrónicos. Ellos fundaron Sinoway Art & Life (Estilo Chino de Vida y Arte) en 1984 y han realizado varias ferias infantiles llamadas "Yo Canto, Yo Pinto, Yo Cuido". Al pueblo chino le gusta mucho cantar. Y esta característica cultural ha quedado también manifiesta en las actividades de Sinoway Art & Life, que dedica una gran cantidad de sus esfuerzos a la promoción de las canciones infantiles. Chen Hai-yu dice que los temas entonados los solían cantar todos los chinos antes de las invasiones de "armas y robots guerreros" que acabaron con los sanos hábitos de diversión de la sociedad anterior. Se usan tarjetas para mostrar juegos nuevos. En un lado de la tarjeta, con lujo de colores se muestra el tema de la canción-juego y, por el otro lado, hay versos impresos con letras grandes para llamar la atención de los niños. "Las pinturas, basadas en las canciones y los juegos de destreza, ayudan a los niños a dar una mirada a su propio interior y así desarrollar su mente y su capacidad creativa", agrega. Los niños dan existencia a miles de cosas nuevas a través de las figuritas de masa y de las hojas de papel para recortar, cantan tonadillas infantiles, cuentan y aprenden adivinanzas y se recrean con los juguetes que fueron populares hace más de 30 años. Los padres también están invitados a participar en estas actividades, que se transforman así en un quehacer familiar, en el que se puede experimentar la simplicidad y belleza de los pasatiempos infantiles tradicionales. Actividades como éstas, casi no existen en la sociedad taiwanesa moderna. Desde una perspectiva global, se pretende entregar a los niños un ambiente de hogar en que los adultos esten más unidos y una relación familiar cada vez más llena de vida. Chen indica que uno de los objetivos es quitar a los niños el erróneo concepto de que "más es mejor". Los niños de hoy, como los adultos que les rodean, parece que creyeran que las cosas más caras y los objetos más fantásticos son siempre mejores en calidad, manifiesta. Explica que las actividades de la feria tratan de enfatizar las características de un entretenimiento sano. Dice que básicamente éstas son: llevar abundante diversión, incluir un desafío y no necesitar gastar dinero. A comienzos de este año, y para ampliar los servicios prestados a la sociedad, el grupo abrió locales comerciales para la venta de juguetes tradicionales chinos. Entre sus estantes y mostradores podemos ver trompos, pistolas de agua hechas de bambú, canicas y alambres engarzados (juego de destreza intelectual y motora en los que existe una sóla manera, llena de ingenio, para desengancharlos). Un intento como el de este grupo ayuda a los padres a transferir a sus hijos los tesoros vivos que ellos mismos recibieron.